Proyecto imperialista para el sindicalismo “libre e independiente”
La “unificación” sindical
de la CIOSL-CMT
Campaña propagandística de “unificación” unilateral
A partir de las resoluciones de su 18 Congreso de 2004,
la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres
(CIOLS) ha volcado su labor a nivel internacional en un intento por
“globalizar la solidaridad” y, para ello, realiza una intensa campaña
propagandística. Con la idea de “reconstruir” al movimiento sindical
internacional la CIOSL pretende “abrir el camino” para “la unificación
de las fuerzas democráticas e independientes del sindicalismo mundial a
través de una nueva confederación sindical internacional”. Esas fuerzas
“democráticas” e “independientes” serán seleccionadas por la CIOSL, de
manera que, se trata de un proceso de “unificación” unilateral.
La CIOSL reconoce que
“para lograrlo se necesitaría introducir modificaciones
fundamentales en los métodos de trabajo de la CIOSL y de sus
organizaciones regionales así como de la CIOSL con sus asociados en la
agrupación Global Unions y otras organizaciones sindicales
internacionales”. El “cambio” para la CIOSL se reduce a
“métodos de trabajo” entendidos como procedimientos
administrativos porque sus métodos políticos serían los
mismos de siempre. Según la CIOSL, “la globalización hace
urgentemente necesario” a otro internacionalismo sindical. Ese concepto de
“internacionalismo” sería, desde luego, congruente con los
requerimientos impuestos por la globalización
(capitalista).
“La globalización es y seguirá siendo
una realidad”, consecuentemente, la CIOSL no se opone a la
globalización. De acuerdo al informe “Globalizar la
Solidaridad” de Guy Ryder (en www.icftu.org), secretario general de la
CIOSL, ésta debe conseguir que la globalización “se oriente
en una dirección que beneficie a los trabajadores y trabajadoras, y
responda a preocupaciones sociales y políticas más amplias”.
Se trata de una visión idealista e ilusoria, en todo caso, supeditada a
las “bondades” del capitalismo y la obtención de
“sobras” de acuerdo a las “preocupaciones” amplias y
filantrópicas del imperialismo.
Para la CIOSL una
definición simple de la misión histórica del sindicalismo
es “la lucha por imponer normas y control sobre las operaciones de los
mercados, de forma que produzcan resultados socialmente aceptables, protegiendo
los derechos, los intereses y la seguridad de los trabajadores y trabajadoras.
Esta lucha ha estado acompañada generalmente por la conquista de las
libertades democráticas básicas”. Esa
“definición” no solamente es pobre sino falsa, la CIOSL
reduce la “misión histórica” del sindicalismo a su
expresión ínfima asumiendo una subordinación
“histórica” al capital. Para la CIOSL, el capitalismo es
“socialmente aceptable”.
Esta organización sindical,
la CIOSL, considera que “El logro extraordinario del programa neo-liberal
en estos últimos años ha sido la rápida creación de
un mercado global cada vez más abarcador. El fallo igualmente
espectacular de la comunidad internacional ha sido no haberse esforzado
seriamente para someterlo a la más mínima regulación
social”. La CIOSL; evidentemente, NO se opone a ese “logro
extraordinario”, al contrario lo aplaude. Luego indica que “El
resultado es que los trabajadores/as se enfrentan actualmente a un mercado
global del Siglo XXI, que opera dentro de un marco institucional que
correspondería más bien al capitalismo pre-democrático del
siglo XIX”. ¿Capitalismo pre-democrático? Luego, entonces,
¿el actual capitalismo es “democrático”? Se trata de
barbaridades.
Dice la CIOSL que las injusticias generadas “no
empezaron con la globalización, ni tampoco se abolirán poniendo
fin a la globalización”. Es decir, las injusticias sociales de la
presente etapa histórica de la humanidad NO se deben al capitalismo ni
terminarán aboliendo a éste. Se trata de una seria posición
política ANTIOBRERA y AHISTORICA.
De acuerdo a esta
concepción, el destino de la humanidad es padecer las calamidades
generadas por el capitalismo en su fase imperialista. La transformación
social y la superación de la actual fase histórica estarían
descartadas a priori. Pero, agrega la CIOSL que “hace falta un
cambio, urge un cambio”. ¿A qué “cambio” se
refiere la CIOSL? Al ajuste, el acomodo, de la lucha obrera a las nuevas
condiciones impuestas por el capitalismo para “maquillarlas” nunca
para cambiarlas. La expresión concreta de esta política es enrolar
a los trabajadores del mundo en un proyecto de supuesta
“reorganización” acorde con la globalización
capitalista, se trata de reforzar la “dependencia de
clase”.
La falsa “unificación” que propone la CIOSL
La CIOSL ha
declarado que “Unidad es sinónimo de fuerza, y los beneficios que
tendría la unificación de fuerzas democráticas e
independientes del movimiento sindical mundial son evidentes”.
Este pensamiento es lineal porque la unidad, como
“sinónimo de fuerza”, no es un concepto mecanicista y los
“beneficios” tampoco. La unidad es solamente un medio para concretar
un programa que permita beneficios sociales. La “unidad por la
unidad” NO representa ninguna fuerza coherente. La “unidad como
sinónimo de fuerza” reduce esa “unidad” solamente al
número. Así, mientras mayor sea el número de participantes
de la “unidad” mayor sería “la fuerza” y,
consecuentemente, “los beneficios”. Ese razonamiento lineal es
falso.
Hoy en día, en muchas partes del mundo, el número de
trabajadores es impresionante y, tal número, sigue creciendo. Hay una
“fuerza” asociada indudable pero relativamente débil.
¿Qué significa esto? Que con el desarrollo del capitalismo, la clase
obrera (término que disgusta a la CIOSL porque ésta niega la
existencia de clases sociales) ha aumentado su “fuerza social”. La
clase obrera está presente en los sectores industriales más
avanzados. Pero, aún cuando el número sea elevado es,
también, muy limitado como consecuencia del enorme y creciente desempleo.
Sin embargo, lo más grave es que, a esa gran “fuerza social”,
se corresponde una “fuerza política” muy
débil.
Consecuentemente, los beneficios obtenidos son muy
desiguales aún en el caso en que el número sea muy elevado. Eso es
así porque, esa unidad como sinónimo de “fuerza” (en
general) es inexistente y los “beneficios” (lineales) son
supuestos.
La clase obrera es fuerte por su número pero, el
número es totalmente insuficiente. El número solo cuenta cuando
está unido por la organización. Esta expresión “unido
por la organización” no implica una unidad “en
general”. Por supuesto, no basta la organización (en general), se
requiere de una organización consecuente. Adicionalmente, la clase obrera
requiere ser guiada por el saber, es decir, por una dirección
política propia, de clase, en corresponderse con el programa, el cual
está basado en principios (de clase).
La aseveración de la
CIOSL, entonces, es parcial y fragmentada e, incluso, tergiversada, más
aún cuando se refiere a la “unificación” de
“fuerzas democráticas e independientes”. ¿Cuáles
son esas fuerzas? La CIOSL no lo precisa pero, de acuerdo a su tradicional
lenguaje, el mismo que utilizan los gobiernos y organismos financieros y de
inteligencia del imperialismo, son fuerzas “democráticas e
independientes” las proclives al imperialismo, los regímenes
(Estado y gobiernos) capitalistas. En ese lenguaje añejo, el socialismo y
sus expresiones “clasistas” son consideradas antidemocráticas
y no independientes.
Hoy el socialismo en el mundo es
prácticamente inexistente. El socialismo en Europa oriental
colapsó hace casi 20 años. Sin embargo, se sigue utilizando un
lenguaje manipulador. En China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba se siguen
procesos que postulan al socialismo con diversas vertientes. En la óptica
de la CIOSL tales procesos no son “democráticos” y los
excluye como forma política definitiva. De allí, resuelve la
CIOSL, que el sindicalismo en esos países no es
“democrático” ni “independiente”. Esa
caracterización, simplista y lineal, es parte de la tradicional
política anticomunista de la CIOSL:
La unidad “como
sinónimo de fuerza” que pregona la CIOSL es, de entrada, excluyente
y los hipotéticos “los beneficios” también
serían excluyentes. Esto no es todo. En muchos continentes y
países existen organizaciones sindicales “non gratas” para la
CIOSL porque esas organizaciones practican otro tipo de sindicalismo, a veces
denominado “clasista”, que la CIOSL no comparte ni tolera, en
consecuencia, excluye a esos sindicatos con el argumento de no ser
“democráticos” ni “independientes”.
La
manipulación del lenguaje ha llevado a la CIOSL a enormes
contradicciones. Desde sus orígenes, la CIOSL integró entre sus
“fuerzas” a organizaciones como la AFL-CIO de los Estados Unidos
misma que le ha otorgado enormes apoyos de todo tipo. Esta organización,
ha tenido un negro historial durante décadas, siempre ligada a las mafias
más criminales y a la Central de Inteligencia Americana (CIA). A esta
organización NO se le puede llamar ni “democrática” ni
menos “independiente”. En México, las centrales sindicales
más numerosa y antigua, la Confederación de Trabajadores de
México (CTM) siempre ha estado afiliada a la CIOSL. La CTM es una
organización antidemocrática, corporativizada política y
económicamente al Estado, dependiente TOTALMENTE de los gobiernos en
turno, pilar de las acciones antiobreras, además, de corrupta en alta
escala y criminal. ¿Eso significa, en el lenguaje de la CIOSL que la CTM es
“democrática e independiente”?. Hay más ejemplos, por
supuesto.
Tanto la AFL-CIO como la CTM han sido centrales
“numerosas” pero su “fuerza” no se ha correspondido con
los “beneficios” obtenidos, al contrario. Una consecuencia
ocurrió en 2005 cuando la AFL-CIO, escisionista de la FSM en los
años 1940s, sufrió ahora una importante escisión en sus
filas precisamente porque ha incumplido sus deberes más elementales. En
al caso de la CTM, el “beneficio” más relevante para los
trabajadores ha sido su contribución a la destrucción del
movimiento sindical mexicano.
Ahora la CIOSL ha expresado que
“Nuestro movimiento tienen un interés natural en conseguir agrupar
a todos los trabajadores y trabajadoras en una única organización
a escala mundial”. Esa es una muy bonita aspiración que han
compartido los trabajadores del mundo en todas las épocas. En la historia
reciente, esa fue la aspiración de la Federación Sindical Mundial
en 1945 y lo logró. Cuando se había alcanzado esta meta,
rápidamente se movieron las organizaciones
“democráticas” e “independientes” para dividirla
creando a la CIOSL. Hoy, la aspiración “unitaria” NO es
solamente de la CIOSL, ni es su propiedad privada, otros sectores dentro y fuera
de la FSM planteamos la misma aspiración pero con políticas
diferentes a las de la CIOSL.
Principios antiobreros de la CIOSL
La CIOSL, al margen de toda honestidad política, dice
que “No resulta sorprendente, por tanto, que la búsqueda de la
unificación sea tan antigua como la propia CIOSL. Si examinamos
más de medio siglo de historia de la CIOSL constataremos dos cosas. En
primer lugar, que la CIOSL ha sido siempre una firme defensora de la unidad y en
segundo lugar que ha insistido continuamente en que la unificación
únicamente podría tener lugar basándose en los principios
del sindicalismo libre e independiente, que inspiraron la creación de la
CIOSL en sus comienzos”.
Lo señalado por la CIOSL es
engañoso y falso pero, al mismo tiempo, es una confesión de parte
lo cual releva las pruebas. La búsqueda de unificación es
más antigua que la propia CIOSL. Antes de que ésta existiera, fue
creada la FSM previo proceso amplio y difícil pero, antes hubo otros
intentos, algunos muy importantes, de unificación. La CIOSL no es la
primera organización internacional de la historia y, mucho menos, puede
abrogarse la paternidad de la “unificación” (en
general).
Precisamente, al examinar medio siglo de historia de la CIOSL
se constatan hechos siniestros muy diferentes y opuestos a los expresados por la
CIOSL. Primero, ésta NUNCA ha sido firme defensora de la unidad, al
contrario, TODAS sus acciones han estado orientadas a socavar la unidad,
especialmente en la época del llamado socialismo real. Segundo, la CIOSL
manipula el lenguaje cuando se dice que ha sido partidaria de la
“unificación” (en general), lo cual NO es cierto, pero
precisa su política cuando afirma que ha insistido en que la
unificación “únicamente” (sic) podría tener
lugar basándose en los principios del sindicalismo “libre” e
“independiente” que inspiraron a la CIOSL desde su creación
en 1949.
La parte cierta de lo expresado por la CIOSL representa la
verdadera cara de esta organización y la tragedia para los trabajadores
en general.
Primero, la CIOSL “restringe” la unidad (como
sinónimo de fuerza) a la aceptación total y explícita de
los principios del sindicalismo “libre” e
“independiente”, es decir, la CIOSL es claramente excluyente porque
ésos principios NO los comparten muchos trabajadores en el mundo. Este
problema ni siquiera es de los países actualmente en procesos socialistas
sino mucho más amplio.
Segundo, la CIOSL al reiterar que la
“unificación” que plantea “únicamente”
podría tener lugar con esos principios que “inspiraron a la CIOSL
desde su creación” revela claramente que su pretensión es
imponer los mismos principios y política proimperialistas, contrarios a
la clase obrera, que la ha caracterizado “desde su
creación”.
Cuando se fundó la CIOSL, luego de haber
dividido a la FSM, los “principios” del sindicalismo
“libre” e “independiente” no fueron sino el
anticomunismo más ramplón y NUNCA ningún sindicalismo
“libre” y menos “independiente” sino al revés, un
sindicalismo asociado al capitalismo y plenamente dependiente de éste y
sus diversos organismos.
La “absorción”, no “unificación”, de la CMT por la CIOSL
Desde hace algunos años la CIOSL viene
hablando de la “unificación” con la Confederación
Mundial del Trabajo (CMT). Tal proceso, ahora desean extenderlo para incluir a
otras organizaciones actualmente no afiliadas ni a la CIOSL ni a la CMT y le
llamarían “nueva” Confederación
Internacional.
La CIOSL ha mantenido relaciones cercanas con la CMT desde
hace 50 años, primero con la Federación Sindical Internacional de
Sindicatos Cristianos y, luego, con la CMT, fundada en 1968. Reiteradamente, la
CIOSL había insistido en la “unificación” con la CMT
pero ésta prefería mantener solo relaciones de cooperación.
Después, la CIOSL siguió insistiendo con la CMT en la idea de la
“unificación del movimiento sindical independiente y
democrático mundial”.
En el 10º Congreso de la
Confederación Europea de Sindicatos (CES) realizado en Praga en 2003, la
CIOSL hizo ese llamado de “unificación”. Al evento asistieron
organizaciones afiliadas tanto a la CIOSL como a la CMT. La CIOSL tomo como
“ejemplo” a la CES y dijo que “los motivos que llevaron a los
sindicatos europeos a optar por la unidad resultan ahora todavía
más apremiantes a escala mundial, teniendo en cuenta las condiciones de
la economía global y los consiguientes retos para los sindicatos en todas
las regiones”.
La CIOSL se apoya en la CES porque corresponde a su
modelo y por la afinidad ideológica y política, la CES está
DOMINADA por la CIOSL. Esta, en ningún momento critica la dependencia de
clase y, mucho menos, el colaboracionismo de la CES ni tampoco los fracasos
más que “beneficios” obtenidos.
Una
organización regional, en este caso, a nivel de Europa es algo muy
importante pero la CES no es el modelo para los trabajadores del mundo,
precisamente, por su política. La CES, durante 30 años, ha
mantenido una subordinación política explícita a lo
dispuesto por los gobiernos de Europa occidental los que no la benefician sino
perjudican. Actualmente, la política neoliberal de los Estados europeos
significa pasarle el costo a los trabajadores. En esta situación, la CES
ha sido incapaz de revertir los procesos de privatización, a los que no
rechaza, pero ni siquiera ha sido capaz de defender las conquistas adquiridas.
En materia de seguridad social lo que hay en Europa son retrocesos. Otro tanto
podría decirse en materia de trabajo. Tratándose de la
desafiliación sindical, ésta es creciente.
Tanto la CMT
como la CIOSL continuaron el “acercamiento” con miras al 18º
Congreso de la CIOSL (2004) para pasar de la unidad de acción a la
unificación. Se argumentaron diferencias de opinión entre las
organizaciones afiliadas a la CMT y sus estructuras regionales y sectoriales. La
burocracia de la CMT no veía con agrado que el proceso se viera como
“la incorporación” de la CMT en la CIOSL. Pero, hablar de la
creación de una organización sindical internacional totalmente
nueva, sí le gustó.
Se trata de cuestiones formales porque,
ideológica y políticamente, tanto CMT como la CIOSL coinciden
plenamente. No había, ni hay, razón de fondo para que ambas
organizaciones sigan separadas, los “objetivos” que tienen son los
mismos. Las diferencias tampoco son de opinión sino de realismo.
A la caída del socialismo europeo, la CIOSL se vio ampliamente
beneficiada con la afiliación de las centrales y organizaciones
sindicales de los países de Europa oriental. Con el arribo de gobiernos
conservadores y la transición al capitalismo, el imperialismo y sus
organismos procedieron a una reorganización total de la economía y
las relaciones de producción. En correspondencia impusieron la necesidad
de un nuevo sindicalismo que pasó a convertirse, por decreto y
negociaciones políticas, súbitamente, en “libre” e
“independiente”.
La CMT, en cambio, no recibió ese
beneficio al contrario quedó “numéricamente”
más debilitada. La FSM fue la perdedora con la desafiliación
(real) de muchas organizaciones sindicales. Ese hecho ha sido magnificado por la
CIOSL y sus voceros al considerar que la FSM había
“desaparecido”. No fue así, la FSM fue mermada pero no
extinguida porque la FSM NUNCA estuvo reducida a Europa oriental sino que
incluía, e incluye, a organizaciones en todos los continentes. La CIOSL,
al “incorporar” no “unificar” a los sindicatos de Europa
oriental se vio beneficiada también desde el punto de vista financiero,
lo que no ocurrió con la CMT.
La CMT ha sido siempre una
organización en crisis por razones ideológicas, políticas y
organizativas. Ahora, tal crisis fue profundizada. Las conversaciones CIOSL-CMT
no han sido ideológicas ni políticas, han sido
“opiniones” basadas en la conveniencia mutua. Desde luego, la CMT no
desea ser “absorbida” pero el proceso es justamente ese, se trata de
una “absorción” de la CMT por la CIOSL. Para darle forma
“elegante”, a ese proceso, le llaman
“unificación” pero no hay tal.
Para darle
“forma” a las conversaciones CIOSL-CMT los secretariados de ambas
organizaciones formularon una declaración llamada “Principios
Básicos para una Nueva Organización Sindical Internacional”.
El objetivo declarado fue “agrupar a todas las centrales sindicales
democráticas e independientes en el mundo”. Obviamente, el concepto
implica la exclusión de aquellas organizaciones que, a juicio de la
CIOSL; no son “democráticas” ni “independientes”.
La “unificación” se reserva el derecho de admisión
La “unificación” que se plantea
pretende “reforzar la efectiva representación” de los
trabajadores en la economía global. Este proceso tiene, evidentemente,
todas las características de un proceso burocrático cuyas
decisiones se toman en las cúpulas nunca en las bases. Ellos mismos lo
dicen cuando afirman que “El proceso actualmente en curso, deberá
en caso de tener éxito, resultar en la libre adhesión de centrales
independientes y democráticas, afiliadas a la CIOSL y CMT, y posiblemente
de otras, a una organización unificada”.
Este
“proceso” es suficientemente claro, NO se trata de NINGUNA
“unificación” seria, en todo caso, sería la
“unificación CIOSL-CMT”. El resultado podrá expresarse
en una organización con un nuevo nombre pero nada más. Las
organizaciones sectoriales y regionales de ambas CIOSL y CMT serían
reorganizadas, con un nuevo nombre, y ya, la ideología, política y
principios sería los mismos. Si en el camino, la CIOSL logra
“convencer” a otra organización (afiliada a la FSM o sin
afiliación internacional), podría ser incluida individualmente.
Considerando a la FSM como “desaparecida”, esta organización
ni siquiera ha sido invitada pero sus organizaciones afiliadas, si se desafilian
de la FSM, podrían ser admitidas previo “certificado”
otorgado por el imperialismo.
La CIOSL lo ha escrito clara y
explícitamente. “Ninguna organización deberá estar
obligada a afiliarse, y ninguna organización que no cumpla con los
criterios de sindicalismo democrático e independiente podría ser
admitida”. Obviamente, jamás se dirá públicamente que
alguna organización ha sido obligada a afiliarse. Sin embargo, la
expresión no se sostiene, los sindicatos de Europa oriental fueron
obligados a afiliarse a la CIOSL, a los trabajadores no les preguntaron y a las
burocracias tampoco, simplemente les ordenaron. En el actual
“proceso” tampoco van a obligar a nadie, simplemente les
impondrán condiciones políticas, como ya lo han hecho previamente.
Si alguien está pensando “afiliarse” al proyecto de
la CIOSL y pasar a integrar una “ala de izquierda” se hace ilusiones
y miente. La condición, para las afiliadas a la FSM será la
“desafiliación” y la renuncia a cualquier principio de clase.
Públicamente se dirá lo contrario pero, en política, lo que
determinan son los hechos. Para las organizaciones sin afiliación
internacional la condición será aceptar la “absorción
forzada” pues, “ninguna organización que no cumpla con los
criterios de sindicalismo democrático e independiente podría ser
admitida”. ¿Quién decidirá cuál
organización cumple con esos “criterios”? ¡La CIOSL, o
como se llame la “nueva”, previo “certificado” otorgado
por el imperialismo y sus organismos!
¿Ese es el camino, el proyecto
histórico, la necesidad, el interés general, de la clase obrera
del mundo? ¡No! ¿Esa “unificación” unilateral,
diseñada y pagada por el imperialismo, es la alternativa para los
trabajadores, en cualquier parte del mundo? ¡No!
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
¡Proletarios de Todos los Países, Uníos!
Reunión del Consejo General de la FSM, durante el 15 Congreso Sindical Mundial
realizado del 1 al 4 de diciembre de 2005 en La Habana Cuba. En ese Congreso
se eligió a una Nueva representación internacional de la FSM, encabezada por
M. Azzouz (Siria), G. Mavrikos (Grecia) y V. Pacho (Perú).