Calderón y ultraderecha usurpan el gobierno
La derecha se empodera en México
- Calderón, apoyado en el Ejército y TV, asume la representación nacional.
- Seguirán adelante los planes antinacionales subordinados al imperialismo.
- Son previsibles más privatizaciones, aumento en la pobreza y represión social.
Calderón asume el gobierno ante las Cámaras de la Televisión
A media noche y en lo
oscurito la ultraderecha que se ha apoderado del poder político en
México realizó un “desfiguro” en la casa presidencial.
Fue el 30 de noviembre de 2006, cuatro minutos antes de la media noche. Ante las
cámaras de la televisión privada, conectadas en cadena nacional,
ocurrió un hecho sin precedente que desmoronó a los
símbolos nacionales, los distintivos, rituales y protocolo
tradicionales.
Todavía sin serlo, un locutor (con la voz en off)
declaró presidente a Calderón. Fox y Calderón aparecieron
ante un set de televisión con un escenario militar. En un acto dizque
protocolario se hizo una transmisión del poder televisada con mensaje
subliminal. La ultraderecha, encerrada en la casa presidencial, afirmó
que está dispuesta a todo para seguir apoderada del poder político
en México. Fue el inicio de eventos sucesivos marcados por la presencia
de oficiales, cadetes y soldados encumbrando, contra la voluntad popular, a un
presidente ilegítimo.
El Ejército metió a Calderón al Congreso de la Unión
Las semanas previas el Ejército y las
policías federal y local impusieron otra vez un virtual estado de sitio
no declarado en las inmediaciones del recinto legislativo. En los hechos, las
garantías constitucionales fueron suprimidas, el despliegue militar de
miles de efectivos, armas, vehículos terrestres y aéreos fue
desmesurado, colonias enteras fueron literalmente tomadas por las fuerzas
militares (ejército y armada) y policíacas. El palacio
legislativo, a su vez, fue tomado militarmente por dentro y por fuera.
Tres
días antes al 1º. de diciembre, la fracción parlamentaria del
Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados
tomó la tribuna ante el temor de que el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) lo hiciera como el anterior 1º. de septiembre
cuando impidió que Fox presentara su último informe de gobierno
ante el pleno. Aquella vez, el PAN y la televisión privada se rasgaron
las vestiduras y se lanzaron furiosos contra el PRD. Esta vez, el PAN hizo lo
mismo que antes criticó. La demostración era el aviso de que
impondrían a Calderón “a como fuera”.
Los
diputados del PRD se enfrentaron a golpes con los del PAN mientras los
legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) permanecían
de observadores. Los diputados del PRI y el PAN estuvieron día y noche en
la tribuna. Las curules y oficinas se convirtieron en dormitorios y salas de
fiestas nocturnas. Horas antes del 1º. de diciembre, los partidos pactaron
una tregua que concluyó a las 8 de la mañana de ese día. La
televisión dio cuenta puntual de los hechos.
Al concluir la tregua se
desató la violencia. A puñetazos, empujones y patadas los
diputados del PAN y PRD se mostraron dispuestos a lograr sus respectivos
objetivos. Los perredistas se impusieron y llegaron hasta las puertas del
recinto para posesionarse de todas menos una. Las puertas fueron encadenadas, al
frente se pusieron barricadas y guardias. Pero, una puerta, la ubicada al lado
de la tribuna en la parte llamada “tras banderas” (las que presiden
como fondo a la tribuna) fue dejada completamente libre.
El PRD había
declarado una y otra vez que impedirían que Calderón tomara
posesión de su cargo en los términos dispuestos pro el
artículo 87 constitucional. Sin embargo, al dejar una puerta libre, se
advirtió una evidente contradicción. Precisamente, por esa puerta,
cuando llegó el momento, Calderón y Fox aparecieron “tras
banderas” en una abrupta transmisión de la televisión
privada en cadena nacional. No solo los diputados sino el teleauditorio fuimos
sorprendidos. Toda la ceremonia la condujo la televisión, en
términos de un guión previamente establecido. Además, hubo
“maquillaje” para transmitir solamente imágenes sin audio de
manera que los televidentes no oyéramos el ambiente al interior del
recinto sino solamente viéramos a Calderón y a la comentarista
(Diane Pérez) quien se dedicó a decir mentiras con una
narración contraria a lo que estaba ocurriendo.
Fox quiso ponerle la
banda presidencial a Calderón, luego del titubeo se la entregó al
presidente en turno (PAN) de la Cámara de Diputados y éste (que
debía ponérsela al nuevo presidente) se la entregó a
Calderón. Presuroso, éste se puso él mismo la banda y, acto
seguido, presentó su “protesta”. La televisión
registró tomas cerradas, casi en close up, de Fox y Calderón.
Estos, de inmediato, salieron por donde habían entrado. En menos de 5
minutos concluyó la usurpación.
¿Cómo se produjo
el furtivo arribo al recinto legislativo? Mediante un procedimiento organizado
por el Estado Mayor Presidencial al parecer sincronizado con los medios. El
Ejército metió a Fox y Calderón por la puerta trasera, en
un trayecto completamente despejado y casi secreto, literalmente
“cargados” por una burbuja de militares. Para
“confundir”, una gran cantidad de soldados fueron disfrazados de
“diputados” que se mezclaron con los demás, antes, durante y
después de la ceremonia. Esos “diputados” habían
estado posesionados de la tribuna acompañando a los legisladores del
PAN.
Los diputados del PRD, luego de haber dejado libre la puerta trasera,
se dedicaron a gritar y hacer ruido con sus acostumbrados silbatos. Los hechos,
sin embargo, estaban consumados. Los diputados del PRI le habían hecho el
favor a Calderón de hacerle quórum. Por la noche, en un programa
especial de Televisa, los coordinadores parlamentarios del PRI, PRD y PAN se
mostraron insatisfechos después del circo que protagonizaron. Era
inocultable que el poder legislativo había sido secuestrado militarmente
imponiéndole reglas castrenses para someterlo. Fue evidente,
también, que la alianza PRI-PAN es plena a cambio de favores e
impunidades.
No obstante la manipulación, la mayoría de los
televidentes no creímos en tanta deshigiene política. La
ultraderecha se volvió a imponer por la fuerza (militar) pero con un
consenso mayoritariamente adverso. Lo que ocurrió en el recinto
legislativo fue la consumación del “golpe de estado
electoral” anunciado el 2 de julio.
Marcha obradorista
En el Zócalo de la Ciudad de México se
volvió a reunir una multitud convocada por Andrés Manuel
López Obrador (AMLO). Este, en el mitin, dijo que no cederá en la
lucha contra la “minoría rapaz” que se robó la
elección presidencial, incluso se refirió a lo ocurrido como
“un golpe de Estado”. El discurso ha cambiado, durante la
campaña electoral AMLO pensaba diferente, estaba muy confiado por haberse
desplazado hacia “el centro”, esperaba que las mafias respetaran la
voluntad popular. La realidad ha demostrado que las cosas son diferentes a como
las cree la socialdemocracia.
No obstante, la movilización perredista
del 1º. de diciembre fue significativa políticamente. Mientras en la
Cámara de Diputados, Calderón se imponía furtivamente, en
el centro político del país se manifestaba el desacuerdo. "Estamos
aquí porque no aceptamos la imposición; queremos que en nuestro
país haya democracia. No somos rebeldes sin causa, como quieren
presentarnos en los medios de comunicación", se dijo.
López
Obrador criticó a los “pacíficos” de la ultraderecha
como una de las bandas más violentas. Insistió en seguir con un
movimiento pacífico que los medios califican de “violento”.
López Obrador dijo que "se les olvida el fondo del asunto, se les olvida
que nos robaron la elección presidencial, que una oligarquía
neofascista nos cerró el paso, utilizando todas las triquiñuelas
habidas y por haber".
Muchos de los asistentes deseaban movilizarse hacia el
Congreso de la Unión. AMLO propuso que se hiciera una marcha hacia el
Auditorio Nacional. Por el Paseo de la Reforma, cientos de miles marcharon
durante dos horas en completo orden. El despliegue militar era muy fuerte. A la
altura de la entrada al Bosque de Chapultepec concluyó la marcha con un
nuevo mitin. Luego, la multitud se dispersó.
El hecho es
significativo porque, después del atraco de Calderón en la sede
del poder legislativo, se reuniría casi en privado con 8 mil de sus
simpatizantes para emitir su mensaje. Simultáneamente, en las calles de
México se expresaba el repudio de más 200 mil mexicanos a ese
gobierno. En Guadalajara, Morelia y Chihuahua también hubo marchas de
repudio a Calderón; en San Cristóbal Las Casas y Palenque, en
Chiapas, se produjeron bloqueos de carreteras.
Calderón no tiene una
base social organizada, lo malo es que López Obrador tampoco. La
socialdemocracia no está interesada en la organización social, sus
fines son apenas electorales, el simple cambio de régimen
político. Obrador trata de canalizar el descontento popular mediante
acciones ciudadanas individuales por la vía electoral. Eso crea una
enorme debilidad y la ultraderecha, apoyada en los cuerpos represivos, se impone
a la desorganización social.
Celebración a espaldas del pueblo
Ante su grupo político, reunido en el Auditorio
Nacional previa invitación, lejos de las protestas, Calderón
dirigió su primer mensaje a la nación. De entrada agradeció
a su grupo de choque de diputados que tomaron la tribuna, a los diputados
priístas que le hicieron el favor y a las fuerzas armadas que lo
impusieron. Por supuesto, en el Auditorio y sus alrededores se volvió a
repetir un impresionante despliegue de fuerzas militares y
policíacas.
El discurso de Calderón fue típicamente
demagógico, con anterioridad se ha escuchado muchas veces. Su programa
social es sumamente superficial y su oferta política es nula. Como lo ha
venido haciendo en sus discursos diarios volvió a pedir, a quienes no
votaron por él, "ganarme con hechos su confianza".
Eso no
ocurrirá. Con sus propios hechos, Calderón tendrá
más opositores que ahora. Eso es previsible porque, el programa de la
ultraderecha está dirigido a reforzar al capital. Eso llevará a
profundizar las privatizaciones, entregar completamente la soberanía
nacional y subordinarse en todo a los organismos financieros del imperialismo.
En contraparte, el deterioro social, económico y político se
agravará. La mayoría de pobres en México se hará una
gran mayoría, las condiciones para la sobrevivencia serán peores.
¿Cómo tenerle confianza a alguien que promueve una política
contra el trabajo, la salud y la vida misma? ¿Cómo tenerle confianza
a un grupo gobernante de corte fascistoide (El Yunque) que criminaliza la
protesta social, que a los pobres los considera delincuentes y que no se detiene
para ejecutar represiones paramilitares indiscriminadas? Sería absurdo,
por decir menos.
Quienes tendrán confianza en Calderón
serán las corporaciones transnacionales porque es un simple empleado a su
servicio. Por lo demás, a Calderón no le interesa la confianza del
pueblo. Calderón es un individuo autoritario que se sostendrá en
el gobierno con la fuerza de las fuerzas armadas. Pero no tiene plan de gobierno
propio, quienes realmente gobiernan (las transnacionales) no tienen
interés en ganarse la confianza del pueblo y, éste, no tiene
porqué confiar en un individuo que no gobierna ni puede gobernar.
Ilegítimo comandante
En el Campo Marte, Calderón pasó revista
a las fuerzas armadas y presidió un breve desfile militar en su honor
acompañado de 21 salvas. En su discurso dijo que "es la hora de velar por
la tropa" y ofreció mejorar las condiciones de vida de soldados y
marinos. Esa es una medida de conveniencia política para mal utilizar a
esa “tropa”.
La intención es evidente. El ofrecimiento de
Calderón no va dirigido a la “tropa” sino a la burocracia. Ni
siquiera se trata de mejorar las condiciones de vida. Lo que se anuncia es un
pacto de ayuda mutua. Calderón necesita del apoyo militar para sostenerse
y viceversa. Es tradicional que las cúpulas militares secuestran al
presidente en turno. El Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina son
parte fundamental del Estado y, su función no es la defensa de la Patria
ni de la soberanía nacional, ni mucho menos; su función es
preservar al Estado del que forman parte y, el actual, es un Estado
antinacional.
Para llevar adelante la política, los gobiernos
utilizan a los soldados en tareas que no les corresponden, p.e., acciones
policíacas. Ahora, Calderón anuncia con sus hechos que pretende
utilizar al Ejército (y la Marina) para la contención de la
protesta social. Sabe bien que tiene una seria debilidad porque la
mayoría del pueblo mexicano lo repudia. El descontento social va en
aumento y, seguir aplicando la misma política económica
neoliberal, implica imponerla por la fuerza. Para eso, se necesita contar con el
apoyo de las fuerzas de coerción y represión del Estado.
La ilegalidad en los medios norteamericanos
En Estados Unidos, algunos medios se refirieron
desfavorablemente al nuevo gobierno mexicano. "Nuevo líder mexicano
entró a hurtadillas a su puesto" publicaron ABC News y NBS
News y agregaron que Calderón tomó protesta "con prisa".
Los Angeles Times describieron al entrante "como uno de los
presidentes más débiles de México, rodeado por capos
de la droga despiadados, monopolistas industriales, evasores de impuestos y un
movimiento izquierdista frontal que amenaza con bloquearle cada movida".
Comparándolo con su antecesor estimaron que "Calderón aparece
desmedidamente más débil que Fox". Desde luego, aprovecharon para
darle consejos. Lo que necesita México son "mercados más libres"
y, por tanto, Calderón necesita romper los "monopolios y duopolios que
enriquecen a las elites y actúan como un freno sobre el
crecimiento".
The Wall Street Journal fue bastante ilustrativo. La
ilegalidad mexicana está alcanzando proporciones epidémicas"
(Brooks D., en La Jornada 2 dic 2006).
La derecha sigue carranceando
Hace 6 años, las mafias entronizaron a Fox en
la presidencia y lo rodearon de publicidad. Ese ignorante y patán,
entregó los recursos de la nación a las corporaciones
imperialistas, gobernó violando a diario la Constitución
política, con su política neoliberal hundió más a
México en la pobreza y generó una seria crisis
política.
Ahora, las mismas mafias entronizan a un individuo
pequeño que seguirá el mismo camino trazado por las corporaciones
y orquestado por su grupo secreto “El Yunque”, del cual se ha dicho
que no era miembro; probablemente no sea miembro activo pero es seguro que
sí es su empleado. Esta sociedad secreta mafiosa está ligada a las
peores corrientes políticas del mundo, las mismas que patrocina el
imperialismo para actuar en contra de los pueblos. Es la llamada democracia
católica (no cristiana) quienes, en nombre de la democracia, se han
apoderado varios gobiernos en el mundo para seguir imponiendo al capitalismo
salvaje.
México vive un ambiente sombrío. El 1º. de
diciembre, la ciudad de México estuvo sometida a un virtual estado de
sitio. Las fuerzas policíacas y militares fueron desplegadas en todas las
actividades del gobierno ilegítimo, coordinadas por el Estado Mayor
Presidencial. No nada más, elementos del Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (Cisen) infiltraron la marcha de López Obrador. Las
“brigadas de disuasión” formadas por grupos de
infiltración y detención se mantuvieron todo el tiempo en clave
“uno” que significa “alerta.
El obispo de Coahuila,
Raúl Vera, dijo que “México está en la crisis
política más grave de su historia desde la Revolución de
1910" y advirtió a la jerarquía católica que debe
“abstenerse de casarse” con el régimen político actual
porque se puede perder a un sector muy importante de la sociedad mexicana.
Desafortunadamente, los representantes oficiales del Vaticano piensan
diferente. Norberto Rivera, cardenal de Roma, acusado de proteger a violadores
de niños, apoya hasta el exceso al gobierno
carrancista.
¿Qué podrá esperarse con Calderón?
Nada bueno, “mas de lo mismo, pero peor”, dijo L.
Hernández (en La Jornada 5 dic 2006).
Pero la represión
no contendrá al movimiento social. Este tiene raíces profundas y
seguirá adelante.
Súbita aparición en el Congreso del presidente ilegítimo
Resguardo policíaco y militar para apoderarse del gobierno
Movilización ciudadana contra la imposición de la derecha