energia@fte-energia.org
prensa@fte-energia.org
Volumen 7, Número 85, marzo 27 de 2007  

Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Descargar/imprimir pdf (398kB)





La Privatización Furtiva del Gas Natural
en México



(Continúa)

6 CONCLUSIONES

6.1 Expropiación petrolera extranjera

El gobierno federal ha tomado a las reformas de 1995 como la base legaloide para realizar la privatización furtiva. Solamente hay un problema no resuelto: las reformas de 1995 son INCONSTITUCIONALES porque contradicen y se oponen a lo dispuesto por los párrafos 4º. y 6º. del artículo 27 constitucional. En consecuencia, TODOS los permisos privados otorgados son ilegales y, por tanto, nulos de pleno derecho.

Lo hemos señalado hace tiempo; está en marcha un acelerado proceso desnacionalizador en la industria petrolera de México. La legislación secundaria y terciaria vigente contravienen las disposiciones constitucionales en materia de hidrocarburos. La Privatización Petrolera Furtiva se lleva acabo por el gobierno federal de manera inconstitucional.

En este proceso, la Comisión Reguladora de Energía ha incurrido en excesos. El Artículo 27 Constitucional indica que corresponde a la nación el derecho sobre todos los hidrocarburos. Ahora, ese derecho lo ha usurpado la CRE. Cuatro burócratas corruptos son los que se han abrogado la facultad de otorgar permisos, es decir, desnacionalizar a la industria de la nación mexicana con base es disposiciones reglamentarias inconstitucionales.

Con este proceso de privatización se están sustrayendo a Pemex las funciones constitucionales estratégicas por la vía de fraccionar el proceso de trabajo petrolero. La privatización se lleva a cabo en materia petrolera, en actividades de exploración y perforación de pozos; y, en materia de gas natural, en actividades de exploración, explotación, distribución y comercialización. Con las recientes acciones, la privatización incluye la perforación de pozos, la extracción de crudo y gas natural en aguas profundas.

La Privatización Petrolera Furtiva en materia de petróleo crudo es a través de los llamados Contratos de Servicios Integrales y, en materia de gas, mediante los Permisos Privados otorgados por la CRE y vía los Contratos de Servicios Múltiples. Además, ahora se incluye a los contratos asignados, unilateralmente, a empresarios privados como Slim.

El contratismo representa una de las perversiones de la industria nacionalizada. La burocracia de Pemex se dedica a administrar más de 10 mil contratos diversos, con la correspondiente corrupción asociada. En todas estas ilícitas actividades, el charrismo sindical tiene una participación destacada, al grado de haber modificado el Contrato Colectivo de Trabajo en varias ocasiones para “legitimar” la pérdida de materia de trabajo y “autorizar” a la administración de Pemex a desnacionalizar la industria. La acción del charrismo se apoya en la impunidad y respaldo del gobierno federal en turno, así como el uso de la represión y violencia contra los trabajadores petroleros.

Se tienen evidentes retrocesos para el STPRM pues, en la medida en que la privatización avanza, en esa misma medida se pierde la materia de trabajo. Por lo demás, los trabajadores que prestan sus servicios con las transnacionales no pertenecen al sindicato petrolero y están sujetos a condiciones laborales inferiores a la Contratación Colectiva. Se está regresando a las condiciones previas a la expropiación de 1938 (Bahen et al. 2003, 2006, 2007).

6.2 ¡Pemex Sí, PeUSA No!

La privatización furtiva de Pemex representa la Expropiación Petrolera Extranjera (Bahen et al. 2003). A la apropiación privada que realizan de la industria petrolera nacional las transnacionales le llaman The Mexican Oil Industry. Petróleos Mexicanos (Pemex), en manos de sus enemigos, se ha venido convirtiendo en Petróleos de los United States of America (PeUSA).

Están vigentes 185 permisos privados, prácticamente todos inconstitucionales, en materia de gas natural. La CRE se ha abrogado el derecho de la Nación y otorga los permisos de manera discrecional y arbitraria. El extremo es que a Pemex y a la CFE también les otorga permisos, para realizar sus funciones constitucionales, lo que resulta grotesco pues se les da el trato de empresas privadas obligándolas a poner su infraestructura, en este caso, el Sistema Nacional de Ductos (y la Red Eléctrica Nacional) al servicio de las empresas transnacionales.

Las transnacionales han construido un total de 28 mil km para distribución de gas, 7 mil 730 km para transporte abierto y 756.6 km para usos propios, adquiriendo una enorme capacidad en volumen incluyendo el almacenamiento.

La invasión de las transnacionales cubre ya 22 de los 32 estados de la República, tales como, Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo león, Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato, Aguascalientes, Querétaro, Jalisco, Michoacán, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Tabasco, Campeche, Yucatán, Estado de México, Hidalgo y Distrito federal.

Por otra parte, los permisos otorgados son muy cuestionables. Tratándose de la distribución del gas, se le ha suprimido a Pemex una de sus funciones para favorecer los negocios privados manteniendo cautivos a millones de usuarios. A la fecha, se dispone de 28 mil 138 km de ductos de distribución en amplias zonas del territorio nacional donde operan los permisionarios privados. Esta red es, en longitud, casi el triple del SNG de Pemex. El volumen de gas comercializado es de 42 millones 660 mil metros cúbicos diarios, equivalente al 28% del gas que transporta Pemex diariamente.

En el caso de transporte (acceso abierto), la longitud de los ductos privados es de 7 mil 730 km con una capacidad de 285 millones 478 mil metros cúbicos diarios. En este caso, se han constituido sociedades privadas, de manera que los permisionarios proporcionan el servicio a sus socios. En ocasiones los permisos de la CRE se han transferido entre sí por las empresas transnacionales con la complacencia de la CRE y de la Comisión Federal de Competencia (CFRC).

Lo mismo ocurre en el caso de los permisos de transporte (usos propios). En varios casos, no hay tales servicios propios, se trata de empresas privadas que abastecen a diversos usuarios constituyendo redes privadas. En este caso, se tienen ductos por un total de 756.586 km con una capacidad de 163 millones 523 mil metros cúbicos diarios.

Finalmente, en el caso del almacenamiento de gas, la CRE ha otorgado 5 permisos, los cuales son bastante grandes y se han entregado a las transnacionales para construir poderosas infraestructuras en las costas mexicanas, adquiriendo la propiedad y sin importar las afectaciones al medio ambiente y la ecología. Los permisos de almacenamiento, proyectados para operaciones internacionales tendientes al abastecimiento energético a Norteamérica. Estos permisos representan una capacidad de transmisión de 5 mil 520 pies cúbicos diarios y una capacidad almacenamiento de 1 millón 520 mil metros cúbicos.

Todas las anteriores son funciones constitucionales que corresponde realizar a Pemex de manera exclusiva. La privatización furtiva le ha sustraído esas facultades y consecuentemente los usuarios e ingresos por tales conceptos. Tal privatización sigue creciendo día a día.

6.3 El Proyecto INTEGRA para PeMex

Los trabajadores de la energía de México reafirmamos nuestras propuestas a la Nación sobre la necesidad de una Política Energética propia, independiente del imperialismo, de las burocracias administrativas y del gobierno en turno, tanto en materia eléctrica como en materia de hidrocarburos (Soberanía 2007).

La Política Energética Independiente que proponemos incluye: 1- El derecho de la Nación sobre todos loa recursos energéticos y la infraestructura industrial respectiva, 2- La integración industrial de los organismos responsables del proceso de trabajo, 4- El desarrollo de la industria nacionalizada para el beneficio social, 4- La protección del medio ambiente y ecosistemas, 5- El derecho a la salud, la seguridad y la huelga obrera.

Esta propuesta se expresa organizativamente en un solo organismo en la industria petrolera: Pemex, industria encargada de realizar las funciones estratégicas asignadas constitucionalmente, mismas que constituyen al proceso de trabajo petrolero. La integración industrial que proponemos implica, también, una organización “matricial” pero es conceptualmente opuesta al Proyecto SUMA o, con más precisión, Proyecto “RESTA”. Este, desintegra al proceso de trabajo fragmentándolo; nuestro proyecto INTEGRA al proceso de trabajo, de allí su nombre.

En el Proyecto INTEGRA no hay “macroprocesos” sino “Fases de Trabajo”. Estas son 10, las mismas que caracterizan al proceso de trabajo de los hidrocarburos (sólidos, líquidos o gaseosos). Esto es así, porque los procesos de trabajo están determinados por las materias primas y, en este caso, son el petróleo y/o el gas, mismas que son parte del conjunto de transformaciones o estados por las que pasan los procesos en la industria petrolera. Las “fases” en cuestión son: Planeación, Investigación y Desarrollo, Ingeniería de Proyectos, Exploración, Explotación, Procesamiento, Transformación, Transporte, Distribución y Comercialización. Estas Fases expresan a las funciones constitucionales estratégicas que Pemex tiene que realizar obligatoriamente.

Estas fases se relacionan con las actividades de Operación, Mantenimiento, Administración, Finanzas, Materiales y equipo, Protección del Medio Ambiente y Servicios tecnológicos.

Las Fases y Actividades constituyen una unidad orgánica y funcional para que Pemex realice sus funciones mediante administración directa. El financiamiento de sus obras, proyectos y desarrollos sería con los propios recursos que genera. Esto implica que Pemex no sería una entidad autónoma ni tampoco simple contribuyente fiscal; el Estado, que tiene bajo su control a la industria energética, tiene la obligación de otorgarle los recursos necesarios para financiar el desarrollo de Pemex y ésta aportar, a su vez, al desarrollo social.

La propuesta dista de ser simple. Se requiere de una nueva Política Petrolera y, también, de un gobierno coherente y consecuente. En términos de nuestra Política Petrolera Independiente proponemos formular y concretar por la acción organizada de los trabajadores de la energía con base en un programa (energia62 2005, energía84S 2007) que incluya, los siguientes puntos:

1- Defensa de la industria petrolera nacionalizada.
2- Rechazo a las modificaciones legislativas privatizadoras.
3- Desarrollo del proceso de trabajo técnico-científico-industrial por administración directa.
4- Impulso a la integración industrial, vertical y horizontal, de Petróleos Mexicanos.
5- Democracia sindical en el sindicato petrolero (STPRM)

Entre las acciones de política proponemos:

1- Establecer una nueva plataforma de producción de petróleo crudo para satisfacer la demanda interna.
2- Suspender de manera total la exportación de petróleo crudo.
3- Suspender los proyectos de generación eléctrica a base de gas natural.
4- Instalar 5 refinerías energéticas en los términos propuestos por los ingenieros y trabajadores petroleros democráticos.
5- Apoyar el desarrollo de fuentes energéticas alternas, entre otras la fusión termonuclear controlada.
6- Cancelar TODOS los permisos privados en materia eléctrica, de gas y petróleo.
7- Cancelar de los Contratos de Servicios Múltiples.
8- Desaparecer a la Comisión Reguladora de Energía por así convenir al interés de la Nación.
9- Aplicar la Ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos a los implicados en la Privatización Furtiva en las industrias eléctrica y petrolera.
10- Si las transnacionales persisten en seguir vulnerando la soberanía nacional, como lo están y seguirán haciendo, contraviniendo la Constitución, debe procederse a la Expropiación sin Indemnización y la aplicación del artículo 139 contra el gobierno federal por traición a la Patria.

Una condición indispensable para la defensa de Pemex es la movilización social organizada en todo el territorio nacional. Necesitamos de la organización territorial porque la privatización también significa pérdida del territorio. A la fecha, las transnacionales han invadido a México habiéndose posesionado de casi todo el territorio nacional. En este aspecto estamos en clara desventaja luego de 10 años de privatización furtiva.

La lucha del presente es por la suspensión de la privatización petrolera furtiva. Eso significa defender a la industria petrolera nacionalizada. Al mismo tiempo representa, también, la lucha contra el charrismo sindical y por nuestros derechos obreros.

Defender a Pemex no es tarea únicamente de los trabajadores sino del pueblo mexicano organizados y movilizados en todo el territorio nacional. No solamente las zonas petroleras sino en todos los lugares, principalmente donde se están asentando las transnacionales. Se trata de una invasión a escala nacional. Necesitamos, por tanto, de una respuesta nacional.

Los trabajadores petroleros, constituidos en el STPRM, en lucha junto a otros sectores industriales (electricistas, ferrocarrileros, mineros y otros) hicieron posible la Expropiación Petrolera de 1938. Hoy, debemos hacer honor a tan brillantes jornadas de lucha obrera y organizarnos para rescatar a México de las garras del imperialismo. Esta lucha supone la unidad democrática y la acción coordinada en todas las secciones del sindicato petrolero. Los charros sindicales no son los dueños ni de la industria ni del sindicato, el gobierno tampoco.

Es necesario tomar en propias manos los destinos de la industria y del sindicato. La tarea no es simple pero es necesaria. Un solo Frente, un solo movimiento de petroleros, independientes del gobierno, del patrón y de los partidos políticos tradicionales.

¡Fuera transnacionales de México!
¡Alto a la Expropiación Petrolera Extranjera!
¡Unidos Venceremos!

0707.jpg
El Frente de Trabajadores de la Energía, de México, en defensa de la industria petrolera
patrimonio colectivo social de los mexicanos FOTO J.A. López

0708.jpg

Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios Comisión de Energia Suscribirse Comisión de Prensa