Política Energética Independiente
D. Bahen, S. Gómez, J. M. Pérez-Vázquez
Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México
fte_mexico@hotmail.com
RESUMEN : La energía es la base de la economía de cualquier país. Sin embargo, se requiere de una política apropiada en materia energética basada en la planeación democrática y una política energética independiente que sea soporte de un proyecto de Nación con soberanía e independencia. Las bases de la Política Energética Independiente que proponemos los trabajadores de la energía de México son: 1) Exclusividad del Estado en materia de energía, 2) Propiedad y Control del Estado de la Industria Energética Nacional, 3) Uso Racional de los Recursos Naturales No Renovables, 4) Desarrollo Social Democrático y 5) Soberanía Nacional. Con relación al sector eléctrico es preciso un Plan Eléctrico Nacional con los siguientes objetivos: Autosuficiencia eléctrica, Uso eficiente de la energía, Balance energético racional, Autodeterminación tecnológica, Eficiencia operacional y Protección Ambiental. También se precisa de un Plan Estratégico de Desarrollo orientado a: Garantizar el suministro de energía eléctrica, diversificar las fuentes energéticas, asegurar la calidad y confiabilidad con una perspectiva de largo plazo, sin privatización. Tal plan contendría programas específicos en materia económica, financiera, organizativa, de investigación y desarrollo indicando los lineamientos de acción e instrumentos para su concreción. En el sector eléctrico no se requiere de la privatización sino de la cabal integración industrial y sano desarrollo con la acción democrática de sus trabajadores, técnicos, ingenieros e investigadores preservando siempre el dominio de la Nación sobre sus recursos energéticos e infraestructura física.
1. INTRODUCCIÓN.
México dispone de importantes recursos naturales energéticos, principalmente hidrocarburos, es decir, petróleo y gas. También se cuenta con un sistema eléctrico que es de los más extensos del mundo. Asimismo, se ha creado una importante infraestructura industrial y humana en los subsectores de petróleo, electricidad y energía nuclear.
El desarrollo del sector mexicano de la energía se lleva a cabo de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 27 constitucional, el cual establece en su párrafo 6º. que, "Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radiativos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que, en su caso, se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva. Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines". En el párrafo 7º. del mismo artículo 27 se establece que, "Corresponde también a la Nación el aprovechamiento de los combustibles nucleares para la generación de energía nuclear y la regulación de sus aplicaciones en otros propósitos. El uso de la energía nuclear solo podrá tener fines pacíficos".
En el párrafo 4º. del artículo 28 se establecen las áreas estratégicas a cargo exclusivo del Estado, tales como: "...petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radiativos y generación de energía nuclear; electricidad ...". De acuerdo al artículo 25 párrafo cuarto se establece que, "El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el gobierno Federal la propiedad y el control sobre los organismos que en su caso se establezcan". Por otra parte, el mismo artículo 25 indica en el párrafo uno que, "Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que este sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación...". En el segundo párrafo se dice que, "El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional...". De acuerdo al artículo 26, párrafo uno, "El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional...". En el segundo párrafo del mismo artículo se establece que, "Habrá un plan nacional de desarrollo al que se sujetarán obligatoriamente los planes de la Administración Pública Federal".
En cada caso, las actividades respectivas de las entidades del sector se llevan a cabo en términos de las correspondientes leyes reglamentarias en materia de petróleo, electricidad y energía nuclear. En el artículo 27 se expresan conquistas esenciales del pueblo de México logradas con la lucha de los trabajadores petroleros, electricistas y nucleares en grandes jornadas nacionales. En el presente trabajo se proponen acciones de política para continuar el desarrollo energético de México con soberanía e independencia.
2. SOBERANÍA EN MATERIA DE ENERGÍA.
La energía es la base de la economía de cualquier país. En nuestra época, los recursos energéticos son altamente estratégicos, sea para la disputa del poder mundial, el acrecentamiento de la ganancia o el desarrollo social. Cualquier política energética soberana supone hacer un uso racional de estos recursos.
En el caso de México, la Política Energética Independiente que proponemos los trabajadores de la energía tiene las siguientes bases:
- Exclusividad del Estado en materia de energía;
- Propiedad y control estatal de las industrias petrolera, eléctrica y nuclear;
- Conservación de los recursos naturales no renovables;
- Desarrollo social democrático; y,
- Soberanía nacional.
El programa energético nacional requiere de la precisión de estrategias básicas para lograr objetivos asimismo estratégicos, tales como: alcanzar un balance energético más racional, fortalecer la autodeterminación y el avance tecnológico, lograr un sector energético más eficiente e integrado, contribuir al uso mundial adecuado de los hidrocarburos y diversificar las fuentes energéticas.
El México del siglo XXI exige una política energética independiente y soberana. Las razones son múltiples. Actualmente, el sector energético tiene una alta y creciente producción bruta en valores básicos. La electricidad tiene la principal contribución superando a la extracción de petróleo.
En 1999, la producción promedio diaria de petróleo crudo fue de 2 millones 906 mil barriles, correspondiendo la mayor producción a la región marina noreste; actualmente la producción diaria total es mayor. La producción diaria de gas natural fue de 4 mil 790 millones de pies cúbicos con un crecimiento de 0 (cero) respecto del año anterior, siendo la mayor producción en la región sur. Entre tanto, la producción total de productos petrolíferos fue de solamente 485 millones de barriles equivalentes, principalmente diesel y combustóleo y, en menor medida, gasolinas, con un crecimiento total respecto al año anterior de apenas 0.2% y crecimiento 0 (cero) en la mínima proporción de gas licuado que se produce.
En ese año, la generación eléctrica neta total en el sector público fue de 171 mil 540 Gwh y 21 mil 777 Gwh por el sector privado, siendo el principal tipo de generación la termoelectricidad con una contribución del 81.2 % en los siguientes tipos de plantas termoeléctricas: vapor, combustión interna, ciclo combinado, turbo gas, dual, así como, carboeléctricas, geotermoeléctricas y nucleoeléctricas. Las plantas a base de hidrocarburos (combustóleo, gas y diesel) aportan el 77.2% de la termoelectricidad, las demás aportan menos. En cuanto a la hidroelectricidad, su aportación es de 18.8%.
En 1999, las reservas probadas de petróleo ascendían a 58 mil 683 millones de barriles de petróleo, de manera que, la relación reservas/producción se estimaba en 38 años. En 2000, el director de Pemex señaló que se tenía una reserva petrolera para 40 años. Esas reservas correspondían a 58 mil millones de barriles de petróleo, de las cuales el 58.6% correspondían a reservas probadas, 20.9% a reservas probables y 20.5% a reservas posibles, de manera que, considerando la relación reservas/producción, realmente habría reservas probadas para 27 años que representaban apenas 34 mil 103 millones de barriles. En 2001, el nuevo director de Pemex informó que se tiene un volumen de reservas totales de 56 mil 154 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, de los cuales 32 mil 614 millones son reservas probadas, 12 mil 196 millones son probables y 11 mil 343 millones son posibles. Esto es muy grave, las reservas nacionales disponibles actuales alcanzarían para menos de 30 años, ni para una generación de mexicanos. Esto es peor, si se considera que aparte de los recursos hidroeléctricos, los demás energéticos primarios con que cuenta el país son realmente escasos.
En cualquier escenario próximo habrá mayores necesidades energéticas. ¿Cómo se atenderá la demanda, con que recursos energéticos y con qué fuentes?. El cómo, está indicado por la Constitución, esto es, a cargo exclusivo del Estado. Los recursos a utilizar deben ser todos los disponibles mediante su óptimo aprovechamiento. Pero esto requiere modificar la actual política porque, aunque se quiera seguir sobre explotando los recursos de hidrocarburos, no hay reservas suficientes. La hidroelectricidad podría aprovecharse al máximo pero es limitada; el carbón mexicano es metalúrgico, no energético y con estos propósitos, además, muy contaminante; la geotermia y eoloelectricidad son interesantes pero marginales; la nucleoelectricidad con reactores de fisión presenta dificultades diversas aún no plenamente superadas.
Una opción al futuro es la energía del sol. Hacia allá se orientan muchos esfuerzos en el mundo, sea para aprovechar la energía transportada por la radiación solar o la producida en los interiores estelares mediante el dominio técnico-científico de la fusión termonuclear controlada.
El reto no es sencillo, sin embargo, seguirlo permitiría obtener logros importantes, desde una fuente prácticamente ilimitada de energía hasta, por lo menos, el conocimiento de vanguardia con relación a las nuevas fuentes de energía.
3. POLÍTICA ENERGÉTICA INDEPENDIENTE.
Así pues, las bases de la Política Energética Independiente que propone el Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México son: exclusividad del Estado en materia energética, Propiedad y control del Estado de las industrias del sector energético, Aprovechamiento racional de los recursos energéticos naturales, Desarrollo social democrático y Soberanía nacional.
Con estas bases se requiere de un Programa Nacional de Energía en el marco del Plan Nacional de Desarrollo. En tal Programa se deben establecer los objetivos y metas a diversos plazos, así como los instrumentos para su concreción.
Los aspectos centrales de esta política energética nacional incluyen:
- Integración plena de la industria petrolera nacional desde la exploración, explotación, refinación, distribución y comercialización de petróleo, gas y derivados del petróleo, fortaleciendo a Petróleos Mexicanos (Pemex) como empresa estatal.
- Integración de la industria eléctrica nacionalizada en un solo organismo encargado de la investigación y desarrollo, generación, transmisión, distribución, control y comercialización de la energía eléctrica.
- Impulso a la investigación científica y el desarrollo tecnológico a través de: Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE), Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) y Laboratorio de Pruebas, Equipos y Materiales (LAPEM), integrados en un solo Instituto Nacional de Energía (INE).
Entre otras medidas de política energética se propone lo siguiente:
2.1. HIDROCARBUROS.
En esta materia, es preciso que se modifique la actual política basada en la creciente exportación de petróleo crudo. Este recurso debe conservarse para el futuro próximo y utilizarlo para la producción de petroquímicos. Se proponen las siguientes acciones:
- Conservar los recursos petroleros suspendiendo la irracional explotación de las reservas probadas. Esto supone que la plataforma de producción nacional de petróleo crudo debe ser la requerida para atender las necesidades del país, esto es, menos de 2 millones de barriles diarios. Al mismo tiempo, es preciso eficientar los procesos para evitar las importantes pérdidas que ahora ocurren al quemarse el gas asociado, por sobreexplotación o deficiente explotación de los pozos petroleros.
- Suspender la exportación de petróleo crudo, especialmente el de mejor calidad.
- Impulsar la producción de productos petrolíferos mediante el impulso a la industria petroquímica nacional mediante apropiadas inversiones estatales. En particular, se requiere ampliar la planta industrial de refinación para el autoabastecimiento nacional y evitar las cuantiosas importaciones actuales de gasolina. Asimismo, es de interés nacional la realización de investigación y desarrollo para lograr una mayor autodeterminación e independencia tecnológica en materia de petróleo, petroquímica y gas.
2.2. ELECTRICIDAD.
La política en materia de electricidad debe considerar los siguientes aspectos:
- Ampliar el sistema eléctrico nacional mediante la inversión y administración directa a cargo del Estado.
- Suspender los permisos para la participación privada por innecesarios, onerosos e inconvenientes al interés nacional.
- Reorganizar y modernizar los sistemas de trabajo, en investigación y desarrollo, generación, transmisión, distribución y comercialización de la energía eléctrica.
- Otorgar autonomía administrativa, contable y presupuestal en el subsector.
e) Ajustar las tarifas eléctricas sin afectar a los consumidores domésticos.
2.3. ENERGIA NUCLEAR.
En este subsector, se debe considerar las siguientes acciones:
- Impulsar el desarrollo de las fuentes energéticas alternas, entre otras, la investigación científica y desarrollo tecnológico de la fusión termonuclear controlada, apoyando a la infraestructura actual y su relación con los proyectos internacionales.
- Apoyar el estudio del Sol, en sus aspectos teóricos y de otra naturaleza, tendientes al avance del conocimiento humano para el aprovechamiento de la energía de las estrellas.
c) Fortalecer las diversas aplicaciones pacíficas de la energía nuclear.
4. CONCLUSIONES.
En materia de energía se expresa la soberanía de México, junto con otros importantes recursos naturales como la tierra, las aguas, los bosques y los recursos humanos.
La industria energética nacional constituye un importante patrimonio que debe impulsarse para que contribuya mejor al desarrollo nacional. En este campo es inaceptable ceder soberanía, aunque sea "un poquito". Este patrimonio es de la Nación y de los mexicanos que han hecho posible históricamente la existencia de estas conquistas colectivas. Por tanto, es inaceptable cualquier modalidad de privatización, lo que se requiere es de una Política Energética Independiente.
La industria energética de México constituye una importante infraestructura para el desarrollo económico y social del país, así como sobresaliente fuente de ingresos para el Estado y base fundamental para sustentar un proyecto de Nación soberana e independiente. Conviene fortalecerla, tanto en los aspectos de la producción como de la investigación y desarrollo, para preservar los recursos actualmente disponibles y prepararse para el futuro, pues es previsible una severa crisis energética mundial antes de 50 años.
5. REFERENCIAS.
Bahen D., 1994, Política Energética Independiente, CND-EZLN, Aguascalientes-Chiapas.
Bahen D., 2000, Bandera Obrera/ Política Eléctrica Independiente, SUTIN.
Bahen D., Gómez S., 1999, Política Eléctrica Independiente, SUTIN.
Bahen D., Gómez S., 1999, Desarrollo Tecnológico sin Privatización Eléctrica, CIME.
Informe, 2001, Discurso Conmemorativo de la Expropiación Petrolera, Cd. del Carmen.
Manifiesto, 2001, Manifiesto del FTE, en energía 1(1) 1.
Principios, Principios y Programa del FTE, México.
Sector, 2000, El Sector Energético en México, INEGI.
SUTERM, 1975, Declaración de Guadalajara, TD-SUTERM, Guadalajara.
SUTIN, 1979, en Informes y Ponencias del I Congreso del SUTIN, Chihuahua.
SUTIN, 1986, en Informes y Ponencias del VI Congreso del SUTIN, Cuernavaca.
SUTIN, 1999, Estatutos del SUTIN, México.
STERM, 1972, ¿Porqué Luchamos?, México.
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