2006, 100 años de la Huelga minera de Cananea (México)
II. Manifiesto a la Nación, 1905
Los magonistas examinan críticamente la situación política y social de México.
Señalan limitaciones de la lucha cívica y llaman a la unidad para reorganizar el partido político.
Proponen la lucha
por todos los medios y la organización clandestina del partido.
El 30 de septiembre de 1905, el Partido
Liberal Mexicano presidido por Ricardo Flores Magón, emitió desde
San Luis Missouri, Estados Unidos, un Manifiesto a la Nación mexicana.
Los siguientes son algunos fragmentos y comentarios breves.
“MANIFIESTO
“La Junta
Organizadora del Partido Liberal Mexicano
“A la Nación
*
“MEXICANOS:
“En nombre de la patria oprimida, que
reclama para su redención el esfuerzo de sus buenos hijos, venimos a
llamar a vuestros corazones de patriotas, con el ansia de despertar en ellos
aquellas hermosas y legendarias virtudes ciudadanas que en tiempos mejores os
animaron para conquistar las libertades que habéis perdido y las glorias
que habéis dejado empañar. No pueden haber muerto en vuestro
corazón los sentimientos patrióticos que en otro tiempo lo
inflaron. Vosotros los que tantas veces habéis hecho morder el polvo a
los tiranos, los que habéis hecho flamear el estandarte de la libertad
sobre las ruinas de tronos y dictaduras, no permaneceréis indiferentes
ante las actuales desventuras de la patria ni será para vosotros
esclavitud irredimible la opresión con que hoy os agobia el más
infame y odioso de los déspotas.
“Vosotros
reaccionaréis. El sopor que os envolvió después de vuestras
épicas fatigas, dejándoos a merced de los tiranos, se
disipará al grito de ¡alerta! de vuestros hermanos que vigilan, y
una vez más, estremecidos a la vibración de un verbo de libertad y
de justicia, emprenderéis como siempre la lucha a que os provoca el
despotismo y a que os impele el deber.
“MEXICANOS:
“La
necesidad imperiosa de batir y derrocar al despotismo antes de que cause mayores
y quizá irremediables males a la patria, reclama vuestro esfuerzo.
Prestadlo decididos; haceos acreedores al honroso título de buenos
ciudadanos; agrupaos bajo la bandera inmaculada del Partido Liberal, y unidos,
organizados, fuertes, combatid sin vacilaciones por salvar a vuestro país
de los infortunios y de las ignominias que arrojan sobre él la
tiranía. Nosotros estamos a vuestro lado, con vosotros luchamos, y ya que
ahora no se levanta otra voz más autorizada, levantamos la nuestra y nos
atrevemos a señalaros los derroteros para llevar a cabo esa
campaña organizadora y eficaz a que os llamamos.
“Observad
la situación del país; meditad si son apropiados los medios de
lucha que vamos a proponeros, y resolved si los aceptáis o los
rechazáis. Confiamos en que vuestra resolución no será
inspirada en el egoísmo o la cobardía, sino en el patriotismo puro
y desinteresado, teniendo en cuenta que nuestras palabras no son dictadas por
otro móvil que por el anhelo ardiente de servir a nuestro
país”.
Reconocimiento a Juárez y crítica a la dictadura **
A continuación, el Manifiesto se refiere al “cuadro que
presenta la patria después de treinta años de espantosa
tiranía”. Reconociendo a Juárez y a Lerdo de Tejada como
“sostenedores titánicos de la democracia” implantada con la
Constitución de 1857, se hace una severa crítica a la dictadura de
Porfirio Díaz, a los principales miembros de su gabinete, incluyendo a
Justo Sierra, secretario de educación. El poder legislativo es motivo de
severos juicios, parece una crónica intemporal; hoy, las cámaras
son lo mismo que hace 100 años.
“¿Para qué
mencionar a los que hoy deshonran la representación nacional? Con pocos
epítetos se les designa a todos. Hablad de abyectos, de cobardes, de
viles, y hablaréis de las cámaras de México”.
Acerca del poder judicial, la crítica pareciera dirigida a la
situación de hoy. “Los tribunales de justicia son mercados de
favores; el magistrado es un comerciante; la judicatura un gremio de
explotadores. La ley se desprecia, y el oro es el que determina los fallos de
los jueces (...) La Suprema Corte de Justicia de la Nación es
quizá la más deshonrada”.
El clero sigue siendo el mismo
Los magonistas critican a la dictadura de Porfirio Díaz pero el
nombre se podría cambiar por Vicente Fox, la situación es
exactamente la misma. “No hay déspota que no lleve una escolta de
sotanas, porque no hay tiranía que no necesite como base la ignorancia
del pueblo (...) La dictadura pone su fuerza, exhibe sus bayonetas, sus
cárceles, sus esbirros; el clero pone su labor tenebrosa, siembra
ignorancia, intoxica abyección y en nombre de Dios y del infierno,
demanda resignación porcina ante todas las miserias y ante todos los
dolores”.
Las consecuencias sociales
“¿Cuáles han sido las consecuencias sociales de
semejante género de gobierno? Cualquiera las ve y las palpa. Son: miseria
pública, ignorancia popular, abatimiento general, lo suficiente para que
el más optimista confiese que estamos en el colmo de la ruina” se
dice en el Manifiesto.
“El dictador, para premiar a los que lo
ayudaron a encumbrarse, les regaló, sin método ni cuidado, enormes
porciones de terrenos baldíos, disponiendo para fines particulares de los
bienes de la nación”, escribieron los magonistas. Hoy, el tirano no
solo ofreció y entregó terrenos, sino patrimonio colectivo social
e, incluso, territorio a las transnacionales que lo encumbraron.
La opresión obrera
Los magonistas enjuician acremente al mundo del trabajo destacando los
padecimientos de los trabajadores. Hoy, 100 años después, la
situación en varios aspectos es similar e incluso peor. Hoy, a las
calaminades de siempre debe adicionarse el charrismo sindical, cárcel que
mantiene secuestrados a todos los trabajadores.
“En México
el trabajo es profundamente despreciado, porque no se le considera factor de la
riqueza. Se considera mejor y más fácil enriquecerse por medio del
poder, robando a los demás, que trabajando. Las clases trabajadoras han
quedado reducidas a una condición espantosamente miserable, la
tiranía las priva de todos los derechos, las hace ignorantes y miedosas,
las convierte en turbas de ilotas desamparados (....) ¿Qué hace el
paria ante la odiosa explotación que sufre, qué hace cuando el
poder y el dinero se coaligan contra su debilidad y su pobreza? Se somete, se
resigna a vivir como víctima, y va almacenando en su pecho amarguras
inmensas que tarde o temprano tienen que estallar”.
Las
conclusiones son las mismas de hoy. “Sobre el pueblo mexicano pesan todas
las opresiones y todas las miserias. El gobierno y el clero lo oprimen y lo
embrutecen para robarlo. El capitalista se aprovecha de las condiciones en que
la tiranía ha puesto al pueblo, y lo roba
también.
“En México no hay riqueza pública ni
prosperidad nacional. Si hay simplemente riqueza y prosperidad, ellas son
exclusivo patrimonio del grupo opresor y explotador, formado por el gobierno y
el clero, y por sus amigos, unos cuantos capitalistas nacionales y extranjeros.
La miseria de la inmensa mayoría de los mexicanos, afecta más al
país que los millones acaparados por unos pocos, y constituye nuestra
miseria pública; pública, porque es de la mayoría, porque
es general, porque dondequiera se siente y se lamenta”.
Limitaciones de la lucha cívica
En el Manifiesto se indica que, a pesar de las brutales represiones, se
habían venido realizando esfuerzos notables en varios lugares. Se
reconocen también los errores.
“Algunos mal organizados
movimientos revolucionarios, fueron fácilmente aplastados con hecatombes
(...), y el país, cansado de tanta revuelta y horrorizado de tanta
sangre, se propuso no emplear en sus luchas contra la dictadura otros medios que
los del civismo y del orden”.
Señalan los magonistas que
“esas pacíficas intenciones no se han llegado a quebrantar. Cuantas
oposiciones han surgido en distintos puntos del país, han sido ordenadas
y respetuosas, sin embargo de lo cual nunca han llegado a obtener el triunfo
más insignificante”.
“Una tras otra fracasaron a pesar
de su legalidad” dicen, y expresan que, “en los criterios más
independientes quedó la convicción de que el pueblo todavía
podía triunfar si ejercitaba el civismo con independencia, esto es, si
ejercitaba sus derechos enérgicamente, desdeñando cualquier
transacción con la dictadura y resolviéndose a conquistar lo que
anhelará con su propio esfuerzo. Se conservaba la absoluta seguridad de
que el civismo sería la salvación, siempre que estuviera bien
ejercitado, pero se temía no ver nunca en México, bajo la
tiranía imperante, un espectáculo de verdadero y completo
civismo”.
“Siendo evidente que nuestra situación
reclama corregirse sólo queda por resolver de qué medio debemos
valernos para combatir al actual despotismo y levantar sobre sus ruinas la
democracia augusta que anhelamos”. Se dice en el Manifiesto que
“hasta hoy se ha luchado pacíficamente”, con deficiencias y
sin éxito, y preguntan: “¿Debemos continuar con esos medios, o
abandonarlos por ineficaces y buscar otros que mejor garanticen el triunfo de
nuestros ideales?”.
Precisan que, “Esto es lo que sometemos a
la consideración de todos los ciudadanos” pero aclaran: “Por
nuestra parte, no podemos desconocer ni dejaremos de apuntar, como se apunta una
verdad amarga, el hecho de que el civismo ha sido hasta hoy impotente para
combatir la tiranía (...) No consideramos factible en las presentes
condiciones, una lucha política y abierta, y los medios que vamos a
ofrecer para combatir al despotismo de un modo eficaz y seguro, son los que
consideramos como los únicos posibles”.
Propuestas magonistas
“Necesitamos hacernos fuertes, y para conseguirlo debemos unirnos
y organizamos. Mientras estemos divididos y aislados, la liga poderosa de
nuestros enemigos nos batirá fácilmente, y no podremos adelantar
un paso. Somos miembros dispersos de un Partido, el Partido Liberal, y no nos
falta sino unirnos para hacernos respetar. Organicémonos para que los
hombres de principios liberales se agrupen bajo la misma bandera y que todos y
cada uno contribuyan con sus energías y sus elementos pecuniarios e
intelectuales al fortalecimiento y progreso del partido
libertador.
“He aquí, en pocas
cláusulas, los medios de reorganizar nuestro
partido:
“1. Se constituye la
Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano con el personal que firma
el presente manifiesto. La Junta existirá públicamente y
residirá en un país extranjero para estar a salvo, hasta donde es
posible, de los atentados del gobierno de México. Trabajará por la
reorganización del Partido Liberal y con los elementos que los
correligionarios le proporcionen, luchará por todos los medios, contra la
dictadura de Porfirio Díaz. REGENERACION será el
órgano oficial de la
Junta.
“2. Los
ciudadanos mexicanos que estén de acuerdo con las ideas de este
Manifiesto y anhelan la libertad de la patria, constituirán en las
poblaciones en que residan, agrupaciones secretas que estarán en
comunicación con esta Junta. Se aconseja a los correligionarios que sus
dichas agrupaciones prescindan de inútiles formalidades. Lo único
que se pide es que los ciudadanos liberales de cada población se
reúnan de tiempo en tiempo para tratar de los asuntos políticos
del país y mantengan correspondencia con esta Junta, ya para comunicarle
noticias políticas, ya para proponerle proyectos, o ya, simplemente, para
conservar con ella las relaciones
establecidas.
“Se encarece a
los correligionarios que constituyan uniones lo más numerosas posibles,
pero si en algunas partes sólo hay un ciudadano de nuestras ideas, que no
por su aislamiento deje de dirigirse a
nosotros.
“3. Los grupos o
ciudadanos que secunden la presente excitativa, lo comunicarán a esta
Junta, que inscribirá sus nombres entre los miembros del Partido que se
reorganiza. Esos grupos y ciudadanos enviarán mensualmente a la Junta
según los recursos y voluntad de cada uno, una contribución que se
invertirá en los gastos que requiera el cumplimiento de la
cláusula siguiente:
“4.
La Junta, aparte de sus trabajos propios, procurará el fomento de
publicaciones oposicionistas en México, distribuirá fondos entre
los luchadores liberales que se encuentren en la pobreza, sostendrá a los
que la dictadura encarcele o despoje; y si se dan casos de que un funcionario
público pierda su posición por haber cumplido con su deber,
también lo ayudará. Anhelamos hacer efectiva la solidaridad entre
los liberales y para ello contamos con el apoyo eficaz de nuestros
correligionarios.
“5. La Junta
guardará absoluto secreto sobre los nombres de los adeptos. No
comunicará entre sí a las distintas agrupaciones o personas
afiliadas, sino hasta convencerse de que son verdaderamente leales a la causa.
Pero si algún miembro del Partido no desea en ningún caso ser
comunicado con los demás, se servirá declararlo y la Junta
respetará su
voluntad.
“Por estos medios
nos organizaremos sin peligro, y cuando tenga fuerza nuestro Partido
podrá desplegar sus banderas y entablar la lucha decisiva frente a frente
de la odiosa
tiranía.
“MEXICANOS:
“Inmensos son
vuestros infortunios, tremendas vuestras miserias, y muchos y terribles los
ultrajes que han humillado vuestra frente en seis amargos lustros de despotismo.
Pero sois patriotas, sois honrados y nobles, y no permitiréis que
eternamente prevalezca el crimen. El Partido Liberal os llama a una lucha santa
por la redención de la patria: Responded al llamamiento, agrupaos bajo
los estandartes de la Justicia y del Derecho y de vuestro esfuerzo y de vuestro
empuje, surja augusta la patria, para siempre redimida y libre”.
Reforma, Libertad y Justicia.
St. Louis, Mo., U.S.A.
Septiembre 28 de 1905.
Presidente, Ricardo Flores Magón; Vicepresidente,
Juan Sarabia; Secretario, Antonio I. Villarreal; Tesorero, Enrique Flores
Magón; Primer vocal, Prof. Librado Rivera; Segundo vocal, Manuel Sarabia;
Tercer vocal, Rosalío Bustamante.
Fuente: Regeneración, No 48, 30 de septiembre de
1905.
*http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/programa/30.html
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Los subtítulos son de energía.
Ricardo y Enrique
Flores Magón
Fuente:
www.antorcha.net