FTE México

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Volumen 3, Número 40, Julio 30 de 2003

 

Huelga de la TD, 27 años

 

La madrugada de aquel 16 de julio de 1976 despertó a México con las instalaciones eléctricas y nucleares tomadas por 20 (veinte) mil soldados en apoyo a 400 (cuatrocientos) mil esquiroles contratados para imponer al charrismo sindical en el sector. El gobierno había iniciado la represión político-militar contra los electricistas y nucleares del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) quienes proyectamos para las 12 horas de ese día el estallido de la Huelga Eléctrica Nacional.

En muchos lugares, los compañeros se negaban a entregar los centros de trabajo. Las instrucciones eran desalojarlos pacíficamente. Nuestra organización era muy disciplinada, aunque en algunas partes hubo que hacerles frente a los charros. Con anterioridad ya se habían producido enfrentamientos violentos en Gómez Palacio, Saltillo y otras partes. El 16 de julio también hubo resistencia pero se cuidó de no enfrentarse a los soldados. La desproporción de fuerzas era de 20 (veinte) a 1 (uno).

A las instalaciones nucleares nadie pudo llegar, los militares las habían tomado previamente (y hasta la fecha). “La huelga para mejor ocasión” se publicó en la prensa de esa tarde.

Procedimos a movilizarnos en la capital e interior del país, nos convertimos en brigadistas de tiempo completo. En las calles, metro, autobuses urbanos, escuelas, centros de trabajo, parques públicos, oficinas, etc. nos dedicamos a informar al pueblo, oralmente y por escrito, de los acontecimientos en la industria eléctrica nacionalizada.

La lucha de los electricistas democráticos es un valladar ante el imperialismo, decíamos una y otra vez. Llamamos con vehemencia al pueblo de México a defender el patrimonio colectivo. De muchos sectores obtuvimos solidaridad, pero no fue suficiente. Cuatro semanas fuera del trabajo, los electricistas; seis semanas, los nucleares. Miles de trabajadores fuimos despedidos, otros jubilados, los demás sometidos al charrismo. De inmediato se deshizo la economía nacional con la primera devaluación del peso y sus secuelas, hasta la fecha.

Pero ese 16 de julio la Tendencia Democrática dio un enorme ejemplo al movimiento obrero de México. Fuimos violentamente reprimidos pero las banderas de lucha, el programa obrero, las aportaciones de los trabajadores mexicanos de la energía, se volvieron patrimonio colectivo y hoy están más vigentes que nunca. En el FTE de México defendemos con honor esas banderas.