El FUTURO DE PEMEX QUE QUIERE EL GOBIERNO
El gobierno de este país y sus socios del
capitalismo internacional han estado haciendo una serie de declaraciones muy
alarmistas, destructivas y falsas, sobre “lo que le pasa a PEMEX y su
futuro”. Estos ataques en contra de la paraestatal tienen como objetivo
seguir con el desprestigio de la paraestatal para que el pueblo de México
acepte su privatización. Así hicieron con TELMEX. Esta guerra de
declaraciones y ataques están encausados a crear un ambiente favorable
para poder hacer los cambios constitucionales que el gobierno necesita para
vender PEMEX a las trasnacionales.
Lo que vino a acelerar este ambiente
fueron las discusiones en torno a la reforma hacendaria y, sobre todo, la
propuesta hacendaria para PEMEX elaborada por el Frente Amplio Progresista (FAP)
integrado por el PRD, PT y Convergencia. Sin embargo, está fuerza no es
suficiente para echar abajo la propuesta de Calderón.
“Deberían intentar ganar la voluntad del PRI para estar colocados
en otra posición dentro de la negociación”, señalaron
algunos de los integrantes del FAP, para que prevalezca su propuesta y no la del
PAN.
Uno de los objetivos de la propuesta del FAP es la de dotar a PEMEX
de recursos para que invierta en producción, exploración,
transformación e investigación, y con el fin de que fortalezca sus
finanzas. En la actualidad, PEMEX enfrenta la falta de recursos, está
endeudada y la mantienen con un régimen fiscal desfavorable pues paga
más de impuestos de los ingresos que obtiene. En breve
descripción, los neoliberales la mantienen en quiebra
técnica.
No conformes con lo anterior, y en vista de que la
discusión en los medios escritos no les está favoreciendo,
Rodríguez Prats, Diputado del PAN, arremetió el 24 de julio en la
Cámara de Diputados. Dijo que, en la discusión a favor de las
reformas de PEMEX, se “incluyan la apertura privada para la
exploración en aguas profundas, sin que ello signifique que el Estado
pierda la rectoría”. Agregó que, “la paraestatal
necesita un nuevo marco jurídico que flexibilice la inversión y
que permita al sector empresarial participar en trabajos de exploración,
ya que Pemex no tiene tecnología para explorar aguas profundas”
[1].
¡Que oportuno!, nada más estaban esperando el momento
para soltar el golpe, ya que, las intenciones de Calderón desde hace
muchos años es la de privatizar PEMEX. En su campaña presidencial
y cuando abordaba el tema señaló que “PEMEX no se
vende” pero, en los hechos hace todo lo contrario. El gobierno federal
sigue con la misma política entreguista. En lo que va de su gobierno se
han firmado dos nuevos Contratos de Servicios Múltiples (CSM) y 1
Contrato de Servicios Integrales (CSI), en plena violación a los
preceptos constitucionales.
De está forma, Calderón
está avanzando en la privatización de PEMEX mucho más
rápido que sus antecesores. Los CSI eran una figura que estaba propuesta
desde 1997, pero ni Zedillo, ni Fox se atrevieron a impulsarlos. Los CSI son la
concesión a trasnacionales para explotar el petróleo.
El
Frente de Trabajadores de la Energía considera privatizadores a estos
contratos. En el caso de los CSM su duración va entre los 15 a 30
años, con la promesa de renovarlos por el mismo periodo de tiempo. Los
CSI, dicen que los firmaron para que funcionen durante 10 años pero, al
momento, no se conocen los términos de dichos contratos.
Como se
podrá observar, la privatización furtiva de PEMEX está en
marcha y lleva ya más de 14 años. Por eso, como nación y
como pueblo, tenemos que impulsar un movimiento nacional que se oponga a este
atraco. Los dueños de los recursos naturales y de PEMEX somos todos y
cada uno de los mexicanos. Hasta ahora no hemos actuado debidamente pero, el
día que lo hagamos organizadamente, las cosas van a cambiar y el gobierno
tendrá que respetar el derecho de la nación, no como ahora que
funge como simple colaborador y socio de los Estados Unidos.
Referencias
[1] El
Financiero, 24 julio de 2007.