FTE México

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Volumen 3, Número 39, Junio 30 de 2003

 

Contratismo de Abengoa

 

Avanza el contratismo en el sector eléctrico. No hay día en que dejen de aparecer noticias respecto de nuevas concesiones a la iniciativa privada en materia de electricidad. El proceso de trabajo se está destruyendo, desde la mano de obra hasta la ingeniería, todo se hace ya “por fuera”, a enorme costo para la Nación, tanto económico como en experiencia perdida, con la consecuente reducción de la autonomía técnica.

La transnacional Abengoa está en la primera línea vendiendo tecnología chatarra a CFE. Ostentándose como “integrador” de subproductos y tecnologías que no domina, también extranjeros y de pésima calidad. Por cierto, Abengoa no es más que un simple subcontratista. Así actúa también FENOSA porque la industria española es primitiva.

Abengoa resultó “agraciada” con su enésimo Pidiregas. Esta vez para diseñar e instalar las protecciones y el control supervisorio de una subestación ubicada en Baja California.

Telvent, filial de tecnologías de la información de Abengoa, desarrollará para Elecnor el proyecto “Pidiregas 712” de la Comisión Federal de Electricidad de México, lo que incluye un nuevo sistema SICLE integral para la subestación de Olas Altas, en el Estado de Baja California Sur (en Europa Presss 09.06.03, www.the-ecotimes.com).

La protección de una subestación no es cosa de juego. Son sistemas que se diseñan en coordinación con su región eléctricamente conectada, basados en equipos de muy alta confiabilidad. Para planear la protección deben elaborarse cálculos de corto circuito y otras consideraciones técnicas. Todas estas funciones siempre se hicieron, y muy bien, en CFE y LyFC. Ambas empresas “integraban”, proyecto de protección en mano, a los proveedores de los equipos. El dominio en esta clase de proyectos fue uno de nuestros mayores orgullos, al menos en LyFC. Del análisis de los disturbios se obtenía la experiencia para los nuevos proyectos.

En LyFC, Telvent es conocida a través de las terminales SCADA de SAINCO (y detrás de ellas Abengoa como el contacto financiero) que resultaron un enorme fraude, dado que a tres años de su compra, se instalan únicamente en subestaciones “no estratégicas” de LyFC por decisión superior, debido a su pésimo desempeño, demostrando que cuando la administración está dispuesta a tapar fraudes es capaz de la ignominia.

Este contratismo, que tal vez no tenga el impacto de las grandes concesiones en generación, es cuando menos igualmente dañino económicamente, pero mil veces más desastroso en el proceso de trabajo eléctrico. La cultura obrera poco a poco se está transformando, de manera que hoy ya es parte del paisaje laboral convivir con toda clase de oportunistas que buscan qué venderle (de nuestro trabajo) a CFE y LyFC. Esto debe hacerse consciente en todos los trabajadores porque nos están engañando.

Este no es el único caso, otros están en marcha en Tlaxcala y Yucatán.