La Parota, proyecto ensangrentado
Asesinan a opositores al proyecto hidroeléctrico
La tarde del domingo 18 de septiembre, en Acapulco, Guerrero, fue
asesinado el comunero Tomás Cruz Zamora. Todavía el 5 del mismo
mes había marchado en el puerto guerrerense junto a miles de militantes
de otras organizaciones opuestas al proyecto hidroeléctrico La Parota,
entre ellos, los sobrevivientes y familiares de víctimas de Aguas
Blancas, el Movimiento de los Sin Tierra de Coyuca de Benítez, maestros y
estudiantes.
Tomás creía en la vía institucional
para resolver los conflictos. Acudió con sus compañeros a
presentar una demanda, firmada por 3 mil 282, de los 7 mil 200 ejidatarios
integrantes del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota
(CECOP) por la anulación de la asamblea espuria del 23 de agosto
anterior, donde "se aprobó" la expropiación de 17 mil
hectáreas afectadas por la construcción de la presa.
Junto
a sus camaradas Tomás recibió por respuesta las demagógicas
argumentaciones del director de la Comisión Federal de Electricidad
(CFE), Alfredo Elías Ayub, en favor de las "más de 600 mil
personas" que habitan en más de 3 mil localidades sin agua, sin
electricidad, "aislados, carentes de médicos, medicinas y no se diga, sin
alimentos, ni trabajos" [Juan Arvizu Arrioja, El Universal Grafico, 25
sep 2005].
Sin embargo, el compañero Tomás, como miles de
mexicanos, sospechaba del gobierno y sus intenciones porque antes de ceder su
tierra, su vida, su historia, quería saber del proyecto y solo encontraba
información falsa o incompleta. Sabía, por ejemplo, que los
permisos y la documentación fueron obtenidos con simulación y
engaños y, por ello, nadie le quitaba de la cabeza que cuando el gobierno
oculta algo es porque implica calamidades para el pueblo, en beneficio de unos
cuantos. Para empezar, La Parota está ubicada en una zona de alta
sismicidad y nadie ha podido mostrar siquiera el estudio correspondiente, previo
a cualquier proyecto de tales dimensiones.
Charros, gobierno y empresarios contra el pueblo
Entre los "apoyadores" de La Parota se
cuentan, además del líder de la Confederación Nacional
Campesina en Guerrero, Evencio Romero Sotelo (priísta y madracista, para
más señas), los charros sindicales de la CTM y del SUTERM, que ya
“negocian” con la CFE los "contratos de trabajo" para "los miles"
que habrán de emplearse durante la construcción de la presa. A
cambio piden entregar el patrimonio de los pueblos originarios. Entre los
simpatizantes de la Parota está también el asesino material de
Tomás, otro comunero de nombre Cirilo Cruz quien lo balaceó al
regreso de una asamblea en la comunidad de Agua Caliente a la cual no se
presentó el gobernador de Guerrero, el perredista Zeferino Torreblanca
Galindo. Por la mañana del mismo domingo había sido asesinado el
dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS),
Miguel Ángel Mesino, organización acosada y masacrada a
raíz de la aparición del Ejército Popular Revolucionario en
Guerrero.
Otro de los promotores del proyecto es el millonario Carlos
Slim, a través de su nueva financiera IDEAL, para quien lo importante es
ganar un nuevo contrato para aumentar su fortuna.
Ahora el Estado,
promotor de la violencia (por obra u omisión) podrá justificarse
cubriendo la muerte de Tomás con mil mentiras iguales a la primera, pues
había dicho que el acuerdo de los comuneros era absoluto y no es cierto.
La protesta aumenta en varias partes del país
La Parota no es el único caso de conflicto. En Baja California,
ejidatarios tienen una demanda por daño ambiental contra la
Geotérmica Cerro Prieto de la CFE. La respuesta es que la planta
seguirá en operación mientras la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente (Profepa) "vigila" el impacto ambiental, ya que la
CFE demostró que desde 2002 la planta fue certificada (por dos
años) como Industria Limpia. En la ciudad de La Paz, también en el
estado de Baja California, CFE se comprometió a instalar "filtros y
precipitadores" para eliminar el humo contaminante de su planta en Punta Prieta.
En esa misma ciudad se radica el conflicto por la venta de las Islas Coronado en
el Pacífico para la construcción de una regasificadora de gas
natural. En Sonora ya se alerta contra la construcción de otra
regasificadora en la comunidad de Puerto Libertad (a 250 kilómetros de
Hermosillo, la capital del Estado) y de un gasoducto de 550 kilómetros de
longitud para abastecer a EU (El Paso Energy es la empresa propietaria de la
concesión).
¡Organización para detener la ofensiva neoliberal!
Cada vez es más necesaria la organización
social del pueblo mexicano para detener la ofensiva neoliberal y restablecer el
dominio de la nación sobre sus recursos naturales y energéticos.
Por lo demás, tratándose del proyecto La Parota y otros proyectos,
el pueblo tiene derecho a oponerse. Ni CFE ni el gobierno en turno tienen
derecho a violentar la voluntad popular. Organizarse y luchar será el
mejor recuerdo a Tomás y a sus demás camaradas en lucha.
Contradictorio Nobel
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su
actual director, Mohamed El Baradei, fueron designados para recibir el Premio
Nóbel de la Paz 2005 “por sus esfuerzos contra la
proliferación de armas nucleares”. ¿De veras?
¿Cuántas inspecciones le ha realizado el OIEA a Estados Unidos o a
Inglaterra, ambos dedicados a la manufactura de armas nucleares, químicas
y biológicas? ¡NINGUNA! ¿Cuántas (simples) inspecciones
le han realizado a Israel, que también se dedica a producir armas?
¡NINGUNA! ¿Qué control tienen del material nuclear
estratégico en esos países? ¡NINGUNO!
El 8 de
octubre, el presidente del comité Nóbel, Ole Danbolt, dijo a las
agencias de prensa que el Premio se otorgará a los susodichos "por sus
esfuerzos destinados a impedir que la energía nuclear sea utilizada con
fines militares”.
A excepción de China, India y
Pakistán, el OIEA se dedica a “disuadir”, a
“vigilar”, a “imponer” salvaguardas severas a los
países que NO tienen posibilidades de manufacturar ninguna arma, ni desde
el punto de vista financiero, ni industrial ni tecnológico. A quienes
sí lo pueden hacer, y lo hacen, ni siquiera los molesta.
La
experiencia reciente revela la incompetencia del OIEA en materia de las
aplicaciones militares de la energía nuclear. Previamente a la
invasión anglo-norteamericana a Irak, sus inspectores INSISTIERON en que
Irak tenía armas nucleares, en consonancia con el discurso de Bush, y
pidieron con insistencia inspeccionar a Irak para que destruyera tales armas.
Los inspectores, encabezados por Hans Blix, exdirector del OIEA, sabían
que eso no era cierto. Desde 1991, el ejército norteamericano
había bombardeado Bagdad y destruyó el reactor Osiris, un
pequeño reactor nuclear de investigación. Después, los
iraquíes nunca tuvieron NINGUN programa nuclear.
La misión
de los inspectores, y su insistencia en la búsqueda de armas nucleares
INEXISTENTES, fue utilizada por Bush para iniciar la invasión.
Después, Blix se declaró decepcionado y hasta publicó un
libro narrando lo que ya sabía previamente. Irak NO tenía armas
nucleares. ¿Esos son los merecimientos para otorgarles el Premio
Nóbel de la Paz? Después que los inspectores del OIEA cumplieron
la misión decidida por los Estados Unidos, el pueblo iraquí ha
estado derramando su sangre durante todos los últimos 1000 días y,
eso sí, ahora el OIEA, su director El Baradei, y demás
funcionarios han permanecido calladitos. ¿Esos son los esfuerzos de paz que
ameritan el Premio?
Ana María Cetto, otrora antinuclear y
opositora a Laguna Verde, actualmente directora adjunta del OIEA,
consideró que el Premio “debe cimentar la objetividad” del
Organismo y que el reto es “continuar su labor con independencia”.
Simples declaraciones improvisadas a los medios. Bien sabido es que el OIEA
depende, en todos los órdenes, de Washington y que, su
“objetividad” se limita a cumplir instrucciones. En los
últimos meses sus miras están contra Irán y Corea del
Norte, en congruencia con el conflicto auspiciado por el gobierno
norteamericano.
Lamentamos que este Premio se otorgue
burocráticamente, en abstracción de la realidad y olvidando (tan
fácilmente) un pasado tan reciente que aún es presente.