Seria y reiterada agresión a todos los trabajadores
El salario miserable
- Salario nominal mínimo, salario real nulo, salario relativo penoso.
- El aumento 3.9% al salario mínimo es de sobrevivencia y miseria.
- El “parámetro” se aplicará a la revisión de los salarios contractuales.
El charrismo otra vez entra en acción
Como todos los
años, en los últimos días de diciembre, se reunió la
Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) integrada en
forma tripartita (charros sindicales, patrones y gobierno). Por parte de los
obreros, los “representantes” (sic) son los charros designados por
la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Como en otras
ocasiones se volvieron a crear expectativas y, como siempre sucede, todo
terminó en una burla. Las expectativas las crean los propios charros (y
los medios) porque, a estas alturas, después de casi cien años de
dominio antiobrero, es previsible que los “líderes”
sindicales NO harán absolutamente nada. Así fue otra vez.
El
17 de diciembre, se adelantó por los mismos charros que patrones y
gobierno se habían unido para limitar el aumento a los salarios
mínimos. Los charros de la CTM dijeron que el aumento estaría
entre 4 y 4.5 por ciento. Por supuesto, esos charros no hicieron absolutamente
NADA, su papel se reduce a la aceptación, en nombre de los obreros, de
las decisiones de patrones y gobierno. Eso ocurre no solo en diciembre sino
todos los días del año. La representación que se dice
obrera NO es tal.
Los propios charros del Congreso del Trabajo (CT)
denunciaron (sic) que Javier Pineda, secretario vitalicio del trabajo de la CTM
y representante ante la CNSM, planteó que "el movimiento obrero estaba
dispuesto a recibir un aumento salarial del 3 por ciento bajo la
condición de que se dejara en paz a los sindicatos" (Muñoz P., en
La Jornada 18 dic 2006).
Política salarial represiva y antiobrera
El 20 de diciembre, el incremento al
salario mínimo se fijó en 3.9%, equivalente a 1 peso con 90
centavos, menor al costo de un boleto del Metro. Para la zona A, que incluye el
Distrito Federal, Baja California y Baja California Sur, Acapulco, Ciudad
Juárez, Matamoros y Coatzacoalcos, la percepción pasará de
48.67 pesos a 50.57 pesos diarios (menos de 5 dólares por una jornada
diaria de 8 horas). Los “representantes obreros” dijeron que
“lo aceptaron como "un voto de confianza al gobierno de Felipe
Calderón” (sic). Los patrones se dieron “complacidos”,
el gobierno dijo que el aumento era para “preservar el poder de
compra” y los charros reiteraron que habían aceptado el
ridículo incremento para "no crear problemas al gobierno, ni ponerle
obstáculos” (sic).
Un estudio realizado por Laura
Juárez, investigadora de la Universidad obrera de México (UOM),
revela que el aumento salarial que se requiere es mucho mayor. "De la
devaluación de diciembre de 1994 a agosto de 2006 el salario
mínimo perdió 53.9 por ciento en términos reales y
actualmente representa sólo 14.4 del salario nominal vigente"
señaló, explicando que, el minisalario fijado en México
sólo sirve para adquirir 22.5 por ciento de los productos de una canasta
básica. “Para adquirir la canasta básica que incluye 40
productos se requieren cuatro minisalarios”.
El precio de la canasta
básica se incrementó 592.35 por ciento entre diciembre de 1994 y
agosto de 2006, en tanto que el minisalario creció 342.7 por ciento al
pasar de 15.7 pesos por día a los 48.67 pesos fijados en esa fecha para
la Zona A, monto que equivale a siete pesos a precios de 1994, se indica en el
estudio.
Se afectan los salarios mínimos y los contractuales
Diversas organizaciones
sindicales, participantes en una Jornada Nacional e Internacional por la
Restitución del Salario y el Empleo, encabezada por el Sindicato Mexicano
de Electricistas, expresaron un amplio repudio al incremento salarial.
De
acuerdo a un sondeo realizado por el diario mexicano La Jornada se
reveló que “con el peso y 79 centavos de incremento, el potencial
cliente puede comprar un huevo (cuyo costo promedio es de un peso), una aspirina
(1 peso), un chicle (50 centavos) y varios tipos de golosinas, como paletas,
pastillas de menta y chocolates (de 1 peso a 1.50)” (Gómez C.,
Muñoz P., Carrizales D., Bofill L.A., en La Jornada 22 dic
2006).
En México, según datos oficiales, sobreviven con
ingresos equivalentes a un salario mínimo alrededor de 12% de la
población en edad de trabajar, esto es, poco más de 1
millón de personas recibe alrededor de 1,500 pesos al mes.
Lo grave es
que, con ese magro incremento a los salarios mínimos, se vuelve a
reiterar una política salarial oficial de contención que afecta a
todos los trabajadores mexicanos. La política laboral seguida por los
gobiernos neoliberales no es sino deleznable. Al creciente desempleo, que
implica CERO salario para una amplia mayoría de trabajadores, se adiciona
el trabajo precario mal pagado, el crecimiento del trabajo callejero llamado
“informal” y el castigo a los demás trabajadores.
Es
práctica común de los gobiernos en turno que, el incremento a los
salarios mínimos lo toman como “parámetro” para las
revisiones salariales contractuales. Es previsible que las revisiones en 2007
serán bajas, haciendo que cada vez los salarios contractuales se
aproximen más a la baja, hacia los niveles mínimos.
Eso,
hablando del salario nominal pero, tratándose del salario
real la situación es peor. Desde 1976, el salario real está
en caída vertical, hoy el salario real en México tiene los
niveles de hace 100 años.
En cuanto al salario relativo, el
relacionado con la plusvalía, la desventaja obrera es mucho mayor, el mal
pagado trabajo asalariado en México solamente sirve para seguir
acrecentando la ganancia capitalista.
Los electricistas del SME
encabezaron en diciembre de 2006 la Jornada Nacional e Internacional por la
Restitución del Salario y el Empleo.