Número 39, Junio 30 de 2003

Avanza el modelo privatizador del foxismo

CRE fijará tarifas eléctricas

Sigue la ilegalidad de la privatización compulsiva. La Comisión Reguladora de Energía NO tiene facultades para proponer, ni autorizar, las tarifas eléctricas en la Nación. Esa propuesta está en las iniciativas legislativas privatizadoras que NO han sido dictaminadas. Al margen de la sociedad, de la industria nacionalizada y del poder legislativo, Fox “legisla administrativamente” para imponer de facto la reestructuración en CFE y LFC sometiéndolas a la privatización.

Fox sigue procediendo al margen de la ley. Sin necesidad de ninguna reforma eléctrica, cuyas diversas propuestas son por demás regresivas por privatizadoras, se sigue violentando la legalidad. Ahora, el foxismo decidió que la Comisión Reguladora de Energía (CRE), sea la entidad encargada de fijar las tarifas eléctricas. De esta manera, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del Centro (LFC) serán sometidas a las decisiones unilaterales de cinco burócratas al servicio del gobierno norteamericano.

“En el segundo semestre de este año la regulación de las tarifas del sector eléctrico dejará de estar en manos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para pasar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), señaló Nicéforo Guerrero, subsecretario de Electricidad de la Secretaría de Energía” (Carriles L., en Milenio Diario 020603).

“Ello significa que a partir de enero del 2004 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) estará sujeta a todas las reglamentaciones y normas de la CRE, durante todo el proceso eléctrico, desde la generación hasta el consumidor final”.

Reiteradamente ha dicho Fox que la CFE no será privatizada. Esto es en referencia a los activos porque las funciones constitucionales se privatizan día a día. Más aún, la CRE se supone que está dedicada a la regulación privada, ese fue el objetivo de su creación. Ahora se le otorgan funciones que colocan a CFE y LFC en el nivel de empresas privadas. El foxismo confunde, deliberadamente, el concepto de industria eléctrica con el de empresas eléctricas. En el caso de CFE y LFC, tales empresas oficialmente siguen siendo públicas pero cada vez más siguen un funcionamiento de empresas privadas.

La maniobra es evidente, se trata de avanzar en la privatización eléctrica, en todas sus formas y a todos los niveles. Mientras los partidos políticos se encuentran entretenidos en sus campañas electorales, Fox actúa. Antes de que el Senado de la República tome alguna decisión respecto a la llamada “reforma eléctrica”, Fox se adelanta e impone situaciones de hecho, otorgándole a la CRE exactamente las funciones que se proponen en las iniciativas legislativas de Fox y el PAN.

“Ese cambio no requiere modificaciones a la ley, puesto que está dentro de las facultades del Presidente de la República el trasladar una función de una dependencia a otra, sin tener que cambiar de Ley o consultarlo con el Congreso de la Unión, afirmó el funcionario”.

Es decir, el proceso de privatización de la industria eléctrica nacionalizada es para Fox un simple hecho administrativo, sin ninguna implicación adicional. Pero no es así, las consecuencias no son administrativas sino políticas, económicas, sociales e históricas.

Lo que ocurre es que Fox impone compulsivamente la privatización y, de paso, fortalece a la entidad más deleznable y privatizadora por excelencia. Nicéforo, hace como que no sabe, de la existencia de una ley de la CRE, una ley de la CFE, una legislación eléctrica y una Constitución.

La situación es verdaderamente grave. A CFE se le quitan todas las facultades en la materia, se le deja en el nivel de la simple operación, las decisiones serán externas con el fin de estrangularla. A LFC no se le toma en cuenta, ni se le menciona siquiera.

“El subsecretario de Electricidad explicó que la definición técnica de los costos no será determinada por la propia CFE, como actualmente sucede, sino por las normas y regulaciones impuestas desde afuera de la compañía, lo que tendrá como beneficio real una mayor transparencia”.

Desde luego, el gobierno foxista miente una vez más. Nadie, fuera de la propia industria eléctrica nacionalizada tiene mayor capacidad para definir técnicamente los costos. Por otra parte, jamás podrá haber ningún “beneficio real”, así en abstracto. Desde fuera, quienes decidirán serán las transnacionales, la CRE solamente cumplirá sus órdenes.

Nicéforo Guerrero, dijo que “no podemos decir si los costos de la energía serán más bajos o más altos, o si el subsidio tendrá que subir o bajar, es algo aún indeterminado pero esperamos que en un plazo de unos tres o cuatro meses se tenga terminado todo el modelo”. Para no dejar dudas, Forito dijo que el foxismo trabaja en el nuevo modelo sin importarle que haya o no reforma.

“El funcionario informó que a lo largo de este año se ha trabajado fuertemente en la reestructuración de la industria eléctrica, un tema que se debe de resolver incluso si no se logra una reforma constitucional, lo que implica separar las decisiones de gobierno con las operativas de las empresas”.

“El subsecretario explicó que las tarifas, al ser manejadas por la CRE, tendrán un uso técnico al 100%, y en ese sentido “todos los consumidores saldrán ganando porque se buscará transparentar la operación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”.

Por supuesto, todo esto es falso, la CRE NO sabe NADA de criterios técnicos. Dionisio Pérez Jácome, quien preside la CRE no pasa de ser un vulgar grillo del PRI, especializado en organizar fraudes electorales; Nicéforo, se dice abogado en energía (especialidad que NO existe) y no sabe siquiera como funciona un foco.

“Bajo el nuevo esquema, Hacienda seguirá manejando los subsidios que determina el gobierno para los usuarios domésticos, como parte de sus programas de apoyo y en los de combate a la pobreza, independientemente de cómo se manejen las tarifas eléctricas a partir del año próximo, comentó el funcionario”.

“Actualmente dentro del gobierno federal existe el Comité para la Reestructuración del Sector Eléctrico, el cual es dirigido por la Comisión Reguladora de Energía pero en él participan además funcionarios de la SHCP, de la Secretaría de Energía y de otras dependencias como es Luz y Fuerza del Centro y la Comisión Federal de Electricidad”.

Ese Comité de Reestructuración” es espurio y antinacional. Resulta indignante para los ingenieros, investigadores y trabajadores mexicanos de la industria eléctrica que la CRE “dirija” la reestructuración. La CRE, reiteramos, responde a los intereses de las transnacionales. Ese Comité trata de imponer los criterios de Enron, Iberdrola Fenosa y demás empresas privadas fraudulentas. ¡Ese es el modelo de Fox!

“Para el subsecretario de Electricidad, la reestructuración de la industria eléctrica mexicana es urgente y parte de la definición de normas para las tarifas está trabajando a su favor”.

“En ese sentido, Guerrero comentó que se trabajará en dos temas importantes para la industria, la reestructuración de la CFE y su autonomía de gestión y operación”.

“En la primera buscarán que cada una de sus actividades funcione de acuerdo con sus objetivos, la generación más eficiente, la distribución sin problemas y otros temas para buscar mayor eficiencia”.

“Para la segunda buscarán que la propia paraestatal esté dividida en sus diferentes actividades con el fin de que en cada una de ellas los operadores sepan que hacer, además tendrán más facilidades fiscales sobre sus inversiones y gestiones”.

Así, en breve descripción, de acuerdo con la nota periodística, el gobierno proyanki de Fox avanza en la privatización a pasos acelerados. La próxima noticia podría ser la fragmentación de CFE y LFC en diversas unidades separadas que permitan un mejor fraccionamiento del proceso de trabajo. Para las transnacionales No basta que tengan ya en su poder el 34% de la capacidad eléctrica instalada total en el país, quieren más no solo en generación sino en las demás fases del proceso, exactamente como lo propone Fox en sus iniciativas legislativas. Mientras los partidos políticos hacen campaña, sin bandera y sin programa y esperan el resultado electoral para reacomodarse.

Entre tanto, el pueblo se mantiene a la expectativa en un contexto SIN alternativas políticas. Los trabajadores, en la grilla doméstica, siguiendo el juego de charros y charritos.

Ante este panorama, la conclusión es evidente. ¡Urge que los trabajadores nos dinamicemos, retomemos la movilización y organicemos la respuesta! El foxismo está poniendo a la defensiva a las escasas fuerzas defensoras de la industria eléctrica nacionalizada. Se confía casi “ciegamente” en los legisladores. Eso es poner las cosas a la inversa. La defensa del interés general de la Nación No se puede dar solamente en las Cámaras sino, ante todo, fuera de esas instancias carentes de compromiso con México.

Compañeros trabajadores:

Tenemos el deber de seguir defendiendo a México y al patrimonio colectivo. Debemos energizarnos y expresarnos con toda decisión. ¡La Patria NO se vende, pero nos la están expropiando!

La alternativa del FTE de México, respecto a las tarifas eléctricas es completamente diferente y opuesta al foxismo.

Corresponde a la industria eléctrica nacionalizada FORMULAR las propuestas sobre las tarifas eléctricas, su estructura y revisión. Corresponde a la Cámara de Diputados AUTORIZAR las tarifas eléctricas aplicables en los diferentes sectores del país. Corresponde al pueblo organizado, en comisiones eléctricas, opinar respecto del funcionamiento, política y decisiones de su industria.

La CRE carece de elementos y facultades para representar el interés general de la Nación en materia de tarifas eléctricas. Esa comisión ha traicionado a México al entregar la industria eléctrica nacionalizada a las transnacionales. Su proceder es anticonstitucional y fraudulento como lo calificó en 2002 la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La CRE no debe sustituir a la industria eléctrica nacionalizada, ni al poder legislativo; la CRE DEBE DESAPARECER, su existencia corresponde a un modelo privatizador transnacional, contrapuesto con la nacionalización eléctrica.

Solo la movilización de los trabajadores y pueblo mexicanos
podrá detener al foxismo, depredador del patrimonio y recursos
naturales de la Nación.