Lula “legitima” a Calderón y a la privatización
Convenio PEMEX-Petrobras
Entendimiento privatizador
PEMEX informó oficialmente (en www.pemex.com)
que los gobiernos de México y Brasil suscribieron el 7 de agosto de 2007
“un Memorandum de Entendimiento en materia de cooperación
energética mediante el cual se emprenderán acciones conjuntas para
el desarrollo tecnológico en materia de exploración y
producción de petróleo y gas natural”
El acuerdo,
firmado por la secretaria de Energía, Georgina Kessel, y el ministro de
Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, “fortalece los
vínculos entre ambos países en materia energética”
según Pemex. De igual modo, Petróleos Mexicanos y la
brasileña Petrobras celebraron “dos convenios específicos de
colaboración para la realización de estudios conjuntos que les
permitirá contar con las mejores prácticas de la industria en
desarrollo y explotación de crudos pesados en aguas profundas y de
yacimientos carbonatados fracturados”.
Los convenios incluyen el
intercambio de expertos, el diseño y ejecución de estudios,
proyectos y programas, y la realización de investigaciones y seminarios
conjuntos que pueden incluir las siguientes áreas:
• Desarrollo tecnológico en refinación, abasto y
petroquímica.
• Gas natural licuado.
• Calidad de combustibles, eficiencia energética, normalización y conservación.
• Energías renovables y sus tecnologías.
• Biocombustibles y sus cadenas productivas.
• Fomento del comercio de combustibles entre ambos países
• Reestructuración de la industria y políticas de precios.
• Impulso a la relación entre las compañías estatales y los institutos de investigación en el sector.
• Promoción de alianzas estratégicas.
Privatizar NO es privatización
De acuerdo a la información de PEMEX,
“para ejecutar tales acciones, se integrará un grupo de trabajo de
energía, como responsable de la administración de los proyectos,
el cual adoptará las decisiones por
consenso”.
Curándose en salud, PEMEX señaló
que “cabe resaltar que el acuerdo establece que ninguna disposición
será interpretada de modo tal que obligue a una de las partes a colaborar
en cualquier actividad que esté prohibida por la legislación
vigente en sus respectivas jurisdicciones” ¡Faltaba mas!, será
todo lo contrario. Lo mismo dicen respecto a la privatización: de ninguna
manera habrá privatización, privatizar NO es privatizar. Cada vez
es mayor la privatización energética en México y a diario
repite el gobierno que NO es privatización.
Los convenios
específicos entre Pemex y Petrobras abarcan dos áreas de
colaboración: 1- Realización de un estudio conjunto sobre
desarrollo y explotación de crudos pesados. En este sentido,
Petróleos Mexicanos colaborará con Petrobras en las pruebas
tecnológicas relacionadas con este tipo de crudos en aguas profundas, las
cuales incluyen aplicaciones como el uso de bombas eléctricas
sumergibles, líneas de transporte térmicas y sistemas de
producción flotante. 2- Optimización de yacimientos carbonatados
fracturados, donde Pemex compartirá su experiencia en la
exploración y explotación de carbonatos en las zonas marinas y en
la región sur de México, a través de un estudio conjunto
sobre la producción en este tipo de yacimientos en campos petroleros
brasileños.
Privatizar SÍ es privatización
Los términos contenidos en el
convenio PEMEX-Petrobras son amplios e incluyen al gas natural, biocombustibles
y energías renovables. Lula es muy cuidadoso en su discurso pero sus
hechos revelan el fondo de su política. Calderón, por su parte, no
oculta sus intenciones si bien las expresa en un discurso borroso. Pero el
convenio, aún expresando generalidades, define temas muy
evidentes.
Se indica en tal convenio que se trata del diseño y
ejecución de estudios, proyectos y programas en la temática
definida. No es una simple declaración. Entre los temas adicionales
están la “reestructuración de la industria” y la
“promoción de alianzas estratégicas”. Eso es lo que
promueven Calderón, Labastida y Graco.
No habrá
participación en ninguna actividad “prohibida por la
legislación vigente”. Obviamente, Lula y Calderón saben que
la Constitución mexicana (vigente) PROHIBE la privatización de los
hidrocarburos pero la legislación petrolera (vigente) NO la
prohíbe, al menos en materia de petroquímica y gas natural. Tal
legislación es la que proponen modificar los neoliberales para extender
la posibilidad de privatización al petróleo crudo, especialmente
de las aguas profundas del Golfo de México. De manera que el discurso
demagógico y público de Calderón y Lula se diluye
rápidamente.
Las propuestas de modificación a la
legislación petrolera secundaria incluyen reformas regresivas a 10 leyes
relacionadas. No nada más, para adecuar la actual política de
privatización furtiva a la ley, y viceversa, PEMEX propone un proyecto de
reestructuración de la industria, basado nada menos que el el
“modelo Petrobras”. Este modelo no fue diseñado en Brasil
sino en Norteamérica, no por el gobierno de Lula sino el de Bush. En
México, el proyecto se llama SUMA e incluye la llamada autonomía
de gestión, la incorporación de personeros privados al consejo de
administración de PEMEX y, sobre todo, la intervención de las
transnacionales a través de las alianzas
estratégicas.
Esas líneas de trabajo son las que Lula
apoya para PEMEX y lo hace oficialmente a través de un convenio entre
PEMEX y Petrobras. El FTE de México NO está en contra de que se
firmen convenios de colaboración internacional, con Petrobrás o
quien sea; SÍ estamos EN CONTRA de que esos convenios se protocolicen
para impulsar la PRIVATIZACION furtiva del patrimonio colectivo social de los
mexicanos y para entregar furtivamente los recursos naturales energéticos
a las corporaciones imperialistas, llámense Petrobras, Electricitè
de France, Iberdrola, FENOSA, British, Shell o StatOil.
Las transnacionales interesadas en el crudo mexicano del fondo de los mares
