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FRENTE DE
TRABAJADORES DE LA ENERGÍA, de MEXICO
Organización obrera
afiliada a la Federación Sindical Mundial
VI FORO NACIONAL DE ENERGIA
Revertir la privatización petrolera,
reclamo de la nación
En 1938, la expropiación petrolera fue un acontecimiento
político que llegó al alma del pueblo. Este, movilizado y
solidario, encabezado por los trabajadores en lucha, hizo posible que los
hidrocarburos fueran rescatados para la nación. Sin embargo, no
concluyó la cabal nacionalización. No obstante que el pueblo
despidió a las compañías extranjeras al grito ¡No
volverán!, la industria petrolera de México volvió a caer
en manos de sus enemigos. Los sucesivos gobiernos han traicionado a la
nación al propiciar una política petrolera antinacional. Hoy se ha
llegado a extremos de alta gravedad. Pemex está en un acelerado proceso
de destrucción con relación a sus objetivos estratégicos y
fines constitucionales.
La lucha contra la privatización pone en el centro la
cuestión de la propiedad de los medios de producción. Para el
gobierno, la industria petrolera es del Estado y, entonces, la parte
burocrática del mismo decide, unilateralmente, lo que estima pertinente.
Ese manejo político es erróneo. La industria petrolera de
México no es del Estado, menos del gobierno en turno, sino de la
nación. Esto implica el concepto de propiedad colectiva social opuesto a
la propiedad privada.
En consecuencia, ni el Estado ni el gobierno tienen derecho alguno para
entregar el patrimonio nacional a las transnacionales. Si Pemex se encuentra en
una situación contradictoria al obtener altos ingresos y encontrarse
sumamente endeudada, si mantiene una elevada plataforma de producción
destinada en su mayor parte a la exportación y si obtiene cuantiosos
excedentes que no se reflejan en el desarrollo social, es porque se ha seguido
una errónea política petrolera oficial acentuada en los
últimos 30 años.
Existen alternativas apropiadas para el correcto desarrollo de Pemex, tanto
al interior de la industria como en otros centros del país. La del
gobierno federal no es la única alternativa. El problema es que se siguen
los dictados del imperialismo mientras pueblo y trabajadores están
ausentes en la toma de decisiones. Los trabajadores petroleros, en particular,
están literalmente secuestrados por el charrismo sindical lo que ha
significado ya varias décadas de derrota obrera.
No obstante las luchas obreras de los últimos años,
nuestro movimiento no ha logrado retomar la lucha a nivel nacional. Muchos
problemas han impedido el accionar unificado. Pero hoy, nos encontramos ante un
momento de definición. A partir de una reflexión serena
están planteadas cuestiones cruciales. El mundo ha entrado en una nueva
crisis energética capitalista. El imperialismo proyecta apoderarse de las
reservas disponibles sea por la vía legal o militar. Lo está
haciendo en Irak y provoca a Irán. México está en los
planes imperiales para garantizarle un abasto seguro de petróleo crudo
para el mercado norteamericano.
Los planes en marcha significan profundizar la privatización, misma
que, contrariamente a lo que dicen TODOS los políticos, NO es
ningún intento; hace más de 10 años que se lleva acabo en
el país un proceso de Privatización Energética Furtiva que
implica ya la pérdida de funciones constitucionales, infraestructura
física e, incluso, territorio. En materia eléctrica, el 36% de la
capacidad eléctrica instalada total a nivel nacional es de propiedad
privada, la industria del gas natural está prácticamente en manos
privadas, la red nacional de gasoductos está en vías de ser
desincorporada de Pemex. Las corporaciones participan ya en la
exploración y explotación del gas seco y se preparan reformas a la
legislación secundaria para que las transnacionales intervengan en la
exploración y explotación de petróleo crudo.
Los planes que desde el interior de Pemex se promueven, como el Proyecto
SUMA, el cabildeo político entre legisladores y las campañas
mediáticas tienen el propósito de completar la
desnacionalización de Pemex.
Llamamos a los trabajadores petroleros a poner en alto la dignidad obrera y
hacerlo por razones de necesidad social. No es solamente defender la materia de
trabajo, o las funciones constitucionales, o la propiedad colectiva social del
patrimonio nacional. Se trata de defender un proyecto social de desarrollo
humano. Los gobiernos neoliberales, las transnacionales y organismos financieros
del imperialismo jamás podrán resolver las necesidades humanas
acuciantes de la humanidad, no quieren ni pueden. No se trata tampoco de una
simple aspiración ética. Se trata de un proyecto de clase y, como
tal, enmarcado en el contexto de la lucha de clases.
La energía, en sus diversas formas, es necesaria para cualquier
modelo de nación democrática y solidaria. Los recursos naturales
no renovables no pueden seguir dilapidándose como tampoco debemos tolerar
más el sometimiento imperialista.
Poner en alto la dignidad obrera significas en estos momentos hacerse
partícipe de la lucha organizada y conciente en defensa del
interés de la nación y los intereses de clase. Proponemos
enarbolar un Programa y construir una organización en todo el territorio
nacional, enfrentando a las transnacionales en todos los lugares y a todos los
niveles. Esta es una lucha de liberación, de soberanía e
independencia. Hemos sido invadidos por el imperialismo, traicionados por los
gobiernos y partidos políticos. Debemos apoyarnos en las fuerzas obreras
y populares, superar las crisis y decidirnos a marchar unificados con base en
razones políticas.
La tarea del momento consiste en movilizarnos coordinadamente e IMPEDIR,
por todas las vías posibles, que los partidos políticos aprueben
nuevas reformas legislativas privatizadoras de la industria petrolera mexicana.
No solamente hay que impedir las reformas legislativas sino las acciones
prácticas que, al margen de la legalidad, llevan acabo el gobierno y la
administración de Pemex. Lo que tengamos que hacer hay que hacerlo ahora,
después puede ser tarde. Las acciones a posteriori serían
tardías e inútiles. La acción y organización social
que se necesitan rebasa a las declaraciones de las cúpulas
burocráticas, superficiales y acríticas.
Mañana se iniciará una primera sesión con miras a
organizar una Convención Nacional Petrolera debidamente estructurada en
todos los centros petroleros del país. Somos parte de la
organización de este evento y estaremos presentes, a las 9 hs., en la
Universidad Obrera de México. Para este 18 de marzo, 69 aniversario de la
expropiación petrolera, proponemos realizar un Cinturón Petrolero
en Defensa de Pemex, mediante una cadena humana alrededor de la Torre de Pemex,
de las 12 a las 13 hs., simbolizando que Pemex no se vende, que el pueblo de
México la defiende. ¡Adelante!, por una política
energética independiente, por la democracia obrera, por la defensa
antimperialista de México.
¡Salud y Revolución Social!