Los charros sindicales vuelven a aplaudir la privatización
Reprivatizan a Sicartsa
- En 1991, Salinas de Gortari privatizó a Sicartsa regalándola al Grupo Villacero.
- En 2006, Sicartsa es reprivatizada entregándose a la mayor corporación del acero.
- El sindicato “celebra”, por conveniencia, la entrega del patrimonio nacional.
Negociazo con los bienes nacionales
“La Siderúrgica Lázaro
Cárdenas Las Truchas (Sicartsa), principal productora de acero del
país, con reservas probadas de hierro para 50 años y una de las
principales paraestatales del país hace varios sexenios, fue adquirida en
una operación de más de mil 400 millones de dólares por la
empresa trasnacional Arcelor, considerada "gigante mundial del acero"
(Muñoz P., Torres C., en La Jornada 20 dic 2006). La noticia fue
confirmada por el mismo gobierno de Michoacán y el Grupo Villarreal,
propietario del consorcio privatizado por Salinas de Gortari en 1991. El mismo
grupo seguirá administrando, por dos años, la distribución
y venta de acero en el país, dijeron.
Acelor compró el 100 por
ciento de las acciones de Sicartsa y se fusionó con Mittal Steel para sus
operaciones en México. El negocio de la reprivatización es por
demás cuantioso. “La siderúrgica la adquirió (el
Grupo Villacero) en 170 millones de dólares en 1991 y 15 años
después la vende en mil 443 millones de
dólares”.
Sicartsa “es la principal productora de varilla
y alambrón de México, tiene reservas probadas de hierro para 50
años, realiza operaciones por 5.5 millones de toneladas al año y
posee minas, plantas de concentración y tratamiento del metal, hornos,
convertidores, molinos, subestaciones e infraestructura de las más
grandes del planeta”.
¿Qué celebran los charros?
Los charros del Sindicato Nacional de
Trabajadores Minero-Metalúrgicos, Similares y Conexos de la
República Mexicana (SNTMMSCRM) “celebraron” la compra de
Sicartsa y dijeron que “esta operación permitirá el
crecimiento del sector, traerá mayor empleo y estas empresas sí
son "socialmente responsables" (Muñoz P., Saldierna G., en La Jornada
21 dic 2006).
En la misma edición se publicó lo dicho por
los charros. “Esta organización nunca ha estado en contra de la
inversión extranjera, siempre que se respeten los derechos de los
trabajadores y se apeguen a las leyes mexicanas en materia laboral y las
regulaciones que se establezcan a la entrada de capital internacional, dijo
Napoleón Gómez Urrutia, en un mensaje enviado a la sede del
sindicato”.
Napoleón, “planteó que Mittal Steel
siempre ha mantenido un respeto absoluto a la autonomía sindical y a la
dignidad de los trabajadores, lo que obliga a los sindicalistas a responder con
trabajo de calidad. Además dijo confiar que el traspaso del mando de
Sicartsa se hará con estricto apego a los derechos de los trabajadores y
su contrato colectivo”.
Los charros sindicales “celebran”
la corrupción. Cuando se privatizó Sicartsa, en 1991, los
Napoleones JAMAS dijeron nada, probablemente participaron de la
“venta”, como lo han hecho desde hace 40 años, acumulando
poder económico y político. El extinto Napoleón
Gómez Sada (antes) y Napoleón Gómez Urrutia (ahora), no han
sido ni democráticos ni honrados. Más bien han sido represores de
obreros, colaboracionistas de los patrones, entreguistas del gobierno e
individuos con posiciones políticas muy cuestionables. Ahora,
“celebran” porque hay una evidente colusión de intereses con
Mittal, como antes los tenían con el grupo Villacero y el Grupo
México, los que le retiraron el apoyo a Napoleón. Ni este ni el
padre han sido NUNCA independientes de patrones y gobierno, al contrario, les
han servido.
Mittal Steel, planta ubicada en el puerto, desde un principio,
reconoció al comité ejecutivo local de la sección 271 y al
comité ejecutivo nacional y al consejo general de vigilancia y justicia
que encabeza Napoleón Gómez Urrutia e, incluso, facilitó la
revisión y la obtención de un incremento salarial de 8 por ciento,
un bono de 7 mil 500 pesos por trabajador, en un solo pago, además de
otras prestaciones en beneficio de los agremiados.
Por ese dicen que
“celebran”. Ellos mismos lo hacen explícito. La llegada de
estas empresas permitirá terminar con los abusos y riesgos de
intranquilidad laboral que había en el sector siderúrgico por la
actuación del Grupo Villacero con los trabajadores, a los cuales
hostigó, persiguió e incluso mandó reprimir en el desalojo
que quiso hacer de la planta cuando ésta estuvo en huelga, dijo
Napoleón, a quien algunos medios le llaman “dirigente” siendo
un vulgar mafioso.
Pobre concepto de sindicalismo
“Para el sindicato minero, la fusión es
una posibilidad real de que mejorará la situación de los
sindicalistas siderúrgicos mexicanos”. Pero, deseducados y
reprimidos violentamente, durante décadas por el charrismo sindical, los
trabajadores minero-metalúrgicos están al margen de las acciones y
declaraciones de los charros. Estos, en su óptica corrupta, porque
defienden solo intereses particulares, lo mismo que el otro grupo de charros
encabezado por Elías Morales, hacen abstracción de la
política seguida por los consorcios privados.
La fusión de las
empresas siderúrgicas está en el interés de los
dueños no de los trabajadores. A estos les podrá representar
alguna ganancia mínima expresada en dádivas porque, beneficiar a
los trabajadores, no está, nunca ha estado y nunca estará, en la
lógica de las corporaciones imperialistas. Estas, entretanto, se
apoderarán con la complacencia del charrismo, en primer término,
de las reservas mexicanas de hierro, la materia prima para la industria del
acero. No nada más, también dispondrán de la
infraestructura física nacional que incluye las instalaciones de
Sicartsa, el puerto industrial y las minas.
En el mejor de los casos, el
charrismo mira los aspectos laborales más elementales que no se
corresponden con el nivel de explotación que ocurre en el sector.
Instalaciones de la
Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, en el puerto del
mismo nombre en las costas del Pacífico, la siderúrgica más
importante de América Latina.
FOTO: A.
Domínguez.