Volumen 5, Número 70, diciembre 1o de 2005

¿De qué unidad hablamos y para qué?

Unidad antimperialista

La lucha contra el neoliberalismo es antimperialista.
¿Propiedad privada o propiedad colectiva social?
¿Independencia de clase o colaboracionismo?
Ante la agresión generalizada, la respuesta generalizada.
Es necesario construir al Frente Antiimperialista.

El neoliberalismo es imperialismo

El imperialismo no es solamente una palabra peyorativa, es ante todo una categoría política, económica y filosófica. El imperialismo es la fusión del capital financiero e industrial, fase superior del capitalismo le llamó Lenin. En tal sentido, el neoliberalismo es solo el término utilizado para referirse a la actual ofensiva del capitalismo contra el mundo.

Tan es así, que las políticas neoliberales están basadas en la apropiación privada de los medios de producción por la vía legal o ilegal, con la aceptación de los pueblos o su explícito rechazo, por la vía parlamentaria o mediante la guerra de agresión. Se pretende usurpar el derecho de los pueblos sobre sus propios recursos naturales, destruir el patrimonio colectivo social e imponer una nueva esclavitud.

El neoliberalismo es la actual reestructuración económica impuesta por los organismos financieros del capitalismo. ¡Privatización! de todo, principalmente de la infraestructura básica, es la consigna. ¡Desintegrar los procesos de trabajo! ¡Enajenarlos! es la consecuencia práctica. Eliminar al contrario, al proletariado, es el objetivo estratégico. Como la eliminación no es posible, al menos se pretende el sometimiento pleno, suprimiendo la lucha organizada de los trabajadores.

Anticapitalismo es antiimperialismo

La lucha contra el neoliberalismo es contra el capitalismo, es decir, contra el imperialismo. Debe haber, entonces, coherencia política y organizativa. La lucha anticapitalista no es solamente contra los efectos que produce el neoliberalismo, sino contra el origen de esos efectos, es decir, las causas.

La lucha contra el neoliberalismo está definida, entonces, por la posición respecto de la propiedad de los medios de producción. No se puede ser antineoliberal aceptando, al mismo tiempo, las privatizaciones. Esa incoherencia es típica en organizaciones pro-imperialistas, como la CIOSL. Con ello, pretenden enajenar la voluntad de los trabajadores para ser sometidos por el capital.

Tampoco se puede reducir la lucha contra el neoliberalismo a la simple reivindicación de derechos sectoriales o de grupo. La lucha contra el neoliberalismo tiene una dimensión social. Si no se considera así, esa lucha carece de perspectivas porque, cualquier sector por importante que sea, NO tiene posibilidades de enfrentar al neoliberalismo ni menos revertir sus políticas. Más aún, la lucha rebasa las propias fronteras nacionales.

Enfrentar al capitalismo significa desafiar a las transnacionales con todo su poderío. Defender el patrimonio de los pueblos representa formular políticas alternativas coherentes y viables, en interés general de las Naciones. Esa tarea no la puede hacer ningún sindicato o sector social aislado. Se requiere de la lucha generalizada de los pueblos.

Organizar el Frente Antimperialista

El neoliberalismo tiene múltiples expresiones en las diversas esferas sociales y culturales. Inherente al capitalismo son las tendencias al fascismo, la pérdida de libertades, la agresión militarista, la violencia y el crimen.

El fascismo fue derrotado en 1945 pero ha vuelto a reaparecer en la agresión del imperialismo contra los pueblos, en la guerra, la violencia de todo tipo y la exclusión social.

Ante tantas calamidades, la lucha obrera requiere adoptar un claro y definido carácter antiimperialista. Eso tiene su expresión en la necesaria construcción de la organización. La ofensiva neoliberal es generalizada, la invasión de transnacionales tiende a cubrir el territorio completo de todos los países. Hace falta, entonces, una respuesta igualmente generalizada.

La lucha sindical aislada No tiene futuro, se precisa de una estrategia mayor. El momento actual es de lucha antiimperialista. En varias partes del mundo, especialmente en los países exsocialistas, casi NO existe lucha pero, en otras partes, la lucha es intensa y decidida.

En la medida en que, salvo excepciones, los trabajadores carecemos de nuestro propio partido político, el Partido Obrero, se hace necesaria una política de frente unido con los diversos sectores sociales para enarbolar un Programa de Unidad que exprese las demandas más sentidas por los trabajadores y los pueblos.

La expresión de esa lucha antineoliberal, es decir, antiimperialista está en la consecuente organización del Frente Antiimperialista, o Frente Unico, Frente Popular, Frente de Liberación o Frente de Soberanía, en todas partes del mundo. En ese Frente la presencia obrera es crucial para vertebrar el movimiento. Dicho Frente debe arraigar en todo el territorio de cada país y actuar concertadamente enarbolando las mismas banderas, ejerciendo acciones simultaneas y múltiples.


El FTE de México expresa su solidaridad con los pueblos en lucha:
Cuba, Bolivia, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú,
Palestina, Irak y Afganistán, entre otros.
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