Número 36, Marzo 30 de 2003

Genocidio imperialista en Irak

Sangre por petróleo

Para el imperialismo no existe legalidad sino fuerza bruta, tampoco existe democracia sino mafia organizada. La agresión norteamericana a Irak, ofende a la civilización humana y pone al mundo en manos de criminales. El neoliberalismo de guerra está en marcha para reconfigurar por la fuerza al mundo de acuerdo al interés de las trasnacionales. Necesitamos reorganizar nuestras fuerzas y energizarnos para detener a la barbarie. ¡Huelga obrera contra el neoliberalismo de guerra!, ¡Ni una gota de petróleo para imperialismo!, ¡Unidad y solidaridad internacional contra el imperialismo y gobiernos títeres!

Bombardeo angloamericano contra Irak, Imagen de la TV de Abu Dhabi.
Genocidio imperialista, masacre neofascista.

No se trata que los Estados Unidos hayan empezado la guerra SIN la autorización de la ONU. Aún en el caso de que ésta sirviera para algo, NO tendría ningún derecho de autorizar la agresión contra ningún pueblo.

En el presente caso, la ONU no ha sido tomada en cuenta ni falta que hace. Esa burocracia no es la primera víctima, porque hace años que renunció a su papel. Simplemente, es una oficina de los yankis para organizar la ayuda humanitaria después del genocidio. Ni siquiera una condena, la más mínima crítica, ha formulado esa entelequia después de 10 días de crímenes. Tampoco ha querido decir nada la llamada Comisión de Derechos Humanos. Esta y la ONU misma están sometidas al capricho gringo.

La mayoría de los gobiernos han traicionado a sus pueblos y han demolido a su democracia. Esa democracia electorera, meramente formal, está mostrando sus limitaciones. De entrada, los gobiernos apoyadores de los gringos, deben caer. Dicen que los apoyan 40 países. Deben caer todos, y caerán, entre otros: Bush, Blair, Aznar, Sharon, Uribe, Howard, Fox, etc.

La guerra plantea el asunto del poder político en toda su expresión. Esta tarea, no puede ser para mañana porque no tenemos las fuerzas suficientes. Sin embargo, urge preparar las condiciones. La respuesta a la guerra no puede tener éxito sino en el contexto de la lucha de clases y un nuevo poder político en el mundo.

El uso de la violencia es consustancial al capitalismo. La violencia nunca le ha sido ajena y, utilizándola, el imperialismo se ha extendido por el mundo destrozando las barreras que se le oponen.

Hoy, la violencia imperialista es un requisito para imponer el neoliberalismo económico con sus adversas consecuencias en todas las esferas de la vida. ¿Para qué quieren los Estados Unidos dominar a Irak? Para disponer libremente de los recursos energéticos, desde luego, y privatizar a la industria petrolera. También, para favorecer a los grandes intereses financieros de las corporaciones trasnacionales que dominan al planeta, energéticas y militares. La guerra es una oportunidad para deshacerse de los arsenales “viejos” y probar los nuevos. Asimismo, para imponer compulsivamente el dominio político imperialista y reconfigurar al mundo a su conveniencia.

Mediante la guerra, los Estados Unidos e Inglaterra, asociados con Japón, pretenden erigirse hegemónicamente sobre los demás, así sea incrementando la misma rivalidad interimperialista. Eso los ha llevado a romper momentáneamente el frente con Francia y Alemania.

La barbarie imperialista ocurre a pesar de las enormes protestas en el mundo. ¿Porqué no se atiende a tantas voces? Porque el imperialismo no atiende razones, hace falta una fuerza equivalente para enfrentarlo. A la caída del socialismo no existe ninguna fuerza capaz de hacerlo. China y Rusia defienden intereses particulares y se limitan únicamente a declaraciones tibias.

El imperialismo ha desatado la masacre en Irak. Desde el 19 de marzo de 2003, más de mil bombas diarias, casi una bomba por minuto, han explotado sobre Bagdad, Basora, Nasiriya y otras ciudades iraquíes. Es la nueva versión del fascismo. Pero, a pesar del poderío tecnologizado del imperialismo, la resistencia iraquí los ha detenido. Ni han llegado a Bagdad ni han tomado a Basora, ni hay rendición de iraquíes en masa, ni se ha recibido al invasor con flores y abrazos, sino con balas, como bien dijo Tarek Asiz.

En 3 ó 4 días habían dicho Bush y Blair que tomarían Bagdad. No ha sido así. En el desierto y las ciudades se han producido combates guerrilleros. Ha habido bajas iraquíes, sobre todo civiles, porque a esa población que los gobernantes imperialistas decían iban a “liberar” la han preferido bombardear matándola impunemente.

Es previsible una mayor respuesta del pueblo iraquí, motivado como nunca por su sentimiento antimperialista árabe. En el mundo acompaña a ese pueblo una verdadera rebelión. No hay ciudad importante en el mundo donde no estén ocurriendo diversos actos de protesta.

A pesar de las mentiras "Goebbelianas" de los medios norteamericanos y sus agencias, otros medios y sus corresponsales de guerra han mostrado al mundo otra verdad.

Esta guerra no es solo contra Irak es contra el mundo. Irak solo no ganará la guerra, debemos ganarla todos. No basta, sin embargo, el mero pacifismo. Convendría desarrollar formas organizativas independientes para constituir en las calles, a una nueva Organización de los Pueblos del Mundo. La actual ONU ha concluido su inútil existencia. Habrá, también, que echar abajo a TODOS los gobiernos entreguistas y proyankis.

Está planteada la solidaridad internacional más amplia y decidida. Hoy, el contexto de la lucha de clases rebasa al simple sindicalerismo y a la política electorera. Enfrentar, y derrotar, al neoliberalismo de guerra requiere mucho más. Por lo pronto, El FTE de México une su voz, su corazón, su alma y entendimiento con todos los pueblos del mundo y, en el mismo coro, exigimos