Acto ignominioso que criminaliza la migración
El muro imperialista
Atropello norteamericano que no resuelve el problema migratorio.
Logro del foxismo debido a su sumisión y entrega al imperialismo.
Los pueblos de México y Estados Unidos derribaremos al muro y sus gobiernos.
El 29 de
septiembre, el Senado norteamericano dominado por Republicanos aprobó la
construcción de un muro en la frontera con México. Este muro
tendrá 1 mil 125 kilómetros y tiene el supuesto propósito
de frenar la inmigración ilegal a los Estados Unidos. El 20 anterior, la
Cámara de Representantes había aprobado también esa
propuesta.
El muro de doble valla física y una tercera virtual,
junto con las instalaciones electrónicas (cámaras infrarrojas,
sensores, radares de tierra, aviones no tripulados), costaría 6 mil
millones de dólares de los cuales se aprobaron 1 mil 200; el paquete
sería de 33 mil millones de dólares. Los republicanos aprobaron
también la contratación de 1,500 elementos de la Patrulla
Fronteriza y una cláusula que criminaliza hasta con 20 años de
prisión a quienes ayuden a la construcción de túneles para
cruzar la frontera.
De inmediato se han producido reacciones de repudio
en prácticamente todos los medios políticos y sociales. Esa
política de militarización de la frontera México-Estados
Unidos no resolverá el problema de fondo, se ha dicho, ni hay muro que
pueda evitar la inmigración. Los migrantes mexicanos y latinos van a los
Estados Unidos huyendo de la pobreza y, en tales condiciones, arriesgan su
propia vida.
La Cámara de Diputados mexicana aprobó un
punto de acuerdo protestando contra la construcción del muro. La
chancillería foxista primero dijo que no estaba enterada del asunto,
después justificó la medida y, luego, pidió a Bush que vete
la aprobación del muro. Calderón, presidente electo espurio,
declaró que no le diría nada a Bush, ni siquiera comentó el
asunto. Fox, “cachorro del imperio”, expresó críticas
y lamentos. Se trata de las declaraciones siempre improvisadas e inocuas porque
la sumisión del foxismo, así como su incapacidad política,
han sido excesivas. La persecución en Estados Unidos contra los
trabajadores mexicanos ha contado con la complacencia de Fox y su
gobierno.
La medida norteamericana no pretende resolver el problema
migratorio ni mucho menos, antes bien, lo agravará. Por lo pronto, la
mira del gobierno norteamericano estaba puesta en las elecciones de noviembre.
Había dicho que el muro era “una aspirina” pero el 4 de
octubre, Bush firmó la ley que autoriza el presupuesto para el
muro.
El 12 de octubre, en Ciudad Juárez, se llevó a cabo
una marcha convocada por organizaciones mexicanas y norteamericanas en repudio a
la construcción del muro.
El 26 de octubre, Bush firmó la
ley que ordena la construcción del muro. La condena ha sido generalizada,
lo menos que se ha dicho es que, con esa medida, no se resolverá el
problema migratorio y que se trata de acto ignominioso que criminaliza la
migración.
El muro antimexicano es un nuevo atropello a la
soberanía de México, es un agravio a Latinoamérica y al
mundo. Por varias razones, ese muro es inaceptable y lo derribaremos.
Los trabajadores inmigrantes carecen de derechos pero son necesarios
para la economía norteamericana. La migración es el resultado
de aplicar políticas económicas neoliberales inhumanas.
La migración es parte de la lucha de clases, misma que no se resuelve
con ningún muro fronterizo. La movilización y organización de los
trabajadores, en México y Estados Unidos derribará al muro.