PENSIONISSSTE
Alberto Híjar
Carril izquierdo es un
programa dominical del Canal 40 con tres conductores que entrevistan a invitados
para dilucidar un problema actual. El domingo 8 de abril estuvieron el
exsecretario de Hacienda David Muñoz y un senador perredista Raúl
Mora. Coincidieron en tres puntos clave: la ignorancia y desinformación
sobre el ISSSTE, el grave problema de la transición entre el
régimen de pensiones y jubilaciones aún vigente y el nuevo y el
porvenir del problema. Concordaron en el señalamiento de la presidenta de
Chile quien describió en la Cámara de Diputados de México
la mala experiencia heredada por la dictadura de Pinochet al reformar de manera
semejante a México, el régimen de pensiones y jubilaciones para
crearle al estado una pesada carga para impedir que la cosa terminara en
desastre social. Lejos de aligerar al estado de una carga, ocurrió todo
lo contrario.
Pero en Chile no había ISSSTE que fue divorciado de
los recursos fiscales hasta provocar su quiebra y obligar a la
sustitución de la responsabilidad del estado por la
individualización de las cuentas de los trabajadores. Se ha cumplido
así una ley antipopular y antisocialista al privatizar unos fondos en
beneficio de la especulación bancaria y financiera a la que se le da una
apariencia de libertad democrática. Cada trabajador tendrá su
propia cuenta, podrá elegir una Afore y Pensionissste será el
aparato administrativo garante de su fondo. En la práctica,
ocurrirá lo que con las Afores y ocurrió antes con los seguros de
vida, prácticamente obligatorios en los sindicatos. Se suponía que
podía elegirse el banco administrador y en realidad, el trabajador
recibía el reporte de una cuenta que lo afiliaba a un banco sin que
estuviera de por medio su decisión individual ni la de una asamblea
sindical. Todo es decidido por el acuerdo entre el estado y la banca.
Adolfo Sánchez Rebolledo fue entrevistado y culpó a los
sindicatos de irresponsabilidad por desentenderse de representar dignamente a
los trabajadores. Insistió en que las organizaciones sindicales pudieron
ser la garantía necesaria para evitar la concentración de los
fondos individualizados en beneficio de un grupo de administradores
vívales. Los invitados expertos en el estudio, especialmente el senador
perredista, dieron las cifras de miles de millones de pesos que están en
juego y los que se invertirán en la transición del viejo orden al
nuevo. Un detalle no fue discutido a profundidad y es el aislamiento del
problema de las pensiones y jubilaciones hasta conducirlo al absurdo de culpar a
la demografía del desastre social que se vive en los países
desarrollados: al aumentar la esperanza de vida, no hay fondo que alcance para
garantizar los derechos de los trabajadores. Lo dicho en artículo
anterior parece irrefutable: somos culpables quienes vivimos más
allá de los 65 años y hay que buscar la manera de despojarnos de
nuestras pensiones y jubilaciones como ha ocurrido en mi caso.
David
Muñoz recordó que el creador del primer sistema de pensiones y
jubilaciones fue Bismarck, el fundador del estado alemán moderno, con el
propósito de garantizar la paz social. El dato es sorprendente porque una
vez más, no ha venido de la izquierda revolucionaria propuesta alguna
concreta para garantizar el derecho a la vida de los trabajadores. Pero esta es
la apariencia que obliga a recordar al Che cuando en su calidad de Ministro de
Industrias de Cuba defendió el Plan como la necesidad de
planificación económico-política del socialismo, de modo de
integrar en programas precisos todas y cada una de las ramas de la
producción y de las necesidades para una vida plena en la
educación, la salud y la vivienda. El estado socialista, tendría
que garantizar el cumplimiento estricto de la vida plena de los trabajadores al
revés de los estados capitalistas fundamentados en la competitividad y la
conversión constante entre dinero y mercancía. La fuerza de
trabajo reducida a mercancía, ha entrado en un juego global donde a la
par de la toyotización de los procesos productivos la disminución
real de los salarios es una garantía de competitividad, especialmente
para los países condenados al no desarrollo. De aquí la necesidad
neoliberal con toda su carga ideológica de aislar los problemas de
pensiones y jubilaciones, salud, vivienda y educación, de modo de liberar
al estado de su responsabilidad social y entregar a los consorcios y sus
aparatos financieros la administración de las cuentas individualizadas de
los descuentos puntualmente hechos a los asalariados desprotegidos por sus
sindicatos que a lo mucho, organizan movilizaciones contestatarias como quien
cumple un ritual: el estado perjudica, los trabajadores protestan y una vez
agotada la movilización, la desmovilización garantiza que charras
incomensurables como Joel Ayala de la FSTSE y Elba Esther Gordillo del SNTE
obtengan su ganancia económico-política. El sistema es el sistema
aunque utilice como recurso el aislamiento de los problemas sociales más
graves.
Maestros en el Zócalo FOTO: M. Meléndez
Maestros en la secretaría de gobernación FOTO: A. Domínguez