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MEXICO
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PERIODICO DEL FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENERGIA DE MEXICO
 Vol. 2, No.29         Septiembre 16 de 2002
¡Sigue Mintiendo!

De un manotazo se pretende terminar la nacionalización eléctrica de México, Fox propone la privatización total. Se inventan nuevas “figuras jurídicas” para seguir deformando al concepto de servicio público de energía eléctrica. La propuesta de Fox es política con profundas implicaciones económicas y sociales. Es la mayor agresión pos-nacionalización sin considerar ningún diagnóstico ni menos escenarios coherentes de desarrollo. Más aún, la propuesta está sostenida por falsedades. ¡La propuesta Foxista No pasará!

 

Fox falsea la realidad

  1. No se fortalece al servicio público de energía eléctrica, se le deforma y destruye al reducirlo a su mínima expresión inventando nuevas “figuras” que NO se consideran servicio público.
  2. Las iniciativas que se proponen pretenden “regular”, que quiere decir “privatizar”, a la industria eléctrica nacionalizada.
  3. No hay bases para afirmar que se requiere instalar 32, 000 MW sin siquiera indicar fechas. Se trata solamente de un número, mañana podría ser cualquier otro. Es un número aleatorio para la demagogia.
  4. Se plantea que el 73% de la nueva capacidad instalada sea privada, eso significaría terminar con la nacionalización en breve plazo.
  5. Se propone la creación de una industria eléctrica privada paralela a la estatal. Ya, actualmente, se construye a la nueva industria al margen de la ley.
  6. No se ratifica el espíritu constitucional, se le transgrede. La Constitución prohibe TODAS las concesiones a los particulares, Fox las legaliza.
  7. Se legalizan todos los fraudes de las empresas extranjeras y de la Comisión Reguladora de Energía, se propone que ésta coordine la privatización.
  8. La red eléctrica nacional, de transmisión y distribución, se pone al servicio de los particulares; los activos serían del Estado pero con la obligación de atender los servicios privados.
  9. El CENACE sale de CFE, se desnaturaliza y pasa al servicio de los particulares. Se trata de garantizar el control operativo del Sistema Eléctrico nacional a favor del capital extranjero
  10. En los medios dice lo contrario pero la propuesta de Fox es una sola: desnacionalizar y privatizar.

Destrucción deliberada del
servicio público de energía eléctrica

Fox envió a la Cámara de Senadores una iniciativa de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE). En al exposición de motivos se dice que “esta iniciativa es parte de un proyecto legislativo que tiene por objeto la regulación integral de la industria eléctrica”.

El término “regulación” es el utilizado por los organismos financieros internacionales para referirse a la privatización. Como les asusta enfrentarse a la verdad eluden llamar a las cosas por su nombre y prefieren utilizar eufemismos. Lo mismo hace Fox.

Además del eufemismo, se usa reiteradamente la mentira. Dice Fox que “Las reformas que se proponen, robustecen y dan claridad a los principios constitucionales ya consagrados, pues subsiste y se fortalece el servicio público de energía eléctrica como área estratégica exclusiva del Estado” ¡Esto es totalmente falso!

La propuesta de Fox implica la destrucción del servicio público de energía eléctrica. Nada de lo que se indica en el párrafo precedente se cumple. Primero, Fox desnaturaliza, desvirtúa y reduce el concepto de servicio público. Le basta crear “figuras” y decir que éstas NO constituyen servicio público para sustraerle las funciones constitucionales a la industria eléctrica nacionalizada y entregárselas al sector privado.

Fox desvirtúa a la propia nacionalización y confunde a la industria eléctrica nacionalizada con la empresa pública, en el presente caso, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del Centro (LFC).

Fox y asesores creen que el suministro de electricidad para la industria y el comercio no es servicio público. Este correspondería, únicamente, casi al consumo doméstico.

Se trata de una sucia maniobra para desnacionalizar y privatizar en la medida en que las funciones del proceso de trabajo eléctrico (generación, transmisión, distribución y comercialización) podrán llevarlas a cabo las empresas privadas transnacionales, mismas que adquirirían la propiedad de la nueva infraestructura eléctrica.

Por lo demás, Fox repite textualmente los “argumentos” de su primera iniciativa. Su argumentación es de fotocopia. Los asesores carecen hasta de rollo. ¿Diagnóstico, bases reales? ¡Para nada!

Proyecciones absurdas y sin sentido

Entre los argumentos de Fox está la demanda esperada de energía eléctrica. A eso reduce “su diagnóstico”. Quienes redactaron la iniciativa vuelven a repetir que “En un escenario de crecimiento económico favorable, los incrementos de la demanda eléctrica implicarían la necesidad de instalar más de 32,000 MW de nueva capacidad de generación, equivalente a más del 73% de la capacidad con que se cuenta actualmente”.

Ese es, por supuesto, un escenario hipotético que no puede servir de base para aprobar ninguna de las iniciativas foxistas. ¿Qué quiere decir un crecimiento económico favorable? No se indica, podría pensarse en un crecimiento que al menos fuera positivo. En este caso, la propuesta de Fox no procede porque con su política económica el crecimiento del país ha sido de 0 (cero) o muy cercano a cero. En su campaña “ofreció” de entrada crecimientos sostenidos del 7% pero eso está lejos de cumplirse.

En ese escenario hipotético, Fox dice que se requerirá instalar “más de 32,000 MW” ¿Para cuándo? No lo indica, habla por hablar. A partir de bases falsas, las conclusiones son evidentemente falsas. Con esa lógica absurda, mañana podría decirse que se requiere el doble o el triple. No importa cuanto, sobretodo si no indican fechas, es previsible que al futuro se requerirá más de lo existente actualmente.

La argumentación de Fox es, por eso, tramposa, corrupta e inaceptable en todos sus términos. También hay manipulación. Al afirmar que la nueva capacidad instalada sería el 73% de la actual, está expresando que ese sería el mínimo nivel de privatización, ya que, la nueva capacidad eléctrica que se construye en el país y la que se proyecta serían privadas. A la fecha existe ya, ilegalmente, un 30% equivalente en manos privadas.

Argumentación zafada del cerebro

Fox vuelve a repetir la torpe argumentación con la que pretende justificar la deformación del concepto de servicio público. Sus “cerebros” le han escrito que “Se distinguen las necesidades básicas que demandan un servicio de manera continua, regular y permanente, de las que no lo son”. Para Fox y Amigos las actividades industriales y comerciales, de “un número minoritario de usuarios” no requieren a la electricidad de “manera continua, regular y permanente”

Quien escribió lo anterior no es de este mundo, al menos lo desconoce. O, ¿podría poner un ejemplo, tan solo uno, de algún proceso productivo industrial que no requiera hoy en día de la energía eléctrica como necesidad básica, continua, regular y permanente?

En su nuevo escrito, la fotocopia es parcial porque recortó parte del texto utilizado en la primera iniciativa. Pero el contexto es el mismo. En el presente caso, también consideran que la electricidad no es una necesidad básica para los industriales. Al contrario, “favor” es el que le hacen a México al apropiarse de su patrimonio.

Con esas barbaridades tratan de justificar la elevación al nivel de ley de dos conceptos paralelos de servicio de energía eléctrica, el público y el privado aunque a éste último no le llaman servicio. En la práctica es lo mismo, lo que interesa es la creación de una nueva industria eléctrica privada paralela a la estatal.

Privatización y desnacionalización

Pero, por más que mientan sus propios argumentos los denuncian. Los redactores del Banco Mundial le escribieron a Fox, para que repita: “La reforma propuesta introduce un esquema en el que los usuarios, que por sus necesidades particulares tanto económicas como de consumo, tendrán la oportunidad de optar por fuentes alternas de suministro, es decir, generar por si mismos la energía que requieren, o bien, optar por adquirirla a un tercero mediante contratos de largo plazo”

Esto quiere decir, sencillamente, que la industria estatal pasaría a un segundo o tercer plano para dar paso a la nueva industria eléctrica privada, misma que hoy en día es ya la segunda en importancia después de CFE, LFC está en vías de ser eliminada. Esto ha ocurrido sin ninguna modificación constitucional ni nuevas reformas a la legislación secundaria. Todo ha ocurrido en la práctica. De aprobarse la iniciativa legislativa de Fox, la industria estatal desaparecería en breve plazo.

“Lo anterior ratifica el espíritu del texto constitucional, en el sentido de que existe un servicio público cuya prestación corresponde exclusivamente a la Nación, y reconoce también, las necesidades no colectivas ni básicas, en relación con las cuales no se justifica la obligación de su atención exclusiva por parte del Estado y por ello se les da certidumbre”

Por supuesto que NO se ratifica ningún “espíritu constitucional”, al contrario, se transgrede impunemente. Al mismo tiempo se repiten expresiones estúpidas como señalar el reconocimiento de “necesidades no colectivas ni básicas” referidas a los consumidores industriales y comerciales. ¡eso, simplemente, no es cierto!

La privatización en manos de la CRE

A la fecha, la privatización eléctrica furtiva se ha llevado a cabo a través de la Comisión Reguladora de Energía. Para eso fue creada, para regular la privatización. Ahora, Fox propone elevar esas tareas al nivel de ley, legalizando la entrega del patrimonio nacional al extranjero.

El discurso mentiroso de Fox se cae solo. Dice. “La iniciativa que se presenta, desarrolla las atribuciones que corresponderán a la Secretaría de Energía y a la Comisión Reguladora de Energía, con el objeto de clarificar las atribuciones que corresponderá ejercer a cada autoridad, en beneficio de la seguridad jurídica, tanto de las entidades paraestatales que prestan el servicio público de energía eléctrica, como de los particulares”

La “seguridad jurídica” representa la legalización de los múltiples fraudes en que han incurrido todas las empresas eléctricas transnacionales que operan en México, así como los funcionarios del gobierno, especialmente de la secretaría de energía y de la CRE.

La apropiación privada de la red eléctrica es explícita según lo indica Fox. “En el esquema propuesto, prácticamente todos los usuarios y generadores usarán las redes nacionales de transmisión y distribución por lo que será necesario que el Estado garantice un libre acceso y uso no discriminatorio y, en esa virtud, el control y operación del sistema serán determinantes para garantizar a los usuarios que se encuentren fuera del servicio público que tendrán acceso a su energía”

La red eléctrica nacional para los particulares

A la red eléctrica nacional los privatizadores no pueden destruirla ni fragmentarla, entonces, proponen cederla simplemente, ponerla al servicio de la industria privada.

La Red Nacional de Transmisión y las redes de distribución serán utilizadas por las empresas transnacionales mediante convenios de conexión, interconexión y uso de las redes.

Las empresas estatales, en tanto sigan existiendo, solamente serían revendoras de la energía generada por los particulares y estarían al servicio de los requerimientos privados, de entrada con la transmisión eléctrica.

En la exposición de motivos se hacen pocas referencias a las redes pero, en el decreto de ley, se explicitan las intenciones: cederlas obligadamente a los particulares.

Fox supera a su maestro privatizador

De “pasadita”, en un solo párrafo, tratando de esconder lo principal, en la exposición de motivos se hace referencia a una cuestión crucial.

“En otro apartado de la iniciativa se desarrollan las actividades del servicio público de energía eléctrica, así como aquellas que no tienen esta característica. En el entendido, que no se propone modificación alguna a los textos hasta ahora vigentes. Por tanto, en este capítulo se adicionan, por una parte, las disposiciones relativas a los nuevos permisos que permitirán la generación, conducción y venta de energía eléctrica -fuera del concepto de servicio público- a los grandes usuarios, definidos como aquéllos cuyos consumos excedan de 2,500 MW hora por año”

Esta es una de las modificaciones más importantes que Fox propone a la LSPEE. De igual manera que Salinas, el camino que sigue Fox es el de inventar “figuras” a las cuales NO considera parte del servicio público de energía eléctrica. En esa lógica, le basta declarar qué NO es servicio público y ¡Ya! De esa manera, se podría decir que NADA es público y ¡Ya!, todo se privatiza.

Por supuesto, dice Fox que “no se propone ninguna modificación a los textos vigentes”. Obviamente, el actual artículo 3 de la LSPEE constituye lo esencial de las contra-reformas de Salinas, mismas que ahora se profundizan con el artículo 4 de Fox.

Con la nueva figura propuesta por Fox, se sustraerían de la industria eléctrica nacionalizada un 70 por ciento equivalente del consumo eléctrico nacional y, por tanto, un nivel similar de ingresos. Con esa medida, la industria estatal no solamente habría perdido sus funciones esenciales sino que entraría en un período degenerativo y sistémico rumbo a un eventual colapso por asfixia económica.

El Cenace para garantizar la privatización

El actual Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) se desnaturaliza con la iniciativa de Fox, se sustrae de la CFE y se pone al servicio de las empresas privadas. Estas serían las principales generadoras y, por tanto, las que requerirían más de la red eléctrica nacional.

“Por ello, será indispensable que la entidad encargada de operar y controlar el Sistema Eléctrico Nacional, así como llevar a cabo el despacho de generación, sea independiente tanto de las empresas privadas y sociales de generación, como de las entidades prestadoras del servicio público”, propone Fox.

“Por lo anterior, en la iniciativa se desarrollan detalladamente el contenido de las reglas que habrá de aplicar el Centro Nacional de Control de Energía, como órgano responsable del control operativo del Sistema Eléctrico Nacional y de la operación del despacho de generación. Además, de manera paralela a esta iniciativa, se plantea la creación de dicho Centro como organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, con patrimonio y personalidad jurídica propios”

Las tarifas a cargo de la CRE

“En otro orden de ideas, el proyecto que se somete a su consideración dedica un capítulo específico a las tarifas por concepto de servicios de conducción de energía eléctrica, a través de la Red Nacional y de las redes de distribución, así como de la propia energía que se suministre como parte del servicio público. Igualmente se dispone el pago por los diversos servicios que habrá de prestar el Centro Nacional de Control de Energía”

Esto es, la CRE además de regular la privatización sería la encargada de fijar las tarifas para el uso de las redes eléctricas y, además, de la “energía que se suministre como parte del servicio público”. Es decir, la CRE pasaría a convertirse en la autoridad máxima en materia eléctrica. En ese esquema, las empresas estatales serían un estorbo.

Termina la exposición de motivos señalando “En todo momento, las empresas públicas conservan los activos de transmisión y distribución y se encargarán de proveer el sistema físico por el cual se llevarán a cabo las transacciones de energía eléctrica” y concluye, “De aprobarse por esa Soberanía, las reformas y adiciones que aquí se describen establecerían las bases para la segmentación y delimitación de las actividades que corresponden al servicio público y aquellas en las que podrán concurrir los sectores social y privado”

Más clara ni el agua, Fox empieza invocando la Constitución y termina proponiendo otra pues la “segmentación” de actividades no es sino la desintegración y privatización. Ese esquema organizacional es contrario a la nacionalización, es su opuesto. Sería el regreso al pasado y tal vez peor, con una industria eléctrica privada dominante así sea mediante el fraude y la corrupción que le son inherentes.

La propuesta de Fox tiene nombre y apellido: Desnacionalización y Privatización

¡La privatización es traición a la Nación!

Fox propone entregar a las transnacionales todas las funciones constitucionales
de la industria eléctrica nacionalizada

FOTO: tigerpress