Sindicato petrolero destruido y mafioso
“Elecciones” petroleras
La reelección anticipada de Romero Dechamps, antiestatutaria e ilegal.
Simulación de procesos electorales seccionales, fue un vil atraco.
Urge organizarnos para enfrentar al charrismo y recuperar al sindicato.
Reelección anticipada ilegal “autorizada” por el gobierno
Se prepara un albazo en el sindicato petrolero, advirtieron algunos el 2 de
octubre; se impugnará el proceso electoral seccional e, incluso, el del
propio Carlos Romero Dechamps. Este, adelantó su reelección un
año antes, en 2005, modificando a su gusto los Estatutos. Sin embargo, la
secretaría del trabajo (STPS) foxista ya le extendió la Toma de
Nota respectiva otorgándole personalidad jurídica hasta el
año 2012. Esta sería la cuarta reelección del charro desde
1997. La última reelección se hizo antes de modificar los
Estatutos y, por supuesto, antes de que las reformas fueran calificadas por la
STPS.
Con tan ilegales bases, Romero Dechamps encabezó un proceso
electoral a todas luces fraudulento. Fue tan solo la faramalla, los charros
NUNCA se han distinguido por respetar la legalidad, la STPS tampoco. Lo que
prevalece es un recíproco manipuleo de intereses mutuos.
El
viernes 30 de septiembre, el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato de
Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) publicó
la convocatoria a elecciones en las 36 secciones del sindicato. El lunes 2 de
octubre debía procederse al registro de las planillas y el
miércoles 4 serían las votaciones. Todo el procedimiento fue, por
supuesto, irregular por ser violatorio de los propios estatutos sindicales.
Pero, eso, a los charros petroleros no les importa.
Para evitar el fraude
electoral, algunas organizaciones solicitaron la presencia de inspectores de la
STPS. Esta contestó que así lo haría ¡faltaba
más! Generalmente, esos “inspectores” son comprados
previamente por los charros.
Se impidió el registro a TODOS, menos a los charros
El lunes 2
de octubre, en las diversas secciones, grupos de trabajadores acudieron a las
oficinas sindicales a registrar planillas contendientes. En TODOS los casos la
respuesta de los charros fue la misma: NEGARLES el registro. Dos días
después, en supuestas asambleas que no reunieron quórum, TODOS los
charros locales se reeligieron. Tampoco se siguieron los procedimientos. Con las
minorías presentes, incluyendo a golpeadores y gente ajena al sindicato,
por simple aclamación se tomaron las decisiones. En menos de 5 ó
10 minutos concluyó el proceso.
Exactamente igual fue la
experiencia en Nanchital que en Salamanca, Agua Dulce o Ciudad Pemex y en las
demás 36 secciones. En NINGUN caso hubo siquiera posibilidad de
participar. Se trata del atraco más descarado de los últimos
tiempos. El charrismo sindical, que lleva años en crisis (sic), sigue
ejerciendo impunemente el control de los petroleros.
En varias secciones,
los trabajadores iniciaron los procedimientos para impugnar estas
“elecciones”. Un comité observador de las elecciones,
integrado por diversas organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos
pidió a la STPS la anulación de las elecciones por haberse
violentado la legalidad estatutaria. Desafortunadamente, la secretaría
del trabajo SIEMPRE hace caso omiso de la inconformidad terminando por reconocer
“a quien quiere”. Es previsible que los charros locales reelectos
sean reconocidos por 3 años más.
Algunos han propuesto,
como en 2004, turnar la denuncia a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. Es previsible lo que ocurrirá, si acaso apenas una
declaración de prensa. Lo que hace falta es unificarnos, de veras, y
organizarnos.
Organizarnos de verdad para derrotar al charrismo
El reciente atraco de los charros tiene
varias vertientes. Se trata de la estrategia imperialista seguida hace
décadas, del interés de las transnacionales de la energía,
de los acuerdos de los charros petroleros con el gobierno para privatizar Pemex,
también, de la corrupción y antidemocracia cotidianas.
Pero, también es el resultado de nuestra desorganización.
Cierto, debido a la represión, miedo, apatía y corrupción
de los propios trabajadores ha sido muy difícil articular alguna
respuesta coherente mínima.
En la industria petrolera mexicana
(Pemex) se violan sistemáticamente los derechos laborales y sindicales.
El sindicato petrolero actual es una simple simulación de
organización, se trata de una vulgar mafia de pistoleros y ladrones al
servicio del patrón, gobierno, transnacionales e
imperialismo.
Pero el charrismo no se va a caer solo, se necesita de la
decisión y fuerza organizada de los propios petroleros. Esto supone
construir una fuerza independiente a nivel nacional, con una estructura
seccional y delegacional unificada. La construcción de una
organización propia es la tarea política número uno de los
petroleros mexicanos. En esta tarea estamos comprometidos los petroleros
integrantes del FTE de México.
En todos los centros de
trabajo petroleros del país debe forjarse con urgencia la
organización obrera que, unificada a nivel nacional, permita defender a
la industria de todos los mexicanos, recuperar al sindicato petrolero y
democratizarlo. Esta tarea debe ser encabezada por los petroleros pero apoyada
por los demás trabajadores y el pueblo de México.