La Privatización Furtiva del Gas Natural
en México
(Continúa)
5 CONTRATOS DE SERVICIOS MÚLTIPLES
5.1 Inconstitucional manifiesta
Desoyendo todas las voces, la
administración de Pemex procedió a entregar a las transnacionales
los primeros 5 inconstitucionales Contratos de Servicios Múltiples
(CSM).
Para la burocracia de Pemex, los CSM no son concesiones ni
contratos de participación de riesgo, de producción o de ganancias
compartidas. Son, simplemente, contratos de obra pública sobre la base de
precios unitarios, “los cuales agrupan, en un solo contrato, los servicios
que Pemex siempre ha contratado” (PEP 2003). También se dice que
“no son concesiones, ni contratos de participación de riesgo, de
producción o de ganancias, ni un contrato similar a los
anteriores”. Los burócratas se contradicen solos. Pero,
además, se ha argumentado que tales permisos sí son contratos de
riesgo (Rodríguez 2006). Desde luego, los riesgos serían para
Pemex.
Los CSM tendrán una duración de 15 a 20 años
y, el contratista podrá subcontratar. Con esta modalidad, alrededor de
7-8 contratos sustituirían a 1 mil 100 contratos previos. El
número de servicios contratados será alrededor de 40 por contrato.
A esto, los burócratas de Pemex le llaman, “esfuerzos para
administrar contratos”.
Respecto al potencial de la Cuenca de
Burgos, Pemex argumenta que ésta región tiene las mismas
características geológicas que el sur de Texas. Burgos
inició su producción en 1945, en 2003 ésta fue de 1,050
MMpcd en 1,384 pozos productivos, de 4,216 perforados (PEP 2003). Los primeros
bloques en Burgos, en un área de 12,500 km2, serían
para empezar. Después, se proyectan otras áreas como Sabinas,
Coatzacoalcos y Cuichapa.
Los contratistas recibirían importantes
beneficios. Se prevé, de entrada, condiciones favorables en materia de
impuestos sobre la renta, requerimientos bajos de inversión inicial y
alta resolvencia de las inversiones por los cortos tiempos de
perforación. Entre los beneficios para México, se habla de
asegurar el suministro de gas natural para la generación
eléctrica. Se dice fácil, pero las reservas disponibles no son
capaces de soportar el desenfrenado proceso de instalación de plantas
eléctricas privadas a base de gas natural.
De acuerdo a los
términos del Contrato genérico, al contratista se le pagará
en base a: Costos de operación stándard, Costos de capital
estándar y Un margen de ganancia fijo. Esto es, se trata de un atractivo
negocio para las transnacionales. Los recursos saldrán, obviamente, de
Pemex. Así lo dicen los burócratas del foxismo. “Los pagos
se harán al contratista en base a los ingresos disponibles provenientes
de las ventas”.
Dicen sus promotores que, los CSM, incluyen entre
30 y 40 servicios de alta tecnología. En efecto, a los contratistas se
les entregan facultades amplias que incluyen: sísmica, procesamiento e
interpretación, modelado geológico, ingeniería de
yacimientos, ingeniería de producción, perforación,
fracturamientos, registros, análisis de muestras, desarrollo
tecnológico (Bahen et al. 2003). Según PEP (2003), los trabajos a
contratar en los CSM para la Cuenca de Burgos son: Obras de desarrollo
(sísmica, caminos de acceso, perforación y reparación de
pozos, Líneas de recolección), Obras de Infraestructura
(Construcción e instalación de compresores, medidores, gasoductos,
plantas y equipos para acondicionamiento de gas) y Obras de mantenimiento y
abandono (pozos, instalaciones superficiales, ductos).
La base legaloide
para otorgar los CSM es el artículo 6º. de la LRRP (1995) antes
mencionado. Se trata de justificar a los CSM, a los que se considera simples
contratos de obra (Bahen et al. 2003). Otra disposición legaloide es la
Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas que
indica:
Artículo 3- ...quedan comprendidos dentro de las obras
públicas los siguientes conceptos:
Fracción II. Los
trabajos de exploración, geotécnica, localización y
perforación que tengan por objeto la explotación y desarrollo de
los recursos petroleros y gas que se encuentren en el subsuelo y la plataforma
marina.
Fracción VIII. Todos aquellos de naturaleza
análoga.
Esas disposiciones son contrarias a lo dispuesto por
la Constitución. No obstante los señalamientos de
anticonstitucionalidad expresados por el Senado de la República, Pemex
entregó, desde 2004, los primeros 5 CSM, todos ellos mediante el
mecanismo de postor único. Las transnacionales y sus prestanombres son
las que determinan, mediante su llamada cláusula de
confidencialidad, a quien se le entrega cada CSM.
Los CSM
correspondientes a la primera ronda representan 4 mil 341 millones de
dólares de inversión extranjera, misma que será pagada por
Pemex. Pero no es solamente un negocio monetario, las mismas corporaciones han
publicado que se trata del inicio. Por ahora lo importante es entrar en un
área explícitamente prohibida por la Constitución
política del país.
Esos CSM deben ser cancelados de
inmediato por razones de legalidad constitucional, por inconveniencias
técnicas y por afectaciones laborales. En este, como en los más de
10 mil contratos privados que administra Pemex en connivencia con el charrismo
sindical, las condiciones laborales son inferiores a la Ley y, en muchos casos,
son inexistentes. En la Tabla 7 se indican los primeros 5 Contratos de Servicios
Múltiples otorgados.
Tabla 7- Contratos de Servicios Múltiples otorgados.
|
Fecha de adjudicación |
Bloque |
Contratista |
Monto de inversión esperado, USD |
|
Octubre 16, 2003 |
Reynosa-Monterrey |
Repsol |
2 437 196 000 |
Octubre 23, 2003 |
Cuervito |
Petrobras S.A., Teikoku Oil. Co., Ltd. y D&S Petroleum |
260 071 938 |
Noviembre 28, 2003 |
Misión |
Industrial Perforadora de Campeche y Tecpetrol |
1 035 579 600 |
Diciembre 8, 2003 |
Fronterizo |
Petrobras S.A.; Teikoku Oil Co. Ltd., y D&S Petroleum |
264 977 496 |
Enero 15, 2004 |
Olmos |
Lewis Energy Group |
343 573 000 |
|
TOTAL |
5 |
|
4,341,398,034 |
|
Lamentablemente, el gobierno federal procede en sentido inverso a
lo indicado por las leyes, por la vía de los hechos. Pemex ha anunciado
la próxima licitación de más contratos para la
exploración y explotación de gas seco. Se tienen definidos nuevos
bloques de campos en la Cuenca de Burgos listos para ser licitados entre las
transnacionales. No nada más, ya se han otorgado contratos al grupo Carso
de Carlos Slim para la perforación de pozos petroleros en las aguas
profundas del Golfo de México. Estos contratos implica la
participación privada en la producción de petróleo crudo y
gas natural, actividades que la Constitución prohíbe expresamente
a los particulares.
5.2 La ruta imperial
Algunos analistas en Estados Unidos consideran (IELE
2004) que México tiene abundantes reservas de gas natural. Por supuesto,
dicen que hacen falta inversiones privadas para aumentar la producción de
gas natural para el consumo doméstico e, incluso, para exportar hacia
Norteamérica.
La preocupación en ciertos sectores
norteamericanos ocurre porque las reservas, y producción, de gas seco en
aguas someras del Golfo de México ha venido en declive, al menos desde
1992. Por ello, también el interés en desarrollar los suministros
de gas provenientes de las aguas profundas mexicanas.
Se dice que
“México es una provincia relativamente inexplorada de gas y
petróleo”. Por supuesto, México necesita “hacer
cambios sustanciales en la propiedad estatal y control del sector
petrolero”. Esos grupos, al parecer, no saben que la propiedad de Pemex NO
es del Estado, ni menos del gobierno en turno, sino de la nación; se
trata de la propiedad colectiva social.
A esas voces allende las
fronteras les intriga el escenario de más inversión privada
más allá de los CSM o un programa similar. Una proyección
basada en reformas podría permitir un desarrollo en el Golfo de
México similar al de los Estados Unidos, debido a las
características geológicas para el petróleo y gas de
México en Burgos, Tampico, Veracruz y Macuspana. Ese es el argumento que
las burocracias mexicanos repiten; en Estados Unidos, eso lo tienen
proyectado.
En ese escenario, CON reformas, México no solamente
lograría un balance entre la demanda y la oferta de gas natural sino que
se convertiría en un “exportador neto” a los mercados de
Norteamérica. Para ello, una de las acciones estratégicas de la
burocracia de Pemex es la “Autonomía de Gestión” para
“decidir” la concreción de los planes
imperiales.
5.3 El Proyecto SUMA de PeUSA
Desde la anterior gestión del gobierno federal, Pemex
ha insistido en dos propuestas, una la corporativización de la
paraestatal y, otra, el otorgamiento de la llamada “autonomía de
gestión”. Esas propuestas están contenidas en el Proyecto
“SUMA por un solo Pemex” promovido unilateralmente por las
administraciones en turno, al margen de las instituciones oficiales e incluso
del propio Consejo de Administración de Pemex.
Ese proyecto
plantea una reestructuración bajo el mando único de una
dirección corporativa que, en la apariencia, centralizaría a las
actuales subsidiarias y filiales de Pemex. El proyecto está en marcha e
“implicaría la modificación a la Ley Orgánica de
Pemex” (Pérez 2006). No nada más, la pretensión
incluye la reforma a la LRRP (1995) y demás legislación secundaria
relacionada, así como al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) entre Pemex
y el STPRM. El objetivo es “abrir” Pemex a la inversión
privada. Se trata, evidentemente, de una propuesta que contradice a la propia
Constitución política del país pues el objetivo consiste en
ceder las funciones estratégicas de exploración y
explotación de petróleo crudo a las transnacionales,
específicamente en las aguas profundas del Golfo de
México.
Bajo ese esquema, de decisiones quedaría
en manos del director general de Pemex y, si acaso, en un Consejo de
Administración que incorporaría a empresarios privados
supuestamente “independientes”. Eso sería ilegal porque,
Pemex es de la nación, no es del Estado ni del gobierno en turno y menos,
de las burocracias administrativas. “El esquema pretende convertir a Pemex
en una estructura de funcionarios que administren contratos y manejen un
portafolios de proyectos de inversión sobre todas las áreas
operativas de Pemex, en los que solo el director general y los directores
corporativos puedan decidir e incluso definir como “prioritarios”
para la paraestatal” (Pérez 2006).
En tal perspectiva, el
Proyecto SUMA plantea desaparecer a la Dirección Corporativa de
Ingeniería y Desarrollo de Proyectos que sería
“absorbida” por la Dirección Corporativa de Finanzas (sic).
Se propone establecer gerencialmente seis “macroprocesos” de
trabajo, a saber, Planeación, Suministro, Finanzas, mantenimiento,
Seguridad, Salud, Protección Ambiental y Recursos Humanos. La
intención es obvia, la ingeniería la harían las
transnacionales de acuerdo a sus proyectos. La investigación y desarrollo
tecnológico ni siquiera se menciona.
El Proyecto SUMA, en una
supuesta organización “matricial”, distorsiona al proceso de
trabajo pervirtiéndolo para privilegiar, solamente, el proceso de valor.
Eso significa la desnaturalización explícita de Pemex. Tal
enajenación del proceso de trabajo petrolero está en el centro de
la estrategia privatizadora.
Pemex dejaría el control de las
fases estratégicas en manos privadas. En una visión reduccionista,
la intervención privada sería mediante inversiones tipo PIDIREGAS
y modelos como los CSM y las “alianzas estratégicas” con las
corporaciones transnacionales. Los PIDIREGAS han sido una estrategia financiera
desatrosa pero se insiste en seguir comprometiendo el patrimonio nacional. Las
“alianzas” representarían la entrega de la nación en
materia de hidrocarburos.
Para concretar ese proyecto se siguen,
actualmente, un conjunto de acciones que conduzcan a la reforma de la LRRP
(1995) sin modificar el artículo 27 constitucional. Legisladores del PRI
y el PAN pretenden una privatización NO constitucional mediante acciones
abiertamente inconstitucionales. A partir de esas reformas, la
administración de Pemex pondría en marcha el llamado “ciclo
de transformación e innovación de los procesos (TIPP)”. El
proyecto TIPP “define la logística y el transporte de hidrocarburos
y abre la “oferta” tanto a la exploración y
explotación de petróleo y productos derivados, así como su
distribución primaria, también la refinación para cubrir la
demanda mediante un sistema de distribución secundaria y ventas”
(Pérez 2006).
Según el Proyecto SUMA, las funciones de
Pemex se reducirían a tres: “exploración y producción
y distribución primaria; proceso y transformación de
hidrocarburos; y distribución secundaria y ventas”. Ese proyecto
“RESTA” a la industria petrolera nacionalizada al fragmentar el
proceso de trabajo desintegrándolo. La destrucción de Pemex es
evidente y corresponde a un modelo diseñado allende las
fronteras.
Al momento, legisladores del PRI, encabezados por Francisco
Labastida Ochoa, se han declarado muy interesados en las reformas para
acompañar a los legisladores del PAN. Algunos otros legisladores
socialdemócratas parecen acomodarse a las “negociaciones”.
Esta anunciado un atraco legislativo mayor al de 1995, cuando TODOS los partidos
políticos aprobaron las absurdas contrarreformas en materia de gas
natural.
Además de
importantes fases del proceso de trabajo del gas natural (asociado y no
asociado), el gobierno federal pretende privatizar también la
exploración y explotación de petróleo crudo, y gas natural
asociado, en las aguas profundas del Golfo de México.