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Número 36, Marzo 30 de 2003

Política Energética Movimiento Obrero
Ley Electrica Documentos Foros del FTE Búsquedas Índice General
Sangre por petróleo
Rebelión contra
la guerra!

¡Huelga obrera
contra la guerra!

Las mujeres
contra la guerra!

MUNDO POLÍTICO:
Europa dividida
ante la guerra!

La OPEP, Fox
y la guerra!

La bomba MOAB
Delfines en Irak
Lisístrata contra
la guerra!

Poetas contra la guerra
CMS
Anticonstitucionales

Desabasto de Gas
Natural

Pemex produce
3.4 millones de bpd

Planeación energética
en México

Tarifas eléctricas
en México

Las Tarifas en 2002
Proyectiles de Uranio
empobrecido

FUENTE DE ENERGÍA:
Tarifas eléctricas,
80%más

Más inversionistas
extranjeros

Foxistas privatizadores
El Cajón para
consorcios privados

Sanción a CFE si hay
desabasto de gas

Siete hermanas
petroleras

Petróleo a 30.37
dólares

Quien incendia los pozos
petroleros

Situación de la
mujer trabajadora

MARCHA OBRERA:
4.3% en la de Sinaloa
4.3% en la de Tlaxcala
4.3% + 4.5% al SME
Marcha de petroleros
Mitin del SME
Lázaro Batel
privatizador

Marx vive
 

El pueblo paga la privatización compulsiva del foxismo

Tarifas eléctricas en México

Las tarifas eléctricas impuestas mediante el decreto del 8 de febrero de 2002 perjudican a la mayoría de la población mexicana. El “subsidio” se aplica para los usuarios de más alto consumo pertenecientes a los sectores comercial e industrial, mismos que consumen más del 60 por ciento de la energía producida. El mencionado decreto debe derogarse. Urge también una nueva estructura tarifaria y la participación organizada de la población en al toma de decisiones.

A la población siempre se le ha ocultado como se calculan las tarifas eléctricas, solamente los “especialistas” lo saben. A partir del aumento a las tarifas para uso residencial en todo el país (1, 1a, 1b, 1c, 1d y 1e), el 8 de febrero de 2002, se complico todavía más el “como”, porque ahora se aplican de hecho 3 tarifas: la que ya existía, otra con aumentos hasta del 80.9 %, y la nueva tarifa DAC (doméstica de alto consumo) con enormes aumentos, expresó Sergio en el II Foro Eléctrico Nacional del FTE.

Sin embargo, ahora es más necesario conocer y entender la estructura de esta “mezcolanza” de tarifas, porque a todos nos afecta más que antes.

Sergio González Broca, ingeniero electricista de LFC, ha emprendido el estudio de este complicado e importante problema. En el II Foro Eléctrico Nacional del FTE, presentó sus primeras conclusiones.

El 8 de febrero de 2002 se publicó un decreto del gobierno federal. De entrada, Sergio González, se refirió a las supuestas bondades del gobierno con relación a las nuevas tarifas eléctricas.

Los secretarios foxistas de hacienda, y de energía, dijeron que “las tarifas domésticas cuentan con un subsidio que beneficia a los usuarios con mayores consumos”. Esto provoca que las empresas públicas no cuenten con recursos suficientes. En consecuencia, “es necesario reducir” esos subsidios.

Agregaron los foxistas que, se excluía “de la reducción del subsidio” al 75% de los usuarios, se aplicaría una reducción parcial para el 20% y se eliminaría totalmente para el 5% de los usuarios con mayor consumo, mediante la nueva tarifa DAC.

Toda esta fue demagogia barata, un año después la situación resultó precisamente ... al revés. La mayoría de los mexicanos han sido perjudicados.

Se trata, evidentemente, de un engaño para afectar al sector residencial y doméstico, el más numeroso pero el que menos consume energía eléctrica. Los sectores comercial e industrial non son tocados y siguen sujetos a una injusta y desigual estructura tarifaria.

Apoyada en datos y la experiencia en LFC, González-Broca explicó que “De acuerdo al decreto, para los usuarios que consuman hasta 140 KWh mensuales no hay aumento, de 141 a 250 KWh hay un primer aumento y para consumos superiores a 250 KWh hay un segundo aumento, la tarifa DAC”.

Agregó que, “Para que sea cierto que el 75 % de la población no se vea afectado por el aumento, deberá consumir menos de 140 KWh mensuales, es decir mas de 75 millones de mexicanos quedan condenados al muy reducido consumo de 140 KWh por hogar”.

Eso quiere decir, que para no ser perjudicado, el pueblo de México no debiera consumir electricidad para satisfacer sus necesidades básicas.

“140 KWh mensuales significan apretadamente; un refrigerador, una televisión, 6 focos de 60 watts, una plancha, una licuadora, un equipo de sonido y un radio usados racionalmente”.

Pero, si se consume más, el costo se eleva. Para quienes “consumen más de 140 KWh tienen que pagar un considerable aumento de hasta 83 % -para 200 KWh- y cuidarse mucho para no caer en la criminal tarifa DAC (mas de 250 KWh mensuales), donde tendría que pagar aumentos superiores al 200 %, en consumos muy bajos y de 46.5 % exactamente al rebasar los 250 KWh”.

En cambio, para el caso de usuarios con altos consumos, “el aumento va decreciendo conforme aumenta el consumo”. Por ejemplo, “el que consume 1000 KWh mensuales, paga 22.3 % mas que antes y el que consuma 3000 KWh solamente 8.3 % más”.

Sergio González-Broca resumió la situación de los usuarios. “Los que consumen muy poco, ni siquiera lo mínimo necesario para una vida digna están obligados a ahorrar energía y condenados a una baja calidad de vida, los que desperdician la energía en grandes cantidades tienen el premio de un aumento de precio raquítico y los que quedan en medio tienen que andar a salto de mata para no ser atrapados por la tarifa DAC”.

De manera detallada, se refirió a la tarifa DAC, llamada doméstica de alto consumo pero, en realidad se trata de una tarifa doméstica de alto castigo por lo que implica.

Primero explicó lo que determina que un usuario entre o salga de la tarifa DAC.

Al respecto, los antecedentes inmediatos están en 1997, cuando se incluyó en los recibos de cobro el consumo de los últimos 6 bimestres. Lo mismo ocurrió en el primer bimestre de 2002.

La tarifa DAC se aplica a usuarios que superen los 500 KWh promedio en los últimos 6 bimestres. Para salir de esa tarifa, es preciso que durante 2 bimestres consecutivos se tenga un consumo promedio inferior a los 500 KWh.

Los cálculos realizados por Broca están basados en datos de febrero de 2002, a la fecha los costos son mayores. Gráficamente, explicó varios ejemplos para consumos bimestrales facturados por LFC.

Para consumos menores a 50 Kwh se paga un precio mínimo equivalente.
De 50 a 280 KWh se paga la tarifa 1 sin aumento.
De 280 KWh en adelante hay aumentos considerables.
Para 400 KWh se llega a un máximo, 80.9% de aumento.
Para 500 KWh el aumento es de 45.6%.

Si el consumo aumenta, sin estar en la tarifa DAC, se aplica una tarifa aumentada.

Para 600 KWH se aplica un aumento del 31.7%.
Para 1000 KWh, el aumento es del 14.3%.

Ahora bien, en el caso de tener que pagar con una tarifa DAC, los aumentos serían:

Para 520 KWh, el 93.7% de aumento.
Para 560 KWh, el 78.7%.
Para 600 Kwh, el 67.3%.

Así pues, si el consumo promedio bimestral es mayor a 500 KWh, a tales usuarios les corresponde la tarifa DAC. Para el caso de un usuario cuyo consumo fuera menor a 500 KWh, pero su promedio bimestral corresponde ala tarifa DAC, los aumentos serían:

Para 200 KWh, 246.9%.
Para 300 KWh, 211.3%.
Para 400 KWh, 194.7%.
Para 500 Kwh, 103.2%.

El caso extremo sería el de un usuario que pagó el bimestre anterior con la tarifa DAC. En el bimestre siguiente deberá pagar esa tarifa, aunque no consuma nada más. En este caso,

Para 0 KWh, el aumento es de 1352.4%.
Para 60 KWh, de 1110.3%

Para dejar la tarifa DAC, se debe mantener un promedio bimestral menor a 500 KWh durante 2 bimestres consecutivos. Pero, para caer en esa tarifa, basta que el promedio bimestral rebase los 500 KWh una sola vez.

Es preciso señalar que, la Tarifa 2 para uso comercial, es sensiblemente inferior a la tarifa DAC, e incluso a la Tarifa 1.

De esta manera, resulta que el “subsidio” crece al aumentar el consumo, exactamente lo contrario de lo que dice el decreto foxista. Es decir, las tarifas de los consumos más altos son más baratas y, es a éstas a las que se les aplica el llamado “subsidio”. Los altos consumidores son, precisamente, los sectores comercial e industrial. Por ejemplo a 400 KWh el “costo real” es $ 808.18 y la tarifa DAC es $ 621.16 con una diferencia de $ 187.02, en cambio a 800 KWh el “costo real” es de $ 1561.78 y la tarifa DAC es $ 1177.96, con una diferencia de $ 383.82

Otra incongruencia es que la tarifa DAC para consumos menores a 110 KWh, es mayor al “costo real”. Por ejemplo a 80 KWh el “costo real” es de $ 284.02 pero se factura a $342.76.

En suma, expresó González-Broca que “no hay congruencia entre el discurso y los hechos en la aplicación de las tarifas eléctricas para uso residencial”. Dijo con toda claridad que, ante esta situación, estamos en el genuino derecho a cuestionar la aplicación de las otras tarifas y los “costos reales” de la energía.

Por supuesto que, para el usuario en general, es muy difícil saber con que tarifa se le factura porque “a consumos iguales corresponden precios diferentes. Por ello, la consecuencia inmediata ha sido el malestar generalizado en todo el país. A vese descontento solamente se han aplicado paliativos.

Respecto a la recaudación de los 10 mil millones que esperaba el gobierno, resulta que a un año después apenas se recibirán 1 mil 200 millones, según dijo el director de la CFE en octubre en su comparecencia ante la Cámara de Diputados. Esto como consecuencia de la reducción en el consumo a que se ha visto obligado un amplio sector de la población.

Pero, además, ningún ingreso será para las empresas eléctricas estatales, sujetas a fuertes restricciones presupuestales.

¡El decreto foxista, del 8 de febrero de 2002, debe derogarse!

Pero no basta, hace falta una nueva y diferente estructura tarifaria. Actualmente, el sector industrial que consume más del 60 % de la energía producida recibe las tarifas más bajas, mientras que el sector doméstico que consume el 25% está sometido a exagerados precios.

Además, es muy importante la intervención organizada de la población, para impedir que las tarifas eléctricas se apliquen discrecional y unilateralmente por el gobierno.

Los usuarios deben tener ingerencia en la toma de decisiones, concluyó el compañero González-Broca.




Protesta en Egipto contra la guerra

En Egipto las manifestaciones están prohibidas por el gobierno.
Pero, el pueblo lo ha desafiado manifestándose en El Cairo y otras partes.

 

   
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