En 1982
cuando estaba en la presidencia de la Republica Miguel de La Madrid, las grandes
trasnacionales impusieron una serie de medidas políticas y
económicas a través del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Esta ofensiva del imperialismo hacia los pueblos del mundo
la denominan “neoliberalismo”. El modelo tiene como objetivo
“hacer a los ricos más ricos y a los pobres más
pobres”. En Argentina, donde fue aplicado al pie de la letra, sus efectos
fueron devastadores, hundiendo a dicho país en una crisis política
y social de la cual aún no se recupera.
En México sus
alcances han sido severos de tal forma que el neoliberalismo ha provocado el
empobrecimiento de sus habitantes. El 86 % de los mexicanos carecen de los
satisfactores mínimos de supervivencia que conforman la denominada
canasta básica. Durante la administración de los gobiernos
neoliberales el empobrecimiento de la población ha ido en constante
aumento. En 1981, el 48% de la población mexicana era de pobres, en 1994
se incremento a 65%, en el 2000 era 79.8% y, para 2004 alcanzó el 80.4%.
Los datos hablan por si solos y muestran el incremento constante de la
desigualdad social.
El desempleo se ha profundizado, generando uno de
los problemas más serios. El número de desempleados es alarmante
La política salarial es una verdadera burla. El salario mínimo es
de 50.57 pesos, cuando menos tienen que trabajar tres miembros de una familia
para poder subsistir. Más de las dos terceras parte de mexicanos somos
pobres. La llamada economía informal crece a pasos agigantados, los
ambulantes cada más vez llenan las calles. En los sexenio de los
gobiernos neoliberales, lejos de crear nuevos empleos se han perdido,
elevándose el déficit de empleos a más de 5 millones 500
mil. La migración se incrementó en cifras alarmantes. Más
de 5 millones de compatriotas emigraron a Estados Unidos, en la era de Fox, en
busca de empleo y lo siguen haciendo a costa de perder la vida. Las zonas
rurales e indígenas viven en condiciones deplorables. La delincuencia
cada vez gana más terreno.
Los gobernantes neoliberales no tienen
una política social y económica definida que vaya en el sentido de
mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos. Con base
en estos elementos podemos concluir que el neoliberalismo está orillando
al pueblo a tomar acciones cada vez más radicales en defensa de sus
intereses. El caso de la APPO en Oaxaca es muy ilustrativo.
2. EL PROYECTO SUMA
En el sector
energético las cosas no andan nada bien. Los tecnócratas, a toda
costa, pretenden privatizar a PEMEX. Aunque Felipe Calderón diga que no,
en los hechos lo están entregando a intereses privados, en especial a
extranjeros, en perjuicio de los mexicanos.
La última modalidad
que han inventado los neoliberales es el denominado proyecto SUMA, que no es
otra cosa que toda una estrategia implementada en EU e impuesta a México
para abrir PEMEX a la inversión privada. El proyecto tiene como objeto
adelgazar la planta laboral de la paraestatal. Desde sus orígenes se
planteó despedir a más de 30 mil trabajadores sindicalizados,
más los de confianza, además de garantizar la privatización
de áreas estratégicas como son exploración y
explotación de crudo, así como el sistema de distribución
de ductos, oleoductos y gasoductos, a pesar de que los ductos están
considerados como instalaciones de seguridad nacional.
La idea original
del proyecto SUMA viene de Estados Unidos por medio de la ley Sarbarnes-Oxley,
aprobada en el 2002 e impulsada por los senadores cuyos apellidos se utilizan
para su designación. El objetivo de dicha ley es la existencia de una
reforma contable de las compañías públicas para la
protección de los inversionistas, que por lo general son extranjeros
(adoptada a raíz de los fraudes de Enron y otras). Dicha ley fue impuesta
a México y adoptada rápidamente por él ex director de PEMEX
Luis Ramírez Corzo en 2004. Este hecho, desde sus orígenes, es
violatorio a los preceptos jurídicos ya que, sin haberse sometido a la
aprobación del Consejo de Administración de PEMEX, ni del Congreso
de la Unión, se impulso dicho proyecto. Pero eso no es todo. El proyecto
SUMA es ilegal ya que viola la fracción 6ª del artículo 27
constitucional.
Uno de los objetivos del proyecto es la entrega de las
áreas estratégicas de la paraestatal a la inversión
privada. Por ejemplo, la red de ductos quedaría en manos del sector
privado. Por lo tanto, PEMEX deberá pagar a las compañías
el uso de los mismos sin siquiera transportar por ese medio sus
productos.
Antes de que oficialmente se acepte la privatización de
la red de ductos, éstos ya están comprometidos. El grupo mexicano
Z, perteneciente a la familia Zaragoza, será el beneficiado pues existen
compromisos políticos ya que dicho grupo apoyo la campaña
presidencial de Fox, así como la de Calderón, “previo
acuerdo de que le pagarían los favores recibidos a través de
PEMEX” (Ana Lilia Pérez, Revista Contra línea, en
www.contralinea.com.x).
“Lejos
de iniciar una gestión transparente, Felipe Calderón teje en
Petróleos Mexicanos redes de negocios privados para hacer de la
paraestatal la caja chica del gobierno y moneda de cambio para beneficiar a los
empresarios que lo impulsaron para llegar a Los Pinos. La operación de
los negocios la realiza desde hace unos meses el ex director de Pemex Gas y
Petroquímica Básica (PGPB), Marcos Ramírez Silva, designado
por Calderón como responsable del diseño de la estrategia
petrolera 2006-2015”
Dentro del proyecto SUMA se contempla la
desaparición del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).
También se pretende desincorporar los servicios médicos. Los seudo
líderes del STPRM, en lugar de salir en la defensa de esta conquista
laboral, para beneficio de los trabajadores del gremio, se han manifestado
diciendo que ellos estaban interesados en obtener la concesión del
servicio medico.
Con el proyecto SUMA se pretende entregar nuevamente a
las trasnacionales las riquezas del subsuelo territorial y marítimo y sus
recursos energéticos. Estos recursos son propiedad de la nación,
son propiedad de todos los mexicanos, de ahí que los gobernantes
neoliberales no pueden estar tomando acciones unilaterales contrarias a los
intereses de los trabajadores, de la empresa y de la nación. En ese
sentido los seudo líderes del STPRM lejos de defender la industria sirven
de comparsa a los vende patrias.
Tomando en cuenta que ninguna empresa
petrolera del mundo tiene un costo de operación tan bajo como PEMEX, en
estos momentos, es menor al 10%. Los salarios de los trabajadores petroleros no
son el problema. Sin embargo, las autoridades y diversos políticos han
señalado que los salarios tan elevados son la causa de las malas finanzas
de la empresa. Tan solo hay que señalar que los trabajadores de la Shell
ganan en una hora más que un trabajador de PEMEX por día.
1. Rechazamos la reducción de la planta laboral de PEMEX, y los
despidos arbitrarios en la industria petrolera.
2. Rechazamos el proyecto SUMA por inconstitucional.
3. Todas las trasnacionales que fueron beneficiadas con el otorgamiento de
CSM deben de ser expulsadas de nuestro país.
4. Los gobiernos en
turno y los funcionarios públicos que participaron en este tipo de
ilícitos deben de ser sancionados por traición a la patria y debe
iniciarse el correspondiente juicio.