La política petrolera oficial de los gobiernos
liberales seguida en los 30 años anteriores ha producido resultados que
atentan contra la nación mexicana. Lo dispuesto por la
Constitución política del país, en el artículo 27
constitucional en materia de hidrocarburos, se ha violado reiteradamente. Esta
política ha llevado a la industria petrolera nacionalizada a una
acelerada destrucción. Pemex se ha convertido solamente en una empresa
extractora de petróleo crudo y, la mayor parte de la producción,
se destina a la exportación. Por ese camino, las reservas probadas de
hidrocarburos se han abatido alarmantemente. Al momento se dispone de reservas
probadas de crudo apenas para 8 años. En 2005, la declinación de
Cantarell, el principal campo petrolero, llegó a los 500 mil barriles
diarios; otros campos están en declive desde hace años, sin que
existan nuevos descubrimientos relevantes. Esto ha obligado al gobierno a una
reducción tardía en la plataforma de producción.
México llegó al pico de producción de petróleo y se
anuncia el inicio de una severa crisis energética.
Pemex se ha
convertido en una empresa sumamente endeudada, muy corrompida y cada vez
más privatizada, que incumple sus funciones constitucionales. La
industria petroquímica ha sido destruida, el abastecimiento de gasolinas
depende cada vez más de las importaciones, la distribución del
combustible está en manos privadas y se han dejado de procesar materias
primas básicas y productos con valor agregado.
La carencia de gas
natural es cada vez mayor. Peor aún, la distribución, transporte y
almacenamiento de este energético son funciones constitucionales que se
han entregado a las transnacionales. Lo mismo ocurre tratándose de la
exploración y explotación de gas seco, a través de los
ilegales contratos de servicios múltiples.
La privatización incluye la construcción de obras e
infraestructura con más de 10 mil contratos privados mediante los
Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en Registro de Gasto
(Pidiregas). Pemex, cada vez, realiza menos actividades por
administración directa con prácticamente nula inversión
propia. Ahora, a través de las llamadas “alianzas
estratégicas”, el gobierno de la ultraderecha se propone repartir
la zona del Golfo de México a las corporaciones imperialistas. De
entrada, 239 bloques serán licitados y explotados por empresas privadas,
nacionales y extranjeras. Esto significará entregar la perforación
de miles de pozos en el período 2007-2012 utilizando la figura de
contratos de obra pública financiada. El objetivo neoliberal consiste
extraer rápidamente cuantiosos volúmenes para mantener una alta
plataforma de producción y abastecer al mercado norteamericano.
Para logra sus propósitos antinacionales, el gobierno y partidos
políticos que le apoyan (especialmente el PAN y el PRI), preparan
modificaciones legislativas regresivas a la Ley Reglamentaria del
Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo y 10 leyes
relacionadas más. Estas modificaciones implican otra seria
violación constitucional. La exploración y explotación de
petróleo por particulares están expresamente prohibidas por
la Constitución. Con estas ilegales reformas se pretende, también,
apoyar los planes en marcha para la reestructuración privada de Pemex.
Con esas medidas corporativas, los inversionistas privados podrían
participar, furtivamente, en la exploración y explotación de
petróleo en aguas profundas, e incrementar la participación
privada en la refinación, así como la total privatización
de la red nacional de ductos, incorporando al charrismo sindical petrolero en
calidad de contratistas. La pretendida autonomía de gestión que se
otorgaría a Pemex sería la figura para que la
administración, charrismo sindical e inversionistas privados, decidan
unilateralmente la completa expropiación privada extranjera.
Los petroleros democráticos mexicanos llamamos al pueblo de
México a desarrollar un amplio movimiento a nivel nacional e
internacional en defensa de la soberanía energética de
México. PROPONEMOS: construir organización social, estructurada
a todos los niveles y en todos los lugares del país, integrados en un
Frente Mexicano de Soberanía Nacional, y llevar adelante el movimiento
con base en un programa de lucha clasista vertebrado por el Programa
Obrero.
Para continuar el análisis de esta grave situación y
derivar las conclusiones pertinentes, el Frente de Trabajadores de la
Energía, de México, realizará el VI Foro de Energía
“Los Hidrocarburos de México”, el 16 de marzo de 2007, en el
marco del 68 aniversario de la expropiación petrolera. Junto con otras
organizaciones del sector, los días 17 y 18 de marzo realizaremos,
también, una Convención Nacional Petrolera en la capital del
país. Con este motivo nos congratulamos en extender una cordial
invitación a los todos los trabajadores, organizaciones sociales y pueblo
de México.
Los petroleros mexicanos exigimos una política
independiente en materia de energía. ¡México es una
nación no es un pozo de petróleo! La política petrolera
oficial proimperialista ha significado altos costos para el pueblo mexicano, sin
servir para el desarrollo social. En 1938, la industria petrolera fue rescatada
para la nación en grandes jornadas de lucha. Hoy, defender el patrimonio
nacional petrolero requiere, otra vez más, de la lucha organizada y
conciente de los trabajadores y pueblo mexicanos.
¡Renacionalización energética!
¡Política petrolera independiente!
¡Unidos Venceremos!
¡México es una Nación No es un pozo de petróleo!