2007, 50 años sin Diego Rivera
Murales de la SEP /II
Visitas guiadas
En la conmemoración del 50 aniversario sin Diego
Rivera, el FTE y el Taller de Construcción del Socialismo programamos
algunas visitas guiadas a algunos de sus murales. Esta vez, 3 de marzo,
visitamos los murales pintados en la Secretaría de Educación
Pública (SEP). La visita fue conducida por el maestro Alberto
Híjar, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de
México. El maestro Híjar es experto en la materia, crítico
de arte y, también, marxista y luchador social.
La
explicación del maestro fue una lección de alto nivel para los
trabajadores asistentes superando con mucho las descripciones e interpretaciones
hechas en multitud de libros publicados sobre la obra de Diego Rivera.
Una primera distinción fue abordar el desarrollo
pictórico de Diego ubicando el contexto ideológico,
político, social y estético en que fueron realizados los murales
de la SEP. Eso fue posible por dos razones, una, ser especialista en la materia
y, otra, conocerla desde dentro, es decir, desde el interior del movimiento. La
interpretación del maestro Híjar fue hecha, además, con una
visión integradora del conjunto desde un punto de vista
proletario.
En esta ocasión, nos referiremos solamente a un breve
momento, a un punto inicial de transición cuando Diego pasó de la
descripción alegórica en La Creación (ver
energía 86) seguida por el inicio de los murales de la SEP
(energía 87) con referencias indigenistas, a la
construcción de un discurso de fuerte contenido social y político.
Diego pasó rápidamente a expresar lo que sería la Escuela
Mexicana de Pintura, a lo que tenía que hacerse para construir al sujeto
necesario de esa pintura, es decir, al sujeto
pueblo.
La mina
Luego de
referir como Rivera va encontrado la manera de significar el universo de los
trabajadores, el maestro Híjar describió la entrada de una mina
poniendo el acento “en como Rivera va construyendo el cuerpo de los
trabajadores, es decir, como va superando esa síntesis de las vanguardias
europeas”.
Rivera muestra como es “una entrada a la mina
señalando las condiciones terribles en que entran los mineros, con
huaraches, unos con casco, otros no, le faltó la alusión al
trabajo infantil”. Aunque el tema no importe de una manera definitiva, el
maestro Híjar dijo que lo destacaba “para ir viendo como va
construyendo Rivera una concepción totalizada de lo que tenía que
ser la Escuela Mexicana de Pintura, es decir, una reflexión sobre la
naturaleza, los campesinos indígenas y, ahora, los trabajadores”.
Luego, Híjar señaló que “no está
demás ver los letreros, en parte concesiones al literaturalismo
espiritualista de Vasconcelos al que tanto gustaban las frases poéticas y
demás, y la introducción de dos elementos nuevos: el capataz
güero, evidentemente gringo o europeo en este cacheo y un encuentro
también con las tradiciones de los signos europeos con esta especie de
Cristo obrero que se entrega al sacrificio para que lo cacheé el capataz
mientras, esa figura, con ese maravilloso rostro también realizado,
está a punto de desaparecer en el socavón”.
Por otra
parte, el maestro Híjar destacó cómo Rivera fue
construyendo la naturaleza y el paisaje. “Si se ve lo que hay arriba de la
clave de los arcos, se trata de paisajes que podían ser de cualquier
lugar, muy parecidos a los paisajes que aprendió a pintar con sus
compañeros en España ... Su relación con las vanguardias lo
hace hacer esta síntesis de los paisajes, una síntesis
geométrica. Pero ya empieza a meter los cactus y esta unidad entre los
obreros industriales y los campesinos que sigue siendo una aspiración
socialista.
Las consignas siguen haciendo referencia a esto.
Híjar refirió un desliz cuando Vasconcelos, que se dada una vuelta
a ver como iban los murales, se encuentra con que Rivera había puesto una
cita del famosísimo poeta rojo Carlos Gutiérrez Cruz, en un verso
que decía:
“Compañero minero doblado
por el peso
de la tierra
tu mano hierra
cuando saca metal para el dinero
haz
puñales con todos los metales
y así verás
que los
metales después son para ti.
“Eso era demasiado radical
para Vasconcelos y hasta para el Partido Comunista Mexicano. Entonces
Vasconcelos pone el grito en el cielo”.
“Dice la leyenda que
en este muro está encapsulado en una botella el poema original de
Gutiérrez Cruz”, comentó el maestro pero el verso original
fue sustituido por otro que es “humanista”
“Jornaleros
del campo y las ciudades
heredados de la libertad
hagan más fuerte
el lazo que os une
en la lucha y el dolor
y la fecunda tierra
florecerá
un abrazo de fuerza y de amor.
Ya después de ese
abrazo
no pagarán tributos ni venceres...
Y el potrero y la
máquina
dará todos los frutos para ustedes.
“Concesiones que tienen que hacer los muralistas porque tienen
como patrón al Estado y éste tiene sus propias tesis, sus propias
ideas. De manera que allí queda esto como testimonio”.
Para
no perdernos en la pura temática, el maestro insistió “en
como se va construyendo un discurso visual que hizo decir a Cuevas, hace 20
años en un congreso de filosofía en Guadalajara, que no se
podía entender el socialismo en América sin la aportación
de los artistas, de pintores como Rivera y Siqueiros, de literatos como el
ecuatoriano Jorge Icaza o el peruano Arguedas y hasta arquitectos como Nyemeyer,
el constructor de Brasilia. En Europa es otra cosa, hay un discurso
teórico, profundo y muy ordenado, acá es otra cosa, la
apropiación tiene que pasar por esos procesos de significación
....”.
La visita fue extraordinaria. En un próximo momento
continuaremos con la explicación completa del maestro Alberto
Híjar
Entrada a la mina, muro este; Fundición, abriendo el horno, muro sur;
Salida de la mina, muro este. Patio del Trabajo, de la SEP