El peor apagón europeo en 30 años
Nuevo apagón neoliberal
Colapso en la red eléctrica europea.
Vulnerabilidad del mercado eléctrico privado.
Experiencias negativas de la industria transnacional.
El pasado día 4 de
noviembre, alrededor de las 10:10 p.m., una serie de fallas en cascada
colapsaron la red eléctrica europea. Millones (se calcula unos 10) en
Francia, España, Italia, Austria, Bélgica y Alemania quedaron sin
luz en lo que fue considerado desde ya el peor apagón en los
últimos treinta años.
Información preliminar apunta
a que el origen de las interrupciones fue una sobrecarga en la red
eléctrica de la Baja Sajonia, al noroeste de Alemania, sector a cargo de
la transnacional E.ON Netz. Esta empresa asegura que la falla ocurrió
luego de efectuar una desconexión programada de un enlace de extra-alto
voltaje (380 mil Volts, kV).
La operación descrita parece en
efecto común: la apertura de la línea que cruza el río Ems,
para permitir el paso de un barco; lo que resulta aterrador es que, según
E.ON Netz, la desconexión no tenía más de media hora y que
la red no "soportó" la sobrecarga.
De resultar cierta la
versión, la falla no es más que una nueva evidencia de la
fragilidad de la red europea, integrada a raíz de la interconexión
internacional (en este caso entre Francia y Alemania) para la formación
del mercado eléctrico europeo. El E.ON Energie Group controla unos 32,500
kilómetros de líneas de alto y extra-alto voltaje desde Flensburg
a Garmisch-Partenkirchen, siendo uno de los operadores de red más
importantes de Europa.
Aunque la falla fue restablecida en un corto
tiempo, la elevada automatización de ciertos sistemas (como el
ferroviario) produjo serios retrasos en el restablecimiento del servicio, por lo
que el apagón renueva el debate sobre la confiabilidad del modelo de
mercado.
Representantes de la distribuidora francesa RTE (subsidiaria de
EDF) culparon a sus colegas alemanes de operar con un "brutal desequilibrio"
entre la oferta y la demanda continental de electricidad. "Tal desequilibrio se
debe corregir inmediatamente para evitar que se 'funda' totalmente el sistema
eléctrico europeo" declaró oficialmente RTE. "Esto es un
acontecimiento totalmente inusual", respondió a su vez la empresa alemana
RWE, reclamando: "los sistemas de conmutación automática de la red
de EDF simplemente transfirieron el problema a otras partes de Europa". Esto,
finalmente, suena a un diferendo “comercial” que habrá de
resolverse en tribunales, seguramente a gusto y conveniencia de los
inversionistas. Sin embargo nadie parece entender el problema central, que
consiste en recuperar la confiabilidad en un servicio vital, como es el
suministro de energía eléctrica.
Y es que E.ON, al igual
que otras transnacionales de la electricidad, muestra más agresividad a
la hora de ampliarse, apropiándose de otras empresas, que cuando se trata
de invertir en la expansión y reforzamiento de la red eléctrica
que ya opera, para hacerla menos vulnerable a fallas como la ocurrida el
sábado pasado. Estudios recientes mostraron la necesidad de construir
unos 2,700 km de nuevas líneas hacia el 2020 (la tercera parte, para
aumentar la capacidad de los enlaces existentes). Sin embargo, al menos 800 km.
deberán levantarse antes del 2010 en la zona de la falla principal.
Este apagón no es primero en Europa bajo el modelo de mercado
eléctrico continental, pero superó al del 28 de septiembre de
2003, cuando un supuesto corto-circuito en una línea de
transmisión eléctrica en Suiza provocó una reacción
en cadena que dejó a oscuras por varias horas a casi la totalidad de la
península italiana, y partes de Francia y Suiza [energía42,
“Tiempo de Apagones”]. Ese mismo año, un incidente similar en
los Estados Unidos, provocado por "el roce de las ramas de un árbol" que
“aterrizó” una línea de energía en Ohio,
provocó un apagón que afectó gran parte de la Costa Este de
EU y Canadá, afectando a unos 50 millones de personas
[energía41, “Apagón Histórico”]. Antes,
en 2000-02, California había padecido la paradigmática crisis
provocada por la fraudulenta empresa Enron [energía26,
“Sanciones en California”], que desembocó en apagones y
racionamiento eléctrico.
En todos los casos el problema es
similar; fallas "leves" que se propagan debido a la vulnerabilidad de la red. No
obstante, luego del último apagón, los voceros de E.ON
defendían su política de inversión. La firma alemana
sostiene una disputa en España para apoderarse de Endesa, la principal
eléctrica española (antes estatal), mediante una oferta
pública de adquisición (obligatoria), con el respaldo de los
organismos de competencia europeos (y en contra de las determinaciones del
Estado español, que sugiere mantener el control nacional de Endesa).
El interés de E.ON por Endesa proviene no solo de la fuerte
revalorización de las empresas energéticas a escala mundial
(producto de la privatización neoliberal), sino de la
participación de esta última en América Latina. La batalla
legal cumple más de un año en España y recientemente el
tribunal de competencia europeo falló en favor de E.ON.
A pesar
de estas experiencias, todas ellas negativas, en México la derecha
insiste en imponer la privatización del sector eléctrico. Toca a
los trabajadores y al pueblo seguir dando la batalla.
Europa en la oscuridad.
Millones se quedaron sin luz consecuencia de un gran apagón que
afectó a varios países. Es otra experiencia negativa del llamado
mercado eléctrico. La industria de la energía en manos de las
corporaciones privadas no es invulnerable, ni eficiente ni
ejemplar.