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Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Volumen 6, Número 80, octubre 30 de 2006

Le llaman entrenamiento pero es amedrentamiento

Tropas militares en Oaxaca

Intimidante desembarco de la Armada en las costas de Oaxaca.
Reiteradas e impunes provocaciones diarias contra la APPO.
Dividir al movimiento y amenazarlo, táctica deliberada del gobierno.

Despliegue de la Armada en el Istmo de Tehuantepec

Desde el 1 de octubre, el gobierno foxista había anunciado su decisión de desplegar la fuerza contra el movimiento de Oaxaca. Primero fueron los vuelos de helicópteros y aviones militares y de la Policía Federal Preventiva (PFP) sobre la ciudad con claros propósitos intimidatorios. Las aeronaves iban equipadas con equipo fotográfico infrarrojo. Al mismo tiempo, en Huatulco y Salina Cruz, comenzaron a desembarcar tropas. Helicópteros, aviones, tanquetas anfibias blindadas, camiones de comando, vehículos todo terreno y efectivos de las fuerzas especiales de la infantería de marina fueron desplegados en las costas de Oaxaca. La APPO decretó la alerta total en el centro histórico de la capital y llamó a reforzar las barricadas aclarando que la resistencia sería política.

Eran “vuelos de reconocimiento”, dijo el gobierno federal. Mientras, el secretario de gobernación foxista había convocado a diversos sectores para la firma de un "Pacto por la gobernabilidad, la paz y el desarrollo del estado de Oaxaca". La APPO manifestó su inconformidad pero señaló que podría acudir con la condición de incluir en la agenda la renuncia del gobernador Ulises Ruiz. La secretaría de gobernación habló de una oferta económica para el magisterio. El titular, Carlos Abascal, dijo que el gobierno federal podría hacer una “ocupación pacífica” de Oaxaca.

El 2 de octubre en la cercanía de la capital oaxaqueña apareció un grupo que repartió propaganda e hizo detonar algunos explosivos en sucursales bancarias. El grupo se hizo llamar Organización Revolucionaria Armada del Pueblo de Oaxaca (ORAPO). Algunos trataron de vincular estos hechos con la APPO misma que se deslindó. Otros, consideraron que el grupo podría ser genuino pero que su acción era desafortunada porque no ayudaba al movimiento aun cuando se expresaran solidariamente. Unos más, aseguraron que se trataría de aumentar la provocación para llamar a la represión.

Entregar Oaxaca o represión

En el documento propuesto por Abascal se incluía el "relevo en puestos claves de la administración estatal -sin precisar sobre el destino del gobernador Ulises Ruiz-, el retiro de barricadas, el inicio del ciclo escolar, la integración de averiguaciones previas, en los casos que corresponda, para deslindar responsabilidad por actos realizados en contra de ciudadanos", durante los cuatro meses de toma de la capital” (Muñoz A.E., en La Jornada 3 oct 2006).

Además, "liberación de radiodifusoras y oficinas públicas, devolución de vehículos y respeto al libre tránsito", así como "cese de hostilidades" entre el gobierno de Ulises Ruiz y la APPO. Tanta prepotencia oficial se confunde con ingenuidad. También, “se hará a los profesores del estado una propuesta económica de 175 millones de pesos en prestaciones económicas y laborales, y una oferta de rezonificación salarial en un plazo de seis años. Dejará, sin embargo, cuestiones centrales del estado, como la problemática indígena y rural” (Hernández L., en La Jornada 3 oct 2006). Por supuesto, siempre estaba presente la amenaza de la represión si no se aceptaban las condiciones de gobernación. "Si no hay acuerdo se castigará a los transgresores", declaró Fox.

Con la movilización de efectivos de las zonas militares vecinas, se informó que el ejército aplicaría en Oaxaca un operativo para los casos de ruptura del orden establecido (Plan DN-II). “El plan incluye contrarrestar acciones contrainsurgentes y de agitación social, a través de la utilización de una brigada de infantería ligera, la tercera brigada de la Policía Militar, integrantes de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (Gafes) y militares que han participado en tareas de combate al narcotráfico” (Castillo G., Lastra A., Morales A.T. en La Jornada 4 oct 2004).

Los soldados fueron acantonados en Miahuatlán (sexto batallón de infantería), Pinotepa Nacional (47 batallón), Nopala (54), Juxtlahuaca (95), Tuxtepec (sexto regimiento de caballería motorizado), Tlaxiaco (95 batallón de infantería), Coxocon (décimotercer regimiento de caballería motorizado), Huajuapan de León (23 compañía de infantería no encuadrada), así como en los límites de los estados de Puebla y Oaxaca (Aranda J., en La Jornada 9 oct 2006).

El operativo incluiría a 5 mil elementos militares, del personal del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y de la PFP. El 5 de octubre, Abascal fue explícito al proponer a la APPO la entrega de Oaxaca y “dejar en manos de un civil la seguridad para restituir el orden”, incluyendo el ingreso de la PFP para “realizar labores de vigilancia”. “¿Qué significa todo esto?”, se preguntó a sí mismo y, de manera demencial, se contesto: “No barricadas, no más tomas de radio y todo lo que la PFP considere que puede garantizar seguridad e integridad”.

Las expresiones de Abascal serían de ¿cinismo, ingenuidad o perversidad? Lo que dejó claro es que el objetivo del gobierno foxista era “recuperar la ciudad” y que la PFP, dijeron, sería “un ejército de paz” (sic). Los representantes de la APPO y sección 22 tomaron nota, dijeron que estaban por la vía del diálogo, que consultarían a sus bases y que darían después una respuesta.

Negociación y provocación

En la mesa convocada por Abascal, los empresarios y el PRI urgieron a que la fuerza pública interviniera en Oaxaca. Nadie de la APPO ni de sección 22 del SNTE asistió. Respecto a la salida del gobernador, Abascal dejó la decisión en manos del Senado. Ulises Ruiz estuvo presente y, por supuesto, dijo que no renunciaría. Representantes indígenas pidieron que no se hiciera uso de la fuerza, presentaron una propuesta para atender las reivindicaciones de campesinos e indígenas y, luego, abandonaron la reunión porque en el encuentro no había representatividad auténtica y no se abordaba la problemática fundamental. Trascendió que, como medidas de distensión, el gobierno del estado preparaba cambio de funcionarios.

La alerta de la APPO se extendía a las diversas regiones de Oaxaca: la Mixteca, el istmo de Tehuantepec, la cuenca del Papaloapan, las sierras Mazateca, Norte y Sur, y los Valles Centrales.

El 5 de octubre, la APPO emitió la convocatoria a un congreso constituyente de la organización a realizarse en noviembre. En Tehuantepec, la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo continúo las movilizaciones populares.

Luego de la reunión de Abascal con la APPO reapareció la provocación. En la capital oaxaqueña no cesaban las provocaciones, detenciones, secuestros y asesinatos. Un maestro disidente fue abatido por desconocidos para implicar a la APPO y sección 22. En Salina Cruz, golpeadores del PRI lesionaron a varios maestros en huelga. Ese clima ha sido característico. Se simulan negociaciones buscando una salida y, al mismo tiempo, reaparece la violencia. ¿Quién o quienes organizan la violencia? Obviamente, el mismo estado para inducir la represión.

El 5 de octubre, la caminata oaxaqueña llegó a Amecameca en el estado de México y declaró que las clases se reanudarían 5 días después de que saliera Ulises. Mientras, el contubernio PRI-PAN postergó una vez más en el Senado el dictamen sobre la desaparición de poderes en Oaxaca. Cuando la caminata llegó a Chalco, los marchantes dijeron que el conflicto sería decidido por las bases no por los líderes.

El 6 de octubre, la APPO denunció que el gobierno de Ulises tenía preparado un detallado operativo llamado Plan Hierro, encabezado por policías y sicarios, para enfrentar al movimiento y reprimirlo.

No hay regreso a clases

El 7 de octubre, la asamblea general de la sección 22 rechazó el regreso a clases y pidió que el Ejército y la Marina regresaran a sus cuarteles. Este fue un rotundo rechazo a las pretensiones de la secretaría de gobernación para que la APPO entregara la ciudad y la pusiera en manos de la PFP. La APPO también rechazó la propuesta de Abascal pues, sería el primer paso para militarizar Oaxaca, dijo.

En Chalco la caminata ratificó el rechazo. En Acayucan, Veracruz, indígenas realizaron una marcha de apoyo a la APPO convocada por la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos. En San Diego, California, inmigrantes oaxaqueños crearon su propia APPO.

Al siguiente día, la Marcha por la dignidad de los pueblos de Oaxaca arribó a ciudad Netzahualcóyotl, donde 40 por ciento de los habitantes son de origen oaxaqueño. Un día, después, se realizó otra marcha de inmigrantes en Los Angeles, California, de apoyo al pueblo de Oaxaca.

La táctica divisionista de Abascal

El 9 de octubre se anunció que la APPO y la secretaría de gobernación habían llegado a primeros acuerdos. “La base del acuerdo -sujeto a consulta de la APPO y el magisterio, en sus respectivas asambleas- incluye la cancelación de alrededor de 300 órdenes de aprehensión, derivadas de los más de 140 días de lucha en Oaxaca; la liberación de 18 "presos políticos", así como un posible retorno a clases, según defina a partir de hoy el magisterio. También, que los elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina se reintegren a sus acciones regulares, conforme avancen las medidas de distensión” (Martínez F., Muñoz A.E., en La Jornada 10 oct 2006).

Enrique Rueda, secretario general de la sección 22 dijo que "el nuevo gobierno (del presidente electo Felipe Calderón) ya tiene convenido otorgarle a todos los trabajadores de este sector la rezonificación, con base en un paquete presupuestal de 41 mil 200 millones de pesos, a canalizar en el transcurso del próximo sexenio, a fin de que todos los profesores del país perciban el mismo salario, según cada categoría”. Luego, agregó, que se sometería a consulta de los 70 mil trabajadores de la educación en Oaxaca el regreso a clases. En desafortunadas declaraciones a la televisión privada (Televisa), aseguró el regreso a clases y que la consulta sería solamente para definir el día. No obstante, fue enfático al reiterar la demanda de la salida de Ulises Ruiz del gobierno del estado.

La propuesta de Abascal tenía el deliberado propósito de dividir al movimiento. Por una parte, se atendería el asunto reivindicativo del magisterio, totalmente legítimo pero referido a promesas y, por otra, el gobierno hacía caso omiso de la demanda para la remoción de Ulises al tiempo que mantenía la amenaza de la represión. Esa propuesta no era viable. Por supuesto, en el movimiento hay contradicciones obvias. Los maestros llevan varias semanas sin cobrar sus salarios y requieren solución a sus demandas. Pero el movimiento ha rebasado los límites gremiales, sin excluirlos, convirtiéndose en un hecho político que involucra a amplios sectores sociales.

Provocación deliberadamente orquestada

Luego de 19 días de caminata y haber pasado por 25 poblaciones, la Marcha de la dignidad llegó a la capital del país siendo recibidos por diversas organizaciones sociales. En el Zócalo se hizo un mitin y, luego, los marchistas se instalaron en plantón frente al Senado de la República.

En reunión de la APPO y sección 22 con senadores éstos dijeron que volverían a analizar la procedencia de la desaparición de poderes. Esta era, básicamente, la intención del PRD porque el PRI y el PAN, en sucia alianza, se manifestaron firmes en el apoyo a Ulises negándose a cualquier posible aprobación que implicara su caída. En consonancia, el Congreso de Oaxaca rechazó las propuestas de Abascal especialmente que la fuerza pública en el Estado quedara en manos de un funcionario federal.

Como en otras ocasiones, cuando parecía que se iniciaban acuerdos para al solución, cuando la misma APPO concluía la toma de varias oficinas del gobierno desocupándolas, volvió a irrumpir la violencia. En las barricadas de la capital, grupos de policías y porros dispararon contra integrantes de la APPO con un saldo de varios heridos.

¡Violentos quieren destruir el diálogo!” dijo Abascal. ¿Quiénes son esos violentos?, no lo aclaró sabedor que se trata de grupos de pistoleros a sueldo. Si no fue el gobierno federal, fue el estatal porque la APPO no se dispara a si misma, se trata de un movimiento político que no es suicida.

¡Fuera tropas! ¡Alto a la guerra sucia!

El 10 de octubre, los maestros de al sección 22 realizaron una marcha en Salina Cruz, Oaxaca para exigir la salida de las tropas que la Armada de México desplegaba en el estado. Ese día, comenzaron a salir algunas tropas, se habló de 3 mil. Sin embargo, décima Zona Naval de Bahías de Huatulco quedó reforzada con más personal del habitual.

El 11 de octubre, la CNTE realizó una marcha en la ciudad de México y en varios estados del país. Al siguiente día, 12 de octubre, la APPO realizó otra marcha en la ciudad de México y se anunció que el 16 se iniciaría una huelga de hambre. Ese día, durante el Encuentro Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala, realizado en La Paz, Bolivia, indígenas de Canadá, Estados Unidos, Guatemala, México, Nicaragua, Honduras, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, entre otros se solidarizaron con la lucha de los pueblos de Oaxaca y exigieron la salida de la fuerza pública.

El 13 de octubre, la secretaría de gobernación envió una carta a la sección 22 dándole un ultimátum para que regresaran a clases o dejarían sin efecto los “ofrecimientos”. La APPO denunció que la secretaría de gobernación estaba cancelando la vía del diálogo al dar dado un ultimátum a los maestros para regresar a clases el 16 de octubre u optar por el camino de la represión. Ese día, en la ciudad de México, profesores de la sección 22 e integrantes de la APPO iniciaron una huelga de hambre.

Entre tanto, la diputación del PAN exigió que ya entrara la fuerza pública a Oaxaca. El 14 de octubre, un día antes de que el Senado resolviera acerca de la desaparición de poderes en Oaxaca, en la capital de este estado militares vestidos de civil dispararon en la madrugada contra las barricadas de la APPO matando a una persona e hiriendo a otras.

El 16 de octubre ya eran 8 muertos, todos de la APPO, además de los heridos, torturados, secuestrados. Pero, por ningún lado se veía a los responsables y, a las autoridades, menos. A ese momento, estaba configurado un claro escenario de guerra sucia del estado contra los pueblos de Oaxaca.

El charrismo entra en acción

Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), uno de los ejemplos más degradantes del charrismo sindical, entró en acción negociando en las cúpulas. Luego declaró que, “antes de asumir la Presidencia de la República, Felipe Calderón ya "dispuso" de 41 mil 670 millones de pesos para esa organización sindical”, declaró a la prensa (Avilés K., en La Jornada 16 oct 2006). Del total, 1 mil millones se canalizarían a Oaxaca.

Gordillo aprovechó para informar del reciente 20 Consejo Nacional extraordinario del sindicato señalando la creación de una comisión investigadora para “revisar” el desconocimiento de la sección 22 de Oaxaca y el reconocimiento de una nueva sección.

El acuerdo con Gordillo fue reconocido por Fox pero será aplicado por Calderón. Se trata de una “propuesta de retabulación al magisterio para que avance cada año y exista un solo salario para los profesores a escala nacional”

La CNTE acusó a Gordillo y Calderón de pretender “reventar” el movimiento oaxaqueño. Enrique Rueda Pacheco, secretario general local, llamó al magisterio democrático "a luchar contra el charrismo sindical" que representa Gordillo. El equipo de Calderón se quiso desmarcar y “aclaró” que éste no había participado en la negociación con el SNTE.

Para Ulises Ruiz, “el rescate de Oaxaca” era ineludible y no debía pasar de esa semana. La APPO, declaró la "alerta máxima", y anunció la toma de más palacios municipales, el desalojo de oficinas de gobierno y el fortalecimiento de barricadas.

La noche del 18 de octubre, el profesor de educación primaria indígena Pánfilo Hernández fue asesinado. Grupos de choque del PRI se preparaban con “ensayos” para atacar a la APPO. La sección 22 anunció una nueva consulta para el regreso a clases aclarando que, independientemente de la decisión, la petición de renuncia de Ulises es irrenunciable. De manera conjunta, el PRI y el PAN acordaron en la comisión de gobernación del Senado que “hay ingobernabilidad” en Oaxaca pero “no procede la desaparición de poderes”.

El gobierno foxista dijo que esperaría la resolución de los maestros sobre el regreso a clases pero que el operativo “para restablecer el orden” podría aplicarse en cualquier momento. Al mismo tiempo, la procuraduría General de la República (PGR) libró órdenes de aprehensión contra varios dirigentes de la APPO. Las acciones del gobierno foxista y la alianza PRI-PAN lejos de resolver el conflicto lo agravaban.

Lucha popular antineoliberal

1,500 barricadas, marchas kilométricas, decenas de municipios en rebeldía, estaciones de radio y televisión tomadas, multitud de marchas y acciones de protesta en múltiples ciudades de México, Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. Se dice fácil. Pero, los pueblos de Oaxaca han desarrollado un movimiento que trasciende a las legítimas reivindicaciones de los maestros y aún a la remoción del gobernador.

Ni el gobierno foxista ni el estatal quieren ver la realidad. 460 de 570 municipios viven en condiciones de extrema pobreza, ni siquiera agua potable o drenaje tienen. Más del 50% de la población (1.6 millones) es indígena, hay 15 grupos étnicos, se hablan 250 dialectos, más de 3.5 millones de oaxaqueños han tenido que emigrar a los Estados Unidos literalmente expulsados, el salario promedio es apenas el mínimo o inferior, los profesores son de los peor pagados en el país. En contraste, la región posee recursos naturales de agua, bosques, tierra y viento. Pero, la riqueza está expropiada por las transnacionales. Tan solo en materia eoloeléctrica, Iberdrola de España y Electricidad de Francia, en alianza con conocidos vendepatrias, se han apoderado de enormes extensiones de terrenos.

El conflicto de Oaxaca se ha manejado por el gobierno en el nivel de la apariencia pero, en Oaxaca está, en estos momentos, una clara expresión de lucha antineoliberal, propuesta compartida por la mayoría de mexicanos y otros pueblos del mundo.

Infantes de la Armada Mexicana desembarcaron en las costas de Oaxaca. Provistos de equipo terrestre, marino y aéreo se desplegaron por el estado y aviones militares sobrevolaron la capital a baja altura. Se trataba de intimidar a los pueblos de Oaxaca en lucha.


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