FTE 
MEXICO
 e n e r g i a 
PERIODICO DEL FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENERGIA DE MEXICO
 Vol. 2, No.15         Enero 25 de 2002

Integración Industrial y Unidad Sindical

La integración de la industria eléctrica nacionalizada y la unidad sindical democrática son nuestras banderas históricas, expresan una política eléctrica independiente y son propuestas viables. Qué hace falta? Culminar los procesos interrumpidos violentamente por el Estado en 1976; ante todo, dejar de estar apoyando acríticamente a la privatización furtiva del gobierno.

 

La integración industrial, y la unidad sindical, cada vez son más necesarias. Estas propuestas tienen hondas raíces en la lucha de los electricistas mexicanos. Las propuestas son viables y, ante todo necesarias. Esto es más urgente, en la medida en que la privatización furtiva del gobierno avanza impunemente en los hechos.

La integración de la industria eléctrica nacionalizada es altamente conveniente para la Nación y para los trabajadores.

Desde 1960 se venían realizando estudios para la integración industrial. En diversos momentos habían participado los sindicatos del sector, principalmente el STERM y, luego, el SME en las llamadas comisiones tripartita de 1966 y, cuatripartita de 1969. Como resultado, se avanzó considerablemente en la interconexión eléctrica nacional y el funcionamiento de la industria expresado en la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica de 1975, lograda al calor de la lucha de la Tendencia Democrática de Electricistas y Nucleares. El proceso se interrumpió violentamente, en 1976, luego de la represión político-militar contra la Tendencia Democrática.

Este proceso fue interrumpido, también, por el boicot sistemático de los charros sindicales, ya que la integración industrial supone la necesaria unidad sindical. Al respecto, también se había avanzado notablemente hasta 1972 con la creación del SUTERM, luego de las importantes Jornadas Nacionales por la Democracia Sindical del STERM en 1970-71 y las luchas previas de décadas.

Después se ha producido un vacío deliberado. Por una parte, a los charros no les interesa ninguna unidad sindical y, por otro, las tendencias antiunitarias se han impuesto en la práctica. En suma, se ha hecho caso omiso del proceso de unidad no obstante acuerdos previos de Congresos Nacionales en el SUTERM (1973) y Asambleas Generales en el SME (1975, 1980). Estos acuerdos no han sido revocados por nadie, simplemente se han incumplido.

Es el momento de retomar los procesos de integración industrial y unidad sindical. ¿Son viables estas propuestas? Sí, y si no lo fueran habría que demostrarlo. ¿Qué proyecto de factibilidad existe que niegue la conveniencia de integrar a la industria eléctrica? Ninguno, quienes se oponen lo hacen visceralmente. En el curso de los años pasados se han formulado múltiples propuestas que apoyan la integración, por razones técnico-económicas, financieras y operativas.

Otro tanto ocurre en materia sindical. Todas las argumentaciones en contra de la unidad han sido desbaratadas y los acuerdos alcanzados son de una importancia tal que deben retomarse. ¡Los charros no respetan ningún acuerdo! Cierto, pero la unidad no es asunto de los charros, sino de los trabajadores. Para concretarla no hace falta pedirle permiso a los charros ni al gobierno. Así fue en el pasado y se avanzó, en condiciones más difíciles.

La integración industrial y la unidad no son solo viables sino necesarias y urgentes. Mientras más se pospongan, más avanzará la privatización furtiva. Las consecuencias están a la vista: ya hay más de 100 (cien) empresas eléctricas privadas, pronto habrá multitud de nuevos contratos colectivos de trabajo (CCT), secciones sindicales e, incluso, podría haber otros sindicatos.

El SUTERM y el SME están obligados a pactar esos nuevos CCT. Pero esta situación es contradictoria, porque únicamente afiliarán a los trabajadores ya contratados por las empresas privadas, porque los nuevos contratos serán inferiores a los vigentes que son resultado de históricas luchas y, porque al pactar laboralmente con los privatizadores se les legitima políticamente.

Las alternativas están en los acuerdos para la integración de la industria eléctrica nacionalizada y la unidad sindical de los electricistas. En la medida en que esto no se ha hecho es que las contradicciones están presentes; en la medida en se avance las contradicciones serán superadas para bien de los trabajadores, de la industria y de la Nación.


 C O N T A C T O 

Comisión de Prensa, FTE
Comisión de Energia, FTE