Movimiento 27 de Septiembre del SME
A CONCLUIR LA NACIONALIZACIÓN
DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA
Este 27 de
septiembre, celebramos la conclusión de una primera etapa en el rescate
de los recursos naturales y energéticos de la nación mexicana. En
efecto, después de grandes jornadas de lucha que fueron encabezadas por
los propios trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el 27 de
septiembre de 1960, el ejecutivo federal encabezado por Adolfo López
Mateos, toma la determinación para la adquisición de las acciones
de la empresa canadiense Mexican Light and Power Company, y que estas acciones,
pasen a formar parte del Patrimonio nacional.
A partir de esa fecha, los
trabajadores, técnicos y profesionistas de la naciente industria
eléctrica mexicana, que antes lucharon por la nacionalización
eléctrica, ahora encabezaban una gigantesca lucha para llevar el fluido
eléctrico a millones de compatriotas que carecían de él.
Igualmente se dieron a la tarea, no menos importante, de alcanzar la proeza de
establecer un sistema interconectado nacional que salvo, las penínsulas
de Baja California y Yucatán, el resto del país tuviera una
conexión segura a la electricidad, y que hoy ocupa un
destacadísimo cuarto lugar de las industrias eléctricas en el
mundo. Y finalmente enfrentaron, la tercera tarea fundamental de ese periodo, la
unificación de frecuencia a 60 ciclos.
Al calor de las luchas que los trabajadores del Sindicato de
Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM),
desarrollaron en la década de los setentas para unificar a todos los
electricistas que laboraban para la Comisión Federal de Electricistas
(CFE), en un sindicato nacional y con un solo contrato colectivo de trabajo. En
1975, se estableció la ley reglamentaria del párrafo sexto del
artículo 27 constitucional, denominada Ley del Servicio Público de
Energía Eléctrica (LSPEE), que congruente con el texto
constitucional, significo un gigantesco avance en la dirección de tener
una sola empresa pública, un solo gran sindicato nacional y contrato
colectivo único de trabajo.
Sin embargo, gigantescos intereses
trasnacionales e imperiales aliados con los dirigentes sindicales charros y el
gobierno federal, dieron al traste con este proceso. Una vez unificados en el
Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la Republica Mexicana
(SUTERM), los charros destituyeron primero a los dirigentes democráticos
encabezados por Rafael Galván, y posteriormente, expulsándolos de
esa organización sindical. Posteriormente, cuando estos trabajadores en
legítimo uso de sus derechos, pretendieron estallar una huelga a la CFE,
sus centros de trabajo fueron intervenidos de manera ilegal e intimidatoria, por
el ejército federal. Con cientos de despedidos y detenidos, mediante la
represión y la ilegalidad, culmino un proceso que avanzaba para
consolidar la nacionalización eléctrica.
Para nadie es
desconocido, que también en 1975, la vieja Compañía de Luz
y Fuerza del Centro (CLyFC) fue colocada en estado de liquidación. Este
hecho, tenía la intención inicial de que se iniciara un proceso de
integración entre las dos empresas públicas, pero con la
intervención del ejército federal y los líderes charros,
dicho proceso fue violentamente interrumpido y con ello la culminación de
la nacionalización. Así, ese estado de liquidación que en
principio fue correcto, rápidamente se transformó en su contrario,
pues a partir de ahí se prohibió a la CLyFC, construir plantas
generadoras de electricidad, y con ello, se impidió su propio crecimiento
y desarrollo, como hasta la fecha continúa.
Ese estado de
liquidación a CLyFC fue modificado en 1989, y no es sino hasta 1994 (con
la creación del nuevo organismo denominado Luz y Fuerza del Centro), en
que obtiene un nuevo reconocimiento legal como organismo público con
personalidad jurídica y patrimonio propio. Con
las modificaciones a la LSPEE de 1992, (realizadas por el entonces presidente
Salinas de Gortari) se abría la puerta para que el capital privado
extranjero pudiera intervenir abiertamente, en materia de generación
eléctrica. Con ello, se violenta a Carta Magna de todos los mexicanos,
pues ella claramente establece que en materia de electricidad, no se
otorgarán concesiones a los particulares. A pesar de lo cual, y como
actúan todos los delincuentes, la Comisión Reguladora de
Energía (CRE) ha otorgado de manera sigilosa, ilegal e
inconstitucionalmente, más de 355 permisos para generar electricidad, a
las trasnacionales energéticas.
Para el 3 de febrero de 1999,
Ernesto Zedillo Ponce de León lanza una iniciativa de ley para modificar
precisamente el párrafo sexto del artículo 27 Constitucional, de
manera que no hubiera impedimento alguno para permitir la participación
de las trasnacionales en el Industria Eléctrica Nacionalizada. En ese
marco, el Sindicato Mexicano de Electricistas mediante Asamblea General y bajo
sus propios procedimientos democráticos, determinó oponerse
abiertamente a la intención presidencial de abrir la industria
eléctrica al capital extranjero, pero además diseñó
un plan de acción que incluyó manifestaciones, mítines,
desplegados, foros, brigadas etc., con el propósito de sensibilizar a los
trabajadores y el pueblo, para que conjuntamente evitáramos la entrega
del Patrimonio energético y la Soberanía de nuestra Nación,
al capital extranjero.
Han sido seis largos años y medio, en que
los electricistas mexicanos hemos recorrido, a lo largo y ancho, el País
con un solo mensaje, defender a nuestra Patria con profunda convicción e
indeclinable dignidad, y seguramente lo seguiremos haciendo, pues ahora Vicente
Fox nuevamente insiste en impulsar reformas al párrafo sexto del
artículo 27 constitucional, para permitir la participación de
capital privado, pero ahora no sólo en electricidad, sino también
en petróleo y gas.
Es por ello, que en esta fecha tan trascendente
para la historia contemporánea de México, los trabajadores
agrupados en el Movimiento 27 de septiembre del SME, pasamos lista de asistencia
y ratificamos nuestro lugar en el puesto de batalla, con toda la fuerza de
nuestra convicción clasista y democrática. Al mismo tiempo que con
total energía, rechazamos el famoso decálogo energético de
Vicente Fox, diciendo no a la entrega de nuestros recursos naturales al capital
extranjero, y pronunciándonos nuevamente, por:
- la defensa incondicional de nuestra Industria Energética
Nacional
- El rechazo al llamado decálogo energético del presidente
Fox, que busca privatizar el petróleo.
- La exigencia al Congreso de la Unión para que se legisle una
nueva Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, acorde
con el texto Constitucional.
Por tanto, en esta hora complicada del
reloj nacional, refrendamos el derecho de los mexicanos a la propiedad colectiva
y social sobre sus recursos naturales como lo son: el agua, la electricidad, el
gas, el petróleo, la biodiversidad, etc., y acreditamos también,
que continuaremos la pelea por concluir el proceso integral de
nacionalización eléctrica, en donde exista una sola empresa
pública, un solo gran Sindicato Nacional Democrático de
Electricistas y un gran Contrato Colectivo Único de Trabajo.
Ello
quiere decir también, que lucharemos incansablemente hasta expulsar a las
trasnacionales, quienes violentando nuestra Carta Magna han construido plantas
de generación eléctrica en el territorio nacional. Que igualmente,
pugnaremos porque desaparezca la CRE verdadero engendro privatizador del
imperialismo, y para que sus funcionarios paguen con la cárcel, la
traición a la patria que han realizado en los últimos tiempos. Que
combatiremos para que sean derogados los permisos inconstitucionales en materia
de generación eléctrica, de gas y de petróleo. En una
palabra, para que nuestra Patria recobre la Soberanía plena sobre su
territorio y sus recursos, y porque diseñe y aplique, una verdadera
Política Energética Independiente y Nacionalista.
¡La Patria no se vende, la Patria se
defiende!
¡Hasta la victoria siempre!,
Venceremos!
Fraternalmente, “Por el derecho y la justicia del
trabajador”
Movimiento 27 de
Septiembre