Volumen 5, Número 68, noviembre 12 de 2005

Transnacionalización de la industria energética mexicana

Energía transnacionalizada

Petróleo: fin de las reservas y destrucción de la petroquímica.
Empresas privadas extranjeras controlan el 80% de la producción de petroquímicos.
Tamaulipas convertido en nodo energético de las transnacionales.
Aumenta la importación de gas natural y la concesión de permisos privados.
El FTE de México propone: ¡Nacionalización!, ¡Expropiación sin indemnización!


Programas de gobierno = simple mercadotecnia

El pasado 1º de septiembre Fox “informó” a la nación mexicana las “envidiables” cifras macroeconómicas de su gobierno: control de la inflación, mayor inversión (extranjera), pago de deuda, etc. Ante el reclamo por el aumento de la pobreza, Fox dijo que, en su gobierno, “6 de cada 10 pesos del presupuesto del gasto programable van dirigidos al desarrollo humano y social”, hecho totalmente falso.La política económica de Fox es un éxito, sí, pero del neoliberalismo considerando que hoy la nación mexicana está más sometida a los intereses del gran capital, convertido en el eje del proceso social del país.

Este año, a la evidente agudización de la crisis económica, Fox opuso su catálogo de "programas cocacola", que no son más que el recuento de las campañas mercadotécnicas que implantó en los pasados cinco años; mismos que opacó días después, con la presentación del proyecto de presupuesto para el último año de su gobierno, en el cual prevé destinar más recursos al pago de deuda que a cualquiera de sus programas asistencialistas (“Oportunidades”, o el propio “Seguro Popular” incluidos).

La contradicción foxista más marcada es, precisamente, en el campo a donde dice haber destinado gran número de “programas” a cual más descabellado como irrealizable. Uno llamado “Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos” es desmentido por otro denominado “Joven Emprendedor Rural” (el primero para garantizar la propiedad de la tierra y el otro para re-comprarla o alquilarla). Otros son: "Microregiones" e "Infraestructura Básica para la Atención de Pueblos Indígenas" (ambos para manipular asistencialmente a las comunidades indígenas); o "Hábitat", para partidizar la dotación de servicios básicos a zonas marginadas.Pero es en el tema energético, descrito en el Anexo del V Informe, donde Fox evidencia el “éxito” de su política neoliberal. Esta vez, hasta la propia derecha le reprochó su incumplimiento, ya que “en cinco años no fue capaz de realizar las reformas estructurales y ni siquiera completó las obras más importantes” (el llamado “megaproyecto” petroquímico El Fénix; la modernización del sistema de refinación; y la tristemente célebre presa hidroeléctrica La Parota, en Guerrero).

Petroquímica y el impacto de la privatización furtiva de Pemex.

El impacto de las políticas industriales y las estrategias de desarrollo regional de los años 60, así como la adopción del modelo neoliberal a partir de los 80, dieron por resultado el establecimiento de “polos de desarrollo” caracterizados por el suministro barato y garantizado de materias primas. Para ello se establecieron centros de procesamiento y distribución de energéticos que, en línea con la estrategia de fomento a las exportaciones, tuvieran amplio acceso a los principales mercados locales e internacionales.

Dichos polos se convirtieron en regiones estratégicas, áreas de mayor potencial altamente atractivas para la inversión privada (al capital financiero e industrial). Tal fue el caso del estado de Tamaulipas, por su privilegiada situación geográfica en el Golfo de México, así como su cercanía a diversos centros de producción, procesamiento y distribución, concentrados en solo tres municipios (Tampico, Ciudad Madero y Altamira); además de su propio desarrollo económico, históricamente dependiente del petróleo, en toda la cadena productiva.

No obstante, si algo ejemplifica Tamaulipas hoy, es la voraz y peligrosa apropiación privada de los hidrocarburos, incluidos los derivados de su proceso. Particularmente la industria petroquímica, hoy inconstitucionalmente en manos privadas (por la contra-reforma salinista de 1995-96 a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo). Tamaulipas es hoy “la región con la inversión privada concentrada más alta de compañías petroquímicas y químicas en México” [Martínez N., Oil policies and privatization strategies in Mexico: implications for the petrochemical sector and its production spaces, Instituto de Geografía-UNAM, Energy Policy 32, Elsevier, 2004].

Lo anterior sucedió luego de la citada contra-reforma, con la cual, Pemex conservó únicamente el control de la llamada petroquímica básica, con solo seis plantas refinadoras importantes, que cubren la primera fase de la transformación industrial de los hidrocarburos. 36 de los 72 productos petroquímicos básicos reservados originalmente a la explotación exclusiva del estado fueron excluidos por decreto (reclasificados como “no-básicos”) y entregados (“liberados”) al mercado, autorizando incluso a las empresas privadas a importar aquellos que en su caso la empresa estatal Pemex no pudiera suministrar “oportunamente y a precios competitivos”.

Actualmente Pemex conserva el control sobre la producción de únicamente 9 productos que el capital privado no tuvo interés en comprar. El resto, la “petroquímica no-básica”, forma la verdadera industria petroquímica “mexicana”, que incluye todos los productos petroquímicos excluidos al control de Pemex, para lo cual la paraestatal se “reestructuró” en siete compañías y tres unidades petroquímicas “subsidiarias”, responsables de suministrar los insumos necesarios a más de 260 empresas privadas, que en conjunto representan el 83% del total de la producción.

Aunque su producción de crudo es mucho menos significativa que la de Campeche o Tabasco (incluso que la de Veracruz y Chiapas), Tamaulipas cuenta con dos de las plantas refinadoras más importantes de México, Francisco I. Madero y Cadereyta, planeadas para abastecer el Norte y Centro del País --región que en total genera el 64% del Producto Interno Bruto nacional--, así como al Norte del Golfo de México a través de la Red Nacional de Ductos. La reestructuración de Pemex en Tamaulipas propició, además, el desarrollo de Altamira centro procesador dotado de toda la infraestructura para convertirse en un nodo energético (en este caso de gas natural), industrial y manufacturero: puerto de altura (privado), “corredor petroquímico” y parque industrial

No obstante, la reestructuración comenzó con el cierre y desmantelamiento de las refinerías Cadereyta y Madero (con la esperanza de privatizarlas), para luego “reconfigurarlas” a enorme costo, ante la falta de interés de los capitalistas que prefirieron invertir en el sector “liberado”. Actualmente empresas como Dupont, Hules Mexicanos, Novaquim, Petrocel, Nhumo, Policyd, Negromex, Primex, Finacril, GE Plastics, Indelpro, Basf, Polioles, PPG Industries, M & G, Temex, Altaresin, Quimar, Hércules Fibras, Química Fluor, Alfa Celulosa, pertenecientes a grandes grupos financieros nacionales y a las principales transnacionales, concentran la producción de buena parte de los petroquímicos que se producen en el país, 80% de la cual se exporta, mientras México importa otros productos necesarios para su consumo local.

Corporaciones energéticas y petroquímicas en Tamaulipas

Compañías en el puerto de Altamira:
(π)
1. Primex
2. Papeles del Golfo
3. Basf - Polioles
4. Finderil
5. G.E. Plastics
6. Finacril
7. PPG Industries
8. Minera María
9. CCC Altamira III y IV
10. CCC Altamira V y VI
11. Mitsubishi
12. CFE Subestación

Compañías en el corredor petroquímico

1. Dupont
2. Cryoinfra
3. Nhumo
4. Uniroyal Chemical
5. Maseca
6. Enertek (Ahora Iberdrola)
7. Petrocel-Temex
8. Indelpro
9. Pecten-Poliéster (Shell)
10. Dyatext
11. Guilford Mills
12. Negromex
13. Policyd
14. McMillan

Basado en datos del INEGI (1982)
Fuente: Martínez N., “Oil policies and privatization strategies in Mexico: implications
for the petrochemical sector and its production spaces”, IG-UNAM,
Energy Policy 32, Elsevier, 2004.

Estos grupos (a través de sus empresas) acaparan además permisos de generación eléctrica por un total de 4,798 Mw. Seis de los 17 Productores Independientes (PIE) del país están aposentados en esa región. En Tamaulipas se asienta un importante centro para el comercio de gas natural licuado, además de la producción nacional, por lo cual las principales transnacionales disputaron la posesión de una planta regasificadora que se construye en la entidad para procesar gas importado, así como de una importante red de distribución a base de permisos para Transporte y Distribución del energético.

Como en el caso de la generación eléctrica, la supuesta competencia (subsidiada en el caso del capital privado mediante insumos de bajo costo y exenciones fiscales) provocó el cierre de diversas plantas petroquímicas y una mayor dependencia de refinados del extranjero.

Para reactivar la industria petroquímica y reducir importaciones, Fox propuso construir un complejo petroquímico en alianza con el sector privado para elaborar, entre otros productos, 1,5 millones de toneladas de etileno. Sin embargo, el llamado Proyecto Fénix “quebró” antes de alzar el vuelo porque los inversionistas deseaban, además de los bajos salarios (disponibles en México, como en cualquier otro país subdesarrollado), que se les entregaran los insumos más baratos (hidrocarburos, energía, instalaciones, etc.) y, por supuesto, la garantía absoluta de su inversión.Inútil mencionar que, ante tal poder de acumulación del capital por la sumisión del Estado y su política neoliberal, las ventajas del dicho modelo “de desarrollo” no se traducen en mejores condiciones de vida y trabajo para los tamaulipecos, ya que predomina el paradigma de la competencia salvaje, con su oferta de empleo precario.

GAS NATURAL

En cuanto al gas natural, éste sigue importándose a razón de 609.5 millones de pies cúbicos diarios (Mmpcd). Pese a ello (o tal vez por ello), este energético representa un redituable negocio para los privados, asegurado mediante permisos de transporte y distribución otorgados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

Solo este año, dicha Comisión ha otorgado 5 permisos que se suman a los 21 ya existentes. La red privada --poseída y operada por particulares-- tiene actualmente una longitud de 2,273 Km de ductos con lo cual el 20.1% de la infraestructura de transporte de gas natural del país es privada.

Para transporte (usos propios), la CRE ha otorgado 108 permisos, de los cuales 8 son para CFE (centrales Tuxpan, San Lorenzo, Valle de México, El Sauz, Hermosillo, Río Bravo, Pesquería, y Chihuahua). Los generadores privados tienen otros 9: Electricidad Aguila de Altamira, Electricidad Aguila de Tuxpan, Energía Azteca VIII, Fuerza y Energía de Hermosillo, Fuerza y Energía de Tuxpan, Iberdrola Energía Altamira, Iberdrola Energía La Laguna, Central Saltillo, y TransAlta Chihuahua.

Algunas filiales de las transnacionales que invaden a México

Concesionario
Zona geográfica
Cía. Mexicana de Gas, S.A. de C.V.
(Grupo DIAVAZ)
Monterrey
Piedras Negras
Comercializadora Metrogas, S.A. de C.V.
Distrito Federal
Consorcio Mexi-Gas, S.A. de C.V.
(Gaz de France, Francia)
Valle Cuautitlán-Texcoco
DGN ó Distribuidora de Gas Natural
(Grupo DIAVAZ)
Chihuahua
Mexicali
La Laguna-Durango
Cananea
Querétaro
Guadalajara
Gas Natural
(España)
Ciudad Juárez
Hermosillo
Río Pánuco
Bajío Norte
El Bajío
Monterrey
Nuevo Laredo
Saltillo-Ramos Arizpe-Arteaga
Toluca
NATGASMEX, S. A. de C.V.
(Gaz de France, Francia)
Puebla-Tlaxcala
Tamauligas, S.A. de C.V.
(Gaz de France, Francia)
Norte de Tamaulipas

Fuente: Comisión Reguladora de Energía.

Algunas de las falsas sociedades de autoabastecimiento o cogeneración también han obtenido permisos: Ital-Gres, Proveedora Energética de Anáhuac, S. de R.L. de C.V., Proveedora Energética de Naica, S. de R.L. de C.V., Termoeléctrica de Mexicali, Tractebel Energía de Monterrey (antes Enron Energía Industrial de México).

Los demás permisos han sido concedidos a revendedores de gas, como Transportadora Industrial de Gas, Gas Industrial de Monterrey (GIMSA), Servicios Industriales y Administrativos del Noreste (para la zona industrial de Altamira) o Gasoducto la Rosita. El resto se ha concedido a industriales del acero, papeleras y otras. El colmo es que la CRE “autorizó” a Pemex 3 permisos (para la planta de refinación Tula, para el campo Edén y para la petroquímica Escolín).

Los permisos más importantes, los de Acceso Abierto, pertenecen a empresas transnacionales como Kinder Morgan, Gas Natural México (antes Midcon de México), Gasoductos del Bajío (antes TransCanada del Bajío, hoy propiedad de Gaz de France), Gasoducto Bajanorte (antes Sempra Energy México), Transportadora de Gas Natural y Tejas Gas. Varios de estos ductos interconectan con EU, como el caso de la concesión a Gasoductos del Río, que suministra el combustible a las centrales de ciclo combinado Río Bravo II, III y IV y Portes Gil (CFE) en Tamaulipas. Otro caso es el de El Paso Gas Transmission de México, que trae el gas de EU para la planta de U. Fenosa ubicada en Naco, Sonora.

Con estos permisos se construyeron importantes redes de ductos: Algodones-Tijuana, en Baja California (217 km.); Cd. Mier-Monterrey (137.2 km.); Ciudad Pemex, Tabasco-Valladolid, Yucatán (710 km.); Puebla, Puebla-Cuernavaca, Morelos (164.2 km.); Valtierrilla, Guanajuato-Aguascalientes (203 km.) y Naco-Hermosillo en Sonora (339 km.), entre otros.

Como en el caso anterior, la CRE “autorizó” a Pemex la construcción del Sistema Nacional de Gasoductos (SNG), una red de 8,704 Km, para transportar el gas producido en Pemex-Gas a las plantas de Pemex-Petroquímica Básica.

Plantas privadas de almacenamiento y regasificación de gas natural

Fuente: Secretaría de Energía.

Débil respuesta obrera

Hasta ahora, los sindicatos del sector (Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, STPRM, y Sindicato de Trabajadores de la Química, Petroquímica y Carboquímica de la República Mexicana, STQPCRM, ambos en manos del charrismo sindical afiliados a la CTM) no han realizado NINGUNA denuncia ante la opinión publica, los tribunales y el Congreso de la Unión, respecto de la política depredadora del gobierno Foxista, y menos aún, han realizado las movilizaciones de masas que hoy se requieren para detener de una vez por todas, a la infamia que están realizando los neoliberales, tanto del Partido Revolucionario Institucional (Dionisio Pérez Jácome –director de la CRE- y otros) como del Partido Acción Nacional (V. Fox y otros). Por el contrario, lo hemos reiterado, los charros sindicales son el pilar número uno del gobierno neoliberal para privatizar el patrimonio colectivo de los mexicanos. Obviamente, es inútil esperar alguna respuesta del charrismo. Lo que debemos hacer los trabajadores es organizar la lucha consistentemente para expulsar al charrismo de los sindicatos mexicanos.En el sector petrolero el descontento de los trabajadores es mucho pero no hay coherencia. Habemos innumerables grupos luchando aisladamente y a nivel local. Eso es importante pero, a la vez, muy limitado. Se requiere de mayor organización y coordinación de los grupos progresistas y democráticos del sector petrolero, nuclear y electricista, sobre la base de una auténtica defensa de nuestros recursos naturales y con una verdadera Política Energética Independiente.

En estas tareas los petroleros agrupados en el Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México estamos luchando denodadamente en condiciones adversas. Hemos propuesto la unificación en un solo Frente Unido a nivel nacional. La respuesta ha sido débil pero sigue vigente la propuesta. Tenemos el deber de revertir la Privatización Petrolera Furtiva y crear las condiciones para la Re-nacionalización de la industria energética de México.

¡Unidos Venceremos!
¡No volverán!, dijeron los mexicanos aquel 18 de marzo de 1938 cuando se expropió la industria petrolera. Hoy, las transnacionales expulsadas están de regreso. Peor aún, estamos a punto de perder a Pemex por la vía de su privatización y/o destrucción y, sin embargo, nuestra respuesta es para dar pena por ser tan tibia.
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