Marcado interés en el crudo de las aguas profundas
Convenio PEMEX-British
n PEMEX y la petrolera inglesa firmaron tres convenios de colaboración.
n El interés se enfoca al estudio de tecnología marina en aguas profundas.
n Los neoliberales de PEMEX promueven la “entrada” ilegal de la corporación.
¿Investigación científica en PEP?
El 24 de julio anterior,
Petróleos Mexicanos (PEMEX) y British Petroleum (BP) firmaron tres
convenios de colaboración, dos de carácter técnico
científico y uno para el estudio de la tecnología marina en aguas
profundas, así como a la inyección de aire en yacimientos para
recuperar hidrocarburos. La duración de estos convenios será por
cinco años.
PEMEX informó (en www.pemex.com), mediante
Boletín no. 077, que “El convenio de colaboración en
tecnología marina se concentrará en los temas relacionados con la
geología de aguas profundas, prospectiva y realización-alcance de
objetivos programados durante la perforación. Una parte clave de esta
colaboración será la transferencia de conocimientos por parte
British Petroleum para alcanzar los mejores procesos y prácticas de la
exploración en aguas profundas”.
El otro estudio
analizará el potencial del proceso de inyectar aire en lugar de
nitrógeno, dióxido de carbono (CO2) o gas natural en
yacimientos fracturados en México para mejorar la recuperación de
hidrocarburos. Según lo dicho por PEMEX “una aplicación
exitosa con la técnica de inyección de aire puede incrementar
aproximadamente 10 por ciento la recuperación final para algunos
yacimientos”.
En la argumentación de PEMEX se indica que con
estos convenios “se obtendrán importantes beneficios, entre otros,
fomentar la cooperación técnica y el conocimiento de nuevas
tecnologías y herramientas”. ¿De veras? ¿Por qué,
entonces, esos convenios “de carácter técnico
científico” no los firmó el Instituto Mexicano del
Petróleo (IMP)? ¿Por qué la administración neoliberal
de PEMEX sigue ignorando al IMP? ¿Quién va a participar des esos
proyectos? ¿Acaso PEP tiene ya una nueva área “de
carácter técnico científico? O, ¿se trata de una
simple pantalla “elegantiosa” para incorporar a British en otras
actividades?
Inyección de aire en yacimientos fracturados
La paraestatal mexicana
señaló que “Pemex Exploración y Producción ha
venido trabajando con British Petroleum desde 1996 con este tipo de
instrumentos” reiterando que “BP se caracteriza por ser una empresa
líder en tecnología dentro de la industria petrolera
internacional”.
PEMEX informó que “en el caso
específico de la tecnología en inyección de gas, BP al
adquirir a la empresa AMOCO, tomó la experiencia que tenía esta
compañía en procesos de inyección de aire a yacimientos
para mejorar el factor de recuperación en Estados Unidos y en otras
partes del mundo”.
Esto sí es del interés
(estratégico) de British para “entrar” a realizar actividades
que corresponde realizar en exclusiva a PEMEX, de acuerdo a lo que establece la
Constitución política del país, misma que por todos los
medios y en todas las formas vulnera la administración de PEMEX. El plan
consiste en que British intervenga para “recuperar” yacimientos
“agotados” o “quebrados” por la irracional
explotación llevada a cabo. Esa sería solamente “la
entrada”, después BP se podría encargar de otras
actividades.
El ojo sobre los proyectos Coatzacoalcos profundo y Perdido
También señaló PEMEX que “con respecto al convenio en aguas
profundas, BP es un operador importante en el Golfo de México (proyecto
Thunder Horse, entre otros) y la costa Oeste de África (Angola). Ha
desarrollado tecnología para mejorar la interpretación
sísmica en ambientes subsalinos, que para proyectos como los de
Coatzacoalcos profundo y Perdido resultan de mucha utilidad”.
He
allí, el meollo de los “convenios”. No hay nada de ciencia,
se trata de negocios. La colaboración técnico científica
“son instrumentos no comerciales” precisó PEMEX, en los
cuales no hay compromiso de transferencia de recursos entre las partes. Pero,
las actividades “de mucha utilidad” para los proyectos Coatzacoalcos
profundo y Perdido sí implicarían la transferencia de recursos,
mínimamente a través de un contrato. Eso es lo que está en
marcha, la participación de transnacionales como BP jamás es
gratuita. BP, o cualquier otra corporación petrolera imperialista, NUNCA
transfiere gratuitamente NINGUNA tecnología.
De manera que el
mencionado convenio PEMEX-British tiende a preparar las condiciones para que BP
intervenga en 2 de los proyectos que PEMEX ha identificado para la
exploración y explotación de petróleo crudo en las aguas
profundas del Golfo de México, es decir, Coatzacoalcos profundo y
Perdido.
Colaboración SÍ, negocios sucios NO
Los convenios fueron suscritos por el director
general de Pemex Exploración, ingeniero Carlos Morales Gil; el
vicepresidente del grupo British Petroleum para América Latina,
Canadá y el Caribe, M. E. David Peattie, así como el
vicepresidente de Exploración y Nuevos Negocios de BP, doctor Michael
Daly. A los convenios se les dio un “carácter técnico
científico” para aparentar el negocio. A los neoliberales de PEMEX
no les interesa la investigación científica ni tecnológica.
A las transnacionales tampoco les interesa el desarrollo sino la venta de su
tecnología. Lo que interesa a PEP y BP es el negocio, evidentemente
sucio, pues la Constitución prohíbe a las transnacionales y
burócratas vendepatrias apropiarse del patrimonio colectivo social de la
nación mexicana.
El FTE no está en contra de que sean
signados convenios de colaboración internacional, especialmente en
materia científica y tecnológica. Pero sí estamos en contra
de incongruencias como las de PEP que firma convenios “de carácter
técnico científico” sin tener NINGUNA área de esta
naturaleza. Peor aún, esas ni siquiera son sus funciones. Mientras tanto,
al IMP que fue creado originalmente para ser el soporte tecnológico de la
industria petrolera nacionalizada, se le mantiene relegado, debilitado y cada
vez más ausente de la investigación científica y
tecnológica en materia petrolera que debería auspiciar
PEMEX.
El FTE no está de contra de hacer esfuerzos para
desarrollar la tecnología que necesitamos. Pero sí estamos en
contra de hacerlo de manera engañosa y turbia, aparentando una
transferencia que no existe, para favorecer la “entrada” de las
transnacionales en proyectos previamente diseñados que el Estado les
ofrece “a su gusto”.