Número 41, Agosto 30 de 2003

Reducción de salario y prestaciones

VW, Propuesta patronal

En votación democrática se aceptó la propuesta del sindicato, corregida y aumentada por la empresa. Por el momento no habrá despidos, pero sí reducción de los salarios y prestaciones de los obreros. La plantilla quedó “intacta”, las ganancias de Volkswagen también.

La empresa argumentó fuerte caída en sus exportaciones, entonces propuso reducir la producción y despedir al 20% de los trabajadores, es decir, 1 mil 933 trabajadores de una plantilla de 9 mil 795.

El sindicato, afiliado a la UNT, de inmediato propuso paros técnicos; luego, presentó una fórmula de solución consistente en la reducción del 20 por ciento a los salarios, a cambio de que no hubiera despidos. La empresa reviró y propuso, la reducción del salario y prestaciones.

Mediante votación, la propuesta se aceptó. La mayoría de los trabajadores (56%) votaron a favor, el resto en contra. La otra “alternativa” era el despido. Realmente ninguna es opción.

Para la aplicación de la propuesta patronal, los trabajadores fueron literalmente divididos en 2 grupos. En el grupo A se ubicaron a 7 mil 862 empleados cuya antigüedad es superior a los 6 años, mientras que en el B se inscribieron a mil 933 obreros quienes no superan los 5.11 años de antigüedad (en La Jornada de Oriente, Milenio Diario, Notimex, 080803 y 090803).

De acuerdo al convenio, “los trabajadores incorporados al grupo A percibirán 30 por ciento de su salario tabulado por el quinto día de la semana, que bajo la jornada reducida ya no laborarán, pero les entregarán 100 por ciento de la parte proporcional por su descanso dominical y 100 por ciento de sus prestaciones”.

“Los del grupo B soportarán una reducción temporal de cuatro niveles salariales durante 6 meses, trabajarán cuatro días por tres de descanso y por regla el quinto día además del sábado y el domingo serán de asueto; por ese quinto día, que será de descanso, no percibirán sueldo alguno ni parte proporcional del descanso dominical ni 20 por ciento de prestaciones como aguinaldo, anticipo de reparto de utilidades y premio anual”.

La iniciativa de la empresa señala que la vigencia del programa 4 por 3 iniciaría el lunes 11 de agosto y culminaría el domingo 8 de febrero de 2004, con la posibilidad de prorrogarlo de común acuerdo entre las partes. Según declaraciones de la empresa, el nuevo esquema de “jornada flexible” se podrá adaptar a las necesidades del mercado, regresando parcial o temporalmente a la jornada normal.

El convenio acordado divide a los trabajadores, al crearse de facto 2 categorías, con un grupo menos afectado que el otro. De esta manera, el grupo A integrado con una antigüedad mayor a 6 años (7 mil 862 trabajadores) será sujeto del esquema 4 por 3, es decir, laborarán de lunes a jueves y recibirán un salario reducido el viernes (30 por ciento). Se les descontará el 70 por ciento del quinto día (equivalente al 14% del salario) pero recibirían las prestaciones completas. Sin embargo, aportarán 176 pesos de su aguinaldo para compensar al otro grupo.

Al grupo B (1 mil 933 trabajadores), con menos de seis años de antigüedad, no se les pagará el viernes, por lo que pierden el 100% de su salario de ese día. Consecuentemente, también pierden las prestaciones proporcionales correspondientes al sexto y séptimo día, y a las prestaciones contractuales. La reducción es mayor al 20 por ciento. Al dejar de laborar 1 día, que algunos medios llaman “de asueto” y otros de “descanso”, se pierde la quinta parte del salario (20%), aumentado por las repercusiones a las prestaciones (aguinaldo, reparto de utilidades, y otras). Es decir, perderán 20% del salario y 20% de las prestaciones. Vaya descanso, o asueto, sin trabajo y sin pago. Con esa óptica los desempleados y/o despedidos, estamos de “vacaciones”, sin ningún pago desde luego.

El gobierno foxista quedó encantado. Sin necesidad de ninguna reforma laboral, ya se aplica (con su intervención conciliadora) la flexibilidad en la jornada laboral, ese sueño largamente acariciado por la patronal encabezada por Abascal.

En la firma del convenio el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, señaló que "esta negociación representa una nueva modalidad que los tiempos nos están obligando a encontrar". Significa, agregó, el éxito del diálogo, la razón, la solidaridad y la inteligencia (Martínez F, en La Jornada 090803).

Desde luego que no. Se trata de una evidente ofensiva patronal y una seria debilidad sindical. La empresa no perdió nada, su ganancia sigue intacta. Para el sindicato, la plantilla de trabajadores continúa “intacta” como publicaron algunos medios. Se trata de eufemismos, por ahora no habido ningún despido pero el costo asumido por los trabajadores es bastante alto.

La situación de la clase obrera no está como para financiar a las transnacionales ni a ninguna empresa. Se ha puesto un precedente que tenderá a reaparecer. Parece que a la empresa y al gobierno, el esquema les gustó. “Hay que seguir defendiendo el empleo”, dijo Fox. No es que no sepa lo que dice, bien sabe que interpreta el sentimiento patronal más atrasado. Debiera haber dicho, hay que seguir defendiendo la ganancia privada, pero eso se oye feo. Mejor se apropia del lenguaje del contrario. Es lo mismo que en materia energética, repite que no privatizará y hace exactamente lo contrario.

El hecho es que la reducción del salario (y prestaciones) pactadas se ha llevado a cabo de manera extralegal, por fuera del contrato colectivo de trabajo y de los procedimientos laborales. Ha bastado un convenio entre las partes, avalado por el gobierno.

Con este precedente, otros sectores también estarán en peligro. La ofensiva patronal sobre la contratación colectiva, la jornada de trabajo, el salario mismo y las prestaciones, tiene abonado el camino. El sindicalerismo ayuda al neoliberalismo.