Los charros mineros, charros son...
Venganza y represión de Napo
Represión estilo Napoleón
Un grupo de 48 trabajadores despedidos de la
sección 271, de Lázaro Cárdenas-Las Truchas,
Michoacán, se instalaron en plantón frente a las oficinas del
gobierno estatal. Los metalúrgicos exigían la reinstalación
en sus puestos de trabajo y el cese de la represión a que han sido
sometidos por el grupo de Napoleón Gómez Urutia, quien se ostenta
como secretario general del sindicato minero-metalúrgico.
El 10
de mayo, se acordó levantar el plantón al convenirse con el
gobierno local la instalación de una mesa de
negociación.
Los trabajadores exhibieron mantas críticas y
elocuentes. "Calderón prometiste acabar con la corrupción, el
apoyo a Napoleón demuestra que no. Las mafias sindicales deben acabar.
¿Has consultado a los verdaderos mineros de la nación para resolver
esta situación? ¿Por qué apoyan a delincuentes disfrazados de
líderes sindicales como Napo y su gente?" (Pérez M., Flores G., en
La Jornada 11 may 2007). "Lozano y Calderón negociaron con Urrutia
la toma de nota para sacar las reformas estructurales. Sindicatos
democráticos, gracias al apoyo que ustedes dan a Urrutia, nosotros
estamos sin trabajo. Les va a salir cara la alianza, las luchas sindicales son
para defender conquistas laborales no para defender líderes corruptos y
ladrones como Napito".
Se había dicho que los trabajadores que
protestaban lo hacían manejados por Elías Morales. Esta vez, ellos
mismos aclararon la situación. "No somos gente de Elías, cuando
él apareció vimos la oportunidad de luchar por la
democratización de la sección porque Gómez Urrutia nos
había quitado la libertad de expresión, amenazaba y
reprimía. Ahora que la autoridad laboral lo volvió a reconocer
como dirigente sindical, nuevamente hay amenazas en contra de los trabajadores
que luchan por la democracia y autonomía sindical".
Los
compañeros se refirieron también al ambiente, común desde
hace 50 (cincuenta) años, que existe al interior del sindicato minero
charrificado. "Nuestras casas han sido baleadas, nuestras propiedades quemadas y
hay amenazas de muerte si volvemos a la ciudad de Lázaro
Cárdenas".
La venganza de Napito
El 12 de mayo fue denunciado que, desde que Napo fue
“reinstalado” por el gobierno de Calderón al frente del
sindicato minero-metalúrgico, se desató la represión
interna para 920 trabajadores de la oposición. Se trata de una
típica “purga” para despedirlos del trabajo por haber apoyado
a Elías Morales, también impuesto en su momento por el
gobierno.
Para los afectados se ha entrado de lleno en una etapa de
"terrorismo sindical" que busca "aniquilar" cualquier tipo de disentimiento en
las mineras Mittal Steel, AHMSA, DeAcero, Peñoles y Grupo
México” (Gómez C., en La Jornada 13 mayo 2007),
declararon los afectados.
Carlos Pavón, quien liderea al grupo
afín a Napoleón en ausencia de éste, desestimó la
acusación y manifestó que quienes no estén a gusto con la
dirigencia de Gómez Urrutia "que se vayan" (sic). Agregó que los
inconformes estaban “pagados” por el Grupo
México.
Parece que la situación es más
crítica. Benito Elizalde, asesor de los inconformes y quien fue
“brazo derecho” de Napoleón padre declaró que
“el sindicato ha enviado cartas a las empresas "exigiendo que apliquen el
artículo 128" a trabajadores cuyos nombres se citan en las misivas, dando
en algunos casos sólo "24 horas" para cumplir dicho exhorto”.
Elizalde sabe bien de que se trata, él hizo exactamente lo mismo junto
con Napoleón Gómez Sada para desarticular a cualquier
oposición. La “cláusula de exclusión” en manos
de los charros siempre ha sido el arma favorita para reprimir a quien
quieren.
A los que ajustician los charros les llaman "desertores". Esos
trabajadores, contrariamente a lo declarado por los afines a Napo, exhibieron
los documentos que la cúpula del sindicato había enviado a
Industrial Minera México, “en los que se solicita la
aplicación de la citada cláusula a grupos de trabajadores en
Taxco, Guerrero y Sombrerete, Zacatecas. En los escritos también se deja
en claro a las empresas que si no se cumple con la petición lo antes
posible "pueden desencadenarse hechos violentos que lamentar" (sic).
Choque frontal de charros y patrones
El 13 de mayo, en Jalisco, Napoleón
presentó ante la Procuraduría de Justicia del Estado una demanda
penal “por difamación y calumnia al presidente del consejo de
administración de Grupo Minero México, Germán Larrea Mota
Velasco”. Esto se deriva de la campaña televisiva que, en horario
triple A, exhibe a Napo como “ratero” y defraudador de los
mineros.
El 24 de mayo, en la ciudad de México, el grupo
afín a Napoleón en representación oficial del sindicato
realizó una marcha de las instalaciones sindicales a las oficinas del
Grupo México. Las demandas fueron varias, entre otras, “que ya no
se entrometa en la vida sindical y pare la campaña mediática
contra su organización y su secretario general Napoleón
Gómez Urrutia”. También exigieron “castigo penal
contra el dueño de este consorcio, Germán Larrea Mota, por la
muerte de 65 mineros en Pasta de
Conchos”.
Urge una alternativa democrática
Lo anterior es apenas una muestra del proceder
de los llamados “líderes charros”.
Urge que los
mineros y metalúrgicos del país reflexiones seriamente sobre la
situación y, aún en adversas condiciones, proyecten una
alternativa democrática. Hoy, la respuesta combativa de las bases es
necesaria. Los charros defienden intereses particulares, se escudan en la
“autonomía sindical” para resolver problemas entre
mafias.
Al momento, con el apoyo del gobierno de la ultraderecha, el
grupo de Napoleón se ha vuelto a apoderar del sindicato, contratos
colectivos y cuotas sindicales en total impunidad.
Para los trabajadores
hay pérdidas porque, en varias secciones han ocurrido despidos en masa.
En el sindicato minero no procede de acuerdo a la voluntad mayoritaria
libremente expresada, sino mediante la manipulación, la represión
y el terror.
Es ya medio siglo de arbitrariedad del charrismo. Esta vez,
la situación se ha polarizado por los malos manejos económicos de
Napoleón enfrentado por razones poco claras con el corporativo
transnacional del Grupo Industrial Minera México, con el cual
mantenía tradicionales relaciones de complicidad. Parece que la
deslealtad entre mafias ha producido esta crisis que aparenta ser
obrero-patronal pero tiene mayor fondo.
Marcha de trabajadores
mineros en protesta por la impunidad de que goza el dueño de Industrial
Minera México, Germán Larrea Foto: María
Meléndrez Parada, en ww.jornada.unam.mx