XVII
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FELIZ AÑO PARA MI PATRIA EN
TINIEBLAS
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FELIZ año, este año, para ti, para todos
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los hombres, y las tierras, Araucanía
amada.
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Entre tú y mi existencia hay esta noche nueva
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que nos separa, y bosques y ríos y caminos.
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Pero hacia ti, pequeña patria mía,
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como un caballo oscuro mi corazón
galopa:
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entro por sus desiertos de pura geografía,
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paso los valles verdes donde la uva acumula
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sus verdes alcoholes, el mar de sus racimos.
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Entro en tus pueblos de jardín cerrado,
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blancos como camelias en el agrio
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olor de tus bodegas, y penetro
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como un madero al agua de los ríos que tiemblan
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trepidando y cantando con labios
desbordados.
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Recuerdo, en los caminos, tal vez en este
tiempo,
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o más bien en otoño, sobre las casas
dejan
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las mazorcas doradas del maíz a
secarse,
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y cuántas veces fui como un niño
arrobado
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viendo el oro en los techos de los
pobres.
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Te abrazo, debo ahora
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retornar a mi sitio escondido. Te abrazo
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sin conocerte: dime quién eres, reconoces
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mi voz en el coro de lo que está naciendo?
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Entre todas las cosas que te rodean, oyes
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mi voz, no sientes cómo te rodea mi acento
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emanado como agua natural de la
tierra?
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Soy yo que abrazo toda la superficie dulce,
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la cintura florida de mi patria y te llamo
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para que hablemos cuando se apague la alegría
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y entregarte esta hora como una flor cerrada.
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Feliz año nuevo para mi patria en tinieblas.
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Vamos juntos, está el mundo coronado de trigo,
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el alto cielo corre deslizando y
rompiendo
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sus altas piedras puras contra la noche; apenas
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se ha llenado la nueva copa con un minuto
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que ha de juntarse al río del tiempo que nos
lleva.
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Este tiempo, esta copa, esta tierra son
tuyos:
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conquístalos y escucha cómo nace la
aurora.
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Fuente: Neruda P, Canto General, TGN México
1950.
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YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE
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Pablo
Milanés
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Yo pisaré las calles nuevamente
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de lo que fue Santiago ensangrentada
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y en una hermosa plaza liberada
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me detendré a llorar por los
ausentes.
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Yo vendré del desierto
calcinante
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y saldré de los bosques y los
lagos
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y evocaré en un cerro de Santiago
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a mis hermanos que murieron antes.
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Yo unido al que hizo mucho y poco
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al que quiere la patria liberada
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dispararé de las primeras balas
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más temprano que tarde sin
reposo
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retornarán los libros las
canciones
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que quemaron las manos asesinas
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renacerá mi pueblo de su ruina
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y pagarán su culpa los
traidores.
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Un niño jugará en una alameda
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y cantará con sus amigos
nuevos
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y ese canto será el canto del suelo
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a una vida segada en La Moneda.
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Yo pisaré las calles nuevamente
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de lo que fue Santiago ensangrentada
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y en una hermosa plaza liberada
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me detendré a llorar por los
ausentes.
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Pablo Milanés, Nueva Trova Cubana
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Fuente: www.lajiribilla.cu
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