A. Hernández, A. Rivera, R. Alba
Frente de Trabajadores de la Energía
energia@fte-energia.org
1 INTRODUCCION
En 1982 el
gobierno mexicano adoptó las políticas neoliberales que fueron
diseñadas por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Interamericano de Desarrollo. Uno de los objetivos se conoce como el
“adelgazamiento del Estado”.
Los organismos financieros
señalan que la participación del Estado en la economía
impide el desarrollo económico y social del país, de tal forma
que, el Estado debía deshacerse de sus actividades productivas así
como de la prestación de servicios otorgándole dichas funciones a
empresas privadas. En términos reales, se planteó la
privatización de las empresas propiedad de la nación así
como los servicios que presta el Estado.
Para llevar acabo estos
mandatos los neoliberales han impuesto una serie de tratados y acuerdos. Miguel
De la Madrid firmo la entrada de México a la Organización Mundial
del Comercio (OMC); Salinas de Gortari firmo el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN); Zedillo firmó el Acuerdo Macro; y, Fox
firmo la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte
(ASPAN).
Los tecnócratas han seguido al pie de la letra el
contenido de estos “mandatos”, de tal forma que, en la actualidad,
los gobiernos neoliberales han vendido gran parte de las empresas propiedad de
la nación y han concesionado muchos de los servicios públicos,
entre ellos, la energía eléctrica y el agua, que están
catalogadas como recursos estratégicos y de seguridad
nacional.
2 PRIVATIZACIONES: PROYECTO NEOLIBERAL INACEPTABLE
La aplicación del neoliberalismo ha dado como
resultado un mayor empobrecimiento de la población. Sus alcances han sido
severos. El 86 % de los mexicanos carece de los satisfactores mínimos de
supervivencia que conforman la denominada canasta básica. El salario, el
empleo, la salud y la educación se han visto disminuidos desde la
aplicación de esta política económica.
En la
industria petrolera la aplicación del neoliberalismo ha sido devastadora.
No obstante todos los intentos realizados no han podido acabar con PEMEX, porque
es una de las empresas más rentables del mundo en su ramo. Los costos de
operación con respecto a sus ventas son menores al 10%; la transnacional
Shell, que es la petrolera que le sigue, tiene un costo de operación del
45%. El costo de extracción de un barril de petróleo es de tres
dólares pero su costo comercial varía. En el 2006 se mantuvo en un
promedio de 60 dólares por barril; en lo que va de 2007 se ha mantenido
por arriba de los 50 dólares.
PEMEX aporta el 42% de los recursos
económicos del presupuesto nacional. La Secretaría de Hacienda,
vía impuestos, le quita una parte cuantiosa de sus ingresos. Si Felipe
Calderón persiste en seguir entregando esta industria a empresas
trasnacionales, la pregunta es, ¿de donde van a sacar los recursos
económicos que PEMEX aporta al Estado? ¿Acaso los dueños de
las trasnacionales están dispuestos a dar al gobierno mexicano el 60% de
sus ganancias, por vía impuestos? ¡Claro que no! Entonces, ¿de
dónde sacan que nos va a ir mejor si se privatiza PEMEX?
Los
tecnócratas justifican su propuesta manejando los mismos argumentos del
Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE). Dicen que las
reservas de petróleo con que cuenta México “ya solo alcanzan
para este sexenio y la mitad del otro; que no tenemos gas y se tiene que
importar, que no hay recursos públicos para financiar a Pemex y que
éste es ineficiente. Agregan que, el petróleo que existe se
encuentra en aguas profundas y “no contamos con la tecnología para
extraerlo”. Por tanto, dicen, que no queda más que aceptar la
inversión extranjera.
¡Este planteamiento es insostenible!
Si la situación fuera así, las trasnacionales no estarían
interesadas en comprar una empresa quebrada y sin futuro. Argumentos similares
fueron manejados cuando el gobierno privatizó a TELMEX. Cuando la
minería fue privatizada, dijeron que en Cananea estaba por acabarse el
cobre y resulta que los nuevos dueños siguen explotando ese recurso con
mayor producción y, las montañas que compraron con todo y empresa,
tienen cobre para más de 200 años según sus propios
cálculos. Lo que hacen estos gobiernos es engañar a la
población para que acepte la privatización de PEMEX.
Hasta
el momento, el gobierno federal no ha informado cuanto recibe de impuestos por
parte de TELMEX, de las minas, etc.; tampoco ha informado cuanto están
recibiendo de las trasnacionales que han favorecido mediante el otorgamiento de
los denominados Contratos de Servicios Múltiples (CSM) en PEMEX, o por
las plantas generadoras de energía eléctrica privadas.
3 LA PRIVATIZACION PETROLERA
Hace 25
años, PEMEX era una empresa exitosa cuyo crecimiento en productos
superaba el 10% anual. Desde 1982 no se incrementa la refinación y la
petroquímica ha disminuido en un 80%. “En amoniaco teníamos
el complejo más grande del mundo: 5 millones de toneladas por
año,
hoy fabricamos el 10%. Se quedaron sin arrancar tres plantas,
2 en el Pacífico y 1 en el Norte que representaban 4.5 millones de
toneladas adicionales. Esto nos convertiría en el exportador más
grande de amoniaco del mundo. Esto podríamos hacer los mexicanos. Y no
necesitamos ni dinero, ni tecnología extranjera como se maneja en la
demagogia
oficial”
[*].
Desde hace
décadas se quema constantemente el gas en la atmósfera. En la
actualidad son más de 200 millones de pies cúbicos por día,
cuyo valor supera los 350 millones de dólares al año, y la
inversión para recuperarlo solamente costaría 150 millones de
dólares. ¿Por que no se invierte en la recuperación del gas?
Por falta de presupuesto para el mantenimiento de PEMEX, los ductos explotan con
frecuencia, provocando muertos, heridos y daños materiales a la
población. De estas afectaciones los directivos de PEMEX y los gobiernos
no se hacen responsables.
Queremos señalar, y que quede claro, que
los sucesivos gobiernos han estado dejando caer ésta industria, no
invierten en nada, han sacado de operación varias petroquímicas,
otras funcionan en bajos porcentajes, otras ni siquiera las pusieron en marcha.
El saqueo de recursos económicos vía Hacienda es total. El robo de
recursos públicos de está empresa es muy conocido, el
Pemexgate
por ejemplo. Los funcionarios de la empresa forman sus propias empresas
mediante las cuales también saquean a PEMEX. La intención es
“desprestigiarla y tronarla” y así privatizarla totalmente.
Los gobiernos neoliberales han estado privatizando, de manera furtiva,
áreas y partes de PEMEX, a sabiendas que su proceder es
anticonstitucional, ya que están violando los artículos 27 y 28 de
nuestra Carta magna. Por tanto, están incurriendo en el delito de
traición a la patria. Todo esto lo saben, por eso tienen la
intención de impulsar las nuevas reformas legislativas energéticas
lo más pronto posible.
El gobierno de Calderón
continúa otorgando concesiones y permisos a las trasnacionales para que
inviertan en PEMEX. Esto no es sino la privatización inconstitucional de
la empresa. Las concesiones van de 15 a 20 años con la promesa de
renovarlos por igual número de años.
4 PEMEX, CONQUISTA DE LA NACION
La nacionalización de la
industria petrolera se llevó a cabo mediante largas jornadas de lucha y
movilizaciones que le costaron muchas vidas al pueblo de México. Fue el
pueblo el que pagó la “indemnización” a las
trasnacionales. Se hicieron colectas espontáneas y masivas donde el
pueblo de México dio de manera generosa recursos económicos y en
especie. Ahora, los traidores que se encuentran en el poder pretenden despojar a
la nación de sus recursos.
El 18 de marzo de 1938, en una
manifestación jubilosa en el zócalo capitalino, el pueblo de
México expulsó a las trasnacionales que solo se dedicaron a
extraer los recursos petrolíferos y explotar, humillar y matar a los
trabajadores mexicanos. Ese día, en el Zócalo, había mantas
que decían ¡No volverán! Las transnacionales
declararon que los mexicanos no podríamos con la empresa y que, por
tanto, los llamaríamos para que regresaran.
Los mexicanos de
aquella época demostraron que podían manejar esta industria, y la
hicieron productiva por más de 50 años, hasta que llegaron los
tecnócratas y aplicaron el neoliberalismo con la finalidad de
desmantelarla. Pero no han podido acabar con la industria petrolera, a pesar del
empeño que han puesto por más de 30 años. Hoy, nuevamente,
debemos defender a PEMEX porque es un patrimonio nacional resultado de la
Revolución que sigue en marcha.
5 PROPUESTAS
1. Impulsar una campaña dirigida al pueblo de México
explicando lo que está haciendo el gobierno federal en contra de PEMEX,
CFE, CLyFC y el Agua.
2. Difundir por los medios al alcance el proyecto neoliberal y las
repercusiones que tiene en la sociedad mexicana.
3. Convocar a todos los trabajadores de PEMEX a defender la materia de
trabajo y la industria, en contra de la privatización furtiva en marcha.
4. Hacer un llamado a todas las fuerzas
democráticas de este país para que se integren, de manera activa,
a esta lucha.
Area de la Cuenca
de Burgos donde se han otorgado los primeros
Contratos de Servicios
Múltiples a las transnacionales.
[*] Rafael Decelis Contreras,
El Universal, 6 septiembre 2005.