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En manos privadas NO hay confiabilidad de ningún sistema eléctrico, la “autorregulación” del mercado NO existe Apagón Histórico Por negligencia, 50 millones de personas se quedaron sin electricidad en EE.UU. y Canadá. ¿La causa? La errónea política energética basada en las privatizaciones. ¡La industria eléctrica no debe ser sino de propiedad social, jamás privada! La privatización es la enajenación del proceso de trabajo, y la sujección únicamente al proceso de valorización. El apagón norteamericano fue largamente anunciado. Las transnacionales son incapaces de una adecuada gestión industrial energética. El lucro y la ganancia son objetivos contrapuestos al interés social de la humanidad. La desregulación, condición para la privatización, únicamente produce anarquía en todas partes. Los hechos dicen más que los discursos oficiales. Los trabajadores exigimos: ¡Alto a la privatización eléctrica en México!, ¡Derogación de las reformas eléctricas de 1992! ¿Tiene futuro el comercio de energía? El número de enero (2003) de la revista Spectrum, del Instituto de Ingenieros Electricistas y Electrónicos (IEEE), dedicado a recopilar los errores en la liberalización del mercado de las telecomunicaciones inalámbricas y la energía, se lamentaba que nunca antes tantos sectores de la tecnología habían estado "enfermos" al mismo tiempo. Respecto del comercio de energía eléctrica puntualizaba "la manipulación del mercado, las "auto ventas" y las transacciones de ida y vuelta realizadas por un pequeño círculo de especuladores dieron a los nacientes mercados eléctricos de Estados Unidos pésima reputación. Luego de recapitular sobre "la caída de la casa Enron", las complejas conexiones californianas del cártel de la energía, y las especulativas transacciones de energía, Spectrum terminaba preguntándose ¿tiene futuro el comercio de energía? Pregunta sin respuesta precisa para los especialistas gringos cuyas explicaciones, sin embargo, revelan la profunda crisis de credibilidad al proceso, y el reconocimiento unánime de que la única razón para seguir, es que la desregulación había llegado ya muy lejos y había costado mucho dinero, como para revertir el proceso. Seis meses más tarde, al analizar el apagón del 14 de agosto pasado que afectó el noreste de los Estados Unidos, el mayor en la historia de Estados Unidos (superando el del verano del 96) y que se propagó hasta Canadá, los analistas de Spectrum reconocían que los problemas del sistema eléctrico habían sido previstos por el propio Departamento de Energía de los Estados Unidos (Department of Energy, DOE) desde 1998, mediante estudios que habían sido reproducidos por la prensa, en la que además se reclamaban acciones de prevención. Todos coincidían en que no se trató de un simple hecho fortuito. Primeros análisis del disturbio El análisis del disturbio parece indicar que un generador privado, FirstEnergy Corp., localizado en Akron, estado de Ohio (EU), retiró una de sus unidades (de carbón) debido a un comportamiento inestable. Una hora más tarde una de las líneas de transmisión más importantes de la misma zona presentó una falla. Lo inexplicable es que FirstEnergy no comunicó a los reguladores regionales, locales y adyacentes, ninguna advertencia. Durante los siguientes 45 minutos fallaron tres líneas de transmisión más (otras dos de la FirstEnergy y la tercera de la American Electric Power, ubicada en Columbus). Según los reportes, estas líneas se "dispararon" (término que en la jerga técnica significa simplemente que se desconectaron del sistema) a las 3:32, 3:41, y 3:46 p.m. desatando el caos. A partir de las 4:30 p.m., la mayoría de habitantes en Ohio, Michigan, Ontario, y los estados de Nueva York, Nueva Jersey, y Connecticut se quedaron sin energía. Independientemente del resultado final del análisis de este gran disturbio, la pregunta prevalece ¿tiene futuro el comercio de energía? En las próximas semanas y meses cientos de expertos analizarán miles de registros para establecer las causas exactas del desastre. Sin embargo, algo para lo cual difícilmente habrá respuesta será: ¿por qué no se acataron advertencias y recomendaciones, avaladas incluso por el propio Consejo para la confiabilidad de la energía eléctrica (North American Electric Reliability Council, NERC)?. Y la razón es muy sencilla: en un ambiente desregulado ningún organismo "rector" tiene poder para obligar a los participantes en el mercado a acatar costosas medidas para incrementar la confiabilidad del sistema. No existe la denominada "autorregulación" del mercado. De la misma forma, el organismo federal responsable de coordinar las administraciones regionales de la red, la Comisión Federal Reguladora de Energía (Federal Energy Regulatory Commission, FERC) jamás podrá imponer a las empresas privadas sus constantes llamamientos a desarrollar un control más estricto de sus operaciones en la red eléctrica. Apagón (largamente) anunciado Así pues, el reporte final del apagón del 14 de agosto terminará siendo la "crónica de una apagón (largamente) anunciado". Tampoco se trata de que la FirstEnergy sea la manzana podrida que pudrió el resto de la canasta ¿cuántas empresas más estarán ahorrando en el mantenimiento de sus instalaciones? Cabe recordar que la crisis eléctrica californiana no se debió exclusivamente a Enron, sino a un conjunto de empresas coludidas entre sí. Seguramente que la FirstEnergy viene a ser el equivalente de la Enron, dado que ya existían antecedentes de su mala operación (FirstEnergy posee y opera la planta nuclear Davis-Besse ubicada en Toledo, la cual hace menos de un año presentó un grave problema de corrosión que pudo provocar fugas radiativas, entre otras graves anomalías inclusive contables), pero no es la única culpable. Estamos ante la falla de todo un sistema, en el cual ninguno de los reguladores podía prever el efecto cascada de una aparente falla de baja intensidad. Seguramente muchas empresas privadas de esa región habrán prevenido sus propios equipos ante una falla de gran magnitud, pero jamás estarán dispuestos a operar en los márgenes adecuados para ayudar a soportar la estabilidad del sistema. Los equipos de protección de otra empresa, la PJM Interconnection (ubicada en Valley Forge, Pennsylvania), por ejemplo, detectaron los problemas de su vecina, la FirstEnergy, y "dispararon" sus instalaciones, aún antes que ésta, para proteger sus propias instalaciones. Cabe decir que PJM Interconnection es un organismo regulador que fue primero un Operador Independiente del Sistema (Independent System Operators, ISO) y luego se desarrolló hasta convertirse en organización de transmisión regional (RTO). Este organismo había denunciado ya las débiles normas regulatorias de su contraparte en Nueva York (New York ISO) Pero el peor caso, al parecer, fue el del ISO Midwest (Carmel, Indiana) que durante el disturbio declinó su autoridad para imponer procedimientos de emergencia a las empresas bajo su control, concretándose a comunicarles periódicamente "lo que tenían pensado realizar" respecto al disturbio. La Desregulación significa un Apagón ¿Hasta este punto ha llegado la anarquía desregulatoria? Seguramente, no es lo que tenían en mente quienes desde 1990 plantearon crear un sistema de "acceso abierto" a todos los generadores independientes de energía, así como los operadores mayoristas, encargados de comprar y vender electricidad. Aquellos que promovieron la desintegración del sistema eléctrico norteamericano, plantearon tajantemente que la creación de los ISO's y una adecuada coordinación de los organismos "reguladores" bastarían para garantizar el control del Estado y organizar los intercambios de energía entre privados. El gran apagón de Nueva York ha demostrado que no es así. ¡Alto a la privatización eléctrica en México! La desregulación es un estado transitorio necesario para la concretar la privatización de la industria eléctrica. La desregulación tiende a convertirse en autorregulación para que, supuestamente, las leyes del mercado (oferta y demanda) favorezcan la competencia entre los participantes de dicho mercado. Estos, en México, son los llamados “productores independientes de energía PIE –privados-, que venden toda su producción a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con precio garantizado, competencia que supuestamente garantizará precios más bajos. Nuestro país está en una fase de transición, de un monopsonio (mercado de un solo comprador, que es CFE) a un mercado de energía al mayoreo. La Comisión Reguladora de Energía (CRE) de México ha avanzado en la implantación un esquema de mercado eléctrico, que implica el desarrollo y desintegración de la Red Eléctrica Nacional. Adicionalmente, las propuestas alternas para la reforma energética en México contemplan formas de desregulación similares a las promovidas por la FERC gringa, algunas de las cuales involucran la desincorporación del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) actualmente operado por a CFE. El CENACE es el órgano responsable del despacho económico de carga, que garantiza el menor costo técnicamente posible de la energía, sin sacrificar seguridad. La información de control del CENACE es, además, base para la planeación del desarrollo de la red eléctrica. De manera que, en México el gobierno prepara con el proceso de privatización eléctrica furtiva en marcha, las condiciones para un apagón similar o mayor al norteamericano. Para los trabajadores mexicanos de la energía, organizados en el FTE, la única opción razonable es SUSPENDER total y definitivamente, inmediatamente, los permisos privados anticonstitucionales restableciendo la legalidad. Las reformas de 1992 a la Legislación eléctrica deben derogarse. Industria del tercer mundo, dijeron los burócratas norteamericanos. ¡No!, ése modelo es del primer mundo, la industria eléctrica privada que el imperialismo quiere imponernos. El apagón fue causado por la voracidad desmedida de las empresas privadas que sobrecargaron la red eléctrica y la desestabilizaron, teniendo escasos márgenes de reserva y notables deficiencias de mantenimiento. ¡La privatización eléctrica es un fracaso! Reafirmamos nuestra tesis histórica: La industria eléctrica no debe ser sino de propiedad social, a cargo del Estado, cabalmente integrada y con una política eléctrica independiente El apagón, minuto a minuto*
*Fuente: Instituto de Ingenieros Electricistas y Electrónicos (IEEE), www.ieee.org
50 millones de usuarios se quedaron sin electricidad en Estados Unidos
Según el Consejo de Fiabilidad Eléctrico norteamericano (NERC), un total de 61 800 Mw de carga se perdió, en sólo tres minutos, por los seis sistemas principales en la región: la Interconexión de PJM (4 000 Mw); Midwest ISO (18 500 Mw), Quebec Hidro (100 Mw); Ontario IMO (21 000 Mw); ISO Nueva Inglaterra (2 500 MW); y Nueva York ISO (24 400 Mw).
50 millones de usuarios afectados, pérdidas cuantiosas, caos en
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