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Charrismo y foxismo, perniciosos para la Nación Charros petroleros, ¡Fuera del STPRM! Otra vez el charrismo en el sindicato petrolero, apoyado por la burocracia foxista, violenta la legalidad sindical. Para imponer a las nuevas representaciones sindicales espurias, se recurrió a las amenazas, el chantaje y los golpes. En casi TODAS las secciones NO hubo quórum, las asambleas NO se constituyeron legalmente, NO se cumplieron los procedimientos estatutarios, NO hubo votación menos recuento de votos. A los trabajadores se les impidió, incluso, ingresar a los recintos sindicales. Grupos de “golpeadores”, individuos armados ajenos al sindicato y a la industria impusieron el terror. Las autoridades laborales fingen desconocer las irregularidades, en realidad las avalan porque estuvieron presentes “contratados” por los charros sindicales. En el STPRM está alterada la normalidad sindical, casi TODOS los representantes sindicales seccionales y TODOS los nacionales carecen de personalidad jurídica, NO deben ser reconocidos. ¡Exigimos alto a la impunidad! ¡Democracia sindical! Llamamos a los petroleros del país a DECIDIRNOS y organizarnos en un solo Frente único a nivel nacional para rescatar democráticamente al STPRM y a Pemex. Otro charrazo en Pemex Se dicen representantes sindicales electos, en realidad se trata de gánsters, tipos mafiosos y corruptos perseguidos por la justicia, individuos carentes de fe y, por tanto, impedidos para representar a nadie menos a los trabajadores petroleros mexicanos. Días antes de las supuestas elecciones, “el juzgado 13 de distrito con sede en la ciudad de México libró una segunda orden de aprehensión en contra del dirigente petrolero Carlos Romero Deschamps y otros integrantes de ese gremio, esta vez por los delitos de peculado y uso indebido de atribuciones y facultades” (Castillo G, en La Jornada 021003). En este contexto se inició el proceso electoral en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). El 16 de octubre, fuera de las Oficinas Nacionales de Petróleos Mexicanos (Pemex), “200 petroleros se enfrentaron a golpes” (Castillo G, Gómez C, en La Jornada 171003). Ese día (jueves) se emitió la convocatoria a elecciones en las 36 secciones del sindicato, mismas que se llevarían a cabo el siguiente martes 21. De inmediato, los charros sindicales “destaparon” a su candidato Ricardo Rivera, actual secretario tesorero seccional, mismo que fue inmediatamente impugnado por los trabajadores. Los charros cambiaron a Rivera por otro charrito, Héctor Sosa, quien de inmediato se dio a la tarea de amenazar con el despido a los trabajadores. El proceso electoral es importante para la renovación de las representaciones seccionales mismas que, en diciembre, reeligieron en absoluto secreto a Romero Deschamps como secretario general nacional. Como en otras ocasiones, el día de las elecciones no hubo tales, fue simplemente la imposición violenta del charrazo en casi todas las secciones sindicales. El proceso electoral en el sindicato petrolero es espurio, a todas luces ilegal. Sin embargo, los charros sindicales petroleros y el gobierno foxista siguen actuando compulsivamente y, en los hechos, insisten en violentar la legalidad. El 25 de octubre, “José Luis Moya Flores, juez 13 de distrito en materia penal, dictó auto de formal prisión por los delitos de peculado, peculado electoral y uso indebido de atribuciones y facultades al dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, tras considerar que existen elementos de prueba suficientes para iniciarle un juicio por su responsabilidad en el Pemexgate” (Castillo G, en La Jornada 251003). Nada importa, sin embargo, ni a charros ni al foxismo, en los hechos sigue prevaleciendo la impunidad, la antidemocracia y la corrupción. Charros en casi todas partes En la Sección 1 de Ciudad Madero, los charros impusieron como “secretario general a Narciso Villaseñor Villafuerte, quien estuvo preso en el estado de Veracruz por robo de ganado. Sustituye a Jesús Olvera Méndez, implicado en el Pemexgate”(Sánchez M, en La Jornada 251003). 500 policías “vigilaron” el proceso electoral y aún así hubo conatos de violencia. Arturo Martínez, perteneciente al grupo de La Quina, perdió. Le elección fue a mano alzada en medio de las amenazas del secretario general saliente. No obstante algunas inconformidades, los petroleros se “disciplinaron”. El nuevo charro petrolero estuvo preso en Osuluama, Veracruz, a finales de 1991, y se le procesó por el delito de robo de ganado; un tiempo después obtuvo su libertad. Lo mismo, o peor, ocurrió en el resto de las secciones salvo las secciones 14 (Villahermosa) y 45 (Hospital Pemex DF). Otra vez las denuncias, promesas e ilusiones De inmediato, trabajadores contendientes en planillas de las diversas secciones acudieron ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) a denunciar las irregularidades. La película ya está muy vista. Irregularidades, ilegalidad, contubernio, prácticas antidemocráticas, como siempre ha ocurrido al menos en las 3 últimas décadas. Se acude a la autoridad laboral, ésta finge intervenir y termina otorgándole las respectivas “Tomas de Nota” a los charros. ¿Porqué ahora había de ser diferente?. La STPS dijo que estaba “atenta” en todos los estados pero no podía intervenir. ¡Eso dice, pero su intervención es descarada, precisamente del lado del charrismo!. Sus “inspectores”, cuya función es vigilar que los actos en los que intervienen se ajusten a la legalidad hacen exactamente lo contrario, participan en las supuestas asambleas, les constan las irregularidades pero ... las avalan, literalmente “comprados” por los charros. Para crear ilusión entre los compañeros, los funcionarios de la secretaría dijeron, otra vez, que “el compromiso de la dependencia, advirtieron los funcionarios, es precisamente vigilar que el proceso cumpla con los requisitos legales. Sólo así se otorgará la toma de nota”. Como ocurrieron los hechos resultaría IMPOSIBLE que la STPS les otorgue la Toma de Nota a los charros. Sin embargo, eso es lo que va a ocurrir: la STPS volverá a reconocer a los charros, a nivel seccional y nacional. Ilegalidad manifiesta será legalizada Entre las irregularidades está la carencia de quórum, solo la minoría estuvo presente, consecuentemente las asambleas NO fueron constituidas. Al no haber quórum, no procede la elección, sencillamente. Pero los charros violan tranquilamente los Estatutos, no respetan ninguna norma. La violación estatutaria se inició desde el momento de emitir la convocatoria, misma que se hizo fuera de tiempo y forma. Luego, las asambleas se constituyeron de facto en la ilegalidad total, ni siquiera registro de asistencia hubo. Después, se impidió la libre manifestación de la voluntad de los trabajadores. Las supuestas asambleas estuvieron repletas de policías y golpeadores al servicio de los charros. En medio de la intimidación total, los trabajadores jamás tuvieron ninguna posibilidad de elegir ni decidir libremente nada. El proceso en ninguna forma se ajustó a las normas legales. De hecho, NO hubo votación menos conteo de votos. Fue la aclamación, el grito, la borrachera del charrismo, la que definió los resultados. El proceso duró apenas unos minutos. En términos formales, estos hechos serían suficientes para que la STPS les niegue el registro a las nuevas representaciones. Simplemente, NO es posible documentar convincentemente el proceso electoral. Eso consta a los inspectores de la SPTS, las asambleas simplemente NO son válidas, los requisitos mínimos NO fueron cubiertos. Pero, ¿qué va a pasar? Lo mismo de siempre, ¡faltaba más! La STPS dirá que se ajustará a lo indicado por la ley, jamás informará de sus actuaciones, engañará a los trabajadores, muchos pondrán toda su fe en la autoridad laboral y, al final, seguirán fungiendo los charros sindicales. Así, hasta las próximas elecciones. Sin que se sepa nada, los charros tomarán posesión de las instalaciones sindicales, recibirán de la empresa las cuotas de los trabajadores, administrarán el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), en los hechos los representarán a éstos. Cuando haya pasado cierto tiempo, resultará que la empresa siempre había reconocido a los nuevos charros quienes tendrán de nueva cuenta reconocida su personalidad jurídica. ¿Dónde quedará la ley y de más actuaciones de la STPS? En el mejor de los casos, en el cesto de la basura. Charrismo y foxismo, son lo mismo En la Sección 35 de Tula, los charros no permitieron el registro de ninguna planilla opositora. Más aún, a los petroleros inconformes ni siquiera les permitieron el acceso al recinto sindical. Los golpeadores se encargaron de mantener el orden. En tales condiciones, los charros sindicales “preguntaron” a la asamblea si había alguna otra planilla contendiente. Los mismos charros se respondieron. ¡Noooo! Entonces, se reeligieron por unanimidad. Los inspectores de la STPS, presentes en el acto, “dieron fe de los hechos”. Para ellos, solamente hubo una planilla, “nadie la objetó, todos apoyaron” a Joel Martínez Andrade, entonces, esa planilla ¡es la buena! Y se acabó. Para la STPS NO habrá controversia. En la sección 43, los procesos electorales siempre se han resuelto a balazos. Esta vez, no los hubo, no había necesidad. La sección ha sido copada por los mercenarios a sueldo de los charros. Aterrorizados, los pocos petroleros presentes se vieron imposibilitados para hacer nada, y los charros impusieron a Laura Rodríguez Acevedo hermana de mercenarios a sueldo de los charros. En la sección 24 de Salamanca, Fernando Pacheco Martínez acusado por ser partícipe del fraude a Pemex conocido como Pemexgate volvió a ser reelecto. A este individuo a quien se responsabiliza por uso indebido de más de 100 millones de pesos se le otorgó más impunidad. Lo mismo, en unos pocos minutos los charros lo aclamaron e impusieron. El pro-foxismo quebró Creían que Fox iba a quitar a Romero Deschamps y demás charros petroleros. Más aún, creían que Fox los iba a poner a ellos, ya se sentían sentados en la silla de los charros. ¡Oh desgracia, FRACASARON! No podía ser de otra manera. El año pasado, incluso, le pedían a gritos a Fox “que los apoyará” para que se opusieran a la supuesta huelga que harían los charros. Hoy es evidente que esa política era, y sigue siendo, errónea. Ni Fox ni cualquier otro gobierno terminarán con los charros. La razón es simple, esas mafias corporativas son el sostén represivo de la burocracia gobernante en turno. El papel del charrismo es fundamental para seguir con la privatización y desnacionalización del patrimonio nacional. Los charros sindicales no son únicamente antidemocráticos, corruptos y criminales; son, ante todo, una superestructura sujeta al imperialismo, penetrada hace décadas por las agencias norteamericanas de espionaje, son organismos organizados para la represión de los trabajadores en todas las formas a efecto de impedir todo tipo de organización independiente y de lucha obrera. En suma, el charrismo sindical representa a la contrarrevolución burguesa. En estos momentos, el charrismo es pilar del neoliberalismo. Los charros sindicales son los primeros apoyadores de la privatización. Ejemplos: los charros del SUTERM en la industria eléctrica y los charros del STPRM en la industria petrolera. En ambos casos, la privatización furtiva alcanza niveles escandalosos y los charros son beneficiarios junto con las transnacionales. De manera que, tan solo pensar (o seguir pensando) que Fox, empeñado en seguir privatizando el sector energético al margen de la Constitución, podría quitar al charrismo es, por decir menos, puro ilusionismo. La unidad es urgente en un solo Frente Qué hace falta, entonces? Ahora lo reiteramos con más énfasis, se requiere una organización única de petroleros a nivel nacional. Más de 20 grupos, todos desorganizados, sin política, sin bases, aislados, fragmentados y sectarios, pululan en el sindicato petrolero. En esas condiciones los charros sindicales violentan cualquier legalidad sindical sin que nadie se los impida. Más aún, sin convicción, sin programa y sin coherencia política, los charros sindicales corrompen fácilmente a cualquiera. Ya sucede actualmente. Mientras algunos trabajadores impugnan por todos los medios a las elecciones fraudulentas, los charros se dedican a ofrecer “migajas” a quien las acepte. ¡No faltan interesados! Gran parte de las disidencias no son tales, se trata de oportunistas o arribistas. Urge, como el oxígeno para la vida, que los petroleros democráticos nos integremos, en cada sección y a nivel nacional. La propuesta consiste en unirse democráticamente al FTE, individual y colectivamente, a través de un Frente Petrolero en lucha por 2 grandes objetivos: 1- Rechazo a la privatización energética y defensa de la industria petrolera nacionalizada, 2- Democratización del STPRM y expulsión del charrismo sindical. Nuestro Frente debe seguir siendo clasista, formado por trabajadores petroleros e INDEPENDIENTE de cualquier partido político. Esto último, porque los partidos políticos tradicionales solamente sirven para engañar bobos, atraer con los reflectores, condicionar la solidaridad y pasársela en el rollo y la formación de aparatos y aparatitos, sin NINGUN trabajo serio en las bases. ¡A la lucha petroleros! ¡Adelante compañeros! Llevar la impugnación al charrismo por los causes legales hasta sus últimas consecuencias, ¡Sí! Pero eso no basta, el final es previsible, el gobierno neoliberal apoya al charrismo. Lo importante es ORGANIZARNOS, sin pedirle permiso al gobierno, sin esperar su “protección”. Hay que decidirnos, desafiar a las cúpulas burocráticas, tomar a la organización sindical en nuestras propias manos. ¡Manos a la obra ya!, antes de que la privatización de Pemex sea mayor, antes de que el charrismo y el foxismo terminen de entregar la Patria al imperialismo.
¡Unidos Venceremos!
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