El 1o. de mayo en EU, 120 años después
Huelga y movilización de inmigrantes en EU
“Un día sin inmigrantes”, exitoso Gran Paro Americano de 2006.
Diez millones de trabajadores inmigrantes se movilizan en 200 ciudades de EU.
La comunidad latina exige derechos sociales y muestra su fuerza.
Los trabajadores mexicanos somos solidarios con los inmigrantes.
La fuerza natural existe, es visible y alza la voz
Por décadas habían
estado en silencio soportando todos los agravios. Para no otorgarles
ningún derecho, sus explotadores los prefieren invisibles y silentes.
Pero he allí que este 1o. de mayo de 2006, día laborable en EU,
“desaparecieron”. No había quien recogiera las verduras o los
frutos ni quien los vendiera, no había quien retirara la basura ni quien
atendiera las mesas o hiciera la comida, no había quien trasportara la
carga ni limpiara las habitaciones o cuidara a los niños. Ese día,
la economía norteamericana no funcionó igual.
Como de
película, la mayoría de esos “desaparecidos” son de
procedencia latina, mayoritariamente mexicanos. Habiendo preguntado a los
filósofos del posmodernismo, los mismos que al colapso de Europa
oriental, proclamaron que “la historia terminó”, resulta que
NO saben explicar lo que pasó porque, simplemente, ¡no
pueden!
Los “desaparecidos” no desaparecieron, siguen
existiendo, allí están. Pero, ahora, se hicieron
“visibles” porque se fueron a la Huelga General. Volvió a
aparecer, con toda intensidad, la presencia de la fuerza natural (el trabajo) y,
eso, le ha demostrado a la fuerza social (el capital) que no hay economía
en el mundo que pueda funcionar sin trabajadores.
Cuando los huelguistas
levantan su voz, dejando atrás el silencio de la opresión,
están revelando al mundo que existen, que tienen derechos y, que estos
les han sido negados. El reclamo de los trabajadores inmigrantes es parte,
entonces, de la lucha de clases que el posmodernismo había dado
por “desaparecida” pero que, con la huelga, “apareció” en las propias entrañas del
monstruo.
Millones en las calles
Las mayores protestas de inmigrantes en la historia
reciente se han producido en los Estados Unidos. El 25 de marzo se iniciaron
acciones de masas en Los Angeles extendiéndose en, al menos, 15 ciudades
norteamericanas más. Cientos de miles marcharon en Carolina del Norte,
Colorado, Kansas City, Chicago, Atlanta, Milwaukee, San Francisco, Nueva Jersey,
Phoenix. Estas acciones fueron precedidas por la marcha de 100 mil migrantes
realizada en Chicago el anterior 10 de marzo.
Comerciantes, estudiantes,
iglesias católicas, ligas de fútbol, clubes, la radio latina,
organizaciones comunitarias, estudiantes, sindicalistas, artistas, asociaciones
civiles, organizaciones sociales, partidos obreros y personalidades
democráticas, entre otros muchos, volvieron a manifestarse el 10 de
abril.
Después, las múltiples organizaciones participantes
hicieron un llamado para que, el 1º de mayo se realizara una nueva
manifestación. Se propuso realizar un Gran Paro Americano. En el curso de
la discusión hubo quienes trataron de evitar el Paro apoyando solo las
marchas programadas para ese día. Al final, el éxito rebaso las
expectativas. Diez millones se movilizaron en 200 ciudades estadounidenses. El
hecho se convirtió en un acontecimiento político. Siendo
día laborable en los EU, las acciones del 1º de mayo de 2006
representan ni más ni menos que el rescate de esa histórica fecha
por parte de los trabajadores inmigrantes en lucha.
El paro se
sintió de costa a costa y más allá de las fronteras pues en
México y Canadá hubo acciones de apoyo. Las acciones no se
limitaron a cerrar las tiendas de comestibles en barrios fantasma, a suspender
los servicios de limpieza, a dejar de vender verduras y flores; el paro
significó que muchas empresas tuvieron que cerrar, La cadena
MacDonald’s operó al mínimo, Las Vegas tuvieron que
suspender sus funciones, los puertos de Los Angeles fueron semiparalizados al no
haber quien realizara la carga y descarga, y el aeropuerto también
quedó prácticamente paralizado, lo mismo que muchas obras de
construcción y campos agrícolas. La mayoría de inmigrantes
laboran en el sector de los servicios (312%) y de la construcción (19%).
Varias empresas y comercios suspendieron labores solidariamente.
En breve
descripción, los inmigrantes demostraron que son necesarios para la
economía norteamericana. Pero, los inmigrantes no tienen derechos,
sobretodo, si están indocumentados. Trabajan más, su trabajo es
precario, y ganan menos; son los “nuevos esclavos de
América”, han dicho algunos.
Esta vez, la mayoría de
los 12 millones de inmigrantes indocumentados, mayoritariamente mexicanos,
abrió en las calles, con las movilizaciones y la huelga, un nuevo
capítulo en la historia obrera de Norteamérica.
Ley racista y fascistoide
El detonante de las protestas fue la
aprobación, en diciembre de 2005, de la ley anti-inmigrante H.R. 4437
conocida como Sensenbrener, congresista republicano por Wisconsin e impulsor de
esa criminal resolución. Jim Sensenbrener es, también, el
empresario dueño de Kimberly Clark.
Esta ley pretende: 1- Ampliar
el actual muro fronterizo México-EU de 180 a más de 1,000
kilómetros, incorporando una malla de doble vía, sensores,
cámaras y tecnología militar; 2- Criminalizar la
inmigración regular al considerarla un delito, 3- Sancionar a quienes
otorguen protección a los indocumentados, incluyendo a familiares,
empresarios y otros sectores.
Después de las protestas, el Senado
norteamericano propuso un plan para dividir a los inmigrantes sin solucionar el
conflicto. Esa pretensión incluye 1- los indocumentados con más de
5 años podrían obtener la legalización después de
pagar una multa de 2 mil dólares y ponerse al corriente en el pago de
impuestos, siempre y cuando tuvieran un empleo y se comprometan a estudiar
inglés, 2- los que tengan de 2 a 5 años tendrán que salir
del país y regresar con un status de trabajadores temporales, 3- los que
llegaron después de 2004 tendrían que regresar a su país y
solicitar una visa de trabajador temporal.
En síntesis, se trata
de un plan de expulsión de inmigrantes que NO resuelve el problema de
fondo más bien lo agravaría. Los inmigrantes, por su parte,
solamente reclaman su legalización y el respeto a sus derechos sociales
fundamentales.
Razones sociales de la inmigración
Los mexicanos se van hacia Estadios Unidos por
una sola razón: la necesidad de trabajar, huyendo de la miseria y la
pobreza. La emigración masiva se ha incrementado en los últimos 30
años como resultado de las erróneas políticas
económicas neoliberales seguidas por los gobiernos en turno, PRI y PAN.
Las marchas del 1º de mayo en EU son, también, una severa condena a
los regímenes políticos neoliberales en nuestro país.
La migración mexicana hacia los Estados Unidos ha crecido
enormemente poblando densamente al territorio que antes era nuestro. Se ha
llegado al nivel de existir en México pueblos enteros donde ya no viven
hombres, todos se han ido “al Norte”. Hay también pueblos,
donde cada vez son menos los habitantes porque familias enteras han emigrado.
Oaxaca, uno de los estados más empobrecidos de México, aporta ya
2.5 millones de emigrantes.
La mayoría de los inmigrantes
mexicanos en EU están considerados como ilegales. Para llegar a la tierra
del “Sueño americano” la mayoría deben cruzar la
frontera en una cruel aventura venciendo, primero, la franja de desierto que nos
separa del actual territorio norteamericano. Sin comida, sin agua, caminando
cientos de kilómetros de día y de noche, seguidos de cerca por los
helicópteros y las balas (de goma) a ambos lados de la frontera, saltando
el muro, que tiene una extensión de 180 kilómetros, muchos
mexicanos logran internarse, otros mueren en el camino. Cruzando el Río
Bravo, burlando la vigilancia, nadando o bajo el agua, otros logran pasar y
llegan al otro lado. En todos los casos, los mexicanos son víctimas de
bandas organizadas de criminales que participan en el tráfico
ilícito de personas.
Después, los primeros que han llegado
regresan por su mujer e hijos siguiendo el mismo camino de penuria y
sufrimiento. En tierra extraña son discriminados y excluidos. La
mayoría de los inmigrantes desempeñan empleos precarios, de baja
remuneración y baja calificación no obstante que, muchos de las
generaciones recientes son muy jóvenes y poseen estudios
universitarios.
México exporta, principalmente, 2
mercancías: petróleo crudo y fuerza de trabajo. Pero, las remesas
que envían los inmigrantes, más de 20 mil millones de
dólares anuales en 2005, son mayores que lo obtenido por las
exportaciones de petróleo, inversión extranjera o turismo. Los
inmigrantes contribuyen así a la dinámica económica de sus
lugares de origen. En los Estados Unidos, los trabajadores inmigrantes
también son contribuyentes importantes a la economía nacional,
como productores y como consumidores. De manera que, esta fuerza de trabajo
financia a la economía norteamericana y a la mexicana. A cambio, no
tienen ningún derecho.
Cuando los inmigrantes mexicanos dejan sus
lugares de origen se llevan consigo solamente su existencia corpórea y,
luego, la de sus familias. Ahora está claro para el mundo que,
también, se llevado las tradiciones y costumbres, la fiesta, la comida
mexicana, la música, la religión y el lenguaje. Este 1º de
mayo de 2006, los trabadores inmigrantes mexicanos han demostrado que
también tienen consigo la dignidad proletaria de Lucy González
Parsons, mexicana y esposa de uno de los 8 mártires de Chicago, la
inspiración política de Ricardo Flores Magón, quien fue
forzado a ser un inmigrante político en EU y Canadá, y el ejemplo
de Francisco Villa y de Emiliano Zapata, símbolos de la Revolución
Mexicana.
Desbordamiento social
La mayoría de las grandes ciudades norteamericanas
vibraron con ritmo latino y alegría mexicana. Cientos de miles marcharon
en Los Angeles, Dallas y Chicago, sumando casi 3 millones tan solo en estos
lugares. En las marchas previas se había estimado una movilización
de 5 millones pero el 1º de mayo, los participantes estuvieron en
más en 200 ciudades especialmente en California, Nevada, Arizona, Nuevo
México, Colorado y Texas donde es mayor la concentración de
latinos. Pero las acciones también ocurrieron en Nueva York, Illinois,
Florida y Nueva Jersey, entre otras. En Nueva York, la marcha partió en
la Union Square donde otrora, hace más de cien años,
concluían las marchas del 1º de mayo.
Qué mejor fecha
que ésta para movilizarse, el Día Internacional de la Clase
Obrera, fecha que en EU dejó de conmemorarse hace muchas décadas.
Además de coloridas, las marchas fueron alegres, verdaderas fiestas. Algo
las distingue: la conciencia de la necesidad de luchar organizados y unidos.
El movimiento tiene características propias. Se trata de un
movimiento cuya composición social es de trabajadores, en este caso,
inmigrantes. Eso concitó la solidaridad inmediata no solo de los
indocumentados sino de los inmigrantes legales. Este movimiento es,
también, independiente de los partidos políticos burgueses y de
las burocracias tradicionales. Aunque algunos sindicalistas se han sumado e,
incluso políticos, las acciones principales son al margen de esas
instancias tradicionales. Destaca, asimismo, el apoyo de la iglesia
católica a pesar de la demagogia del cardenal Mahoney. El hecho se
explica solo: la iglesia tiene entre los inmigrantes latinos a un importante
sector de feligreses. De allí que, en varias marchas, hubo notorios
estandartes de la Virgen de Guadalupe.
Paros, faltas colectivas y cierre
de negocios se sumaron a las múltiples marchas y al boicot de no comprar
ni vender. Estos hechos expresan la capacidad de movilización
política, el peso de la fuerza laboral y el poder de los consumidores. Se
estima que el poder adquisitivo de los inmigrantes latinos, que representan 40
millones de personas (14.1% de la población total) en EU supera los 600
mil millones de dólares anuales.
El movimiento de los trabajadores
inmigrantes en EU tendrá importantes repercusiones en Europa y en buena
hora. Las demostraciones de este 1º de mayo de 2006 no pudieron ser
minimizadas por los medios norteamericanos, antes bien, tuvieron que reconocer
la fuerza política y económica exhibida. Diarios como The New
York Times, The Washington Post, Los Angeles Times, The
Chicago Tribune y otros, así como los más importantes medios
del mundo, acostumbrados a las noticias sangrientas o escandalosas, ahora se
refirieron al éxito de una movilización pacífica, ordenada,
sin sangre.
Esta acción tan “civilizada” la hicieron
los más pobres, los excluidos, los trabajadores que no tienen sindicatos
ni derechos. Las acciones se realizaron al margen de líderes e incluso
contra los llamados de asistir a las marchas pero no hacer paro. Esta vez, cada
inmigrante decidió hacer lo que quiso y lo logró.
Adelante, hasta la victoria
En México, la solidaridad con el movimiento de
inmigrantes en EU se manifestó en diversas formas, principalmente en las
ciudades fronterizas del norte. En Ciudad Juárez, Tijuana, Mexicali,
Reynosa y otras fueron bloqueadas las garitas internacionales impidiendo el paso
a multitud de vehículos. Los centros comerciales en ambos lados de la
frontera permanecieron cerrados. En más de 100 ciudades del interior del
país se realizaron marchas con motivo del 1º de mayo y la
solidaridad se expresó en diversas formas.
El movimiento de los
inmigrantes en EU está apenas en el principio. Hasta ahora, no se ha
limitado al inútil cabildeo con las burocracias políticas, ha
tomado acciones directas. Lo que sigue implicará una interesante agenda
que podría incluir varias Conferencias sobre la Inmigración y el
Trabajo, la construcción de una organización nacional, la
formación de sindicatos, la construcción de un partido
político de trabajadores, el desarrollo de la solidaridad y otras
iniciativas más. El movimiento avanzará no obstante dificultades y
vicisitudes con las tendencias políticas oportunistas y con las acciones
represivas de la policía.
“Legalicen a los esclavos del
siglo XXI”, decía una pancarta en una de las marchas en Los
Angeles. ¡Aquí estamos, y no nos vamos!, decía otra. Con un
¡Viva México!, y el acompañamiento de 200 mariachis,
culminó la histórica jornada.
Cientos de miles de trabajadores inmigrantes en la gran marcha del 25 de marzo
en Los Angeles; y, el 1º de mayo, con el paro y las manifestaciones demostraron
una enorme fuerza económica y política FOTO:
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