R. Gutiérrez-Rico
FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENERGIA
energia@fte-energia.org
La industria eléctrica en México
surgió hace más de un siglo a partir de empresas extranjeras. Con
el desarrollo de la industria se inició el sindicalismo en el sector. En
1914, en el contexto de la Revolución Mexicana, fue fundado el Sindicato
Mexicano de Electricistas. Este sindicato fue el único que se opuso a
integrar los Batallones Rojos, organizados por Carranza vía
Obregón, para combatir a Villa y Zapata. En 1916, el SME participó
activamente en la huelga general organizada por la Federación de
Sindicatos Obreros del Distrito Federal. Debido a la adversa situación
económica los trabajadores exigieron el pago de salarios en pesos oro. La
respuesta del gobierno carrancista fue imponer la ley marcial. La huelga fue
reprimida. No obstante, surgió un sindicalismo de
clase.
Surgimiento de la industria eléctrica
La industria eléctrica en
México empezó hace más de 100 años. Con la industria
surgió, también, la organización de los trabajadores del
sector.
En 1895, la Mexican Light and Power obtuvo una concesión
de los recursos hidráulicos del río Necaxa para generar
electricidad que distribuía a varios puntos del país: Puebla,
Hidalgo, México y Michoacán, dando lugar al primer sistema
regional interconectado del país. Le siguieron la Compañía
Eléctrica de Chapala y la Compañía Eléctrica de
Morelia.
La industria eléctrica fue creada alrededor de las zonas
mineras y textiles. En 1903 se inició la construcción de la
hidroeléctrica Necaxa, cuya concesión obtuvo la Mexican Light and
Power. Para 1906, estaba terminada utilizando las aguas de los ríos
Tenango, Necaxa y Catepuxtla.
La Mexican Light and Power consolidaba su
poder al adquirir las empresas competidoras como la Compañía
Mexicana de Gas y Luz Eléctrica, la Compañía Mexicana de
Electricidad y la Compañía Explotadora de las Fuerzas
Hidráulicas de San Ildefonso.
Contexto revolucionario
La situación de las familias obreras era
grave. Por eso, emergieron las demandas de mejoramiento. La mayor parte de las
demandas obreras en ese tiempo eran: 1- la reducción de la jornada de
trabajo y 2- el aumento de salarios.
En 1911 se hicieron varios intentos
de movilización obrera. Se fundó la Liga de Electricistas
Mexicanos, organización con bases mutualistas y cooperativistas. La liga
proponía un programa de 8 puntos [68].
1- Ayuda moral.
2- Apoyo a los inventos.
3- Conferencias y diplomas para socios.
4- El órgano de difusión sería el periódico
Elektrón.
5- Auxiliar a los socios en casos de enfermedad o defunción.
6- Sostener la solidaridad del gremio.
7- Impartir protección moral por pérdida de empleo.
8- Fundar un taller electromecánico para enseñanza.
En 1910 había estallado la Revolución. Durante 1912 se formaron
varios sindicatos. El 6 de diciembre de 1914, la Revolución tuvo su
momento político culminante cuando los ejércitos campesinos de
Villa y Zapata ocuparon la capital del país. En este contexto se
fundó el Sindicato Mexicano de
Electricistas.
La fundación del SME
El 8 de diciembre de 1914, la Federación de empleados y
obreros de la Compañía de Tranvías y Luz y Fuerza
publicó un desplegado en el periódico El Monitor llamando a
agruparse como sociedad mutualista. No se tuvo éxito. Se decía que
esta sociedad no podría defender a los trabajadores injustamente
despedidos ni solicitar aumento de salarios. Se argumentaba que esta sociedad no
podía defender a los obreros contra los capitalistas.
La noche del
14 de diciembre de 1914, la discusión tocó los puntos esenciales.
La forma real de organización ya mutualista, sindicalista o federalista.
El acuerdo de todos los trabajadores fue mantener por separado a las
organizaciones respectivas. De un lado los empleados y obreros de la empresa de
tranvías eléctricos de México. Por otro lado, a los obreros
y empleados de la compañía de Luz y Fuerza [68].
En la
ciudad de México, a los 13 días del mes de diciembre de 1914, a
las 7 p.m., reunidos en el salón del trabajo de la Escuela Nacional de
Minería, los obreros y empleados de la Compañía Mexicana de
Luz y Fuerza Motríz, S.A. y empleados de casas del ramo eléctrico,
haciendo un total aproximado de 300 personas se procedió a constituir la
agrupación.
La asamblea acordó 3 medidas
iniciales:
1- Establecer una cuota sindical del 1% mensual, y 25 centavos como cuota
de inscripción.
2- El nombre de la organización sería SINDICATO MEXICANO DE
ELECTRICISTAS, y su lema, ¡Salud y Revolución Social!
3- Establecer lazos de solidaridad con todas las organizaciones
hermanas.
El primer comité quedó integrado de la siguiente
manera:
Luis R. Ochoa, secretario general.
Ernesto Velasco, secretario
del interior.
Antonio Arceo, secretario del exterior.
Jorge Castro,
secretario auxiliar.
Toribio Torres,
prosecretario.
La huelga telefónica y telegráfica de 1915
Los esfuerzos de
los electricistas y telefonistas se pusieron a prueba. Agrupados en el naciente
sindicato organizaron la lucha simultánea ante las tres empresas
imperialistas: la Mexican Light and Power, la Mexican Telegraph and Telephone y
la Telefónica Ericsson.
Las peticiones eran: aumento de salarios,
destitución de un empleado de confianza, jornada de 8 horas, pago de
horas extras, e indemnizaciones a los heridos y enfermos [68].
La huelga
telegráfica y telefónica se resolvió el 8 de febrero de
1915 en una forma inesperada. El gobierno carrancista, a petición del
sindicato, incautó la empresa y la cedió para su
administración a los propios trabajadores.
En una asamblea se
propuso para el puesto de administrador-gerente de la telefónica a
Luís N. Morones. Esa administración duró dos años.
Los batallones rojos
El 24 de mayo de 1912, en el salón Don Bosco, de la
ciudad de Monterrey, se fundó la Casa del Obrero Mundial. El 17 de
febrero de 1915, en Veracruz, la Casa firmó un pacto con Obregón
para formar los llamados Batallones Rojos. De acuerdo al pacto, los obreros
participantes tendrían un salario y defenderían al
constitucionalismo; al retorno ingresarían a sus trabajos.
Al
interior de la Casa se produjo una fuerte discusión pero, finalmente, se
acordó el apoyo a Carranza. El único sindicato que se opuso fue el
Sindicato Mexicano de Electricistas.
Se organizaron 6 batallones que se
lanzaron a la lucha contra Villa. El compromiso de Carranza era mejorar, por
medio de leyes, la condición de los trabajadores [46].
El primer
batallón fue integrado por obreros de la maestranza nacional de
artillería que fue enviado a combatir a Ebano, SLP. El segundo
batallón pasó a cubrir la guarnición de la huasteca
veracruzana integrado por la Federación de Obreros y Empleados de la
compañía de tranvías. El tercero y cuarto, salieron al
noroeste compuesto por obreros de la industria de hilados y tejidos, canteros,
ebanistas y sastres. El quinto y el sexto, integrado por albañiles,
mecánicos, tipógrafos y obreros metalúrgicos, al mando de
Obregón.
“El constitucionalismo es el futuro”, se
tituló un manifiesto de la Casa publicado en la prensa de la época
[16]; entre los firmantes estaba Luis N. Morones. En los primeros días de
enero de 1916, Carranza licenció a los batallones. Después, el
mismo carrancismo desataría la represión contra la Casa del Obrero
Mundial, la cual fue ocupada por las tropas de Pablo
González.
La lucha de Necaxa
El 17 de julio de 1915, en la división Necaxa, se
presentó la petición de aumento salarial. La empresa no satisfizo
las peticiones. El 13 de agosto estalló la huelga con duración de
14 horas. Se logró un aumento salarial.
La superintendencia
violaba continuamente los acuerdos. Los trabajadores de Necaxa querían
tomar acciones por cuenta propia. Los problemas se acumulaban.
El 15 de
diciembre de 1915, la asamblea determinó decretar la huelga. Al siguiente
día, en la asamblea del 16 de febrero de 1916 se tomaron varios acuerdos,
entre ellos, luchar por el reconocimiento del sindicato, reivindicaciones
laborales y petición de jubilaciones.
La petición salarial
era en pesos oro. El 23 de marzo de 1916 la empresa propuso un aumento del 70 al
100 por ciento.
Los trabajadores desafían a Carranza
El 22 de mayo de 1916, estalló
una huelga general de la Federación de Sindicatos de Obreros del Distrito
Federal en demanda de aumento salarial, a pagarse en pesos oro. Se acordó
con el gobierno el pago con pesos infalsificables, sin despidos; si los
industriales no cumplían, el gobierno decomisaría sus empresas. La
huelga duró 1 día sin que se cumplieran los acuerdos.
El 22
de julio de 1916, la Federación de Sindicatos de Obreros del Distrito
Federal lanzó un manifiesto con una demanda única: aumento de
salarios, en base oro nacional, de un 50% con relación a 1914. La huelga
duró 1 hora.
Carranza, con la fuerza de las armas, negó el
aumento. Los diarios de la capital atacaron sin contemplaciones a los
sindicatos. La acción militar fue drástica, los locales sindicales
fueron cerrados, todos los dirigentes fueron detenidos y piquetes militares
recorrieron la ciudad.
El SME fue parte crucial de este movimiento de
huelga. El sindicato discutió ampliamente la situación
económica. El 17 de julio, partiendo de Necaxa, se había
presentado la petición del incremento salarial.
Los ofrecimientos
de la empresa fueron: aumento del 20 por ciento. El gobierno ofreció el
pago provisional con billetes carrancistas. Eso no satisfizo los requerimientos
de la asamblea.
Durante la asamblea permanente se acordó que los
aumentos solicitados fueran garantizados por la Compañía de Luz.
El 30 de julio de 1916, Carranza dejó en libertad al comercio para
establecer los precios. También decretó el control estricto para
todas las reuniones y asambleas de los obreros [68].
La huelga general de 1916
Decidida la huelga general, como medida precautoria, la
Federación de Sindicatos Obreros del DF decidió formar 3
comités de huelga. Esto porque, en el régimen carrancista era
común encarcelar a los dirigentes obreros. El 30 de julio, en
sesión secreta, los 3 comités de huelga acordaron el paro general
para el 31 de julio a las 4 de la mañana (10, 46, 68, 84).
Ernesto
Velasco, dirigente de los electricistas debía permanecer oculto. Velasco
giraría instrucciones de reanudar el servicio de energía
eléctrica cuando las demandas fueran atendidas.
Iniciada la
huelga, el 31 de julio, se informó a los trabajadores de los acuerdos
tomados en la reunión secreta. Reunidos en el salón Star
del SME, llegó Gerardo Murillo (alias Dr. Atl), agente del gobierno,
quien dijo que Carranza invitaba al comité de huelga a ir a Palacio
Nacional para buscar la forma de resolver sus peticiones.
El primer
comité de huelga acompañó a Murillo. En Palacio Nacional,
Carranza les preguntó: “¿Porqué se han ido a la huelga?
Son unos cínicos, traidores a la patria y no merecen ni ser cintareados
sino ser arrojados de mi presencia a patadas” [84].
Luego, Carranza
ordenó encarcelarlos y abrirles proceso por el delito de traición
a la patria para que en el consejo de guerra fueran juzgados en términos
de la ley del 25 de enero de 1862.
Diez minutos después, la
policía montada irrumpió en el salón Star,
disolvió la asamblea y clausuró el local. Casi al mismo tiempo, en
Palacio Nacional, los miembros del comité de huelga fueron apresados.
Carranza ordenó al ejército que patrullara la ciudad y clausurara
la sede de la Casa del Obrero Mundial y ocupara las plantas eléctricas de
Necaxa, Nonoalco y Verónica.
Carranza decreta la ley marcial
El 1 de agosto, para provocar la claudicación
de los trabajadores, Carranza decretó la ley marcial. En el transcurso
del día, el ejército encontró el escondite de Ernesto
Velasco. Después de ser detenido, por la noche fue conducido ante el
gobernador del Distrito Federal (DF) quien con engaños y amenazas lo
obligó a dar la orden de reanudación del servicio de
energía eléctrica [46, 68].
El 2 de agosto, una columna de
soldados desfiló por varias avenidas de la ciudad de México, se
detuvo en el Zócalo, en el Hemiciclo a Juárez y en el
jardín de San Fernando. En cada lugar, después de tocar el himno
nacional y presentar armas, se dio lectura al bando de la ley
marcial.
Los trabajadores iniciaron el regreso al trabajo. Por la tarde,
Obregón, ministro de guerra, en reunión secreta, recomendó
a José Barragán, secretario general de la Federación de
Obreros del DF, suspender temporalmente toda actividad de la Casa del Obrero
Mundial, así como, de la Federación de Sindicatos del DF.
Mas tarde, en asamblea, el segundo comité de huelga llevó
a cabo la propuesta de Obregón.
Consejo de guerra contra huelguistas
El 11 de agosto, el consejo de guerra
absolvió del delito de rebelión a todos los miembros del
comité de huelga. A Ernesto Velasco y a Luis Harris, operador de la
planta de Nonoalco, la comandancia militar de la plaza, por órdenes de
Carranza, nulificó el veredicto.
El 26 de agosto de 1916
inició el consejo de guerra extraordinario. Después de 13 horas de
deliberación el dictamen fue absolutorio para 11 de los inculpados.
Solamente a Ernesto Velasco se le inculpó de complicidad en el delito de
rebelión y, por lo mismo, se le declaró reo de la pena de muerte
[10, 46, 68, 84]. En abril de 1917, debido a las constantes protestas de varias
organizaciones sindicales le fue conmutada la sentencia por 20 años de
prisión. En febrero de 1918 fue liberado.
Surgimiento de un sindicato clasista
La situación económica nacional
siguió deteriorándose con inflación y desempleo. Luego de
la represión sobrevino la desmovilización y la apatía. Lo
más significativo fue la desorganización obrera [10, 13, 46].
Entró el miedo y las reivindicaciones obreras eran presentadas al
gobierno como humildes peticiones.
El mismo año de 1916, Zapata
criticó fuertemente a Carranza por la pobreza de contenido de su programa
social [40]. Luego, en 1918, reiteró la crítica a la
política carrancista de oponer a los obreros contra los campesinos.
Zapata, también, expresó severas críticas a Carranza por la
represión ejercida contra los obreros.
En 1918 se fundó la
Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM). El SME se mantuvo fuera de
esta central. La industria eléctrica se extendía por el
país y el sindicato también. En 1925 se formó la
Confederación Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la
República Mexicana [7, 68]. Durante la Revolución había
surgido un sindicato que con el tiempo habría de participar en
importantes luchas: el Sindicato Mexicano de Electricistas.
¡Salud y
Revolución Social!
Sindicato Mexicano de Electricistas, 1914 |
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Acta constitutiva del SME |
¡Salud y Revolución Social!