La “modernización” la pagarán los trabajadores
Despidos y jubilaciones en Pemex
Sobran trabajadores petroleros y hay que despedirlos.
Hay muchos jubilados jóvenes, deben cancelarse las jubilaciones. Para
modernizarse, Pemex propone reducir la plantilla laboral y crear un nuevo
sistema de pensiones pagado por los propios trabajadores. A cambio, los charros
sindicales aumentarían su ilícito enriquecimiento al aumentar su
participación como contratistas. Empresa y sindicato realizan
pláticas tendientes a modificar el Contrato Colectivo de Trabajo. Los
planes están muy avanzados.
Sucias negociaciones para eliminar petroleros
Desde hace un año, la
administración de Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Sindicato de
Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) han venido
realizando pláticas tendientes al ajuste de la plantilla laboral, de
acuerdo al plan aprobado en 2004 por el Consejo de Administración de
Pemex.
El 7 de agosto anterior se anunció en la prensa nacional
(El Universal) que Pemex y el sindicato preparan ya los cambios al
Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) para acordar la flexibilidad laboral en el
marco de la propuesta foxista para imponer la llamada reforma laboral
neoliberal. Esta propuesta no ha sido aprobada legalmente, sin embargo, el
gobierno ha seguido la vía de los hechos mediante pactos con los charros
sindicales.
La flexibilidad laboral en Pemex consiste en definir
rígidos procedimientos para el ingreso de trabajadores e introducir
mecanismos de competencia, evaluación periódica y planes de
carrera para los trabajadores sindicalizados y de confianza. A cambio de las
modificaciones contractuales, los charros sindicales tendrán más
participación como contratistas de Pemex.
Reforma laboral neoliberal en los hechos
Modernización laboral le llaman a estas
medidas consistentes en el despido masivo de petroleros. El reajuste se
iniciaría en Pemex-Refinación, afectando a los trabajadores que
laboran en las refinerías de Cadereyta, Ciudad Madero, Minatitlán,
Salamanca, Salina Cruz y Tula. Según Pemex, actualmente laboran 145 mil
427 trabajadores, de los cuales, 126 mil 521 son plazas de base y el resto son
temporales. En Pemex Exploración laboran 49 mil 494 trabajadores y, en
Pemex Refinación, 49 mil 130 trabajadores.
Pemex
Refinación, precisamente, ha señalado "la necesidad de modernizar
las relaciones laborales entre empresa y sindicato, incorporando la
representación sindical a la visión de negocio en áreas de
oportunidad que tienen un valor de mil 100 millones de pesos anuales". Esto
significa que Pemex, al prescindir de sus trabajadores, dejaría de
realizar las actividades de mantenimiento mismas que ahora realizarían
los charros sindicales en su carácter de contratistas. Para ello, los
charros, constituidos como empresarios contratarán trabajadores asumiendo
el papel de patrones. Esos trabajadores, por supuesto, estarán sujetos a
condiciones laborales infames.
El plan incluye también a las
áreas de almacenamiento y distribución, ductos y terminales
marinas, así como las actividades realizadas con buques, remolcadores y
lanchas. Tan solo por realizar actividades para el mantenimiento de las
instalaciones, los charros aumentarán su ilegítimo enriquecimiento
en más de 1 mil millones de pesos anuales. No es cualquier cosa.
Proyectos para eliminar jubilados jóvenes
Respecto al pasivo laboral, se ha informado que
éste asciende a 347 mil millones de pesos. Para “sanear” este
problema, la administración de Pemex ha propuesto dos planes, uno llamado
“La transición gradual a la jubilación” y, otro,
denominado “Sistema Mixto de Tres Pilares”.
En 2004,
había 67 mil 640 jubilados en Pemex (en www.energiaadebate.com.mx) y se
estima que la antigüedad laboral promedio de los trabajadores al momento de
la jubilación es de 23.5 años con una edad promedio de 56.9
años. Se argumenta por la empresa que las jubilaciones se han
desvirtuado. Pero, ¿quienes autorizaron esas jubilaciones tempranas? y
¿por qué?
De acuerdo al primer plan, la edad para la
jubilación sería de 69 años. Para aplicar el nuevo sistema,
el actual deberá “cerrarse”, esto es, no debe haber
más jubilaciones. Para incentivar este plan se propone implantar
programas de capacitación y servicios de medicina ocupacional
(sic).
El segundo plan pretende proporcionar vialidad económica al
nuevo esquema de pensiones. Para ello, se separarían los fondos, uno
actualmente existente mismo que sería cerrado al suspenderse las
jubilaciones y, otro, constituido a partir de cero con las aportaciones al
Sistema para el Ahorro del Retiro (SAR-92) más las aportaciones
adicionales voluntarias de los trabajadores.
El avance de estos proyectos
está muy adelantado y los asesores lo consideran “urgente” y
muy bondadoso.
Charro, gobierno y patrón son el mismo bribón
En Pemex, los charros
sindicales y administración burocrática en turno hacen
omisión de las causas que originan el desbarajuste interno. NO fueron, NO
son los trabajadores los únicos culpables. Los principales
(i)responsables del desastre financiero en Pemex son, precisamente, los charros
sindicales, las burocracias y gobiernos en turno. Hace décadas que
impunemente se destruye a Pemex y el problema principal NO son ni los
trabajadores activos ni los jubilados. Este sería, en todo caso, un
problema menor.
La destrucción de Pemex está basada en la
imposición de una política petrolera ERRÓNEA. La
persistente política de extracción IRRACIONAL de petróleo
crudo, y su consecuente exportación, cada día hace mayores
estragos dañando no solamente a la empresa sino a la Nación.
No es el pasivo laboral el causante de todos los males, es la
corrupción generalizada de charros, administración y gobierno, es
el saqueo diario de petróleo crudo, el cáncer del contratismo y la
intervención inconstitucional de más de 300 transnacionales que
ejecutan funciones operativas estratégicas así como de
planeación en Pemex.
Los problemas de Pemex no son meramente
administrativos, ni siquiera financieros, sino de POLITICA. La industria
petrolera nacionalizada recibe, día a día, cuantiosos recursos en
dólares mismos que NUNCA han servido para el desarrollo nacional ni para
ampliar sus planes de expansión. Esos recursos han sido solamente para
alimentar la corrupción a todos los niveles. En estos momentos, con la
elevación de los petroprecios las divisas obtenidas se han más que
duplicado pero la Nación no ha recibido siquiera
información.
Lo más grave es que, con esta política
petrolera proimperialista, el trío Los Bribones (charros, patrones
y gobierno) siguen dilapidando la riqueza nacional que constituye un patrimonio
colectivo social de la Nación. Las reservas probadas de petróleo
crudo siguen a la baja en un alarmante declive. Nuevos descubrimientos NO los
hay. Ese despilfarro es más cuantioso y grave que cualquier pasivo
laboral o salarial de los petroleros activos.
Es necesaria la voz y acción de los trabajadores
Lo que está en peligro no
son solo las 30 mil plazas ni las jubilaciones actuales, sino la industria
petrolera nacional misma. Frente a esos avanzados planes solamente hay un
antídoto: la lucha decidida y organizada de los petroleros en todo el
país. Sin la acción de los trabajadores petroleros no
solamente no es posible enfrentar la agresión laboral, sino que, no
será posible la existencia de la industria petrolera nacional
misma.
La responsabilidad que tienen los petroleros mexicanos está
fuera de duda. Por temor, apatía, conformismos e, incluso,
fenómenos de corrupción es que el charrismo se ha entronizado
destruyendo al propio sindicato. Ya es la hora de que los trabajadores tomemos
en nuestras manos a nuestra propia organización sindical. No es necesario
esperar a que una nueva traición se consume ni es necesario aumentar el
número de demandas jurídicas.
Hacia el fin de año,
corresponde realizar elecciones en todo el sindicato. Desde ahora mismo, es
conveniente estructurar las correspondientes Planillas Democráticas en
las 36 secciones sindicales y prepararse para disputarle el poder sindical a los
charros. Estos, seguramente, volverán maniobrar, harán uso de sus
grupos de choque, impedirán las asambleas e incurrirán en
flagrantes fraudes electorales. Sin embargo, en plan de lucha, es pertinente
desafiarlos y desarrollar la movilización desde ahora mismo. Reuniones,
volantes, entrevistas con la prensa, construcción de organización,
búsqueda de solidaridad, en una palabra, ACCION es lo que se requiere.
Tres banderas deben enmarcar la lucha: 1- NO privatización de Pemex, 2-
Democracia sindical, 3- Respeto a los derechos obreros.
La lucha de los
petroleros NO es ajena a otras luchas obreras ni a las demás luchas
sociales. En el curso de la movilización es preciso integrarse a los
contingentes del pueblo mexicano en lucha levantando juntos las mismas banderas
de lucha. ¡Unidos Venceremos!
Petroleros mexicanos en
el Zócalo de la Ciudad de México, 1938. Los trabajadores
petroleros formaron un importante sindicato nacional de industria, el STPRM.
Hoy, 71 años después, el sindicato ha sido desnaturalizado por el
charrismo. En aquella ocasión, los petroleros en lucha potenciaron la
expropiación de la industria petrolera y, más aún,
construyeron a la industria de vanguardia en su tiempo. Hoy, Petróleos
Mexicanos (PeMex) parece Petróleos de los United States (PeUSA), sometido
a una creciente privatización furtiva. Ya es la hora de rescatar a Pemex
de las corporaciones transnacionales; también es hora de rescatar
democráticamente al sindicato petrolero.