Política
Energética
Movimiento Obrero Ley Electrica Documentos Foros del FTE Búsquedas Índice General |
El 18 de julio, luego de la tradicional encerrona entre
burócratas de Pemex y charros del sindicato petrolero, se anunció
el convenio de revisión contractual 2003-2005. Se trata de un aumento salarial bastante bajo, correspondiente al tope salarial impuesto por el foxismo. El acuerdo se hizo en secreto y a espaldas de los trabajadores. En ningún momento se consultó a los petroleros, ni siquiera se nos informó. Lo más grave es lo referente al clausulado porque se trató de una revisión integral del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). ¿Qué se pactó? ¡Nadie sabe! La vez pasada se modificó el CCT en cláusulas claves para favorecer el contratismo y la desnacionalización de Pemex. No nos extrañaría enterarnos que, ésta vez, se volvió a modificar el CCT para legitimar en este nivel la Privatización Petrolera Furtiva en marcha, en particular mediante los Contratos de Servicios Integrales y los Contratos de Servicios Múltiples. La Industria Minera México S.A. de C.V. y el sindicato minero-metalúrgico (SNTMMSCRM) acordaron la revisión salarial para los trabajadores pertenecientes a ese grupo industrial. 5.5% por ciento de aumento al salario y 3.0% a las prestaciones. El convenio se firmó el 20 de julio en el contexto de la revisión contractual con las secciones 5, 6, 11, 14 y 17. La madrugada de aquel 16 de julio de 1976 despertó a México con las instalaciones eléctricas y nucleares tomadas por 20 (veinte) mil soldados en apoyo a 400 (cuatrocientos) mil esquiroles contratados para imponer al charrismo sindical en el sector. El gobierno había iniciado la represión político-militar contra los electricistas y nucleares del SUTERM quienes proyectamos para las 12 horas de ese día el estallido de la Huelga Eléctrica Nacional. En muchos lugares, los compañeros se negaban a entregar los centros de trabajo. Las instrucciones eran desalojarlos pacíficamente. Nuestra organización era muy disciplinada, aunque en algunas partes hubo que hacerle frente a los charros. Con anterioridad ya se habían producido enfrentamientos violentos en Gómez Palacio, Saltillo y otras partes. El 16 de julio también hubo resistencia pero se cuidó de no enfrentarse a los soldados. La desproporción de fuerzas era de 20 (veinte) a 1 (uno). A las instalaciones nucleares nadie pudo llegar, los militares las habían tomado previamente (y hasta la fecha). “La huelga para mejor ocasión” se publico en la prensa de esa tarde. Procedimos a movilizarnos en la capital e interior del país, nos convertimos en brigadistas de tiempo completo. En las calles, metro, autobuses urbanos, escuelas, centros de trabajo, parques públicos, oficinas, etc. nos dedicamos a informar al pueblo, oralmente y por escrito, de los acontecimientos en la industria eléctrica nacionalizada. La lucha de los electricistas democráticos es un valladar ante el imperialismo, decíamos una y otra vez. Llamamos con vehemencia al pueblo de México a defender el patrimonio colectivo. De muchos sectores obtuvimos solidaridad, pero no fue suficiente. Cuatro semanas fuera del trabajo, los electricistas; seis semanas, los nucleares. Miles de trabajadores fuimos despedidos, otros jubilados, los demás sometidos al charrismo. De inmediato se deshizo la economía nacional con la primera devaluación del peso y sus secuelas, hasta la fecha. Pero ese 16 de julio la Tendencia Democrática dio un enorme ejemplo al movimiento obrero de México. Fuimos violentamente reprimidos pero las banderas de lucha, el programa obrero, las aportaciones de los trabajadores mexicanos de la energía, se volvieron patrimonio colectivo y hoy están más vigentes que nunca. En el FTE de México defendemos con honor esas banderas. Los electricistas mexicanos y el Moncada Cuando Fidel y demás combatientes asaltaban el Moncada, los electricistas de México estábamos en lucha enarbolando 3 banderas: Nacionalización de la industria eléctrica, Un solo Contrato, Un solo Sindicato. Estas banderas se levantaron con altos bríos, en momentos culminantes de la lucha de clases en México. Previamente (1916, 1936) se habían producido enormes luchas obreras pero, para el sector eléctrico, 1952-53 representa un máximo programático y político. Después ocurriría otro tanto en 1975-76. Hoy, los trabajadores de la energía mantenemos en alto estas banderas. Cuando ocurrió el asalto al Moncada, ese 26 de julio de 1953, los electricistas mexicanos estábamos unidos en la Confederación Nacional de Electricistas (CNE), Similares y Conexos de la República Mexicana. En la CNE participaba el Sindicato Mexicano de Electricistas y la Federación Nacional de Electricistas de la Industria y Comunicaciones Eléctricas (FNTICE) que agrupaba a los electricistas del interior del país. Ya existía la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero la industria eléctrica nacional era esencialmente privada. En nuestro sector se libraban las luchas más importantes del momento, en los demás sectores empezaba a imponerse el charrismo sindical, propuesta imperialista de la posguerra destinada a destruir al movimiento sindical mexicano. Después del Moncada, cuando Fidel, Raúl y otros llegaron a México, la historia había honrado a los mexicanos con la llegada previa del Ché. Esos años fueron de enorme claridad política para los electricistas mexicanos. La Nacionalización eléctrica es una propuesta de los trabajadores electricistas en lucha, mucho antes del decreto respectivo. Por lo demás, los compañeros estaban al tanto de los acontecimientos en el mundo, fieles a la tradición solidaria de México, en ese tiempo con la Guatemala de Jacobo Arbenz. Al regreso de Fidel y los expedicionarios del Granma a Cuba se produjo uno de los movimientos más importantes del sindicalismo mexicano: la lucha democratizadora de los ferrocarrileros en 1958-59. El movimiento fue violentamente reprimido, pero representó un importante momento de combate frontal al charrismo sindical. Entretanto, Fidel, Raúl, el Ché, Camilo, todos los demás, entraron victoriosos en La Habana el 1 de enero de 1959. Triunfó la Revolución y con ella se haría realidad el programa del Moncada. Desde el primer momento, en la prensa obrera de los electricistas democráticos se saludó con entusiasmo a la Revolución Cubana y se comprendió su alcance político. Esta tradición la mantenemos a la fecha. Al calor de esta Revolución, apoyada por muchos mexicanos, entre ellos precisamente los electricistas democráticos, se produjo en 1960 la nacionalización de la industria eléctrica de México. Este hecho político, poco comprendido en su momento excepto por los propios electricistas, ocurrió en un contexto de enorme influencia de la Revolución Cubana en el continente y en el mundo. Hoy vivimos tiempos difíciles resultado de la privatización neoliberal de la energía, pero mantenemos en alto nuestras banderas de lucha. Crecimos con el sueño de Fidel y nos mantenemos firmes defendiendo la trinchera obrera. Los trabajadores que marchamos con las banderas del Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México nos congratulamos de ser solidarios con la Revolución Cubana, ¡siempre!. El triunfo del programa del Moncada, expresado por Fidel en La Historia me Absolverá, es el triunfo de todos los pueblos del mundo en lucha por su independencia y libertad. ¡Viva Fidel Castro!, ¡Viva la Generación del Centenario!
|
Esta página es construida por trabajadores del sector energía. La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente. |
Comisión de Energia
Comisión de Prensa
|