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Imperialismo, mafias empresariales y sindicales, contra el pueblo Golpismo en VenezuelaSiguiendo puntualmente los dictados del Dossier número 5, escrito por la CIA, el grupo de empresarios agrupados en Fedecámaras y las mafias sindicales de la CTV, apoyados por los medios electrónicos de comunicación, socavan al proceso bolivariano. La Coordinadora golpista interrumpe la voluntad popular, sabotea a la industria petrolera y auspicia la violencia. Es necesaria la acción organizada de las masas trabajadoras para defender la democracia y la revolución. Empresarios venezolanos agremiados en la Federación Nacional de Cámaras Empresariales (Fedecámaras) organizaron un lockout (paro) patronal, apoyados por una supuesta central obrera, la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV). Esta mafia sindical pertenece a la Confederación Sindical de Obreros y Sindicatos Libres (CIOSL), misma que funciona en el propio edificio sindical de la CTV en Caracas. Al Plan le llamaron Diciembre negro (originalmente era Septiembre negro). El objetivo: reventar al proceso democrático bolivariano e imponer compulsivamente al neoliberalismo a través de un gobierno títere del imperialismo. Los mecanismos: provocar la violencia mediática y de todo tipo, desquiciar la economía del país, apoderarse de la industria petrolera. La anécdota: exigir la renuncia del presidente Hugo Chávez. El guión: el Dossier número 5, mismo que detalla las acciones desestabilizadoras con alta precisión, al estilo del modelo Pinochet y la Central de Inteligencia Americana (CIA). Promotores de la farsa: el gobierno de los Estados Unidos, la embajada norteamericana en Caracas, y sus socios, la Fundación Cubano-Americana de Miami, el gobierno español y traidores vendepatrias incrustados en la principal industria venezolana. Título de la película: El Golpe de Estado Petrolero. Los golpistas, integrados en la llamada Coordinadora Democrática,
siguieron puntualmente los dictados del imperialismo. En diciembre, los
empresarios provocaron el paro obligando a sus trabajadores a secundarlo. En
Petróleos de Venezuela (PdVSA), los funcionarios traidores y el aparato
sindical corrupto impusieron el sabotaje. Los cacerolazos de las capas altas de la sociedad se sucedieron con frecuencia, la incitación a la violencia era intensa, la televisión deliberadamente se dedicó a exagerar todo. Pronto habría las víctimas anunciadas por los guionistas. La derecha venezolana envalentonada contó con el apoyo del Tribunal Superior de Justicia, mismo que dictaminó que en abril pasado NO hubo ningún golpe de estado ni mucho menos responsables, y las policías al mando de alcaldes opositores. El gobierno enfrentó serena y firmemente la situación. Las Fuerzas Armadas ratificaron su lealtad al presidente Chávez. El pueblo se movilizó en múltiples formas. De varias partes del mundo se recibieron mensajes solidarios. El petróleo, es el punto crucial, la urgencia y desesperación de la falsa oposición venezolana. Entre otras razones, está el interés norteamericano para asegurar las reservas confiables de crudo. Venezuela exporta un volumen equivalente a Irak. Pero, además, el gobierno de Chávez ha frustrado los planes de privatización de PdVSA. Más aún, en enero de 2003 entraría en vigor una nueva ley petrolera en Venezuela. "La Ley de Hidrocarburos permitiría desmantelar al metaestado de la empresa petrolera Petróleos de Venezuela (PdVSA) es decir, la nomenclatura corrupta del petróleo que controla la vida económica del país y que es parte integral del proyecto del Nuevo Orden Energético Mundial de George Bush. Hoy día, sólo el veinte por ciento de los ingresos de esta megaempresa son integrados a las arcas del Estado; el ochenta por ciento figura como 'costos operativos' que enriquecen las cuentas secretas de los beneficiarios de este cáncer económico. El poder de esta robocracia petrolera se ha venido afianzando progresivamente durante las últimas décadas. En 1974, entregó el 80 por ciento de los ingresos al Estado y se quedó con el 20 por ciento ('costos operativos'). En 1990, la relación se emparejó en un 50 a 50 por ciento, y en 1998 había alcanzado ya la proporción del 80 por 20 por ciento. (Calloni S, en Correos para la Emancipación IV, 182, dic 2002). En ese espejo debían mirarse los legisladores mexicanos, urgidos de otorgar “autonomía” a las industrias eléctrica y petrolera de México. Las burocracias administrativas y las mafias sindicales (charrismo en el SUTERM y STPRM) son igualmente vendepatrias; los charros sindicales de la CTM también están afiliados a la CIOSL. Pareciera que al PRI y PRD es gustaría un escenario golpista tipo Venezuela. Si no es así, deben modificar sus propuestas de reformas a la legislación energética secundaria, y deben abandonar sus propuestas para otorgar autonomía a la corrupción y al charrismo en las principales industrias energéticas (Pemex y CFE). Con
relación al Dossier 5, a fines de noviembre, el Grupo de
Jóvenes Revolucionarios Bolivarianos denunció que: Otro punto indicaba la necesidad de "utilizar todo el poder de los medios y lograr una declaración internacional de condena a Venezuela. Hay niveles del Vaticano que han dado su apoyo irrestricto y el OPUS está en acción. Ciertas Transnacionales como Mc Donalds, General Motor, Colgate-Palmolive, BellSouth, TIM, GTE, Hallyburton, Texaco, Coca-Cola y otras, solapadamente darán su apoyo al paro. Igualmente la Asociación Bancaria, especialmente los Bancos Banesto, Venezolano de Crédito, Provincial, Del Sur, Venezuela, B.O.D., Bolívar y otros. Ellos alegarán situación de violencia, inestabilidad e imposibilidad de sus trabajadores para llegar al sitio de trabajo". A pesar del boicot, el gobierno democrático retomó el control de la industria petrolera venezolana. La intervención de los trabajadores petroleros venezolanos reactivó la producción de petróleo crudo. Grandes volúmenes de gasolina tuvieron que importarse. La flota petrolera se puso nuevamente en funcionamiento y se reinició la exportación. El abasto de combustible fue garantizado. Multitud de acciones se llevaron a cabo, con una intensa movilización del pueblo en firme respuesta al golpismo. La oposición golpista fue reduciéndose día a día, buscando una impropia salida electoral con el apoyo de la inútil OEA. Esa oposición estuvo lejos de contar con el respaldo de la mayoría del pueblo. El gobierno constitucional se mostró magnánimo y ampliamente tolerante, resistiendo una huelga pagada. Eso no se ve en cualquier parte: funcionarios de la propia industria petrolera, en huelga, recibiendo puntualmente sus salarios. En México, una situación así motiva el despido inmediato de todos. No obstante
las acciones de provocación, orquestadas por la Coordinadora
Democrática, que llevaron a la pérdida de vidas, el
ejército y el pueblo se mostraron leales al gobierno de Chávez.
Hace falta, sin embargo, profundizar el proceso bolivariano. El golpismo
querrá resurgir, no obstante haber sido minado por la propia crisis
económica que provocó. Pero, el pueblo organizado, y armado,
correctamente dirigido en las diversas instancias sociales y políticas,
será capaz de enfrentar al imperialismo y vencer.
El pueblo venezolano en las calles defendiendo al proceso bolivariano FOTO: www.bbc.uk
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