2o. Foro Energético Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores de la Energía.
2 al 4 de mayo de 2006, Ciudad de México
Foro energético en México
Declaración final del II Foro Latinoamericano y Caribeño
de Trabajadoras y Trabajadores de la Energía
Con importante
participación de trabajadoras y trabajadores del sector de la
energía, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela y
México; estando presentes como invitados especiales Estados Unidos y
Francia; los 17 países avanzamos en el análisis estratégico
de nuestras industrias y su necesaria declaración como derecho
fundamental de la humanidad, para el desarrollo de nuestras
naciones.
En nuestro continente, un
pueblo valeroso, el pueblo cubano, al que el imperio estadunidense no ha logrado
someter y no lo hará, se yergue como un ejemplo de dignidad,
valentía y entereza, que se está practicando ya en todos los
países del continente. Estamos ahora confrontando los intereses
imperiales para recuperar lo que es nuestro. Igualmente, toda América
será ahora más
nuestra.
Estados Unidos tampoco
renuncia a dominar y explotar a Latinoamérica y el Caribe, esos
territorios que siempre ha considerado de su exclusivo interés. El
instrumento en el que ha depositado sus esperanzas de renovado dominio es el
ALCA, proyecto que se le desactualiza cada día y no se aprueba debido a
la resistencia y el rechazo de los pueblos latinoamericanos y
caribeños.
Cambiando la
táctica, Estados Unidos presiona y amenaza para obtener tratados de
supuesto libre comercio con países o con regiones enteras. Esos tratados,
bilaterales o regionales, son tan nocivos como el ALCA, porque sirven para
abrirle camino y están llenos de acuerdos secretos que tienen la sola
finalidad de proteger los intereses
estadunidenses.
Como todo imperio,
Estados Unidos no puede renunciar a la fuerza militar, y por el contrario, trata
de incrementarla. Nuestros países están siendo pertrechados y
fortalecidos militarmente, como extensiones de las fuerzas armadas
estadunidenses, no porque exista un peligro de guerra o porque tengamos que
luchar contra fantasmas terroristas, que no son sino una estrategia más
de Estados Unidos.
El proyecto
estadunidense, clandestino y siniestro, consiste en instaurar en nuestros
países regímenes militares y policíacos los que, al impedir
toda forma de acción política y resistencia de los pueblos, eviten
su propia intervención.
Pero
los pueblos latinoamericanos y caribeños son beneficiarios de una gran
vitalidad y capacidad de resistencia. Poco a poco los gobiernos
colaboracionistas están siendo rechazados, y en su lugar los pueblos
imponen gobiernos nacionalistas, preocupados por satisfacer los intereses de sus
pueblos.
Ya se hace notar un grupo de
países que está cambiando las relaciones de sometimiento a
intereses extraños. Nos llenan de entusiasmo los procesos
políticos y sociales de Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay,
Chile, Bolivia y otros países que están en vías de cambiar
sus gobiernos y seguramente sus destinos. Entre ellos, tal vez
México.
Igualmente nos llena de
entusiasmo que nuestros países busquen la unidad como forma probada de
defender sus intereses nacionales. La realidad nos impone la necesidad de la
unidad. Los países latinoamericanos y caribeños necesitan seguir
un camino inequívoco hacia ella. Los grandes próceres de nuestra
independencia fueron visionarios al señalar a la unidad como la mejor
garantía de la emancipación definitiva de nuestros
pueblos.
Los países
neocolonialistas y sus empresas transnacionales tienen un interés
permanente en nuestros recursos naturales. Gobiernos colaboracionistas les han
abierto las puertas de nuestros países, y sus transnacionales se han
posesionado de una diversidad de recursos, entre los que destacan las fuentes
energéticas por ser las más redituables. La lucha por la
soberanía sobre los recursos energéticos se potencia si los
pueblos articulan la defensa.
Las
empresas transnacionales de la energía causan diversos y severos
perjuicios a los países huéspedes: impiden que los pueblos ejerzan
su soberanía sobre esos recursos, causan graves daños al medio
ambiente, exportan los beneficios, y como buscadoras de ganancias, a las que no
les interesa el futuro de los países que las aceptan, explotan
aceleradamente los recursos provocando su agotamiento
prematuro.
Uno de los temas más
importantes de este Foro es cómo detener las privatizaciones y la
recuperación o renacionalización del petróleo, la
electricidad, el gas y las fuentes renovables de energía. Sostenemos que
la lucha de las trabajadoras y trabajadores de la energía, cuyo
número es necesariamente reducido, no basta; creemos que deben ser
convocados los pueblos por ser los verdaderos y únicos dueños de
esos recursos. Su irrupción en esta lucha puede ofrecer resultados
definitivos.
Aunque la
integración energética ya ha sido puesta en marcha por algunos
gobiernos democráticos e independientes, la mayoría de los
países, para sumarse a este visionario proyecto, necesita ejercer su
plena soberanía sobre la totalidad de sus propios recursos
energéticos, arrancándolos de las manos de las empresas y
corporaciones transnacionales que los
usurpan.
Está probado
mundialmente que las empresas energéticas privatizadas fracasan y
producen incontables problemas. Se entiende, no se puede conciliar un servicio
público con la obsesión por reducir costos y con la avidez por las
ganancias. Las empresas de la energía tienen que ser empresas
públicas, garantes de los intereses nacionales, sin afán de lucro,
proveedoras de un servicio sin exclusiones. No hay otra opción que
convenga a los pueblos.
Los gobiernos
que han adoptado el modelo neoliberal, deben ser calificados de
colaboracionistas, entreguistas y traidores. La única forma como el
neoliberalismo puede implantarse, como las transnacionales pueden posesionarse
de los bienes de las naciones, es mediante sobornos y la corrupción de
los administradores públicos. Detrás de cada empresa
pública privatizada hay sobornos. Es tarea nuestra hacérselo saber
a nuestros pueblos.
La guía
para el inicio de una nueva y superior etapa de nuestra lucha en defensa de
nuestros recursos energéticos, son los siguientes
acuerdos:
Repudiamos la
privatización de las empresas energéticas de nuestros
países. Sostenemos que las empresas privadas son ajenas y contrarias a la
prestación del servicio público de energía. La
búsqueda de ganancias las impulsa a ofrecer un servicio caro, ineficaz y
excluyente; a no invertir en el necesario mantenimiento de instalaciones y
equipos; a no invertir en la capacitación y adiestramiento de sus
trabajadores ni en medidas de seguridad e higiene; a disminuir los derechos
laborales y a intervenir en la autonomía de las organizaciones
sindicales. Este es un fenómeno que se repite mundialmente, confirmando
que el abasto de energía, en cualquiera de sus formas, debe ser ajeno a
los intereses privados.
Sostenemos que
las industrias energéticas deben ser de carácter público
porque garantizan a los países la soberanía sobre los recursos
energéticos, porque ofrecen un servicio social que no está
condicionado por el lucro, porque otorgan seguridad social a los trabajadores y
sus familias, porque los rendimientos de la explotación se integran a la
economía nacional, porque pueden ofrecer servicios extensivos e
incluyentes.
Declaramos
nuestra decisión de luchar porque los gobiernos no permitan que las
industrias energéticas caigan en manos privadas. Lucharemos contra la
entrega de concesiones, permisos o ventas para que las transnacionales de la
energía operen en nuestros países. Estaremos en contra y
denunciaremos todo caso nuevo de privatización.
Detengamos la
privatización de la industria energética como el primer paso.
Nuestra meta es que las naciones, que son las propietarias de los recursos
energéticos, entren en posesión de éstos, nacionalizando,
recuperando y renacionalizando lo que haya sido entregado a las corporaciones
transnacionales. Las fuentes de energía y sus industrias deben de servir
de fundamento al desarrollo multilateral de las naciones.
Desaprobamos el
cúmulo de facilidades que algunos gobiernos otorgan a las empresas
transnacionales de la energía. Además del alto porcentaje del que
se apropian del valor de los energéticos que explotan, las
transnacionales reciben apoyos de los gobiernos para terrenos, caminos e
instalaciones con cargo a los erarios públicos. Además el pago de
impuestos es mínimo, cuando no es nulo. Es evidente que se les regala,
prácticamente, el dinero y los recursos que pertenecen a los
pueblos.
Saludamos a
Bolivia, país hermano, por la NACIONALIZACIÓN DE LOS
HIDROCARBUROS DECRETADA POR EL GOBIERNO DE BOLIVIA el pasado día
1º de mayo. De esta manera se concreta una de las más preciadas
aspiraciones, no solamente del pueblo y los trabajadores de la energía
bolivianos, sino también nuestras.
Manifestamos
nuestro repudio a la doctrina neoliberal, al ALCA y a todos los tratados de
libre comercio impuestos por el imperio estadunidense. A todos ellos los
entendemos como instrumentos de dominación y explotación
diseñados perversamente por Estados Unidos, para utilizarlos en contra de
nuestros países, teniéndose a sí mismo como el único
y exclusivo beneficiario. Sin embargo, el neoliberalismo no resiste la
acción de los pueblos, su deterioro es evidente y su final vendrá
cuando nuestras luchas lo alcancen.
Apoyamos los
procesos de integración de los países latinoamericanos y
caribeños expresados en avances como Petroamérica y el
ALBA.
Rechazamos los
intentos de Estados Unidos de convertir a nuestros países en estados
militarizados y policíacos, como estrategia para reprimir inconformidades
y acciones políticas populares contrarias a sus intereses imperiales. Con
el pretexto de la lucha contra el terrorismo, que nada tiene qué ver con
nosotros, está vendiendo armas a los países americanos,
organizando maniobras conjuntas y dando cursos de adiestramiento especializado a
ejércitos que no hacen la guerra, y solamente se ocupan del resguardo de
sus países. Nadie duda de que lo que busca Estados Unidos es que los
ejércitos se preparen para reprimir a sus pueblos.
Reafirmamos como
logros de este foro la conformación y realización del primer y
segundo foros nucleares que han avanzado en la integración mediante el
intercambio de recursos humanos y tecnología entre Argentina y
México aportando desde un sector estratégico como es el nuclear a
la unidad latinoamericana y caribeña.
Rechazamos las
propuestas de algunos gobiernos para colocar el tema de los Servicios
Energéticos bajo el control de la Organización Mundial del
Comercio.
Avancemos en un
proyecto energético para toda la región latinoamericana y
caribeña en apoyo al esfuerzo de integración de nuestros
pueblos.
Reafirmamos los
dos objetivos políticos establecidos en el I Foro de Caracas: avanzar
hacia una organización superior de los trabajadores de la energía
de América Latina y el Caribe y la construcción de un amplio
frente social para enfrentar a la política neoliberal.
Acordamos,
constituir una Coordinadora de Sindicatos de la Energía de América
Latina y el Caribe, sobre la base de coordinaciones regionales de
Norteamérica, Centroamérica, Caribe y Sudamérica que
trabajen hacia la creación de las condiciones políticas necesarias
que permitan crear una Confederación en el III FORO con una base firme y
amplia.
Se asigna el papel de evaluar el avance de este
trabajo al Comité Internacional de Organización acordado en
Venezuela.
Reafirmamos a Venezuela
como sede permanente del Foro y convocamos al III Foro Latinoamericano y
Caribeño de Trabajadoras y Trabajadores de la Energía, en nuestro
hermano país de Bolivia, para mayo de
2007.
Concebido el Foro como Frente
Social Energético, reconocemos la constitución de la
Asociación Civil sin fines de lucro llamada, INSTITUTO DE
INVESTIGACIÓN Y ESTUDIOS ENERGÉTICOS DE LOS TRABAJADORES Y
TRABAJADORAS DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE (IEETALC), el 19 de octubre
de 2005; comprometiéndonos a consolidar su mejoramiento y funcionamiento
en beneficio de la investigación, científica y tecnológica
para el servicio de nuestras industrias
energéticas.
Este Foro marca el
inicio de una etapa nueva y superior en la defensa de nuestros
energéticos. Es necesario unificar nuestras fuerzas y nuestras luchas.
Los trabajadores de la energía necesitamos la participación de los
pueblos, cada país necesita la participación de los otros
países. No basta luchar por la energía, es necesario luchar por
todos nuestros recursos, unificar las fuerzas y los movimientos, crear una sola
lucha. Nadie vencerá desde el aislamiento. Es la hora de la
unidad.
¡OTRA AMÉRICA,
ES POSIBLE!
México, D. F., mayo de
2006.
Organizaciones participantes:
ARGENTINA:
Federación de Trabajadores de la
Energía de la República de Argentina, Atucha II, Empresa Nuequina
de Agua Pesada, Asociación de Trabajadores del Estado Nacional, Dioxitek;
BOLIVIA:
Sindicato de Trabajadores Petroleros de La Paz, Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos;
CHILE:
Sindicato de Trabajadores No. 1 Chilquita Energía S. A.,
Federación Nacional de Trabajadores Eléctricos de Chile;
COLOMBIA:
Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo;
COSTA
RICA: Asociación de Empleados del
Instituto Costarricense de la Electricidad, Federación Nacional de
Trabajadores de Servicios Públicos de Costa Rica;
CUBA:
Sindicato Nacional de Trabajadores de las Industrias de la Química, la
Minería y la
Energética;
ECUADOR: Federación Unitaria de
Trabajadores de la Industria Eléctrica del Ecuador, Asociación de
Mujeres Trabajadoras de Petroecuador, Comité de Empresa de los
Trabajadores de Petroecuador, Sindicato de Trabajadores de Emelgur-Taule,
Sindicato de Trabajadores de la Empresa Eléctrica Cotopaxi, Comité
de Empresa de los Trabajadores de Petrocomercial, Enlace
Ecuador; EL
SALVADOR: Sindicato de Trabajadores del
Sector Eléctrico, Federación Sindical de Trabajadores de los
Servicios Públicos;
GUATEMALA:
Sindicato de Trabajadores del Ministerio
de Economía, Sindicato General de Empleados del Ministerio de
Economía;
PARAGUAY:
Sindicato de Trabajadores de la Empresa Itaipú Binacional Sector
Eléctrico, Federación de Trabajadores del Sector Energía
del Paraguay, Sindicato de Trabajadores Petroleros Paraguayos S. A.,
PERÚ:
Petrotech-Peruana, S. A., Sector Petrolero, Petrotech-Peruana, S. A., Sector
Gas; PUERTO RICO:
Unión de Trabajadores de la Industria
Eléctrica y Riego;
URUGUAY:
Sindicato del Gas, Fancap, Aute, Coordinadora de Sindicatos de la
Energía;
VENEZUELA:
Sindicato de Trabajadores Petroleros Revolucionarios, Congreso Bolivariano de
los Pueblos, Federación de Trabajadores de la Electricidad,
Petróleos de Venezuela, S. A., Instituto de Investigación y
Estudios Energéticos de Trabajadores y Trabajadoras de
Latinoamérica y El Caribe, Opción Clasista de los Trabajadores
Petroleros, Sindicato de Trabajadores del Ministerio de la Energía y
Petróleo:
MÉXICO:
Sindicato Único de Trabajadores de
la Industria Nuclear, Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la
Industria Petrolera, Coordinadora Nacional de Electricistas del Suterm, Frente
de Trabajadores de la Energía, Alianza Nacional Democrática de
Trabajadores Petroleros, Sindicato Mexicano de Electricistas. |
Electricistas mexicanos contra la privatización energética
¡No a las reformas anticonstitucionales!
¡Restablecimiento de la legalidad constitucional rota por el foxismo
y demás gobiernos en turno!
¡Cancelación de los permisos privados, en materia de gas y electricidad!
¡Desaparición de la Comisión Reguladora de Energía!
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