Número 37, Abril 30 de 2003

Conspiración yanki para agredir a la Revolución Cubana

Provocaciones contra Cuba

El gobierno norteamericano busca crear condiciones para una crisis en Cuba, que le permita la agresión militar contra la Revolución. Desde la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, se auspicia la provocación utilizando mercenarios disfrazados de periodistas o sindicalistas. El gobierno cubano responde rápida y firmemente ejecutando a secuestradores criminales. El mensaje político es claro: la Revolución será defendida y no permitirá aventuras guerristas del imperialismo.

El 11 de abril fueron ejecutados en Cuba tres individuos que, previamente, habían secuestrado un transbordador, que realizaba el trayecto entre La Habana y Regla con 50 personas a bordo con intenciones de llevarla a la Florida. Los secuestradores amenazaron con matar rehenes. Días antes se habían producido dos secuestros de aviones que fueron llevados a los EU.

Washington y Madrid de inmediato condenaron la vulneración de los derechos humanos en Cuba. “El burro hablando de orejas”, decimos en México. Los secuestradores eran una “base avanzada de operaciones” de acuerdo a la terminología gabacha. Esos tipos habían traicionado a su pueblo, a su Patria, asimismo, se trata de mercenarios.

Tal tipo de delincuentes carecen de sentimientos, basta ver las imágenes digitales de su cerebro convertido en masa negra, sin contrastes, sin texturas y sin flujos. Ninguno de sus lóbulos funcionan correctamente, son organismos incompletamente formados. En México, las experiencias con estos delincuentes “comunes” ha sido terrible, pues han cometido en una aparente “inconciencia” los crímenes más deleznables. Uno de los casos recientes más abominables es “El Mochaorejas”.

Por lo demás, el secuestro de personas es una experiencia que, seguramente, no tienen los críticos de Cuba. Deberían darse una vueltecita por México. A ver que sienten, indefensos frente a esos criminales, cuando éstos les destrozan impunemente la familia, los hijos y la vida.

La gravedad de los hechos ocurridos en Cuba es mayor. Los secuestradores no actuaron individualmente, nunca lo hacen, sino como parte de una organización en esta ocasión promovida por el propio James Cason, Jefe de la Oficina de Intereses de EU en La Habana.

El 13 de abril, Fidel Castro señaló que era posible una agresión armada de EU contra Cuba. "Ahora estamos enfrascados en esta batalla contra las provocaciones que pretenden conducirnos a un conflicto y a una agresión militar de Estados Unidos", expresó (www.prensa-latina.cu). Eso es muy serio. Luego advirtió “Sería la guerra de los cien años”.

“Si otros no defienden su soberanía, nosotros sí, y nos ha costado muy cara. Sabemos su precio y no estamos dispuestos a renunciar a ella”, dijo el canciller cubano al explicar la situación, y presentar las pruebas de la provocación, ante la prensa extranjera.

Refiriéndose a la sanción aplicada, Felipe Pérez Roque dijo, "Es verdad que hemos tenido que hacerlo ahora, por razones excepcionales, para evitar la creación de una situación en Cuba, una crisis, un incidente migratorio al que aspiran los sectores de Estados Unidos que quieren una guerra con Cuba. Para evitarla, para salvar vidas, hemos tenido que adoptar una dolorosa decisión que no disfrutamos. Todo lo contrario. Pero tenemos sobre nuestros hombros la vida de millones de cubanos y decenas de miles de estadounidenses que perderían sus vidas en una confrontación entre los dos países, en una guerra que duraría cien años".

Esto ha motivado la discusión fuera de la isla. Los enemigos de Cuba han aprovechado la oportunidad para incrementar las provocaciones pidiendo, incluso, la intervención militar de EU.

Pero el “debate” ha arrastrado a algunas personalidades democráticas incluyendo a quienes se decían amigos de Cuba, quienes se sintieron urgidos de informar al mundo, Bush incluido, de sus tonterías contra Cuba. No han tenido tiempo, sin embargo, para condenar la detención de los 5 patriotas cubanos prisioneros en EU. El debate de los detractores no pasa de la superficie.

La discusión se ha centrado en el aspecto moral, poniendo por delante el rechazo a la pena de muerte, donde sea, contra quien sea, independientemente de las causas, razones o contextos. Esa forma “intelectual”, descontextualizada y moralista, solamente incrementa la confusión que, deliberadamente, auspicia el imperialismo.

El asunto no es puramente ético ni legal sino político. Las autoridades cubanas han mostrado información que indica la puesta en marcha de una conspiración norteamericana para preparar condiciones de intervención militar en Cuba. No se requiere mucha explicación adicional, basta revisar las recientes acciones de los yankis, del 11 de septiembre de 2001 a la fecha. En estos días, el mundo ha asistido al rompimiento unilateral de toda legalidad en el mundo, los Estados Unidos han destrozado a la ONU, han invadido Irak y Afganistán, se han repartido el botín y amenazan utilizar la fuerza contra quién se les ponga enfrente.

Está desatada la barbarie imperialista y, en esas condiciones, la Revolución se debe defender. La decisión de la dirección cubana seguramente consideró el costo político del caso. Pero, si no hubiera procedido, el costo podría haber sido más alto y, tal vez, irreparable.

Washington busca crear “las condiciones para una crisis”. Por ello la reacción inmediata del gobierno cubano. La decisión de Cuba, respecto de los mercenarios, es un claro mensaje al gobierno imperialista. No obstante que ya tubo una experiencia previa adversa, en 1961, cuando el ataque a Playa Girón, el imperialismo sigue buscando la manera de agredir militarmente a Cuba. Para los sicópatas y alcohólicos de la Casa Blanca norteamericana, la existencia de Cuba socialista es, sencillamente, intolerable.

El mensaje de la Revolución cubana, por lo mismo, es claro y contundente. En ninguna circunstancia Cuba se quedará con los brazos cruzados. 500 mil combatientes en acciones internacionalistas, millones de milicianos, pueblo y trabajadores defienden a la Revolución.

Ante la euforia imperialista la alternativa sería entregarse o combatir, han dicho lo cubanos. Han respondido enseguida, señalando que la única manera de defender a la Patria, a la Revolución y al Socialismo es, precisamente, combatiendo. De allí las decisiones tomadas.

Respecto a la crítica de algunos intelectuales, es pertinente señalar que Fidel es uno de los grandes estrategas de la historia. Ni Galeano ni Saramago ni Benedetti, ni nadie más, tienen suficientes elementos para la valoración política del caso. A ellos les es fácil decir que, el equivocado, es Fidel. Sin embargo, allí están los hechos.

El 19 de marzo, fue desviado en vuelo un DC-3 de la Isla de La Juventud a La Habana. El 31 de marzo, lo mismo ocurrió con un An-34. Ambas naves culminaron aterrizando en los EU. Después se secuestró la lancha Baragúa. 29 proyectos similares estaban en marcha. “Otto Reich y Roger Noriega, promueven el secuestro masivo de aeronaves y embarcaciones cubanas por parte de ex prisioneros y delincuentes comunes", informó Fidel. El gobierno de España también está en la provocación. En Paris, el gobierno francés se complace con la provocación ante la Embajada Cubana. En España, Aznar y la socialdemocracia, discrepantes en el caso de Irak, ahora marchan unidos contra Cuba. En México, tampoco han faltado los “oportunos” puestos a la moda, deslindándose de inmediato.

“Había que cortar radicalmente la ola de secuestros”, dijo Fidel a la televisión cubana (www.granma.co.cu). "Nuestro pequeño país está hoy más amenazado que nunca antes por la superpotencia que pretende imponer una dictadura fascista a escala mundial", expresó.

Dura sanción contra truhanes del hampa, sí, porque era necesaria. El mundo está en guerra, los EU nos han declarado la guerra a todos, incluyendo a trabajadores, intelectuales, artistas y periodistas. Es elemental concluir que debemos defendernos.

La Revolución Cubana es patrimonio de la humanidad. El pueblo de Cuba socialista, en estos momentos, tiene el alto honor y responsabilidad, de ser el único que le habla al imperialismo de frente, en todos los terrenos.

Para el FTE de México, Cuba también es nuestra trinchera, lucharemos por Cuba y

¡Venceremos!