30 años de la huelga eléctrica de la Tendencia Democrática
16 de Julio de 1976
En el curso de la noche de ayer y la
madrugada de hoy, cientos de miles de gente ajena a los electricistas y miles de
soldados del ejército federal ingresaron a todos los centros de trabajo
de la industria eléctrica nacionalizada en todo el país. Con esta
acción el Estado ha impedido el ejercicio del derecho de huelga
consagrado por la ley. Este es un atropello más a las conquistas de
quienes hemos marchado a lo largo y ancho del país defendiendo los mas
caros anhelos de los mexicanos. Ante esta situación de agresión
desproporcionada, los electricistas de la Tendencia Democrática no
arriaremos las banderas, continuaremos en lucha.
La huelga para mejor ocasión
Así se publicó en los diarios
vespertinos de la capital mexicana aquel 16 de julio de 1976. En todos los
medios se dio la noticia al siguiente día.
Desde la noche anterior, se
había producido una enorme tensión en todos los centros de trabajo
electricistas. En varias partes, los esquiroles y soldados ingresaron en la
oscuridad. En las centrales generadoras, los electricistas se resistieron a
salir y se concentraron en los talleres sin interrumpir el trabajo. Conforme
transcurría la noche se conocía que, en todo el país, se
ejecutaba el mismo operativo. Muchos trabajadores se dispusieron a resistir
negándose a entregar las instalaciones. Se había tomado el acuerdo
de evitar el enfrentamiento más aún con la fuerza armada. Mientras
los soldados del ejército federal, fuertemente armados, se
disponían a tomar posesión de las instalaciones, la
dirección del movimiento propuso eludir la confrontación directa
en desiguales condiciones.
Firmeza y prudencia obrera
En algunas partes la situación fue
conflictiva. En Celaya, los compañeros se negaban a salir. Los soldados
se trasladaron a tomar una subestación en Jaral del Progreso; en el
camino, campesinos armados salieron a su paso. Pueblo Nuevo se había
inundado, los electricistas se atrincheraron en el interior de los centros de
trabajo negándose a abandonarlos; el pueblo acudía solidario e
incluso ofreció armas. La recomendación era no favorecer una
situación que agravara el conflicto, la respuesta debía de ser
política.
En las primeras horas del día se iniciaron los
problemas. En varias centrales se produjeron fallas, líneas aéreas
de transmisión eléctrica cayeron, hubo apagones, también
accidentes. Los invasores reclutados por los charros sindicales, eran
desempleados, campesinos, merengueros, vendedores ambulantes. Obviamente,
desconocían la operación y funcionamiento de la industria
eléctrica. En los centros de trabajo, se amontonaban temerosos apoyados
por el ejército.
Movilización y solidaridad del pueblo
Ante la desproporcionada represión
política-militar del Estado intensificamos la movilización. Todos
fuera del trabajo nos convertimos en brigadistas de tiempo completo y acudimos a
la solidaridad del pueblo enarbolando nuestras banderas: 1- Integración
de la Industria Eléctrica Nacionalizada, 2- Unidad Sindical
Democrática, 3- Contratación Colectiva de Trabajo Unica. Estas
banderas siguen vigentes y no caerán jamás de nuestras manos.
¡Este puño sí se ve! ¡Viva la Tendencia Democrática!