Elvira Cruz Martínez, compañera
trabajadora del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), fue despedida el 9
de diciembre de 2005, en burda represión por oponerse a la tercera
reelección consecutiva de Felipe E. Navarrete Plascencia, al frente del
Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano del Petróleo (STIMP), y
cuya planilla resultó “ganadora”, en un proceso electoral
plagado de irregularidades.
Como procede en estos casos, la
compañera Elvira inició de inmediato el largo proceso
jurídico en contra del IMP, ante la Junta Federal de Conciliación
y Arbitraje, por su reinstalación inmediata y el pago de salarios
caídos. Sin embargo, como es común, la autoridad tardará
años en analizar el conflicto sin resolverlo, razón por la cual
Elvira inició en marzo pasado la lucha política,
instalándose en “plantón” frente a las instalaciones
de instituto, ubicadas en la colonia San Bartolo Atepehuacan, Delegación
Gustavo A. Madero, de la Ciudad de México.
En estos más de
60 días, Elvira ha recibido la solidaridad de diversas personalidades y
organizaciones sindicales y políticas, así como de sus
compañeros trabajadores del Instituto. No obstante, también ha
sido agredida e injuriada por funcionarios del Instituto para obligarla a
retirarse “a esperar el fallo de la autoridad”. El charro Navarrete
simplemente la ha ignorado, indicando que Elvira “ya no pertenece al
sindicato, por lo que no la puede defender”.
La compañera
Elvira ha hecho además todas las denuncias correspondientes por la
violación de sus garantías individuales básicas. Sin
embargo el proceso evidencia la colusión entre los funcionarios del
instituto y el “líder sindical”, para reprimirla
políticamente, como escarmiento a los opositores.
En el caso de
Elvira, adscrita a la sección ubicada en Poza Rica, Veracruz, el montaje
fue ridículamente perverso: negarle “a posteriori”
días de vacaciones o económicos (oportunamente solicitados,
conforme a reglamento), en represalia por haber participado como
oposición en la elección interna. Hasta el expediente de Elvira
estuvo sospechosamente “extraviado” por semanas, en la propia
oficina de la autoridad.
Pero la represión no es solamente en
contra de Elvira. Pasada la elección, dos planillas decidieron acusar
ante la autoridad laboral a Navarrete por fraude electoral cometido. A la fecha,
dicha autoridad interfiere en la vida sindical, manteniendo congelado el
proceso, sin otorgar la “toma de nota” al nuevo comité
ejecutivo encabezado por Navarrete, quien se niega a reponer el proceso
internamente, en los términos estatutarios, poniendo en peligro el
próximo proceso de revisión contractual del STIMP.
Por todo
ello, la lucha de Elvira merece la solidaridad de todas las organizaciones
obreras conscientes del valor de la lucha de los trabajadores por la
democratización de la vida sindical; lucha que en el caso de Elvira es
más complicada por su condición de género.
Diversas
organizaciones nos hemos solidarizado en forma permanente con Elvira, y en
general con los compañeros del IMP, en lucha de por la
democratización de su organización sindical. Para manifestarlo, el
anterior 25 de abril, a las 14:00 hrs., realizamos un mitin en la entrada
principal del IMP (en la entrada próxima a la parada IMP del metro), para
exigir su reinstalación.
Por problemas de salud, Elvira
levantó el plantón, advirtiendo que a la brevedad
regresará.
Informes y solidaridad: comitedeapoyoaelvira@yahoo.com.mx