El poder estatal está en la calle
Crisis política en Oaxaca
El orden institucional está hecho pedazos por la ineptitud y corrupción oficial.
Restablecer el “orden”, el “estado de derecho”, es el objetivo del gobierno foxista.
Los pueblos de Oaxaca siguen movilizados y se preparan ante eventual represión.
Provocaciones diarias contra el pueblo
No obstante la evidente ingobernabilidad
en Oaxaca durante más de 130 días, el gobierno foxista estuvo
eludiendo atender el conflicto. Mientras, se ha mantenido un reiterado ambiente
de provocación contra el movimiento, mismo que la ha eludido. La
resistencia se ha sostenido y avanza.
El día anterior al fallido
informe presidencial, 31 de agosto, apareció un supuesto grupo armado. En
Oaxaca ha existido lucha guerrillera por años pero la actual lucha es
pacífica y al margen de acciones de ese tipo. El 1º. de septiembre,
la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) realizó una marcha en
la capital del Estado. Durante el mitin, el magisterio oaxaqueño
negó tener relación con la lucha armada. La acción fue
vista como una provocación deliberadamente orquestada, probablemente, por
el gobierno del gobernador Ulises Ruiz para activar la represión.
También, se dijo que el movimiento oaxaqueño está desligado
del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Ese
día, el sindicato de trabajadores de la Universidad Benito Juárez
de Oaxaca realizó un paro de labores solidario de 24 horas con la APPO en
el contexto del paro solidario de 48 horas promovido por ésta
última.
La secretaría de gobernación foxista propuso al magisterio
oaxaqueño “iniciar el ciclo escolar 2006-2007 en los
próximos días como una medida de distensión para solucionar
el conflicto político y social en el estado”, propuesta que fue
rechazada por los maestros. En cambio, acordaron otras medidas de
distensión como desbloquear algunas carreteras y estaciones de radio y
TV.
Después, el gobierno local planeó mudarse de los hoteles en
la ciudad de Oaxaca a Juchitán, municipio en el Istmo de Tehuantepec
gobernado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). El
alcalde juchiteco dijo que sería una provocación del gobernador.
La Unión de Comunidades de la Zona Norte del Istmo calificó la
medida como un intento para romper el movimiento. La APPO, entonces,
decidió extender el movimiento hacia esa zona itsmeña donde la
transnacional Iberdrola de España participa ilegalmente de la
explotación eólica en La Venta y La Ventosa.
El 4 de septiembre, la APPO propuso emitir diversos bandos para la ciudad e
Oaxaca. En los bandos se contemplaría la reactivación de la
economía, la seguridad, la limpieza, el embellecimiento de la ciudad, la
convivencia armónica, el transporte urbano y suburbano y la
promoción turística (Vélez O., en La Jornada 5 sep
2006). El gobierno dijo que tales bandos carecían de validez legal al
tiempo que anunció la cancelación de sus planes para trasladarse a
Juchitán.
Los tiroteos se sucedían a diario y las provocaciones
también. La APPO denunció que grupos de choque montan y desmontan
barricadas para cobrar peaje. En varias ocasiones se ha golpeado a
transeúntes y conductores de vehículos.
Reiterados llamados a la represión
El 11 de septiembre, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago),
reunida en Nuevo Vallarta, Nayarit, acordó apoyar a Ulises Ruiz, al igual
que Felipe Calderón, presente en la reunión. En otro nivel, la
anterior legislatura en el Senado había rechazado la desaparición
de poderes en Oaxaca. Ahora, los senadores del PRD propusieron cambiar el
procedimiento para que se decrete, precisamente, la desaparición de
poderes que, de acuerdo al artículo 76 constitucional, constituye una
facultad del Senado mismo que nombraría a un gobernador provisional. Sin
embargo, la alianza PRI-PAN ha entorpecido deliberadamente las acciones en la
pretensión de sostener a Ulises.
La noche del 15 de septiembre, un maestro interpretó a Miguel
Hidalgo y, en el centro histórico de Oaxaca “dio el Grito de
Independencia” ante una multitud congregada llena de algarabía
patria, música, fiesta, poesía y discursos. Se dio lectura al acta
de Independencia, el pueblo rindió honores a la bandera, cantó el
himno nacional y “Venceremos”, “Oaxaca, quiere vivir e
libertad”, dijeron los asistentes. En los municipios de Oaxaca
también se realizaron actos populares.
El gobernador del estado fue literalmente “echado”, en ninguna
parte puso estar presente. Al siguiente día no se realizó el
tradicional desfile militar. En su lugar, se realizaron cuatro marchas en la
capital y muchas otras en el interior del estado. En Oaxaca, se dio a conocer el
Manifiesto del 16 de septiembre de 2006, se llamó a la creación de
un gobierno democrático y se acordó convocar a un congreso
constituyente para redactar una nueva Constitución.
La secretaría de gobernación siguió eludiendo la
solución al conflicto buscando “negociaciones” SIN incluir la
renuncia de Ulises. La demanda de renuncia del gobernador es irrenunciable,
respondió el magisterio oaxaqueño a Carlos Abascal, secretario de
gobernación foxista, y entre tanto, dijeron, no se reanudarán las
clases. El 18 de septiembre la APPO acordó iniciar una caminata hacia la
ciudad de México para instalar un plantón frente al Senado de la
República y exigir la desaparición de poderes en Oaxaca.
El mismo día, en la ciudad de México, una
representación, encabezada por diputados del PRI y Convergencia, del
Congreso Local acudió a la secretaría de gobernación para
solicitar “el envío de fuerzas federales” a la entidad
“no para reprimir” sino para “restablecer el estado de
derecho”. Por supuesto, para esos políticos “no hay
ingobernabilidad” ni condiciones para que renuncie Ulises. La
petición, dijeron, no implica una ruptura de la mesa de diálogo
instalada en gobernación.
Aliados el PRI y el PAN rechazaron en el Senado la propuesta del PRD para
crear una comisión que investigara la situación en Oaxaca. En su
lugar, ambos aliados, propusieron que se presentara en la nueva legislatura el
dictamen de la anterior que determina el rechazo a la desaparición de
poderes.
El 20 de septiembre se suspendió la mesa de negociación en
gobernación por diferencias en torno a la salida de Ulises. El gobierno
federal dijo que persistía el diálogo pero, también, la
alternativa de usar la fuerza pública. El magisterio propuso una salida
política misma que fue rechazada. Así, la dinámica del
gobierno foxista se ha mantenido en un doble discurso, por una parte, promueve
negociaciones y, por otra, amenaza con el uso de la fuerza pública contra
el movimiento.
En este contexto, la Policía Federal Preventiva (PFP),
especializada en represión, aumentó el número de efectivos
presentes en Oaxaca, con un despliegue de elementos disfrazados de civiles.
“Están preparando la represión en gran escala”,
denunció la APPO. De acuerdo a los planes gubernamentales, la
intención es reprimir al movimiento con un operativo combinado de fuerzas
federales y locales. Ante esta situación, el pueblo está preparado
y responderá “organizada y políticamente”, dijeron los
representantes populares.
Caminata oaxaqueña
El 21 de septiembre, partió la caminata
hacia la ciudad de México denominada “Por la dignidad de los
pueblos de Oaxaca”. 5 mil participantes del movimiento magisterial y
popular empezaron a recorrer pueblo por pueblo informando del
movimiento.
Al siguiente día, 22 de septiembre, se supo que la
secretaría de gobernación preparaba una “salida
técnica” para al remoción del gobernador oaxaqueño
sin que fuera explícita. Por su parte, la dirigencia del PRI,
apoyó la intervención de la PFP para evitar los “excesos de
grupos anarquistas que se han aprovechado de la legítima
movilización magisterial para crear desorden y prefabricar
síntomas de ingobernabilidad”. Al mismo tiempo, los diputados del
PRI y el PAN dijeron que la solución debía lograrse “sin la
renuncia del gobernador”.
El 24 de septiembre, Ulises dio un
ultimátum a los maestros para iniciar las clases y amenazó con
contratar a profesionistas y maestros jubilados para sustituirlos.
También, amenazó a los maestros con rescindirles el contrato de
trabajo. A la fecha, los maestros no reciben sus salarios mismos que,
ilegalmente, les han sido retenidos por el Instituto Estatal de Educación
Pública. Para tensar más la situación, Ulises dijo que
podría utilizar de nueva cuenta a la fuerza pública.
Es una
nueva provocación, respondieron los maestros quienes señalaron que
los padres de familia son sus aliados y participan en el movimiento. La
provocación fue evidente. Ese día, Ulises se apareció en el
centro histórico de Oaxaca. Cuando integrantes de la APPO lo buscaban en
un hotel de la ciudad, policías vestidos de civil dispararon con saldo de
2 heridos.
Entretanto, la caminata hacia la ciudad de México seguía
recibiendo muestras de afecto y solidaridad. Agua, alimentos y fiesta eran
ofrecidos por los habitantes al paso de la caravana en los municipios del estado
de Oaxaca. "Maestro no te rindas por no cobrar tres quincenas, nosotros tenemos
70 años sin salarios", escribieron en Tlaxiaco. La combatividad de los
“marchantes” ha sido elocuente. Unas compañeras corearon
“"Mujeres oaxaqueñas dejamos el mandil, si fuera necesario
agarraremos el fusil".
La APPO en alerta roja
En Huajuapan de León, miembros de la APPO fueron golpeados por
policías ministeriales. En la capital de Oaxaca, un estudiante fue
apuñalado por porros. 300 presidentes municipales, en su mayoría
del PRI, anunciaron que se trasladarían a la ciudad de México para
respaldar a Ulises y solicitar la intervención de la fuerza
pública. En respuesta, la APPO llamó a desconocer a esos ediles y
elegir ayuntamientos populares. Mientras, el 26 de septiembre, la caminata
llegó a Huajuapan de León siendo recibidos
apoteósicamente.
El 27 de septiembre, la secretaría de gobernación foxista
sometió el Operativo Oaxaca a consideración del gabinete de
seguridad. Entre las estrategias se consideraba el envío de fuerzas
federales a la entidad “para restablecer el orden” sin enfrentarse
con la APPO (sic).
Ante un posible desalojo, la APPO se declaró en alerta roja.
“Estamos listos para resistir”, declararon en las barricadas. En
consulta a los 70 mil maestros de la sección 22, la mayoría se
pronunció por continuar el movimiento, sin regresar a clases,
“hasta que caiga el tirano”.
El Congreso Nacional Indígena expresó su apoyo a la lucha de
los indígenas oaxaqueños, exigió la renuncia de Ulises Ruiz
y se manifestó en contra de los proyectos privatizadores en el sur. Las
cúpulas empresariales, por su parte, pidieron la intervención de
la PFP. El 27 de septiembre, la caminata arribó al estado de
Puebla.
Charros sindicales encabezan la provocación
Pero, el clima de provocación
continuaba. En preparación al ingreso de la PFP diversos grupos locales
continuaron con agresiones diversas. Se supo que 300 personas encabezadas por
los grupos de choque de la CROC, CTM, así como policías y
empleados municipales intervendrían junto con la PFP para crear caos y
violencia. Esos “porros”, al parecer, se han infiltrado entre las
barricadas de la APPO, han pintarrajeado camionetas y, en su momento,
participarían “disfrazados” y armados con la consigna de
“disparar contra los agentes” para justificar la entrada del
Ejército federal y la imposición del estado de sitio. El plan
incluye bloquear las líneas telefónicas, las señales de
radio y “tumbar” la señal de los teléfonos
celulares.
Otra provocación ocurrió en Matías Romero, donde a
nombre de la APPO un grupo de desconocidos incendió parcialmente una
radiodifusora. La Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte
del Istmo condenó el hecho.
En Oaxaca, los maestros rechazaron cualquier encuentro con Abascal,
secretario de gobernación foxista, pero la APPO acordó asistir a
la reunión convocada por Abascal solo “para escuchar los
planteamientos”. Los maestros destacaron que el gobierno foxista
“utiliza un doble lenguaje” pues llama a negociar y, al mismo
tiempo, prepara la incursión de la PFP, su objetivo es “la
represión con o sin negociación”. La APPO indicó que
había pasado de la “alerta roja” a la “alerta
máxima” en prevención al ataque comandado por los
golpeadores de la CROC y PFP. La asamblea se declaró lista para enfrentar
cualquier ataque.
Al siguiente día trascendió el plan del gobierno federal
contra el movimiento, consistente en 3 puntos, a saber, la disminución
del poder de Ulises Ruiz mediante acuerdo con diversos sectores sociales y
políticos locales, disponer de un paquete económico para el
magisterio y enviar a la PFP para “restablecer el orden”. En
ningún caso se mencionó la posibilidad de remover al gobernador.
En cambio se enfatiza la división del movimiento mediante apoyos
económicos a los maestros y, sobre todo, se deja claramente establecido
que la PFP se encargará de reprimir al movimiento.
Los maestros anunciaron el día 27 que seguirían en la lucha
“hasta la caída de Ulises”. Se denunció,
también, que la CROC y CTM preparaban nuevas agresiones a través
de los transportistas afiliados al PRI. Esas acciones han sido encabezadas por
Aguilar David Robles, exdiputado priísta y líder de la CROC en el Estado.
Los límites de la ineptitud gubernamental
Diversas organizaciones empresariales y de transporte público
habían anunciado un paro de labores desde principios de septiembre. El 28
de ese mes, el fracaso del paro patronal fue casi total. La mayoría de
los mercados, comercios, almacenes y restaurantes, el transporte público
y foráneo y los taxis funcionaron normalmente. Durante el paro, que
duraría 2 días, los golpeadores de la CROC planeaban diversas
acciones de provocación.
La noche de ese día, se produjeron
disparos contra las barricadas provenientes de vehículos en marcha, lo
mismo en la Plaza de la Danza que contra estaciones de radio y TV tomadas por el
pueblo. Eran los grupos de choque de la CROC en acción. En las siguientes
noches los tiroteos fueron reiterados.
En Oaxaca, “se está
llegando al límite”, volverá el orden, declaró
Abascal y agregó que, si el diálogo no prospera se
aplicarán los “instrumentos del Estado”. El secretario de
gobernación acusó a los maestros y a la APPO de “tener
secuestrada a la niñez y a los habitantes”. Al mismo tiempo,
convocó a una Mesa de Concordia para el 4 de octubre en la ciudad de
México. A esa reunión asistirían representantes
empresariales, clericales, ciudadanos y políticos. Los maestros y la APPO
también estarían convocados. La intención del gobierno
foxista sería la firma de un “pacto” por la gobernabilidad,
la paz y el desarrollo de Oaxaca”.
Entre tanto, la tensión
en las barricadas de la ciudad de Oaxaca iba en aumento. El gobierno federal
foxista ha sido desbordado incapaz de entender las razones profundas del
movimiento. En la necia actitud de sostener a Ulises el gobierno ha pretendido
dividir al movimiento e involucrarlo en provocaciones pero éste cada vez
es más fuerte.
La polarización ha llegado al límite. En
estas circunstancias se ha profundizado la crisis del conflicto en medio de
serios intentos de represión policíaca y militar. En la coyuntura,
la caída de Ulises es necesaria pero, a otro plazo, la remoción
del gobernador no sería suficiente para resolver la problemática
social; abajo, el movimiento ha trascendido al simple cambio del
gobernante.
Marcha de los
pueblos de Oaxaca. FOTO: E. Leyva