Avanzada propuesta del presidente Chávez de Venezuela
Jornada de 6 horas diarias y 36 semanales
µ Hugo Chávez propone un conjunto de importantes modificaciones constitucionales.
µ Los nuevos artículos 70, 87 y 90 son de alto valor para los trabajadores del mundo.
µ Se reconocen los consejos obreros, el derecho al trabajo y la nueva jornada laboral.
µ El FTE de México saluda al presidente Chávez y la clase obrera venezolana.
Avance bolivariano
El presidente venezolano Hugo Chávez propuso el
15 de agosto de 2007 un conjunto de 33 modificaciones constitucionales de enorme
relevancia. Son propuestas que incluyen diversos aspectos de la vida
económica, social y política. Estas propuestas se enmarcan en el
contexto del proyecto de construcción socialista en la República
Bolivariana. Tales propuestas rebasan a las actuales disposiciones de la
Constitución.
En materia laboral, tres disposiciones cambian el
presente panorama mediante reformas a los artículos 70, 87 y 90
constitucionales.
Soberanía y construcción del socialismo
En el artículo 70 se
proponen los medios de participación del pueblo para el ejercicio de su
soberanía y la construcción del socialismo. De entrada, en la
Constitución se propone explícitamente la aspiración del
socialismo. Esta propuesta tiene alta relevancia política más
allá de las declaraciones.
Actualmente, existen ya la
revocación de mandato, el cabildo abierto y las asambleas de la
ciudadanía. Ahora se incluyen los Consejos de Poder Popular, entre otros,
los consejos comunales, consejos obreros, consejos estudiantiles y consejos
campesinos.
Actualmente, están previstas la autogestión y
la cogestión que ahora, se redefinen en términos de la figura de
la gestión democrática de los trabajadores y trabajadoras de
cualquier empresa de propiedad social directa o indirecta, la autogestión
comunal y el trabajo voluntario.
De acuerdo a la propuesta de nuevo
artículo 115, la propiedad pública es aquella que pertenece
a los entes del Estado; la propiedad social es aquella que pertenece al
pueblo en su conjunto y las futuras generaciones, y podrá ser de dos
tipos: la propiedad social indirecta, cuando es ejercida por el Estado a
nombre de la comunidad, y la propiedad social directa, cuando el Estado
la asigna, bajo distintas formas y en ámbitos territoriales demarcados, a
una o varias comunidades, a una o varias comunas, constituyéndose
así en propiedad comunal, o a una o varias ciudades,
constituyéndose así en propiedad ciudadana.
La
soberanía y la construcción del socialismo, por supuesto, implican
mucho más pero el ejercicio de ambos conceptos o proyectos rebasan
cualquier disposición constitucional. Construir el socialismo es eso y
mucho más. Pero, las propuestas que ahora se hacen constituyen un
indiscutible avance para Venezuela y para el mundo. Las iniciativas del
presidente Chávez son una muestra de la notable evolución
política que ha tenido en los últimos tiempos, de su elevado
compromiso social y de la coherencia que ha asumido en torno a los problemas
sociales contemporáneos.
Consejos obreros
El nuevo artículo 70 reconocería a los
Consejos Obreros lo cual representa un hecho político de gran
trascendencia. La organización de los trabajadores en Consejos Obreros es
una propuesta clásica de la clase obrera que implica una forma de poder
al interior de los centros de trabajo, en el espacio del saber obrero. Este
reconocimiento a nivel constitucional es relevante.
Los Consejos Obreros
se organizan para ejercer funciones de control obrero en la producción.
Esta propuesta supera a la tradicional gestión industrial y se diferencia
de la cogestión y/o autogestión.
El control obrero
ejercido a través de los Consejos Obreros expresa una forma de poder
obrero pero es importante definir claramente en que consiste. Este reto
corresponde a los trabajadores, los que deberán constituirse en clase
obrera con todo lo que implica organizativa y políticamente.
El
control obrero de la producción no puede existir, realmente, ni en el
aislamiento ni en la improvisación. El control obrero supera al
empirismo, al egoísmo típico de los sindicatos tradicionales, al
conservadurismo político y la subordinación propia de las
relaciones capitalistas de producción. De hecho, el control obrero no es
una tarea para los sindicatos que constituye estructuras limitadas. Para la
organización de la producción industrial se requieren formas
superiores de organización.
De acuerdo a las nuevas reformas, el
control obrero podrá ser ejercido en todas las industrias estatales lo
que significa reorganizar a la economía de todo el país. Para
lograrlo, los trabajadores organizados, sindical y políticamente,
tendrán que superar ipso facto y a gran velocidad, quemando
etapas, los vicios y defectos atávicos.
De entrada, los
trabajadores venezolanos deberán sacar las conclusiones acertadas de las
nuevas reformas. En lo político, se necesita construir un partido
político propio. También hará falta la
reorganización del movimiento obrero, hoy desconcertado, pulverizado y a
la zaga del propio presidente Chávez. Esa reorganización implica
la organización de sindicatos nacionales por rama de actividad
económica, mismos que deben ser la base de una Central Unica de
Trabajadores. Lograrlo, correcta y rápidamente, no es sencillo pero es un
proceso que debe impulsarse y acelerarse.
Ejercer el control obrero
supone tener una política propia, en todos y cada uno de los sectores
industriales, expresados en planes, proyectos y programas. No nada más,
se requiere de un serio compromiso para desarrollar las actividades,
concretarlas y evaluarlas.
Para ello hace falta elevar el nivel de
conciencia, sin conciencia de clase el control obrero puede pervertirse,
retroceder o ejercerse erróneamente. El control obrero podría ser
la fuerza motríz para profundizar el avance de la Revolución pero,
mal entendido, podría fracasar paralizando el avance revolucionario. No
confundir al control obrero con la gestión ni la cogestión es
clave. Amargas experiencias en México y otras partes no deben
repetirse.
Lo que el presidente Chávez está proponiendo es
un sueño obrero. Hoy, en Venezuela, está cerca de ser realidad.
Concretarlo y desarrollarlo rebasa a las actuales fuerzas obreras organizadas y
su nivel de conciencia. Por eso se trata de un reto el cual hay que asumir con
todas sus consecuencias. No hacerlo sería perder una gran oportunidad
histórica. La tarea es de los trabajadores, mucho está haciendo
Chávez lo que no puede, ni debe, hacer es sustituir a los
trabajadores.
Trabajo: derecho y deber
Precisando la actual disposición en la materia, la
reforma al artículo 87 señala que toda persona en edad de laborar
tiene derecho al trabajo y el deber de trabajar. Se precisa, también, la
obligación del Estado para generar ocupación productiva,
así como medidas sociales necesarias para que toda persona pueda lograr
una existencia digna, decorosa y provechosa para sí y para la sociedad.
Se establece, asimismo, que el Estado garantizará condiciones de
seguridad e higiene en el trabajo, así como relaciones sociales acorde
con la dignidad humana.
La reforma propuesta está en el
interés de todos los trabajadores del mundo. Es parte esencial de nuestra
lucha el derecho pleno al trabajo. La Constitución venezolana propone no
solo el derecho sino el deber de trabajar para toda persona en edad de hacerlo,
lo que supone prohibir el trabajo infantil, pero no excluye a nadie más
por razones de edad o de otro tipo. Por supuesto que, expresado en general, el
derecho podría no aplicarse. Pero, la reforma plantea la
obligación del Estado para generar ocupación productiva, hecho
contrario a prácticamente todos los Estados del mundo que eluden toda
responsabilidad tratándose de la generación de empleo.
Las
medidas para una existencia digna, durante la vida laboral y post-laboral, se
indican como una obligación del Estado. La pura declaración
sería insuficiente y parece general, pudiera hacerse más
explícita refiriéndose al derecho a la seguridad social, la cual
para ser verdadera debe ser integral e incluir no solo las pensiones y
jubilaciones, sino la preservación de la salud como parte esencial de la
dinámica vital en el concepto de salud colectiva; también debe
considerarse la medicina del trabajo y la transformación de las actuales
instituciones de salud que más bien son de enfermedad. Tal vez en una ley
secundaria en la materia pudiera proponerse tal sistema integrado de salud y
seguridad social.
Jornada de 6 horas
Actualmente, la constitución venezolana establece la
jornada diurna de trabajo de 8 horas diarias y 44 horas semanales.
Tratándose la jornada nocturna se indican 7 horas diarias y 35 semanales.
Se indica, también que, “se propenderá a la progresiva
disminución de la jornada de trabajo dentro del interés
social”.
En la propuesta de reforma al artículo 90, el
presidente Chávez ha tomado una decisión histórica
totalmente opuesta al capitalismo neoliberal. Ahora se propone que la jornada
de trabajo diurna no excederá de 6 horas diarias ni de 36 horas semanales
y la nocturna no excederá de 6 horas diarias ni de 34
semanales.
Esta propuesta pareciera un grato regalo para todos los
trabajadores. En Venezuela, México y otras partes del mundo ha sido una
aspiración que parecía irrealizable. La clase obrera en el mundo
lleva más de 100 años luchando por hacer realidad la jornada
laboral de 8 horas diarias y, en muchas partes no se ha logrado o bien no se
respeta. En algunas partes, algunas organizaciones hemos propuesto la jornada de
6 horas diarias y 36 semanales. En México, en el sector
energético, siendo secretario general David Bahen, se logró la
jornada de 7 horas diarias y 35 semanales con pago de 56 al incluir el descanso
de 2 días el fin de semana. Así se firmó en el Contrato
Colectivo de Trabajo. Años después, esa conquista se dejó
perder retrocediendo a una jornada más larga. Hoy, los trabajadores
mexicanos de la energía organizados en el FTE enarbolamos en nuestro
Programa la demanda por la jornada de 36 horas.
En otras partes,
incluyendo a Venezuela, no se ha dejado de luchar por disminuir la jornada
laboral. Pero, durante muchos años, el sindicalismo venezolano estuvo
sometido a las cúpulas burocráticas de la CTV controlada por las
mafias imperialistas de la CIOSL-ORIT que han contribuido a la casi
destrucción del sindicalismo en México, Venezuela y otras
partes.
Ahora, revelando una altísima sensibilidad y sin ser
precisamente proletario, el presidente Chávez se muestra más
proletario que los proletarios y propone la reducción de la jornada en
términos de las propuestas más avanzadas de la presente
época. La acción tiene un gran significado político pues,
en multitud de países, la tendencia es inversa, hacia la
prolongación de la jornada de trabajo. En otros casos, especialmente en
Europa, las propuestas de lo gobiernos se orientan hacia la desaparición
de la jornada de trabajo para sustituirla por el pago por horas, eliminando a la
seguridad social.
Los trabajadores de Venezuela le deben a Chávez
esta gran conquista, Chávez volvió a rebasar a todos. Ahora, la
clase obrera venezolana debe sacar las conclusiones coherentes. No basta tener
el derecho, hay que ejercerlo y defenderlo. Para ello se requiere, como el
oxígeno para la vida, de la unidad proletaria que, para ser verdadera,
debe expresarse en la organización. La forma moderna de
organización del proletariado es en grandes sindicatos nacionales de
industria. En Venezuela, más aún en las nuevas condiciones, NO se
necesita de multitud de sindicatos y sindicatitos, se requieren a lo sumo 20
sindicatos estructurados a nivel nacional. Tampoco se necesitan muchas
centrales, sino solamente una (1) que unifique a todos los
trabajadores.
Pero la organización no basta, es preciso que
exista dirección política correcta, de clase. Esto no se improvisa
ni siquiera se vota, es algo que se construye y se gana en los hechos. La
política se comprueba en la práctica. Hoy, los trabajadores
venezolanos necesitan no solamente de un dinámico movimiento sindical
sino de un verdadero movimiento obrero. Ambos no son lo mismo, el movimiento
obrero es el que enarbola las banderas del conjunto de la clase expresadas en un
Programa, una política y un proyecto de clase; esas banderas son las
referencias para el accionar. Por eso es que no basta la representación,
lo que hace falta es la dirección. Ambas, tampoco, son lo mismo, pues
trata de una dirección política para una clase obrera constituida,
asimismo, políticamente.
El reto es enorme y urgente e incluye la
necesaria organización política de los trabajadores, la
elevación de la conciencia de clase, la transformación social y
humana.
El reto es vencer
Los trabajadores venezolanos son afortunados, el pueblo en
su conjunto es afortunado. Las propuestas de Chávez enaltecen a
cualquiera e implican la posibilidad de recuperar, al interior de los centros de
trabajo, la personalidad e iniciativa que las relaciones capitalistas de
producción le expropian al trabajador. Entender estas implicaciones es de
alta prioridad para los trabajadores y su dirección
política.
El significado de las medidas de Chávez es muy
grande en sus ámbitos teóricos, políticos y sociales. Esto
hay que entenderlo para desprender las conclusiones políticas acertadas.
Desde nuestro punto de vista hay 2 grandes conclusiones: 1) forjar la unidad
proletaria reorganizando al movimiento obrero de Venezuela en 20 sindicatos
industriales y 1 central única de trabajadores; 2) reorganizar la
economía del país con base en el control obrero lo que supone
formular, por los propios trabajadores organizados, los correspondientes planes,
programas y proyectos.
Ante las medidas del presidente Chávez es
menester definirse políticamente. Es indebido que el movimiento sindical
venezolano siga pulverizado, corroyéndose en luchas burocráticas
internas y manteniéndose aislado de la lucha internacional. Es
inaceptable que supuestas “dirigencias” se nieguen a definirse con
el pretexto de ver en los demás a “comunistas”.
El FTE
de México saluda al presidente Chávez y le expresa
simbólicamente nuestro apoyo. Las medidas propuestas en la nueva
Constitución han sido nuestras propuestas. Saludamos también a los
sindicalistas clasistas venezolanos y les reiteramos nuestra solidaridad
combativa.
Chávez evoluciona y hace avanzar al proceso bolivariano