Preparativos para el Congreso de la UIS-Energía
Situación energética e hídrica mundial: Impactos, luchas y conflictos
µ Las privatizaciones de la energía y el agua no son irreversibles.
µ En varias partes del mundo la resistencia ha sido activa y continúa.
µ Los trabajadores necesitamos de una política alternativa propia.
1. Electricidad
El libro de Sharon Beder, "Energía y Poder",
Fondo de Cultura Económica, 2005 (Power Play en la versión en
inglés), documenta el tema de las privatizaciones en el sector
eléctrico, estudiando las desregulaciones de EU, Inglaterra y
Australia.
En el primer país, el paradigmático caso de
Enron, por su impacto en situaciones y eventos insospechados hasta entonces
¾derivados de la alta concentración y el
trato "privilegiado", que dicha transnacional tradujo en evasión fiscal,
falsas contabilidades¾, como la pérdida
de fondos de retiro de los trabajadores (incluso japoneses), invertidos en dicha
empresa. Pero no solamente, Enron creó toda una escuela, no solo en el
sector eléctrico y del gas natural (encabezando un cártel de
empresas que se benefició de la crisis de California) sino en la
manipulación de la contabilidad que su caída evidenció.
Grandes empresas de otros sectores también adoptaron prácticas
fraudulentas, señaladamente World Comm Inc (Telecomunicaciones) y
diversas empresas contables y auditoras, como Andersen, que dieron origen a una
batalla legal por parte del capital financiero especulativo (si es que hubiese
de otro) que derivó en una en una reforma de leyes que finalmente
favorecieron a los grandes consorcios, dejándolos a salvo de todo control
y supervisión efectivos. Enron significó un gran escándalo,
pero las grandes protestas sociales no se sucedieron.
Otro caso que
Beder analiza a fondo es la desregulación del sector eléctrico
británico, con la que se revela que las motivaciones privatizadoras
neoliberales se vieron reforzadas con diversos objetivos, nacionales e incluso
regionales, que de una u otra forma se cumplieron. Entre otras cosas, Margaret
Thatcher logró acabar de esta forma con el poderoso movimiento obrero
encabezado por los trabajadores del carbón. A cambio, la OFFER (Oficina
de Regulación de Electricidad), detectó (pero permitió)
enormes ganancias a las empresas eléctricas, que comprobadamente
manipularon los precios en perjuicio de los consumidores, provocando un
escándalo que fue resuelto desde el propio círculo de poder
cambiando el modelo privatizador original (que tanto prestigio había
alcanzado) sin que los grandes sindicatos o el partido laborista hicieran la
menor protesta.
2. Fracaso de las privatizaciones
En el caso británico un estudio de Steve
Thomas (incluido en el libro de Beder) reveló el fracaso de las
privatizaciones en términos sociales: "Aunque los precios de la
electricidad en Gran Bretaña han disminuido desde la
privatización, esta disminución ha sido solo una fracción
de la reducción real de los costos de producción y suministro
eléctrico. Los precios al menudeo para usuarios pequeños
[domésticos] siguen siendo altos, según los estándares
prevalecientes en Europa y EU [...] Muchos países que no han liberalizado
sus mercados eléctricos siguen ofreciendo electricidad más barata.
Los usuarios industriales y personas adineradas, que usan más
electricidad, se han beneficiado de las mayores caídas de precios. Las
personas pobres y los granjeros han padecido aumentos de precios, ya que se han
eliminado los subsidios cruzados que existían para
protegerlos".
Un tercer caso, analizado por Beder, es el mercado
eléctrico de Australia, en particular de las provincias de Victoria y
Australia del Sur, cuya motivación para la privatización se semeja
más a las de las economías en desarrollo: la reducción de
la deuda pública, mediante la venta de "activos" (con la consabida
reducción de la plantilla de trabajadores y de los salarios). La
conclusión, luego de un minucioso estudio, es que el gobierno
perdió más en dividendos que lo que ahorró en el pago de
intereses a cambio de una carga económica mayor para los consumidores
representada por la volatilidad en los precios y un mayor desabasto de
energía (con apagones).
Beder coloca en un solo apartado el caso
de los países con economías atrasadas o dependientes (del llamado
tercer mundo en América, Africa y Asia) concluyendo atinadamente que, en
este caso, a falta de "motivaciones" reales, propias, las privatizaciones fueron
una imposición de los organismos financieros internacionales quienes
condicionaron los préstamos (que antes se destinaban a los gobiernos) a
la aceptación de capitales privados (sustentados por los mismos
organismos, particularmente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
controlados por EU) en forma de Inversión Extranjera Directa mediante la
adquisición de empresas estratégicas, entre ellas las
energéticas. Beder ilustra los casos de los Bancos de Desarrollo y los
diversos mecanismos de ayudas, que dieron impulso al desarrollo de un verdadero
mercado de capitales destinados en primera instancia a las
privatizaciones.
3. Resistencia a las privatizaciones
Hay sin embargo, en el terreno de las luchas en
contra de la privatización de la electricidad, otras experiencias menos
documentadas, aún por investigar.
Algunas resistencias han sido
muy importantes pero los resultados no condujeron siempre a victorias. Un
ejemplo se dio en Corea del Sur, con una huelga de 5 semanas en 2002 en contra
de la venta del sistema eléctrico (Korea Kepco) que dio lugar a la
movilización de otros sectores
[http://www.socialwatch.org/es/informeImpreso/pdfs/corea2003_esp.pdf;
http://www.voanews.com/spanish/archive/2002-03/a-2002-03-25-10-1.cfm] ya que la
medida estaba íntimamente relacionada con el proceso de
privatización de los ferrocarriles
[http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/asia-pacific/1839482.stm]. El movimiento
social, y la huelga (expresamente prohibida por la ley) encabezada por
electricistas, trabajadores del gas y ferrocarrileros, impidió la
privatización inmediata de dichas empresas públicas; no obstante,
los acuerdos alcanzados no cerraron definitivamente la puerta a las
privatizaciones y el conflicto persiste [http://www.amrc.org.hk/4504.htm]. Algo
similar al caso mexicano, donde se impidió la reforma constitucional,
pero no así la privatización (actualmente del 37%) de una parte
importante de la generación eléctrica así como la
exclusividad en el desarrollo (incluso el mantenimiento) de la infraestructura
del sector.
Problemas derivados de la privatización
eléctrica (y de otros servicios públicos) han generado protestas
de diversas magnitudes, que van desde importantes manifestaciones en
países impensables como Francia y la propia China, hasta verdaderos
levantamientos populares en Argentina, India, Indonesia y Ghana. Algunas
experiencias han tenido resultados exitosos como en Perú, Ecuador,
Paraguay y México (contra la reforma constitucional) pero otras han
resultado cruentas, como en República Dominicana
[http://www.voanews.com/spanish/archive/2003-08/a-2003-08-21-6-1.cfm;
http://www.rebelion.org/internacional/040209galvan.htm] y Papua Nueva Guinea
[http://www.nadir.org/nadir/initiativ/agp/free/imf/asia/pngprotest.htm]. No son
los únicos casos.
4. Petróleo
Si de conflictos violentos se trata, otro libro
importante en referencia al Petróleo y el Agua, es el de Michel T Klare,
"Guerras por los Recursos. El futuro escenario del conflicto global" (Ediciones
Urano, 2003).
Klare parte del viejo conflicto petrolero del Golfo
Pérsico (ya analizado antes por Jaques Berguier y Bernard Thomas, "La
Guerra secreta del Petróleo", Plaza & Janés 1971, quienes
además afirman que también la guerra de Vietnam lo fue),
encadenando las crisis de la Cuenca del Mar Caspio, que involucra no solo a
Rusia e Irán, sino a diversas repúblicas ex-socialistas
(Azerbaiyán, Georgia, Kazajstán, etc.) donde se ubican "las
segundas o terceras" mayores reservas a nivel mundial de crudo. Klare revisa
también los diversos conflictos armados en el Sur del Mar de China
(Berguier y Thomas), que albergan importantes reservas de crudo y gas natural
disputadas por China (y Taiwan), Vietnam, Filipinas y Malasia (e
Indonesia).
De allí, Klare da cuenta de las históricas
guerras del agua, desde la cuenca del Río Nilo y sus tributarios, hasta
el Jordán, el Tigris-Eufrates y el Río Indo. La versión
moderna de dicho conflicto se inaugura con la guerra árabe-israelí
(1967) y pasa por los de Irak y Siria, en una franja que abarca desde el norte
de Africa, pasa por el cercano oriente, y alcanza el sur de Asia.
Klare
dedica un apéndice de su libro a registrar las disputas regionales,
actuales, que involucran áreas ricas en hidrocarburos (petróleo
crudo y/o gas natural).
5. Agua
En cuanto al tema del Agua, a nivel mundial, el libro "Oro
Azul. Las transnacionales y el robo organizado de Agua en el Mundo" (Maude
Barlow y Tony Clarke, Paidós, 2004) sirve para documentar el proceso de
privatización pero, también, parte de las luchas.
B&C
registran la respuesta de los habitantes de los pueblos aledaños a la
presa Sardar Sarovar (India), que tres veces se negaron a evacuar sus
territorios, a pesar de iniciarse el proceso de inundación del Valle de
Narmanda para llenar dicha presa. Este movimiento, Narmanda Bachao Andolan,
coordina las acciones de diversos pueblos (en India y Paquistán), en
contra de la construcción de grandes presas hidroeléctricas
[http://www.chowk.com/show_article.cgi?aid=00004446&channel=gulberg].
También se consigna en el libro la lucha de la Coordinadora de
Defensa del Agua y la Vida, que logró concitar la resistencia de amplios
sectores en Cochabamba (Bolivia) en contra de la Bechtel y el gobierno, que no
solo logró impedir la privatización, sino que logró el
control público (a través de los trabajadores y mediante la
modificación de las leyes) de los recursos acuíferos de aquel
país.
B&C mencionan sucintamente otros casos,
Sudáfrica, Ghana, Uruguay, EU y Canadá.
6. Caso México
Un referente para México podría ser
"¿Guerra por el Agua en el Valle de México?" (Manuel Perló y
Arsenio González. UNAM-Fund. Friedrich Ebert, México, 2005). En
este libro se presentan diversos "movimientos sociales defensivos", como el de
los habitantes del Alto Lerma (Estado de México, México) en contra
del acueducto del mismo nombre que sirve para abastecer la Ciudad de
México, quienes, ante la escasez del vital líquido, decidieron
"robar" el agua del propio acueducto y, ante la represión, clausuraron
diversas instalaciones. El movimiento no pasó de reivindicaciones
individuales y el aumento de la explotación de los mantos
acuíferos (perforación de nuevos pozos para abastecimiento
regional).
Otro caso presentado por Perló y González es el
del movimiento campesino contra el Proyecto Temazcaltepec, que ilustra las
luchas históricas del campesinado mexicano por el Agua. Se trata de
acciones específicas, de corte regional, para impedir que el gobierno "se
lleve el agua". No obstante en fechas recientes diversos movimientos se han
vinculado, para adquirir mayor fuerza social y perfilar una plataforma de lucha
más amplia. Movimientos similares, en defensa del Río Cutzamala,
aglutina a pobladores del sur del Estado de México, Michoacán y
Guerrero (Alto Balsas) que incluye afectados por la construcción de la
Presa La Parota. Otros movimientos son los de Morelos, Puebla, Querétaro
y Jalisco.
El caso del manejo de aguas residuales también ha
provocado serias crisis sociales. Un caso es el del Valle del Mezquital
(básicamente en el estado de Hidalgo, México) regado por las
"aguas negras" (residuales) procedentes del Distrito Federal, a cambio de las
cuales se despojó a los campesinos de la región de la cuota
correspondiente de agua fresca procedente de los ríos Salado y Tula
provocando, además de la movilización, formas peculiares de
protesta, como el robo "hormiga" de agua de los canales (mediante cubetas), un
caso similar a las mujeres mazahuas que se lanzaban al cause del acueducto Lerma
para obligar al cierre de las compuertas.
No obstante, se trata de
movimientos "potenciales", que ocultan conflictos latentes que solo se
manifiestan ante determinadas circunstancias, muchas veces fortuitas y otras
"moduladas" por el gobierno mexicano (desde inundaciones, hasta la
reactivación de diversos proyectos). El problema del agua en
México tiende, sin embargo, a extenderse.
El agua es un recurso energético vital
El capitalismo destruye a la naturaleza y a la vida