El EPR se reivindica, pero no explica políticamente, los hechos
Privatización militarizada de Pemex
n La inteligencia militar irresponsablemente involucra a los trabajadores petroleros.
n El EPR se atribuye los hechos y reitera la demanda de liberación de los detenidos.
n El Estado maneja políticamente las explosiones, su objetivo es privatizar a Pemex.
Investigan vínculos con el sindicato petrolero
Se publicó que
“organos de inteligencia del gobierno federal estiman que al menos tres
células del Ejército Popular Revolucionario (EPR), de “alta
movilidad”, fueron responsables de las explosiones en ductos de
Petróleos Mexicanos (Pemex) en Veracruz y Tlaxcala, e informaron que
también se investiga una presunta colaboración de empleados de la
paraestatal con el grupo armado, revelaron fuentes de alto nivel (Aranda J.,
Castillo G., Martínez F., Sánchez M., Chávez M. en La
Jornada 12 sep 2007).
De acuerdo con esa información, las
secretarías de Marina, Gobernación (mediante el Centro de
Investigación y Seguridad Nacional), Defensa Nacional y de Seguridad
Pública Federal, así como la Procuraduría General de la
República (con los recursos del Centro Nacional de Análisis e
Información para el Combate a la Delincuencia) trabajarán de
manera coordinada en la recolección de información y
análisis para que, en un “plazo breve”, se ataque a las
estructuras del EPR.
En la Secretaría de Gobernación se dio
por válida la carta del EPR en la que se adjudica la autoría de
las explosiones en gasoductos de Veracruz.
Según la PGR, se
consideraba que en los ataques el EPR utilizó nuevamente una mezcla de
Anfo, explosivo compuesto por nitrato de amonio y combustible que utiliza como
agente el aluminio, el cual se emplea mucho en la minería, y con Semtex,
explosivo plástico fabricado en la República Checa.
Se
publicó en la prensa que “una vez que el EPR reivindicó la
autoría de las explosiones en gasoductos de Pemex, los órganos de
inteligencia de las fuerzas armadas investigan la posible colaboración de
integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República
Mexicana (STPRM) con los eperristas” (Aranda J., Castillo G.,
Martínez F., Sánchez M., Chávez M. en La Jornada 12
sep 2007).
Fuentes castrenses confirmaron lo anterior, y agregaron que
las circunstancias de las explosiones y el hecho de que tuvieron lugar en
instalaciones estratégicas permiten suponer que los integrantes del EPR
obtienen información de acceso restringido de la
paraestatal.
¿Se trata de nerviosismo de la
“inteligencia” o de irresponsabilidad política? Si el grupo
que se atribuye los hechos tiene esa capacidad, entonces, debe
respetársele; de no ser así, los militares debieran comportarse
con decoro.
Tan solo pensar en la colaboración de personal
sindicalizado es temerario. No es la primera vez que se busca involucrara al
sindicato. Sin embargo, es conocido por las fuentes políticas y militares
del gobierno que el sindicato petrolero está a su servicio, es su socio
privatizador, hace décadas que el sindicato está corporativizado.
Los hechos son elocuentes: los trabajadores petroleros están literalmente
secuestrado en su propia organización y centros de trabajo, sujetos a un
control administrativo y militar excesivos. Entre los petroleros existe
descontento pero la incapacidad de actuar es
absoluta.
¿Porqué el Estado insiste en involucrar a los
petroleros?
Reivindicación del EPR
Fechado el 11 de septiembre de 2006, el EPR dio a conocer un
comunicado que fue publicado por la prensa nacional (en La Jornada 12 sep
2007) señalando lo siguiente:
“Ante la actitud
hipócrita y fascista de este gobierno ilegítimo de profundizar la
guerra sucia y el terrorismo de Estado como su principal política
contra los luchadores sociales, los oponentes políticos y los
revolucionarios; ante la creciente escalada de represión contra nuestro
pueblo, los luchadores sociales y activistas defensores de los derechos humanos;
ante la existencia de presos políticos y de conciencia del país
condenados a penas y tratos inhumanos en cárceles de exterminio; ante la
práctica fascista de la desaparición forzada de luchadores
sociales; ante la pretensión del gobierno calderonista de mantener en
calidad de detenidos-desaparecidos a nuestros camaradas Edmundo Reyes Amaya y
Gabriel Alberto Cruz Sánchez, damos a conocer que:
“1.
Unidades militares pertenecientes a nuestro ejército colocaron 12 cargas
explosivas en igual número de ductos de Pemex en los municipios de La
Antigua, Úrsulo Galván, Olmeaca, Mendoza y Cumbres de Maltrata, en
Veracruz, y en Cuapiaxtla, Tlaxcala, de las cuales la colocada en el oleoducto
de 24 pulgadas Nuevo Tepa-Cadereyta (en La Antigua) no se activó. Todas
fueron activadas simultáneamente a las 2:00 horas del día 10 del
presente mes.
“2. Este accionar político-militar es parte de
la campaña nacional para exigir la presentación con vida y
libertad de nuestros compañeros detenidos-desaparecidos en la ciudad de
Oaxaca desde el 25 de mayo por fuerzas federales.
“3. Dichas
acciones fueron preparadas y ejecutas con la finalidad de no causar
pérdidas humanas en la población, que es parte de nuestro
pueblo.
“Informamos a nuestro pueblo y a los pueblos del
mundo:
“1. Que nuestro accionar político-militar no se
detendrá hasta que sean presentados con vida y en libertad nuestros
compañeros detenidos-desparecidos.
“2. Estamos actuando en el
marco de la autodefensa armada ante la guerra sucia que el gobierno de
Calderón ha decidido llevar en contra del pueblo mexicano, asumiendo una
actitud hipócrita que pretende cotizarse en el extranjero como un
gobierno democrático, al tiempo que tiene manchadas las manos de sangre
por los delitos de lesa humanidad que se están cometiendo en el
país bajo sus órdenes en calidad de jefe supremo de las fuerzas
armadas.
“Para nosotros como partido y ejército
revolucionario no hay cabida al perdón o al olvido de los crímenes
de lesa humanidad sobre la indignidad de traicionar o capitular en aras de
prebendas y concesiones políticas.
“A todas las estructuras
de partido y ejército, a todos los militantes, simpatizantes y
colaboradores les comunicamos que la campaña por la presentación
con vida y libertad de nuestros compañeros debe continuar a pesar de la
ofensiva de este gobierno en nuestra contra, que pretende aniquilarnos como
proyecto revolucionario, por lo que la orden de ejecutar el plan de autodefensa
se mantiene vigente.
“Comité Central del Partido
Democrático Popular Revolucionario (PDPR).
“Comandancia General
del Ejército Popular Revolucionario
(CG-EPR).
“República Mexicana, a 11 de septiembre de 2007”.
¿De qué se trata?
Todavía no está claro, hay serias dudas.
Mientras tanto, el Estado amenaza al movimiento social en su conjunto, no
solamente a los petroleros a quienes mantiene amedrentados por el control
férreo del charrismo sindical.
El gobierno federal, con la
militarización que lleva a cabo en el país, encubierta con el
combate al narcotráfico del cual es partícipe, extiende esa
política enviando claros mensajes a la población. Calderón
trata de imitar a su Bush en el combate a lo que llaman “terrorismo”
y, para ellos, toda protesta social debe ser criminalizada. Las explosiones en
Pemex le dan al gobierno un fuerte pretexto habida cuenta que, en el fondo, se
trata de imponer la privatización TOTAL de Pemex al precio que
sea.
Las explosiones de julio se mantuvieron ocultas varios días,
las segundas fueron publicitadas por los propios militares que atribuyeron de
inmediato los hechos al EPR. Luego, el propio EPR se atribuyó los hechos
con base en una demanda legítima pero insuficiente: la liberación
de dos detenidos-desaparecidos.
¿A quién benefician las
explosiones? Por ahora al Estado pues resulta que la mayor parte de ductos y
poliductos de Pemex tienen 30 años o más, gran parte sin
mantenimiento adecuado y, el gobierno lo que pretende es desincorporarlos, es
decir, privatizarlos. El manejo de las explosiones, por parte del gobierno, es
abiertamente político.
Esta vez, las reacciones en los medios
políticos ha sido débil, todos se deslindan de los hechos pero eso
no es suficiente. Qué las explosiones fueron hechas con conocimiento de
causa es indudable. Pero, ¿quién las realizó? No hay
explicación clara para el pueblo, ni por parte del gobierno ni del EPR.
Una célula aislada, que toma sus propias decisiones, no explica en
términos político-militares el alcance de las acciones. Lo
único claro es el terrorismo de Estado, se perfila una situación
de miedo, la amenaza es real.
Mientras tanto, la vigilancia militar en
los centros de trabajo, petroleros y eléctricos, ha sido reforzada. En
las subestaciones del valle de México se presentaron elementos de la
inteligencia militar e interrogaron a los trabajadores respecto a
¿qué pasaría? si hubiera un disturbio. ¡Qué casualidad!
Privatización petrolera militarizada
Lo que el gobierno está anunciando
es la privatización petrolera militarizada. El gobierno federal sabe que
en el país existe un descontento generalizado y que, en diversas partes,
aún con muchas dificultades, existen procesos de movilización
social que no se reducen a la resistencia obradorista.
Sin embargo, los
comunicados del PR están lejos del Manifiesto de Aguas Blancas. Antes se
hablaba de la nacionalización de los bancos y los medios, de
soberanía, antiimperialismo, desconocimiento de la deuda. Ahora, las
demandas programáticas están prácticamente ausentes.
El gobierno de Calderón, a través del presidente del PAN
Manuel Espino, lo que hace es auspiciar la provocación involucrando a
luchadores sociales, entre ellos, a universitarios distinguidos por sus
actividades solidarias. Al mismo tiempo, preventivamente, cerca de los
trabajadores especialmente del sector petrolero, para imponer medidas
antinacionales.
Los trabajadores mexicanos somos parte de la resistencia
nacional al neoliberalismo. Independientemente de los hechos relacionados con
las explosiones en los ductos de Pemex, y su (s) probable (s) autoría
(s), llamamos a articular la lucha contra la privatización petrolera
furtiva, que NO es ningún intento sino que está en marcha desde
hace 12 años.
La “pinta” del EPR en los gasoductos